Y por supuesto se baila, se come y se brinda: seguidilla de planes perfectos (todo tipo de precios) si vas a ver el mejor polo del mundo en Palermo

Desde el mediodía hasta la medianoche: seguidilla de planes, más allá de los partidos, para pasar un día entero de disfrute en el Campo Argentino de Polo/Todos los fines de semana hasta el 7 de diciembre/Desde un patio de comidas variado, hasta una parrilla con los mejores cortes argentinos, a pasos de la cancha/Para cerrar el día: after en Cruza y dj en el Beerhouse.

El balcón del Beerhouse de Imperial tiene una de las mejores vistas a la cancha.

Y por supuesto se baila, se come y se brinda: seguidilla de planes perfectos ( todo tipo de precios) si vas a ver el mejor polo del mundo en Palermo. Por Lenchu Rodríguez Traverso. Fotos: Ana Pareta para MALEVA.

Pasear por el Campo Argentino de Polo estas semanas es un plan en sí mismo. Es escuchar un poco de inglés y francés; es ver parejas tomando vino sobre las canchas, grupos de amigos viendo el partido desde el balcón del beerhouse o mesas con un mix de pizzas, hamburguesas y ribs en el patio multicolor de Bocha. Durante el Abierto de Palermo – que se juega todos los fines de semana, hasta el sábado 7 de diciembre – el predio es una vacación constante. Se ríe, se disfruta del mejor polo del mundo y, por supuesto, se come y se bebe muy bien. Con MALEVA nos acercamos al Campo un día de partido y encontramos seis situaciones que tenés que hacer si querés vivir el “full plan” del polo, más allá del polo.

1) Brindar con una IPA tirada y bien fría, picando unos tequeños con la vista más espectacular del partido. ¿Dónde? El bar de Imperial (ya un ícono del predio con afters a pleno los findes).

Ni bien entrás al Campo Argentino de Polo, hay una casita de madera con techo a dos aguas que se convirtió en un ícono del lugar. El Beerhouse de Imperial – con su jardín en la entrada, un dj pasando música adelante y dos pisos con mesas y barras – tiene una joyita especial: un balcón con mesas y vistas alucinantes de la cancha uno. Cuando hay partido, te podés sentar a mirarlo mientras te tomás una IPA, Golden, Amber o Cream Stout y te armás una mesa de picoteo con provoleta, burritos, tequeños, papas, rabas, pizzas y empanadas. Los sábados y domingos, post partido, se sube la música y se arma una movida de after polo adelante y atrás del beerhouse. 

2) Tomarse un vino tirado con un ojo de bife y empanadas de carne, a pasos de la cancha dos (¡los caballos galopan a metros nomás!). ¿Dónde? Estación 83, la parrillita rosa cool de Trapiche. 

Si hay un lugar que llama la atención en el predio este año, es la propuesta de Trapiche. Para festejar que se convirtieron en la bodega oficial del Inter Miami CF, desembarcaron con Estación 83, un espacio completamente rosa y una carta que apuesta al grill (parrillas y jaulas a la vista), con costillas, vacío, asado, ojo de bife, choripán y otros clásicos de la parrilla argentina. Pero el verdadero tesoro está en atravesar el patio techado para desembocar en una vista primer plano de la cancha dos, que se convierte en la pantalla de entretenimiento en vivo, mientras te sentás tranquilo a comer y tomar algo. 

Hay vino tirado por copa con el Trapiche Reserva Malbec (el oficial del equipo de Messi), Chardonnay o Rosé; o botellas como el Tesoro, Iscay o Medalla y los de Costa y Pampa, que traen la frescura del mar al corazón de Palermo. Empanadas, provoleta, choripán y varias guarniciones completan la propuesta que invita a vivir un mediodía de pausa, disfrutando de los ritmos del partido y del sol, y refrescando con unas copitas de buen vino.

3) Hacer un break a la sombra, entre partido y partido, con una hamburguesa smash (del local Match) y papas rejillas bien crocantes.

Muchos de los días de partido, hay dos en la misma fecha; uno al mediodía y el otro a la tarde. En el medio se arma un bache que es ideal para dar unas vueltas por el predio y sentarse a comer algo al paso. Para eso está el patio de comidas de Bocha, que tiene cinco puestos de comida rápida, pero con onda. Para este torneo, Match trajo un menú simple pero que no falla: una, dos o tres hamburguesas smash con cheddar. Viene en un pan “nube” – que acompaña muy bien la textura de la carne, y para el que preparan cada bollo por separado, dándole al final una forma de flor – y con papas rejilla recién hechas. Hay mesas comunitarias bajo un techo multicolor, para sentarse a comer tranquilo y descansar un poco a la sombra.

4) Comprar una pizza en Pizza Madre y llevarla a las mesas sobre la cancha, para comer viendo el partido.

La propuesta que completa el patio de Bocha – además de Match, el pollo frito de Lacky, Ribs al Río y La Lechería, para algo más dulce  – es Pizza Madre. Fiel al estilo patio de comidas, la pizza de masa madre viene en cinco sabores y en porción individual, aunque puede dar para más de uno. Desde una clásica de muzzarella, pasando por una de tomate y pesto hasta la más gourmet con peras, nueces y roquefort. El plan es simple: retirás la pizza y caminás hasta una de las mesitas sobre la cancha dos, para disfrutarla al sol viendo un poco de polo en vivo.

5) Sentarse en la barra circular de Johnnie Walker a relajar con un Penicillin (mientras pega el sol en su espacio dorado).

Caminando por el predio, hay un rincón dorado que llama la atención, especialmente cuando le da el sol directo. Justo antes de llegar al patio de comidas, Johnnie Walker armó un bar con una barra semicircular de mármol, sillones privados y una carta de cocktails donde el whisky es protagonista. Los bartenders te preparan desde un “John Collins” con JW Black, syrup, limón y espumante; hasta un “Coffee Highball” que lleva el mismo whisky con Cold brew y tónica; o un Penicillin que no está en carta pero es un clásico que siempre se puede pedir. Para el que tenga ganas de sentarse cómodo y comer algo un poco más que al paso, también hay un menú con tapeo, principales – como una baguette de ternera braseada o un criollo de tomates confitados – y combinados de sushi, con salmón y langostinos o en versión vegetariana. 

6) Cruzarse a Cruza Polo, cuando termina el último partido, a tomar un gin tonic con el atardecer y bailar un rato al aire libre.

“Peña y cachengue”, así se presenta Cruza como el plan oficial de after en la temporada de polo. Justo cuando se empieza a levantar la gente de las butacas, se prenden las luces de su espacio, que empieza con una peña en vivo, haciéndole honor al entorno. A eso de las siete y media, se prenden las luces, se sube la música y el dj empieza a pasar clásicos del reggaeton y nuevos hitazos del cachengue y trap. Bailás un rato al aire libre, pedís un gin tonic en una de sus barras y te parás justo al lado de la cancha con una de las mejores vistas; los últimos rayos de sol iluminando los edificios de Palermo de fondo.

Galería:

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En MALEVA hacemos fotos y coberturas en video con nuestros equipos MOTOROLA (Edge 40 Neo, Moto G84 5G y Moto G54 5G).