Casa de artista: así es la extravagante vivienda llena de plantas en Floresta de Nicolás de Caro

En un barrio de Buenos Aires que le divierte por su esencia cosmopolita – «hay un pedazo de cada parte del mundo» -, el artista que se destaca en su generación por sus creaciones textiles, le asegura a MALEVA que su casa es su mejor obra/Un ventilador peronista, un altar de dioses en los que no cree y flores (lo que hay que llevarle si te invita a conocer su morada)

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MALEVA en París: «así es Bourse de Commerce, el nuevo museo que deslumbra a la ciudad y me dejó sin aliento…»

Es la carta fuerte de la capital francesa, para volver a ser considerada la capital mundial del arte (o al menos de la Europa pos Brexit y pandemia)/Un edificio increíble construido en el mismo año que la Torre Eiffel/El sueño de François Pinault, uno de los diez coleccionistas más importantes del planeta y un magnate del lujo/La autora nos cuenta en exclusiva para MALEVA cómo es pisar esta nueva joya parisina, qué aspectos llaman la atención y cuáles son las obras que se exponen

5 X 5: ¿cuáles son las marcas de ropa argentinas preferidas de cinco referentes totales de la moda en el país?

Si tuvieran que elegir una (y únicamente una) qué marca eligen Santiago Artemis, Agustina Papry Suásquita, Marou Rivero, Carmen Asenjo y Lulú Biaus/Desde una de Rosario que se luce con sus diseños alegres y lúdicos hasta una que – ¡mencionada por dos de ellos! – demuestra que se puede hacer algo con estilo «haciendo el bien»

«Dejemos de llamar healthy a los restaurantes al menos por dos años…»

Están por todos lados y se definen por lo que no se puede comer/¿Una dieta determinada significa que cocinan sano y el resto no?/¿Quién estableció que comerse unos ravioles con estofado hace mal?/¿Acaso hay restaurantes enfermos?/¿Por qué salir a comer afuera no debería ser sólo un proceso para alimentarse sino también un placer? Ortorexia, obsesión por el control del cuerpo y discursos contrapuestos/En una nueva columna exclusiva para MALEVA, Rodo Reich pone el dedo en la llaga y abre el debate

Qué hacer con Barbie, cómo hacerla feliz (¿Se puede jugar con Barbie?)

No se puede jugar a las Barbies y en ese fracaso está el poder de su perduración y la desgracia; el problema no es su apariencia, el famoso estereotipo estilizado, no es sólo eso lo que vino a enseñarnos, sino la postura de quedarse quieta mientras le barren el mundo, la impotencia y la incapacidad de necesitar, de descansar y encontrar consuelo en unos brazos humanos. Alguna herencia velada hay, un mensaje que interpretamos. Las noches que vamos en taxi a divertirnos con amigas. En el círculo de nuestra risa de a poco nos vamos creyendo las mejores del mundo. Tenemos miedos como edipos y carteras con cadenas.

PRECIOSA ALVEAR

HISTORIA, SECRETOS Y TENDENCIAS DE LAS MULTIFACÉTICAS Y SORPRENDENTES JOYERÍAS DE LA AVENIDA MÁS ELEGANTE. POR ANASTASIA GARCÍA PINTO

VIDRIERAS: BYE BYE LUGAR COMÚN

FILOSOFÍAS RUPTURISTAS, ARTE Y DISEÑO SE IMPONEN EN LOS METROS CUADRADOS DONDE SE LUCE LA MODA. MALEVA HABLÓ CON LOS CREATIVOS QUE HICIERON LOS MEJORES ESCAPARATES PORTEÑOS. POR SOFÍA ALMIROTY

Juan Cabrera

Nuestro artista de la semana es el fotógrafo Juan Cabrera. La foto de fondo se llama “Agujero Negro” y pertenece a la impactante serie Concretos que por estos días – hasta el…

Estuve en Río hace unos días y me quedaría a vivir ahí. Tremenda ciudad.

Estoy por encarar un negocio, para abrir un bar que va a dar que hablar, en Palermo, aunque por el momento los detalles los dejo en misterio. Elegí Río para renovar energías, acelerar la creatividad y mirar un poco lo que está pasando en la noche de esa ciudad. Me llamó la atención que pegó mucho la onda newyorkina de lugares chiquitos, para poca gente, súper sofisticados, con productos de buenísima calidad. Capítulo aparte son las mujeres. Lindas, coquetas y cultas. Lo que sí, la noche de Río – a nivel más boliche – no es tan buena, nada que ver con la de San Pablo.

ALMAS QUE VAGAN EN LA RECOLETA

Javier Sinay, autor del premiado libro Sangre Joven y uno de los más reconocidos periodistas de la joven guardia, escribió para Maleva una crónica sobre los fantasmas que asolan al elegante barrio. Primera entrega.

Alteré la matrix de Facebook

Estar frente al espejo de chica implicaba no abrir la puerta del baño por horas. Los peinados también ayudaban a que mi hermana no pudiera entrar a bañarse: brotada de rulos, me gustaba creer que esos bucles eran la recompensa divina por pensar rebuscadas y preciosas ideas. “Que las demás se planchen el pelo”, decía al sacudir la cabeza. Y con los años me encontré con espejos más complejos donde perderme. Hoy paso más horas en mi perfil de FB que supervisando mis rulos.

El sueño del antifordismo y las siestas urbanas

En la oficina colectiva se respira ese ambiente límpido, repleto de claridades y transparencias, propios de la oficina moderna. Los usuarios cuentan con fotocopiadoras, faxes, servicios de moto y remises y hasta bicicletas para salir a despejarse. Y fundamental: todo ocurre lejos del jefe y (probablemente) rodeado de desconocidos entre quienes no circula ninguna rencilla de pasillo propia de los ambientes laborales.

Sospecho que lo que me llevó a comprar la entrada por Internet fue una motivación truculenta

Cuando las otras se dormían un rato: ahí me daban ganas de llorar. En un minicomponente teníamos un cd de Miranda!, y empecé a escuchar atenta una novedad, un sonido que me sorprendía en el medio del disparate emocional. En el Luna Park nos paramos de golpe cuando apareció Miranda!, y un chico con anteojos en la fila de adelante, pegado a la cintura de una mujer de rulos, se dio vuelta en el margen de maniobra que le permitía estar amorosamente sujeto por ella de su polarcito gris.