Un viaje por los nueve años de HIT a través de la mirada de Gabriel Bucher, su primer empleado y ahora Socio Fundador

Recorrimos la historia completa/Desde sus primeros metros en Belgrano hasta entrar en carrera para liderar el mercado en LATAM/La pandemia: desafío y oportunidad/Nuevas sedes y su presencia en el mejor edificio de Buenos Aires/HIT en el exterior/¿Cuál es la misión que lo impulsa a seguir creciendo?

Un viaje por los nueve años de HIT a través de la mirada de Gabriel Bucher, su primer empleado y ahora Socio Fundador. Por Lenchu Rodríguez Traverso. Fotos: Sophie Starszenski.

Dentro de uno de los edificios más deslumbrantes de Buenos Aires – CEL, sobre Avenida Libertador en Núñez – hay un nombre que tiene una presencia en mayúscula: HIT. No es suerte ni casualidad, no llegó ahí por arte de magia. Este crecimiento imparable viene impulsado por mentes apasionadas y ambiciosas. En nueve años de vida, transformaron sus 600 metros cuadrados en 35 mil desplegados en 11 espacios, tres países y más de un 95 por ciento de ocupación. 

Con estos números entendemos que HIT tiene mucho para celebrar en su noveno cumpleaños. Y para reconstruir esta historia, nos juntamos con un personaje particular: el primer empleado y hoy socio fundador de la compañía. En esta entrevista, viajamos por los miles de desafíos y triunfos de HIT a través de la historia de Gabriel Bucher.

«Empezamos en HIT Pampa, una sede medio icónica a nivel arquitectónico. La desarrolló el arquitecto Alejandro Gawianski que es el padre fundador de la marca HIT, persona a quien admiro profundamente. Es el primer edificio de coworking que hubo en Argentina y arrancó como un buen spot para posicionar la industria cuando todavía en 2015 casi no se conocía…»

¿Cuándo y cómo empezaste a trabajar en HIT?

En marzo del 2015, hace exactamente 9 años. Entré el primer día de la operación de HIT, fui la primera persona contratada. Estaba en tercer año de Di Tella estudiando economía empresarial. Y, como siempre tuve esa personalidad de querer manejar mis finanzas, entré a trabajar ahí, para tener mis ingresos.

¿Cuál era la primera sede en ese momento?

HIT Pampa, una sede medio icónica a nivel arquitectónico. La desarrolló el arquitecto Alejandro Gawianski que es el padre fundador de la marca HIT, persona a quien admiro profundamente. Es el primer edificio de coworking que hubo en Argentina y arrancó como un buen spot para posicionar la industria cuando todavía en 2015 casi no se conocía.

Contame de HIT en sus inicios.

La industria del coworking nació en Estados Unidos como “un espacio para conectar emprendedores”. Generalmente el freelance suele laburar desde su casa o un café, y al abrir estos espacios se genera lo que se llama el networking; donde un independiente puede ayudar a otro con lo que sabe hacer. Nosotros también adoptamos al principio un foco en startups, freelancers y empresas más chicas.

¿Cuál fue tu rol en ese principio?

Yo me enfocaba en la parte comercial pero como estaba estudiando economía, armamos en conjunto con Uri Iskin – mi socio – el primer caso de negocio. Era un poco multidisciplinario, al ser una compañía que recién empezaba. De repente estaba vendiendo los espacios, armando el business case, haciendo la campaña de marketing, viendo a quiénes contratábamos… hacía de todo y era divertido.

¿Te acordás de alguno de tus primeros grandes logros?

Si, tengo uno. Yo siempre fui una persona muy ambiciosa. Cuando llenamos HIT Pampa hablé con los 3 principales brokers del mercado y para buscar el próximo HIT. Esto lo hice sin que nadie me lo pida, a los 21 años. Me reuní con Uri y Alejandro y les llevé el caso de negocio de Ugarte y Arcos (nuestra segunda sede); eran mil metros cuadrados – el doble de espacio – y una gran inversión para ese momento. Yo estaba completamente seguro de que iba a funcionar. Alejandro, al verme tan seguro, me dijo: “vamos a hacer la inversión pero este edificio es tu responsabilidad”. Lo acepté. Me levanté de la silla y sabía que tenía 90 días – el plazo que demoraba la obra de interiorismo – para, al menos, estar break even. ¡La sede abrió al 100% de ocupación! Un tiempo después nos sentamos y Ale me dice: “muy bien, te felicito, ahora andá a traer el próximo”.

¿Y cómo continuaron creciendo?

Después vino HIT Cañitas y de ahí nos fuimos a HIT Libertador. Con esa sede pasamos a otra liga: era un edificio de 6 mil metros. Diez veces más de donde arrancamos. Nuestra línea de tiempo fue redoblarnos todo el tiempo. HIT CEL, el último gran proyecto, vino con 10 mil metros. Hoy estamos en un 95% de ocupación promedio en todos nuestros espacios.

