Olivia Gallo

Treinta y cinco días como si fuéramos una planta de interior (crónica de una convivencia en cuarentena)

Un verano pegajoso y una chica que se muda a vivir con su pareja en el momento más extraño: el del aislamiento por una epidemia en Buenos Aires/La evolución cotidiana del hartazgo y del cariño/Zoom con amigas, baños de inmersión y los espacios acordados para mantener cierta independencia/Por la autora del libro «Las chicas no lloran»