¿Y si volvemos a pisar el centro porteño? Siete razones para hacerlo y pasarla muy bien

Aunque algunos lo describan como un paisaje distópico por el golpazo que le provocó la pandemia y el home office, se da la paradoja de que es un momento perfecto para conocer algunas de sus propuestas (cosa que en MALEVA bancamos mucho)/Desde un rooftop con una vista y un estilo sensacional hasta un nuevo rinconcito foodie escondido detrás de un lavadero de ropa que es una caja de pandora/Además: cafés trendies y un plant based con platos de primera

La sensacional vista de Trade, una razón indiscutible para volver al centro 

¿Y si volvemos a pisar el centro porteño? Siete razones para hacerlo y pasarla muy bien. Por María Delfina Carmona.

La pandemia cambió hábitos, rutinas, trabajos y espacios. El Microcentro como zona núcleo de las oficinas porteñas no fue inmune al virus: lógicamente quedó en un segundo plano opacado ante la presencia cada vez más aceptada del home-office. Algunos hasta dirían que se volvió un escenario distópico. Pero tenemos una buena noticia: paradójicamente hay algunos restaurantes, bares y cafecitos que están radiantes y, me animo a decir, que es la mejor oportunidad para ir. Tal vez antes era imposible conseguir una reserva o había que esperar en filas largas para conseguir tu café preferido. En esta nota de MALEVA, te vamos a contar cuáles son las clásicas – ¡y las nuevas! – propuestas de Microcentro que tenés que visitar.

«Paradójicamente hay algunos restaurantes, bares y cafecitos que están radiantes y, me animo a decir, que es la mejor oportunidad para ir. Tal vez antes era imposible conseguir una reserva o había que esperar en largas filas…»

1) Bocabajo Bocarriba: una caja de pandora en pleno centro que esconde un ritual gastronómico sensual e inclasificable / Nació en Pandemia y hay cupos limitados para anotarse / Maipú 872

SI caminás distraído, vas a pensar que pasaste por una tintorería. ¿Cómo? Sí, una tintorería. Puede que los lavarropas que tienen cerca de la vidriera te confundan, pero es parte de su experiencia. Pero los atentos (o los que se enfocan en los vinos que también están en vidriera como yo) se intrigan cuando caminan por Maipú al 872. Bocabajo – Bocarriba es una cocina argentina de experiencias. Su cocina no tiene dueño, distintos cocineros, bartenders y sommeliers acercan sus propuestas y en conjunto arman un menú por pasos, maridados con vinos o tragos.

Escaleras abajo, hay un subsuelo-bodega que puede definirse como la tierra prometida de todos los amantes del vino. “Al mejor estilo speakeasy, si pasás por la vereda del lugar vas a ver un lavadero moderno con estética futurista, no te imaginás que abajo se esconde un restorán con una exclusiva cava de vinos”, cuenta Sebastián Antich, uno de los dueños.

En Bocabajo (@bocabajo.bocarriba en las redes) brindan experiencias gastronómicas, no son un restaurante abierto al público todos los días de la semana. Las hacen, en principio, sábados por la noche y algún que otro viernes. ¡Tenés que estar atento para anotarte porque tienen cupos limitados! “Tenemos una propuesta ecléctica y original en pleno Microcentro porteño donde distintos elementos aparentemente inconexos confluyen con sensual naturalidad”, resume Sebastián.

“Para nosotros el potencial radica en la capacidad de sorpresa. Como una caja de pandora la experiencia se va abriendo al participante paso a paso, siempre yendo a más y buscando la originalidad”, dice Sebastián y damos fe que es así. La primera sorpresa con la que uno se topa es cruzar el lavadero, bajar la escalera y descubrir un espacio cálido a la luz de las velas, rodeado de vinos, con la cocina abierta e integrada a la experiencia. Detalla Sebastián: “La posibilidad de compartir mesa o no, de elegir los vinos directamente desde la cava es un distintivo. Después de la comida, se abre un champagne entre bengalas, abre las mesas y dispone al lugar para cerrar con buena música”.

