Una tras otra: nueve aperturas de restaurantes, bares y pastelerías en Buenos Aires para descubrir en verano

Para empezar este veranito visitando locales que, con la magia de lo nuevo, ya la están rompiendo y convirtiéndose en lugares claves para el disfrute/Desde lo nuevo de Trocca en una ubicación sensacional junto al río hasta la esperada pastelería de la Chica Pájaro o una propuesta dedicada a la carne que sorprende en Olivos/Además: ¿cuál es el bar, junto a un museo, que promete ser un nuevo must?

El Bellas Artes Bar, una de las nuevas cartas fuertes de la Ciudad. 

Una tras otra: nueve aperturas de restaurantes, bares y pastelerías en Buenos Aires para descubrir en verano. Por Camila Barreiro.

En medio de lo que parecía una crisis mundial para el sector, el 2020 nos enseñó que cada momento oscuro es una oportunidad para aquellos que tienen ganas de crear, crecer y compartir. El 2021 no fue la excepción, y abrieron cientos de espacios para beber café y cócteles, comer rico y probar cosas nuevas. Por eso, con MALEVA recorrimos algunas de las aperturas más importantes de los últimos meses del año para empezar este veranito visitando locales que, con la magia de lo nuevo, ya la están rompiendo y convirtiéndose en lugares claves para el disfrute.

«El 2021 no fue la excepción, y abrieron cientos de espacios para beber café y cócteles, comer rico y probar cosas nuevas. Por eso, con MALEVA recorrimos algunas de las aperturas más importantes de los últimos meses del año para empezar este veranito visitando locales que, con la magia de lo nuevo, ya la están rompiendo y convirtiéndose en lugares claves para el disfrute…»

Desde comida española, espacios que mezclan arte con coctelería y cafeterías deliciosas, nueve propuestas para disfrutar enero en la ciudad descubriendo cosas nuevas.

1) Paquito: una propuesta de tapas para románticos / Thames 1999 – Palermo Viejo. 

Todos lloraremos (y quizás ya lloramos) más de diez veces por amor, pero como una esperanza que no tarda en llegar nació Paquito, de la mano de la dupla estrella de la calle Thames: Pedro Peña y Germán Sitz (de Niño Gordo, Chori, etc). Mientras propone un viaje a España, con sus tapas y tinto de verano, el logo y la musicalización coquetean con el romanticismo. 

El local tiene una cava subterránea con etiquetas traídas desde España, cortan los embutidos a pedido de los visitantes y sirven raciones pequeñas para que puedan probar de todo (imperdibles las gambas al ajillo y los callos). Ahora hacen shows de flamenco en la calle (durante la visita de Maleva sonó desde Sabina hasta Tangana) y, sobre esta nueva esquina, Pedro cuenta: “El primer restaurante en el que laburamos con Germán era de comida española y siempre quisimos hacer un proyecto así. Armamos esto en recuerdo de cómo nos conocimos y por mi amor. Yo soy un tipo romántico y el amor vehemente que siento por la mujer que fue el amor de mi vida, es este lugar”.

2) Garibaldi: sabores del Mediterráneo con toques orientales y latinos (y una vista sensacional al Río de la Plata) / Avenida Rafael Obligado 4899 – Costanera Norte. 

Este restaurante junto al río (donde antes era Morena) nació gracias a un sueño de Roberto Tosto, su dueño. “Nosotros lo definimos como una fusión entre lo patagónico y regional, con matices europeos. Tratando de que la coctelería y los platos tengan un toque distinto, pensando no solo en los ingredientes sino también en los recipientes donde servirlos”, agrega Tosto. 

Para vivir “la experiencia Garibaldi” recomiendan probar la Milanesa Napoli que está hecha con un bife de chorizo empanado relleno de pastrami, y se sirve acompañada de morrones asados, cebollas ahumadas y crema de papas. 

3) Knowhere Gallery: donde conviven las pasiones: comics, cócteles, gastronomía y arte / El Salvador 5721 – Palermo Viejo. 

Detrás de una barra imponente, los bartenders preparan cócteles inspirados en cómics que sorprenden por la delicadeza. No hay verde kryptonita, ni rojo Iron Man, y las copas en las que se sirven son un must para cualquier fanático del buen beber. La carta, con la consultoría de López Dávalos, está inspirada en situaciones muy particulares en las que algunos superhéroes comparten momentos con el alcohol. Es imponderable probar el lightning (con vodka, aperol, rooibos, jugo de lima y jarabe de maracuyá), que está basado en un cómic de Spiderman de 1980 (gran cierre post ver “No way home”). 

Es casi único en América Latina que haya una galería de arte y cultura pop dentro de un local gastronómico con una propuesta tan completa. Sus dueños coleccionan piezas hace más de 20 años, pero acá van otras razones para vivir la experiencia. Primero: todo lo que ves a tu alrededor se puede comprar, podés terminar de comer y llevarte… un Yoda. Segundo: como las muestras se van vendiendo, nunca volvés al mismo local. Tercero: hay detalles en referencia a diferentes películas en todo el espacio pero nada es invasivo (si sos fanático de Alien, tenés que ir al baño sí o sí). Cuarto: No podés dejar pasar la hamburguesa, que está hecha con tres tipos de carne (roast beef, tapa de asado y ojo de bife) y tiene cheddar, gruyere, panceta casera y papas fritas en triple cocción. 

4) Tribu: un viaje con vista al río en Martínez / Juan Díaz de Solis 2794 – Estación Anchorena del Tren de la Costa. 

