Entrevista – en una barra de Chacarita -, a Paz Carrara: «nunca pensé que haciendo folk iba a llegar a escenarios como el de Lollapalooza…»

A fuerza de grandes canciones, esta joven cantautora cordobesa (que está a punto de tocar en Lollapalooza por primera vez) tiene un nombre cada vez más potente (y cada vez más fans)/Conversó de todo con MALEVA en la barra de Arrabal/¿Qué no negocia como artista? ¿Qué la inspira? Su nueva etapa «luminosa» para componer/Además: su costado gastro y sus preferidos en Buenos Aires.

A días de tocar en el Lollapalooza, Paz – cordobesa y de 23 años -, es una de las revelaciones más interesantes de la música argentina. En la foto: de copas con MALEVA en la barra de Arrabal. 

Entrevista – en una barra de Chacarita -, a Paz Carrara: «nunca pensé que haciendo folk iba a llegar a escenarios como el de Lollapalooza…» Por Benjamín García. Fotos: Kala Moreno Parra.

A fuerza de grandes canciones y presentaciones en distintos escenarios, la cantautora Paz Carrara se ha convertido en una de las grandes apariciones de la nueva escena musical del último tiempo. A los 23 años, la cordobesa continúa trazando un camino que hace algunos años empezaron a recorrer otros artistas de sus pagos como Zoe Gotusso, Rayos Láser, Santi Celli, Franco Saglietti, Hipnótica, entre otros. Con varios de ellos ya ha compartido escenarios, canciones y amistades. “Empecé a frecuentarlos estando acá en Buenos Aires, en Córdoba no tenía relación, seguramente por la edad y también porque haya no logré tejer las relaciones que sí hice acá”, le confiesa Carrara a MALEVA desde la bella barra de Arrabal, una cantina moderna y acogedora, ubicada en el barrio de Chacarita.

En su último disco, “Me cansé de hacer canciones (que no salgan si no estoy llorando)”, a diferencia de sus primeros EP´s, dejó de lado la tristeza y el vacío y decidió escribir sobre otros aspectos de la vida que la inspiran como el amor, el hogar, el autodescubrimiento y las amistades. “Antes de empezar a componer mi último álbum venía escribiendo un montón de canciones tristes y sentía que no estaba pudiendo conectar con la música como en mis primeros trabajos, entonces empecé a componer otras cosas, más luminosas y por suerte pude volver a conectar”, reconoce.

¿Qué otras cosas te inspiran además de la música?

El amor en todas sus formas me inspira un montón, es re cliché pero me pasa. En realidad, cualquier cosa que me movilice. Puede ser un viaje, un hermano, mi vieja, el Mundial de fútbol. Siempre que compongo lo hago movilizada, sino no lo hago.

¿Qué te hayas volcado por lugares más luminosos e introspectivos tiene que ver con tu momento actual o es una decisión estética?

Totalmente con mi momento. Me costaría mucho ponerme en un papel súper ajeno, necesito conectar realmente con esa sensación y para eso la tengo que haber vivido.

«El amor en todas sus formas me inspira un montón, es re cliché pero me pasa. En realidad, cualquier cosa que me movilice. Puede ser un viaje, un hermano, mi vieja, el Mundial de fútbol. Siempre que compongo lo hago movilizada, sino no lo hago…»

¿Te interesa que tus canciones ingresen en las playlists más escuchadas? ¿Pensás en esa fórmula a la hora de componer?

Te mentiría si te diría que no, pero no es mi búsqueda, jamás podría tomar una decisión artística pensando en lo que puede funcionar. Dedicarse a la música es una decisión consiente de todos los días y súper compleja. Si uno cede en este tipo de cosas creo que pierde el sentido.

Recientemente trabajaste con Bambi, y en tu último disco convocaste a los productores Diego Mema y Pablo Giménez (El Zar) ¿Qué buscaste a la hora sumarlos a tu proyecto?

Desde que empecé a tomar mis propias decisiones artísticas siempre decidí hacerlo en equipo. Antes trabajé con amigos de Córdoba y con Nacho De La Riega que uno de mis primeros EP´s. Siempre mis procesos creativos tienen personas en mente. Con mi último álbum me pasó que tenía ganas de hacer algo que sonara bastante indie y además no pierda mi pop folk, por eso pensé que Diego y Pablo eran los dos personas indicadas para laburar. Para llegar a ese proceso los necesitaba a ellos. Lo mismo con Bambi, queríamos hacer algo más luminoso y pop, y él fue el productor ideal.