Si te quedaste confundido por los lavarropas en la planta baja, le pedimos a Sebastián que nos cuente en primera persona sobre la decisión de armar este bolichito casi secreto en plena pandemia: “Vivimos seis años en Barcelona en los que nos dedicamos a administrar departamentos turísticos. Al volver al país en 2019 replicamos ese laburo y creamos una empresa dedicada a la administración de departamentos turísticos. Al abrir oficina a la calle, pusimos el lavadero como un servicio adicional para nuestros inquilinos y teníamos ese sótano hermoso en el local esperando para entrar en acción”. La pandemia los dejó sin turistas pero con mucho tiempo libre para pensar y hacer y en ese contexto surge Bocabajo. Así nació este wine bar pandeniall. Una joyita a descubrir.

2) Tanta: platos coloridos y «limeños» que te entran por los ojos, una barra «pisquera» que no se queda atrás y un bellísimo espacio verde en el medio del salón / Con la firma de Gastón Acurio en pleno centro porteño / Esmeralda 938

La experiencia Tanta es un must para los paladares negros. No sirven comida, te dejan en bandeja un servicio atento a todos los detalles. La carta tiene el sello del indiscutible chef peruano Gastón Acurio y tiende a la sazón de sabores de la cocina peruana criolla. Se destacan los ajíes como sabor insignia en platos coloridos que te entran por los ojos (y te enamoran cuando los probás). Jerónimo Bichi, el gerente operativo los definió como “cocina hogareña de la abuela, siempre con un twist más gourmet con otra presentación en una vajilla exclusiva”. Con recetas que vienen desde Lima y cuidadas acá por el chef Allen Mezzoni, los platos que no pueden faltar en una visita a Tanta son el lomo saltado, las croquetas Tanta o la causa limeña.

La ambientación no se queda atrás, tienen una estructura muy grande de techos altos que permite una buena distancia entre mesas. Y no se puede hablar de Tanta si no se habla del invernadero que tienen en el medio del salón. Es un jardín totalmente natural. Dato: es un espectáculo cuando llueve, la noche más tormentosa es un show que vale la pena asistir. Ningún detalle está librado al azar y un claro ejemplo de esto es el sistema de iluminación diseñado por el mismísimo iluminador del Teatro Colón.

La barra no acompaña al restaurante en segundo plano, tiene todo el protagonismo y libertad que merece a cargo de Hugo de la Silva. El Pisco Sour sale más que la Coca-Cola y constantemente presentan variedades y creaciones nuevas en su ‘pisquería’.

“La gente viene por la experiencia, se queda por el sabor y la atención pero es la comida la que hace la diferencia. La receta se mantiene de principio a fin; creo que eso es lo que nos mantiene en el top 10 de los restaurantes de la Ciudad de Buenos Aires”, concluye Jeronimo Bichi.

Queda en Esmeralda 938. El mayor desafío de la ubicación podría decirse que es el viento: es la esquina más ventosa de la Ciudad Buenos Aires y supieron resolverlo a su favor. Tienen un emplazamiento con techo a estrenar en su vereda/terraza para también disfrutar de la experiencia al aire libre.

3) Negro Cueva de Café: una re-versión trendy del cafetín porteño / Espíritu de barra, público joven y mucho amor por el centro / Marcelo T.De Alvear y Esmeralda

En pleno aniversario por sus 6 años, Negro sigue cumpliendo su objetivo: transmitir el amor por el café y hacer amigable el concepto en barrios que no solían ser habitués del café de especialidad. Su idea es que sus clientes puedan descubrir lo que están consumiendo para así disfrutarlo el triple.

“Negro es una cafetería que te transporta a otro lugar. La búsqueda de los espacios y ese concepto de cueva está relacionado a que la gente en Microcentro pueda entrar a un lugar que te saque del ruido de afuera”, nos dijo Fernando Lozano, dueño. La ambientación, la música y todos los detalles están orientados en pos de eso. “Negro es un concepto renovado del cafetín porteño clásico del Centro, ese espíritu de barra con la expectativa de un publico más joven”, agregó.