Inspirados en varios de los lugares más top del mundo y con un concepto descontracturado, este restaurante de río propone una experiencia única mezclando platos tradicionales con un toque gourmet. La carta acompaña a los comensales desde la mañana, con desayunos caseros, hasta la noche. Las tapas son su caballito de batalla: rabas, langostinos, bastones de pescado y tablas de mar. Un dato no menor es que tienen un horno de barro donde cocinan imperdibles bondiolas braseadas y vacío. 

5) Diviiino: un bar de vinos donde las copas maridan con lo mejor del fast food / Arévalo 1478 – Palermo Viejo. 

“Queremos acercar a las personas a beber vino sin tener una verdad absoluta. Que puedan comer unas papas fritas, algo de fast food de buena calidad sin la parte protocolar”, explica Mauricio Florez, uno de los dueños de Diviiino, mientras sirve un naranjo y recomienda probar el panchito que tiene salchicha de viena, mayonesa de porotos fermentados, ketchup de kimchi, mostaza amarilla y lluvia de papas. 

Todo comenzó como un sueño de tener un bar de espumantes, para que no queden solo relegados al festejo de año nuevo o navidad, pero de a poco la idea fue madurando y concluyó en un bar de vinos (igual, ofrecen un montón de opciones de espumantes por copa para que encuentres uno, te enamores y empieces a disfrutarlo más allá del brindis). La carta de platitos está pensada por los chicos de Anafe y los postres a cargo de Finde Heladería, así que realmente nada puede salir mal. Salud.

6) Oli BA: la apertura dulce más esperada de Palermo / Costa Rica 6020 – Palermo Viejo. 

La chica pájaro es protagonista de, quizás, la apertura más esperada de Palermo, y su primer espacio: Oli BA. Hay que ir, sentarse en alguna parte del local, y probar las medialunas (sello distintivo de la casa) pero además, en la carta de verano, es clave la ricotta con tomates antiguos sobre pan de campo. 

“Oli es un lugar de convivencia entre panadería, pastelería, café de especialidad y bistró. Podés pedir desde un omelette de queso hasta medialunas, vermut, vino de bodegas amigas y los viernes hacemos jalá para Shabat”, narra Olivia Saal. Cada parte del local está pensada como el lugar en el que su dueña quisiera pasar 12 h por día como cocinera (por eso la mitad del espacio es de producción y está a la vista). “De todos los lugares en los que trabajé tomé qué me gustaba y qué hubiera querido cambiar. Este es el proyecto de toda mi vida y es un collage de cosas que me gustan: cafés, galerías, restaurantes, casas, un poco de todo. De hecho, lo pensé como un lugar que pudiera estar dentro de un museo”, admite Olivia sobre su apertura de noviembre. 

7) Bellas Artes Bar: un spot emblemático de la Ciudad, ahora parte de la ruta foodie / Alcorta 2250 – Recoleta. 

Picasso, Dalí y Pettoruti ya no solo serán nombres de artistas que cambiaron el mundo, sino también son tres cócteles especiales que ideó Martín Suaya para el nuevo bar de Bellas Artes. “Es un lugar emblemático, que representa algo muy especial porque mi familia siempre estuvo relacionada con el arte. Así que lo fuimos siguiendo desde que cerró el local anterior y a partir de ahí nos pusimos a ver cuándo arrancaba la licitación… que ganamos”, explica Diego Díaz Varela, dueño de esta propuesta que marida lo mejor del arte con la gastronomía.

A las joyitas de La Fernetería (Serrano 1349) como la degustación de fernet y las pastas caseras, se le suman los agnolottis Bellas Artes que están relleno por un lado de ricota y por el otro de remolacha. 

8) Asadero: los fuegos se encienden Olivos / Corrientes 400 – Olivos. 

Asadero comienza como un proyecto de huerta urbana agro ecológica, que busca lograr la trazabilidad absoluta de lo que se sirve en cada plato. A partir de ahí, nace un restaurante que pone el acento en los productos de estación, que trabaja con diferentes carnes preparadas en diversas cocciones para resaltar las cualidades de cada uno, y una carta original que se aleja de las tradiciones. Hay una parrilla, un horno de barro y un ahumadero en el que se trabajan carnes y verduras por igual. Recomiendan empezar con una ensaimada con sobrasada, queso fundido y miel. Pero, es imperdible la entraña o T-bone a la parrilla con ensalada de verdes de la huerta. La carta fue pensada por la excelente Julieta Caruso (Casa Cavia), con Sabrina Altamirano en el área dulce. 

9) Mostrador Santa Teresita: el clásico de Fernando Trocca en Uruguay, ahora en el Puerto de Olivos / Juan Bautista Alberdi 25 – Puerto de Olivos. 

Con una locación soñada que propone mirar al río nació Mostrador Olivos, un hermano del clásico uruguayo. Con Fernando Trocca a la cabeza, el local propone una mecánica de – valga la redundancia – mostradores: donde están expuestos los vegetales, ensaladas, proteínas y postres, y cada comensal elige cómo crear su propio plato con los ingredientes que van cambiando acorde a la temporada. A diferencia del espacio de Uruguay, acá las cenas sí son con un menú tradicional y son acompañadas de la coctelería de Inés de los Santos.

El espacio es enorme y de puro vidrio, así que la lluvia o el frío no son impedimentos para mirar el agua. Además, están abiertos de lunes a lunes, hay opciones para celíacos y veganos y las áreas abiertas son pet friendly. Un spot clave para el verano.