«Haber estudiado música me dio muchas herramientas. Me hizo ver a la música de otra manera. Me dio muchas herramientas para componer. También disfruto mucho de la nerdeada, me gusta mucho entender las decisiones que toman algunos artistas. Creo que si no, me hubiera costado mucho entender algunas cosas…»

¿Mudarte de Córdoba a Buenos Aires fue una decisión netamente artística?

Sí, totalmente. En realidad me vine a estudiar y a tocar algunas puertas, a ver qué surgía. En Córdoba había tocado un montón, pero por alguna u otra cosa no logré entrar al circuito.

¿Por qué creés que no entraste?

No te lo podría asegurar, pero creo que haber estudiado con profesores particulares influyó bastante. No me hice amigos músicos, y creo que esas redes son las que después te llevan al circuito cultural.

Sin embargo después estando acá te rodeaste con varios músicos, sobre todo cordobeses.

Es muy loco porque en Córdoba no los frecuentaba. Sí, escuchaba su música. Me pasó con Francisca y Los Exploradores o Juan Ingaramo, que estando allá los iba a ver, pero los pude conocer cuando me mudé. Acá las cosas fluyen de otra manera.

Estudiaste música ¿Cuáles fueron las principales herramientas que adquiriste como música?

¡Muchas! Me hizo ver a la música de otra manera. Me dio muchas herramientas para componer. También disfruto mucho de la nerdeada, me gusta mucho entender las decisiones que toman algunos artistas.

Acabás de tocar en Cosquín Rock, y dentro de unos días vas a presentarte en el Lollapalooza. ¿Cómo encarás un show de esta magnitud en comparación con otros escenarios como Niceto Club o el Konex?

Es diferente, son shows con otro tipo de longitud, con otro tipo de posibilidad, creo que elegís las canciones de otra manera, ensayás de otra forma. Lo vivo con mucha alegría porque nunca pensé que haciendo folk iba a llegar a estos escenarios. Tener esta posibilidad es un orgullo y un honor, intento que no me ganen la ansiedad ni los nervios.

«Si mi música fuera un trago sería un Campari porque es dulce (risas). Disfruto mucho salir a comer en Buenos Aires. Me gustan mucho la comida peruana y mexicana. Disfruto mucho los platos con palta y cebolla colorada. La pizza también es una buena opción, puedo comer cualquier día de la semana…»

¿Hay algún artista que toque en esta edición del Lollapalooza que quieras ver?

Sí, está lleno de artistas que quiero ver. Algunos de ellos son: Aurora, Guitarricadelafuente, The 1975, Rusowsky y Billie Eilish.

Aprovechando que estamos en la barra de un bar. ¿Si tu música fuera un trago cuál sería?

Un Campari, porque es dulce (risas).

¿Te gusta salir a comer en Buenos Aires?

Sí, es una de las cosas que más disfruto. Me gustan mucho la comida peruana y mexicana. Disfruto mucho los platos con palta y cebolla colorada. La pizza también es una buena opción, puedo comer cualquier día de la semana.

¿Hay algún lugar que quieras recomendar?

Sí, me gusta mucho Buenos Aires Verde, un lugar de comida vegetariana y vegana de Palermo. También la pizza de Local y Hells.

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Sobre Arrabal Cantina: es una propuesta descontracturada en el barrio de Chacarita para dejarse tentar y disfrutar de la cocina porteña con toques gourmet en un nuevo formato de cantina moderna. Sobre la calle Santos Dumont, ofrece un menú de raíces españolas e italianas sobre el que aplican giros creativos e influencias de otras latitudes. Estas preparaciones pueden maridarse con jarras de sangría de la casa para compartir, pingüinos con vermú bianco o rosso, cervezas artesanales, una cuidada selección de vinos jóvenes y/o naturales de pequeños proyectos locales, y cócteles de autor especialmente diseñados por Adriano Marcellino y Juan Pablo Reales, donde destacan el Tónico Arrabalero (gin, Cinzano bianco, tónica, aceitunas y aceite de limón), el Chacarita Hemingway (blend de rones, Campari, cherry brandy y jugo natural de pomelo y naranja) y el Julep Dumont (Cynar, malbec, jugo de pomelo, sirope de mascabo y albahaca).