En pleno contexto de incertidumbre sobre qué va a pasar en las grandes oficinas de la zona, ellos deciden quedarse. “Le tenemos mucha fe a lo que viene del Centro aunque parezca una locura, sea lo que sea. Sea residencial, un mix o la vuelta a las oficinas; en cualquiera de los 3 casos, nuestra apuesta es quedarnos porque le vemos mucho potencial a la zona. Nos quedamos prácticamente solos, quedan muy pocas cafeterías de especialidad. Es una apuesta”, afirmó Fernando.

Es una cadena con varias sucursales, nuestra recomendada en Microcentro queda en Marcelo T. de Alvear y Esmeralda.

4) Trade Sky Bar: cosmopolita, elegante y con una vista sensacional / Insistimos: uno de los mejores rooftops del mundo / Av.Corrientes 222

Un clásico rooftop bar, por no decir que es el rooftop más icónico que tenemos en el corazón de la city. Está encima de uno de los edificios con más historia de la ciudad: Comega, el primer edificio Art Decó de Latinoamérica. “Todo en Trade remite a grandes ciudades, la idea es poder sentirte ahí arriba. Entender que Buenos Aires es una ciudad del calibre de Nueva York, de París, de Tokio”, nos resumió Andrés Rolando, uno de los dueños.

La vista de este lugar que acaba de ser elegido por la revista Time Out como uno de los 25 mejores rooftops del mundo, es incomparable, se puede tener una perspectiva de Buenos Aires irreproducible. Uno creería que ese es su gran asset, pero el servicio gastronómico está a la altura. La carta de comida está a cargo de Dante Liporace y la de tragos lleva la firma marcada de Lucas López Dávalos. No es casualidad que lo hayan reconocido internacionalmente como uno de los mejores rooftops del mundo.

Trade Sky Bar es “cosmopolita, elegante e impactante”, esas son las palabras que usó Andrés Rolando para describirlo. “Los porteños no estamos acostumbrados a dimensionar lo que es Buenos Aires, en general no tenemos la posibilidad de verla tal cual es en toda su dimensión. Eso hace que Trade se quede en la retina de la memoria como un momento emocional porque empezás a ver tu ciudad con otros ojos”, concluyó Andrés.

Podés subir a esta experiencia ya consagrada como un ítem innegable en la check-list porteña en la intersección entre las avenidas Corrientes y Alem.

5) Mudrá: una propuesta plant based de primer nivel, en un local con estilo y con un menú pensado para el espíritu del centro / Paraguay 831 

La movida plant-based sigue pisando fuerte y gana otra batalla con la apertura de Mudrá Express en la zona limítrofe entre Retiro y Microcentro. Manteniendo su bandera de cocina a base de plantas, esta segunda sede de Mudrá canta retruco y pone sobre la mesa una buena oferta de pastelería artesanal, café de especialidad y opciones listas para comer to-go, todo 100% natural.

Obviamente la comida es uno de sus fuertes, con un menú diseñado por el líder de la alimentación a base de plantes de todo el mundo, Mathew Kenney. Otro de sus assets es el diseño del espacio que acompaña la propuesta: “Tenemos un lado artístico que a la gente le llama mucho la atención, suelen venir mucho para sacarse una foto. En todos los locales de Mudra hay intervenciones artísticas”, nos contó Ailin Malimowcka, directora creativa de Mudrá. “Tratamos de acercar este tipo de alimentación a aquellas personas que no tienen un paladar muy aceitado con respecto a lo plant-based”, agregó.

La fórmula promete: combina un diseño innovador con lo más primitivo de la tierra: ofrecen platos y preparaciones simples y sofisticadas hechas a base de vegetales, frutas, legumbres y semillas. “Se busca que sea una experiencia 360 grados. La idea principal del concepto es poder transportar a las personas a otro lugar, que viajen en toda la experiencia”, sintetizó Ailin.

