Los bomberitos de New York, tan efectivos y lindos


Los tan queridos bomberitos de Nueva York, efectivos y lindos.
 
 Por Conz Preti
Hacia unos días que nuestro ascensor no estaba funcionando. Parece que los vecinos tuvieron una gran fiesta gran, mucha gente se subió al ascensor de golpe y la máquina dejo de andar. Más que subir y bajar las escaleras hasta el quinto piso refunfuñando y llevo a la perra a upa porque le dan miedo las escaleras (¡maldita perra!), no había mucho que podamos hacer.
El jueves cuando vi que el ascensor funcionaba me emocioné. Ya está haciendo un poco más de calor así que decidí ponerme pollera y plataformas para ir a la oficina. Salí un poco tiempo de corta para la oficina, subí al ascensor, apreté planta baja y me puse a chequear mails cuando de repente… se frena todo.
Aprieto botones, golpeo en la puerta, nada. Silencio. Ascensor frenado por completo. Toco el botón de timbre esperando que algún vecino me escuche. Nada. Toco de vuelta. Nada. De repente una voz me habla del otro lado del botón: “¿Señora, cuál es su emergencia?”.
 

«Ya está haciendo un poco más de calor así que decidí ponerme pollera y plataformas para ir a la oficina. Salí un poco tiempo de corta para la oficina, subí al ascensor, apreté planta baja y me puse a chequear mails cuando de repente… se frena todo»

 
Cuestión que al tocar el botón de timbre no solo alertás a los vecinos sino que también llama al servicio de 911. Medio sintiéndome una boluda le explique a la voz tan amable que me había quedado encerrada, que no sabía en qué piso estaba y que necesitaba que me vinieran a sacar. Me conecto con los bomberos de Brooklyn que corroboraron la dirección y dijeron que me venían a sacar de inmediato.
Me quedé en una esquina del ascensor esperando. ¿Vendrán? ¿Cuánto tardarán? Traté de llamar a novio pero no tenía señal. “Gordo, están viniendo los bomberos a rescatarme” le dije por sms. Nunca fui muy buena comunicando cosas con urgencia porque lo único que hizo fue que el intentara llamar y yo no lograra atenderlo. Finalmente llegaron 8 bomberos con hachas, palos, alambres y demás. La puerta fue muy muy fácil de abrir – creo que lo hicieron con sus propias manos. El ascensor se trabó justo unos 40 centímetros antes de llegar a planta baja así que pude salir solita de la caja que me había tenido encerrada por los últimos 20 minutos.
Sentí, un poco, que los bomberos estaban medio decepcionados con lo fácil que había sido rescatarme. Eso sí, cada uno de ellos era sacado de un catálogo de modelos, uno más lindo que el otro. Les agradecí mientras hablaban con el encargado del edificio para asegurarse que el ascensor no fuera a dejar a nadie más encerrado, y salí por la puerta principal del edificio. Apenas pisé la calle exploté en llanto y llamé a novio para explicarle todo.
 

«Sentí, un poco, que los bomberos estaban medio decepcionados con lo fácil que había sido rescatarme. Eso sí, cada uno de ellos era sacado de un catálogo de modelos, uno más lindo que el otro.»

 
Fue una boludez absoluta, pero fue mi primera experiencia teniendo que llamar al servicio de emergencias. Me trataron bien, llegaron en menos de 3 minutos y me sacaron del ascensor sin problemas. Ahora entiendo por qué acá aman a sus bomberitos ¡Son efectivos y lindos!