Los bomberitos de New York, tan efectivos y lindos

Ya está haciendo un poco más de calor así que decidí ponerme pollera y plataformas para ir a la oficina. Subí al ascensor, apreté planta baja y me puse a chequear mails cuando de repente, se frena todo.Cuestión que al tocar el botón de timbre no solo alertás a los vecinos sino que también llama al servicio de 911.Me conecto con los bomberos de Brooklyn que corroboraron la dirección y dijeron que me venían a sacar de inmediato.Me quedé en una esquina del ascensor esperando. ¿Vendrán? ¿Cuánto tardarán? Traté de llamar a novio pero no tenía señal. “Gordo, están viniendo los bomberos a rescatarme” le dije por sms.

N.Y nunca para, pero el cuerpo lo pide. Por eso terminé en Nassau, Bahamas

El agua es turquesa, la arena blanca y la brisa constante hace que sea la situación perfecta para dormir siesta. La realidad es que Nassau no es el destino ideal si se quieren hacer muchas cosas. La isla tiene tres puntos turísticos que pueden ser vistos en literalmente una hora. Los negocios cierran súper temprano (5pm la gran mayoría) y esta súper americanizado. Frente a nuestro hotel teníamos un Dunkin Donuts, un McDonalds y un local de pizza. Igualmente, dado a que nuestro plan era dormir como morsas, tirarnos al sol como lagartijas y comer cual chanchitos, la pasamos fantástico.

Chau ojotas

¡Un taxi por favor! Gritaba. Ninguno frenaba, sólo pasaban lleno de pasajeros felices sin ninguna gota de agua. En cambio, yo maldiciendo el día que elegí ponerme ese par de ojotas. Caminé descalza unas dos cuadras, sí, descalza, rubia y desprolija. Parecía que me había fugado del loquero. Ya tenía los pies negros de la ciudad de la calle y mi falda ya parecía de modal gastada de esas que usás para sacar al perro a la mañana temprano. En fin, terminé odiando esas malditas ojotas. Así, que amigas, va a empezar el frío, que nuestras ojotas vuelvan a los roperos, para alivio nuestro y del glam.

Vimos a Violet y no dudamos (o sobre lo que significa adoptar una mascota en N.Y)

Un feriado hace semanas atrás me puse a buscar cachorros online. Llegamos decididos a conocer a Violet pero no había nadie. Tuvimos que dar vueltas durante una hora, que pareció eterna. Novio ya me había avisado que no necesariamente íbamos a adoptarla ese día, que primero quería conocerla. Poco le duró ese discurso. Violet es muy inteligente y a los segundos de tenerla a upa nos empezó a tirar lengüetazos de amor. Hoy convivimos con una cachorra mezcla de Jack Russell y Corgi de 4 meses llamada Violet. Todavía le falta aprender muchas cosas para las cuales estamos yendo a clases con una profesora y otros cachorros (solo en Nueva York, lo sé) pero es amor con patas.

El shock de volver a N.Y es grande

Pasé de 45 grados y cortes de luz a -18 de sensación térmica y veredas resbaladizas. New York está atrapada en una ola de frío polar que azota a prácticamente todo el país. La calefacción no da abasto por la noche y uno se encuentra tiritando y enroscándose en más mantas. Salir a la calla a la mañana es toda una lucha. Mis mejores amigas en este momento son las calzas térmicas que me acompañan debajo de mis jeans y debajo del piyama desde el martes (¡menos mal que compre varios pares cuando me mude en el 2010!). Se espera que nos golpee una gran tormenta de nieve. Por un lado estoy como una nena chiquita esperando jugar a guerra de bolas de nieve. Por otro lado soy como un oso que se quiere meter a hibernar.

Si pasan por Nueva York no dejen de visitar Williamsburg

Apenas uno cruza el agua – el subte va por debajo del río, cosa que aun no supero por la claustrofobia que me da – todo es tranquilidad. Los restaurantes no te tiran la cuenta para que te vayas rápido, no hay guerra de bocinas entre autos, es mucho más barrio y menos gran ciudad. Aunque tiene la comodidad y magia de ambas. Lo interesante del barrio es que mezcla arquitectura nueva y vieja. Brooklyn solía ser una zona industrial y aun se mantienen grandes galpones de fábricas que ahora por dentro son galerías de arte, negocios de ropa o incluso modernos lofts.

Por culpa de Sandy, 14 días sin luz, agua ni calefacción. Pero N.Y se puso rápido de pie

Cuando nos dimos cuenta que estábamos en la zona de evacuación no entramos en pánico. Novio se ocupo de buscar un cuarto en el mismo hotel donde se estaba quedando su madre, o sea, iba a conocer a mi suegra en el medio de un huracán. Empacamos ropa para tres días y emprendimos nuestro viaje a pie hacia el hotel. Apenas salimos del edificio vimos a un patrullero frenar frente nuestro y a través del altoparlante anunció que estábamos en zona de evacuación y que debíamos dejar inmediatamente nuestras casas. Ahí nos cayó la ficha, breve ataque de pánico.