Nuevo en Buenos Aires: así es el restaurante Ácido, la novedad en Chacarita que es un guiño a las abuelas (y no sigue las premisas de moda)

Nicolás Tykocki aprendió todo lo que quiere y no quiere de sus experiencias en grandes restaurantes de Europa/ Ácido, proyecto padre e hijo, es una oda a las cocinas de las abuelas de todas partes del mundo, donde lo importante siempre es “que esté rico”/ No hacen platitos, hacen platos muy, muy grandes. 

Con una carta de 7 platos se viaja a las cocinas tradicionales de Corea, Turquía, España y Estados Unidos, entre otros. Y lo más importante: que esté rico.

Nuevo en Buenos Aires: así es el restaurante Ácido, la novedad en Chacarita que es un guiño a las abuelas (y no sigue las premisas de moda). Por Lenchu Rodríguez Traverso.

Ácido es el espíritu de Nicolás Tykocki hecho restaurante. Inspirado por las tradiciones del mundo, admirador de la cocina de las abuelas, con un tinte hater y “anti” todo lo que está de moda. Quizás es toda esta combinación de cualidades la que hace que esté lleno todas las noches desde que abrieron el 7 de marzo.

Nació para cocinar y lo tiene bien claro. Nicolás arrancó a los 12 años tomando clases particulares medio en secreto con un profesor del IAG. A los 25 ya tiene experiencia en restaurantes de la magnitud de Aramburu, Tickets y Gresca en Barcelona y Relae en Dinamarca, lugares donde aprendió todo lo que no quiere en su cocina, el modo en que le gusta trabajar y en donde sí hay que poner el foco: en el plato. 

En la pandemia renunció a un empleo y llamó a su padre para abrir un restaurante propio. Dos años después, el proyecto en conjunto se hizo tangible y el dúo dinámico está recibiendo gente que viene, gusta y vuelve así como chefs de los lugares más reconocidos de la ciudad. Si te acercás al lugar, te va a recibir Gabriel cálidamente y te vas a dar cuenta al instante de que es familia.

“Se está hablando de que somos un restaurante ‘que cocina lo que se le canta el…’ Y un poco de verdad tienen”, confiesa Nicolás. El menú tiene una sola carilla, son 7 platos – 5 salados y 2 postres -, todos haciendo guiño a las cocinas del mundo y respaldando sus dos únicas reglas: que esté rico y el respeto a las culturas que están representando. Leemos Tteokbokki, sardinas a la plancha, pollo frito, Bazlama y Keppe crudo y viajamos instantáneamente a Corea, España, Estados Unidos, Turquía y el Líbano…»

“Se está hablando de que somos un restaurante ‘que cocina lo que se le canta el…’ Y un poco de verdad tienen”, confiesa Nicolás. El menú tiene una sola carilla, son 7 platos – 5 salados y 2 postres -, todos haciendo guiño a las cocinas del mundo y respaldando sus dos únicas reglas: que esté rico y el respeto a las culturas que están representando.

Leemos Tteokbokki, sardinas a la plancha, pollo frito, Bazlama y Keppe crudo y viajamos instantáneamente a Corea, España, Estados Unidos, Turquía y el Líbano. Son todos platos que simbólicamente son imponentes para esas culturas, algunas que él experimentó en primera persona y otras de las que leyó exhaustivamente. Lo que sí tenemos en claro es que Ácido no se sumó a la ola de perseguir la innovación. El sabor es el indiscutido protagonista y eso lo lleva a arraigarse a los estilos, platos y técnicas más tradicionales que, al fin y al cabo, son lo que más inspiran a Nicolás. 

¿Un hit? La torrija de brioche que sale con helado fior di latte. Sí, el plato preferido es un postre y hay gente que se acerca únicamente por él. Parece “casi un chiste”, como todo lo que hacen en Ácido que tiene como slogan “no nos tomen tan en serio”.

«La ambientación también te hace sentir como en casa. Como en la casa de la abuela más específicamente, con su vajilla, antigua y toda distinta, un gran cuadro de la abuela colgando sobre el mueble de madera maciza y la cocina a la vista. También tienen varios guiños a la Fórmula uno, una pasión compartida padre e hijo…»

Ojo, parece una carta corta pero no es corta para nada. Pedís cualquier plato y no viene solo un plato, sino un elemento principal y varios “platitos” que lo acompañan (no, no hacen platitos sino todo lo contrario pero es la palabra que tenemos para hablar de platos chicos). El pollo frito trae otros cinco más pequeños, entonces por ese solo plato terminan llevándote seis. Para compartir, básicamente, como se hace en las mesas familiares.

Si ya fuiste y probaste todo y te interesa algo nuevo – además de que muy probablemente la carta rote pronto -, hay todos los días un plato “fuera de carta” donde en la cocina se prestan a jugar y desafiarse. El día que fuimos a conocerlos, estaban en plena preparación de un plato con raya. 

Y la ambientación también te hace sentir como en casa. Como en la casa de la abuela más específicamente, con su vajilla, antigua y toda distinta, un gran cuadro de la abuela colgando sobre el mueble de madera maciza y la cocina a la vista. También tienen varios guiños a la Fórmula uno, una pasión compartida padre e hijo y otra parodia a los bodegones que gritan su fanatismo por el fútbol. “Si hay algo que no es es un bodegón”.

Instagram: @acido_ba. No toman reservas.

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Fotos: son todas gentileza para prensa de Ácido.