«Parte de lo que hace HIT a nivel valores es resignificar la manera en que trabaja la gente. Le cambiamos la vida a mil personas que tenían que tomarse el subte, con cortes, perder 3 horas de viaje… Ahí nos dimos cuenta que tenemos un propósito que podemos estar logrando…»

¿Cómo fue la pandemia para HIT?

Fue un desafío enorme para todos los espacios flexibles de trabajo porque no había manera práctica de operar. Nosotros somos ingeniosos y decidimos llevar la oficina a las casas de la gente. Lanzamos un producto que se llamaba “HIT en casa”. Es gracioso pero nos convertimos en una compañía de mudanzas. Entregamos más de 2 mil kits a los empleados de nuestros clientes; sillas ergonómicas, porta notebooks, botellas de agua térmica y cosas que hacían que el laburo en tu casa sea más cómodo. Eso fue muy bien recibido por nuestros clientes y gracias a ello, muchos justificaban seguirnos pagando. 

Post pandemia muchas grandes empresas abandonaron sus oficinas en microcentro y empezaron a alquilar espacios, ¿o no?

Claro, ahí tuvimos una oportunidad muy grande; salimos a buscar a las grandes compañías multinacionales. Un ejemplo que siempre cuento es el de Danone. Estaban en microcentro, en una torre gigante, con casi 8.500 metros cuadrados de oficinas, en frente de donde se hacían las protestas. Y los terminamos mudando a HIT Migueletes, una casona de dos pisos en Belgrano con parrilla, espacios para tomar sol y luz natural. ¡Nada que ver una cosa con la otra!

Eso nos genera placer porque parte de lo que hace HIT a nivel valores es resignificar la manera en que trabaja la gente. Le cambiamos la vida a mil personas que tenían que tomarse el subte, con cortes, perder 3 horas de viaje… Ahí nos dimos cuenta que tenemos un propósito que podemos estar logrando.

¿Cómo es el servicio Corporate que ofrecen para grandes empresas?

Te cuento rápido el portfolio de producto que tenemos. Por un lado, tenemos el producto  “HIT&Go” para freelancers. Otro es el de salas y eventos corporativos y el tercer producto es el de oficinas que se divide en dos: Flexible Office – oficinas listas para usar – y el Corporate, al que se le suma la posibilidad de poder customizar tu espacio y mantener la identidad de la marca dentro de HIT, que es algo que las corporaciones tienen miedo de perder cuando van a un flex space. Ese nivel de flexibilidad máxima que tiene HIT es un valor agregado que no se encuentra en muchos operadores. 

Son cada vez más las empresas que buscan esto, ¿o no?

Si. Lo importante es que en nuestro modelo el cliente no invierte. Hoy los CFO de las compañías entendieron que invertir en oficinas es ineficiente, es un costo hundido. Hacer una buena oficina sale, para una multinacional, por lo menos entre 2 y 4 millones de dólares. El CFO entendió que le conviene ir a un modelo flexible y hacer la inversión en el core del negocio, que le va a dar un rendimiento mucho más alto.

«Perú fue un desafío mucho más grande. Abrimos 2500 metros en una torre en San Isidro y ahí no teníamos clientes: abrimos 100% a riesgo. Salimos a competir en ese momento con WeWork que lideraba el mercado por mucho. Nuestro gran logro fue cerrar el contrato más grande de HIT en su historia hasta ese momento…»

¡Y después se fueron para el exterior! ¿Empezaron por Chile?

Un gran cliente – por no decir el primer gran cliente de HIT – fue Accenture. En un momento nos dijeron: necesitamos el mismo modelo en Chile, ¿se animan? Nos miramos con Uri, “¡obvio!” Fue un desafío tremendo porque ahí sí era estar solo contra el mundo. Acá HIT ya tiene su respaldo. Lo bueno de Chile fue que teníamos un pez gordo a nivel exposición comercial que era Accenture. Abrimos 2 mil metros cuadrados, de los cuáles 1200 eran para ellos.

Y de Chile se fueron para Perú, ¿cómo surgió eso?

Perú fue un desafío mucho más grande. Abrimos 2500 metros en una torre en San Isidro y ahí no teníamos clientes: abrimos 100% a riesgo. Salimos a competir en ese momento con WeWork que lideraba el mercado por mucho. Nuestro gran logro fue cerrar el contrato más grande de HIT en su historia hasta ese momento, que fue en Perú, con Sapia. 

¿Cómo hicieron para convencerlos de que HIT es mejor que WeWork? 

Sacamos a flote nuestras ventajas de flexibilidad, calidad y servicios premium, pero al final logramos que Sapia defina de una manera genial: fui a buscar al que toma la decisión a Linkedin, vi que trabajó en una empresa clienta de HIT y logré que la gente de esa empresa hable con él y le cuente de la experiencia. Gracias a eso logré que validen a HIT como compañía para mudarse. Muy loco lo importante que es hacer las cosas bien siempre.

Mucho del éxito de HIT viene de haber tomado mucho riesgo. Haciendo bien las cosas siempre, siendo flexibles con nuestros clientes y dando el mejor servicio en todo momento.

¿Algún otro hito o grandísimo desafío de estos nueve años?

