Desde las pizzas originales de un joven panadero autodidacta en un antiguo almacén de Ramos Generales hasta un patio con onda en una casa-taller donde se arman movidas que terminan en baile/La Cumbre se convirtió en un destino gastronómico en sí mismo/Bonus: un café para relajarse entre libros y el nuevo restó de un hotel sumergido en la naturaleza.
