«No se trata acá de hablar mal de las pastas porteñas, las de siempre, las de cantinas clásicas, que también nos gustan mucho. Pero lo de Raggio es otra cosa: la insalvable distancia entre lo que es rico y lo que es delicioso», es el veredicto sin vueltas del afilado periodista gastro Rodo Reich. Enamorado del flamante restaurante en Palermo del chef italiano Sebastián Raggiante, escribe una nueva columna en MALEVA en el que elige los restaurantes que le vuelan la cabeza.