Abrir HIT Libertador. Pasamos de espacios de 200 personas a uno de 1.000. Y ahí además nos posicionamos a nivel mercado en un segmento más premium y competitivo: empezamos a darle servicio a grandes compañías multinacionales, hoy nuestro gran fuerte. Hasta ese edificio no podíamos porque los espacios no cumplían con los estándares edilicios que una multinacional requiere.

De ahí pasamos al mejor edificio del país – CEL – donde están las mejores compañías. Y está HIT. De hecho HIT es quien más metros tiene dentro de la torre. Por suerte lo hicimos bien y hoy lideramos la industria en ese segmento.

¿Un próximo desafío?

Hay una oportunidad en el mercado enorme. Si sacás a WeWork y Spaces, en LATAM tenés 5 jugadores entre medianos y grandes, uno de esos es HIT, y la carrera es, ¿quién de estos 5 va a liderar este mercado en LATAM?

«Sueño con que HIT sea el líder de los espacios flexibles de trabajo en LATAM. Y eso se logra con algo tan terrenal como esto: que cualquiera de nosotros, cuando esté en cualquiera de las ciudades principales, se pueda subir a un taxi y decirle: “quiero ir a HIT” y que el taxista te sepa llevar. Si eso sucede es porque estamos haciendo bien las cosas…»

¿Qué le dirías al HIT de hace 9 años?

Uh, ¡la que se te viene! (risas) No, a ver. Le diría que siempre tenga el foco claro de cuál es su norte y a dónde quiere ir. Esa es la manera de hacer bien las cosas.

Soñando en grande, de acá a 9 años, ¿qué te gustaría que suceda?

Sueño con que HIT sea el líder de los espacios flexibles de trabajo en LATAM. Y eso se logra con algo tan terrenal como esto: que cualquiera de nosotros, cuando esté en cualquiera de las ciudades principales, se pueda subir a un taxi y decirle: “quiero ir a HIT” y que el taxista te sepa llevar. Si eso sucede es porque estamos haciendo bien las cosas.

¿Qué es lo que más te gusta de HIT?

La gente. Tenemos una manera de contratar en donde, obviamente validamos la parte académica y las experiencias, pero tenemos un filtro clave que es el fit cultural y si eso no está, no contratamos. Cuando todos estamos alineados con la compañía se genera un trabajo en equipo tan dinámico que hace que, con menos personas, podamos hacer más cosas. Lo que más me gusta de la gente es cómo se ponen la camiseta como si cada uno fuera dueño de la empresa. Es increíble verlo y vivirlo, me emociona.

Me encanta la atención a cada mínimo detalle en el espacio de trabajo. Todo está pensado para ser cómodo y funcional, ¿cómo manejan el tema del feedback y comunicación con los clientes?

La concepción de nuestro servicio es transmitir en los espacios calidez y comodidad. Que la gente se sienta en su casa sin estar en su casa. De hecho, si lo notan, estamos muy involucrados con la biofilia: ponemos plantas naturales en todos los espacios. Uno quizás no se da cuenta pero estás respirando más sano, pensás mejor y demás. Queremos romper con el concepto “tengo que ir a la oficina” y cambiarlo por “quiero ir”. 

«La gran mayoría de la gente, pasa más del 70% de su día en el trabajo. Se te va la vida. Si nosotros desde nuestro lugar podemos aportar espacios que generen mayor bienestar para las personas, a mí me llena un montón…»

Tienen además otras unidades de negocio ligadas a este bienestar en el trabajo, ¿no? 

Si, estamos trabajando en varias. Hace 2 años lanzamos “HIT Social”, donde les resolvemos los eventos corporativos y sociales a clientes y no clientes nuestros. Hay un equipo entero dedicado a esto, es un gran win win, y no vemos que este servicio esté en nuestros competidores. 

Lo segundo que hicimos fue lanzar “HIT Café”; cafés de especialidad dentro de los espacios donde también ofrecemos viandas saludables, para que la gente pueda comer mejor en la oficina. 

Y lo último que lanzamos es “HIT Wellness”. Ahora estamos con el “visual day”: nos asociamos con oftalmólogos para que un día a seleccionar por la compañía se pueda armar un centro de screening de ojos. A los 15 días viene el mismo oftalmólogo a entregarle a cada trabajador un anteojo con su aumento, si es necesario, anti reflex y blue filter.

Es parte de lo que a nosotros, y a mí en lo personal, me llena un montón. Que me resuelvan y me cuiden. Intentamos cada vez más ser un agregador de soluciones para nuestros clientes.

¿Por qué seguís eligiendo ser parte de este proyecto?

El propósito que tenemos – resignificar la manera en que trabajan las personas – es súper fuerte. La gran mayoría de la gente, pasa más del 70% de su día en el trabajo. Se te va la vida. Si nosotros desde nuestro lugar podemos aportar espacios que generen mayor bienestar para las personas, a mí me llena un montón. Con el ejemplo que te conté de Danone y varios otros: haberlo hecho, vivirlo y tener feedback de esa gente es espectacular. El mercado es tan grande que sabemos que tenemos un montón para hacer.