Con respecto a la propuesta en Microcentro, Ailin nos detalló que querían lograr que sea accesible y atractivo a todas las personas, no solo a los que comen en base a plantas. “Es una zona que casi que no tiene propuestas de comida de este estilo y al mismo tiempo no es un local tan formal como el otro de Mudrá”. En esta sede se destaca el take away de comidas listas para llevar por un mostrador y también la oportunidad de sentarte a comer.

Este local a la calle queda sobre Paraguay al 831. “Fue pensado para adaptarse a la nueva modalidad de consumo, más veloz e informal, pero sin dejar de lado su estética”, nos cuentan desde Mudrá.

6) Trippin: cada café, un viaje distinto/ Maipú 944

Dentro de la categoría de cafés de especialidad, Trippin’ es un actor relativamente nuevo que está pisando fuerte en la zona de Microcentro. Con una estética súper cuidada y limpia, invita a que frenes y te sientes en alguna de sus mesitas. Desde el nombre, el concepto de Trippin está planteado llevarte de viaje. “Jugamos con esta ambigüedad del significado real de viajar y el lunfardo inglés de ‘pegarte un viaje’ de alguna manera, siempre a través de la experiencia del café”, cuenta su dueño Juan Aguilera. Cuidan el grano como corresponde y verdaderamente se luce. Cada taza de café viene acompañada de un boarding pass con toda la ficha técnica donde te explican de dónde viene el grano, a donde vas a teletransportarte.

La esencia de Trippin es su experiencia, su producto y el ambiente. “El café de especialidad es el centro de todo, sumado a escaparte de esa realidad del centro bastante monótona y a la calidad de los productos que en ninguna circunstancia la hemos bajado”, agrega Juan. “Es un lugar más palermitano que del Centro”.

Abrieron en 2019 y en medio del impasse del año pasado buscaron asociarse con otros rubros para seguir figurando y creciendo. Tal vez disfrutaste uno de sus cafés en la Estacion de las Flores en Recoleta o en alguna de las cervecerías 1516.

Encontralos en Maipú 944 para disfrutar su café de especialidad y su pastelería. No quiero spoilear pero próximamente vuelven a tunear su carta de almuerzos para redoblar su apuesta así que conviene ir siguiéndoles el rastro.

7) Dadá Bistró: un bar que «juega a otra cosa», con una magia única y una legión de habitués (dicen que hasta Francis Ford Coppola es fan) / San Martín 941

Dadá Bistró es un clásico de la zona del Bajo de Microcentro. Es una combinación perfecta y rara de encontrar entre un bar de época con toques modernos, resaltando lo vintage y barrial. Es de esos bolichitos que te invitan a ser habitué. Ideal sobretodo para los que buscan cortar con la vorágine céntrica que puede tener una presencia muy marcada.

Se respira una vibra de club, de punto de encuentro de gente que tal vez no tiene nada que ver entre sí pero parece que se conocen de toda la vida. Más allá de esa calidez tanto ambiental como humana, este bar bistró a pasos de la Plaza San Martín también se destaca por su barra super completa. Yo no me iría sin probar sus gin tonics o una buena copa de vino a elección.

Dadá es de esos lugares que parecieran estar detenidos en el tiempo, como si fuese una postal de una Buenos Aires que está en el inconsciente colectivo. Es un spot que le recomendaría a un turista que quiere vivir la full experience porteña y comerse un buen lomo argentino y bajo esa misma premisa también es un must para los rioplatenses que normalizamos esos manjares. (Dato cholulo: Francis Ford Coppola es fan de este bolichín).

Muy distinto a la estética cuidada a rajatabla de la mayoría de los restaurantes y bares de moda hoy, Dadá juega a otra cosa. Tiene una magia que lo hace encantador y distinto a lo que solemos frecuentar.

///

Fotos: son todas gentileza de los locales mencionados. 

Foto destacada: gentileza Unsplash (PH Bruno Diaz).