Un restaurante Michelin en una isla recóndita, una tienda de fragancias preciosa, un hotel fuera del bullicio con vistas de impacto: seis planes despelote de MALEVA en Barra de Tijuca

Si en Río de Janeiro todo es más ligero y amable, en este barrio del oeste carioca, la sensación se acentúa/Además, es un destino en sí mismo con propuestas gastro excepcionales y con onda, paisajes que enamoran, calles con mucha movida y hoteles que son soñar despierto/Nota MALEVA desde la Cidade Maravilhosa.

Frente a la arena blanca de la playa de Tijuca: la ubicación insuperable del hotel Hyatt de Río de Janeiro. 

Un restaurante Michelin en una isla recóndita, una tienda de fragancias preciosa, un hotel fuera del bullicio con vistas de impacto: seis planes despelote de MALEVA en Barra de Tijuca. Por Tamara Tornello (desde Río de Janeiro para MALEVA).

Aterrizar en Río de Janeiro ya nos predispone de otra manera. De a poco nos sacamos las capas de ropa que traíamos puestas para combatir el aire acondicionado del avión y nos adentramos al clima tropical que tenemos a menos de tres horas de avión desde Buenos Aires. Unos pasos en tierra firme y ya todo se siente más ligero y amigable.

Las primeras imágenes que uno invoca de Río son la icónica estatua de treinta metros de alto del Cristo Redentor, el delicioso queijo na brasa que se consigue en todas las playas sin excepción y la cerveza liviana bien helada que lo acompaña. Esta vez nuestro viaje nos llevó por la tangente porque, aunque nos invite a andar despojados, la ciudad carioca está llena de capas y facetas que vale la pena descubrir más allá de Copacabana.

MALEVA hizo base en el Grand Hyatt Río de Janeiro para nuestro viaje de cuatro días que no solo fue la locación perfecta para desconectarnos y relajarnos antes de afrontar las últimas semanas del año, sino que sirvió para descubrir sus alrededores.

Desde un restaurante en una isla recóndita recomendado por la Guía Michelin, un paseo en barco por la laguna Marapendi en paralelo al mar hasta una pizzería carioca ubicada entre las cien mejores del mundo. Acá los seis lugares imperdibles – por su confort, vista o sabor – que no hay que perderse en Barra de Tijuca:

1) Grand Hyatt Hotel Río de Janeiro: un oasis de placer alejado del bullicio, con vistas impactantes, y dónde no se necesita nada más para ser feliz (básicamente). / Av. Lúcio Costa, 9600 – Barra da Tijuca, Rio de Janeiro.

A 35 minutos en auto desde el Aeropuerto Internacional de Río de Janeiro se encuentra el hotel que le devolvió la paz a los días agitados que acarreaba desde Buenos Aires. El Grand Hyatt Hotel es un resort de verano que la mayoría de huéspedes elige para disfrutar durante su estadía completa. No es un hotel all inclusive pero todas las facilidades que ofrece y su cercanía a la playa nos hacen sentir que sí. Para pasarla bien no se necesita nada más por fuera de sus instalaciones.

436 habitaciones – entre ellas la Suite Presidencial de 165 m², y la Suite Penthouse de 308 m² con piscina privada –, Shiso, el restaurante de comida japonesa, Cantó un restó-lounge descontracturado con propuesta de gastronomía y coctelería; spa, gimnasio mega equipado, un lounge exclusivo en el piso siete con vistas a la laguna y dos piscinas al aire libre conforman el total del hotel.

Y como no hay Brasil sin caipirinha – o caipivodka, en mi caso –, desde el hotel se encargaron de armarnos una Master Class exclusiva para que aprendamos a crear nuestras propias caipis. También jugamos un rato a Master Chef cocinando risotto en distintas estaciones. Después los presentamos ante una chef y probamos cada uno de los que hicimos. Además, otros de los encuentros que ofrece el hotel para los huéspedes que quieran incursionar en la gastronomía son clases de sushi, pastas y pizzas. Variado, diferente y original.

Un dato: todas las habitaciones son pet friendly. Admiten dos perros chicos – de aproximadamente 22 kg – por habitación y el peso total no puede pasar de 30 kg.

2) Laguna Marapendi: la navegación menos obvia de Río, en contacto directo con la naturaleza y con postales soñadas para fotografiar. / Av. Lúcio Costa, 9600 – Barra da Tijuca, Rio de Janeiro.

La vista desde nuestra habitación nos permitía ver una gran porción de la laguna Marapendi que es parte del Parque Natural Municipal de Marapendi, que cubre unas 9.500 hectáreas. Por suerte, el hotel ofrece entre sus tantas actividades la opción de navegarla. Todos los días salen embarcaciones con capacidad para cien personas aproximadamente que permiten hacer un recorrido guiado de una hora. Generalmente no sube tanta gente junta entonces la experiencia es muy cómoda. En nuestra aventura nos acompañó un biólogo local que nos enseñó y ayudó a descubrir el ecosistema, la vegetación y la fauna de los parques y la laguna. Vimos caimanes de distintos tamaños, carpinchos, garzas, otras aves e insectos. El broche de oro fue el atardecer que nos acompañó durante todo el camino de vuelta al hotel. El color rojo intenso del sol que se escondía entre las palmeras representó uno de los atardeceres más llamativos que vi. Ese mismo día, al terminar el paseo, aproveché para cruzar la calle que divide al hotel de la playa y así apreciar lo que quedaba del cielo del atardecer desde allí. Los morros, el mar y el viento que comenzaba a soplar dándole formas catastróficas a las nubes crearon la postal perfecta para atesorar, no solo en mi recuerdo, sino también en el carrete de fotos de mi celular.

3) Ocyá Restaurante: una pequeña y recóndita isla aloja un restaurante recomendado por la Guía Michelin 2024. / Ilha Primeira – Barra da Tijuca, Rio de Janeiro.

Jamás hubiera pensado que un restaurante ubicado en un archipiélago en Río de Janeiro al cual solo se accede a través de una lancha, con puntos de partida en el shopping Barra Point y la estación de metro Jardim Oceânico, habría sido recomendado por la Guía Michelin 2024. Pero así es. Ocyá es un proyecto ubicado en Ilha Primeira que te sorprende antes de tu llegada. Gerônimo Athuel, su chef y creador – que también es pescador y buzo – se dedica a la investigación de las técnicas de maduración y conservación de las especies marinas para ofrecer recetas y platos que salen de lo habitual. Con diez mesas en un patio que da directo a la laguna, este restaurante recóndito que no escapó de los paladares más exigentes, se volvió uno de los imprescindibles para recomendar. Además, el atardecer que se ve desde allí es alucinante.

Estos son los platos destacados que probó MALEVA: el pan con ajo de camarón hecho en horno de leña con panko crocante y farofa de camarón (para aprovechar todas sus partes) – que se robó mi corazón y espero poder volver a comer en alguna ocasión –, bicuda con ocho días de maduración, pesca blanca y pulpo a la brasa con arroz cremoso, tomate asado y farofa de albahaca acompañado de papas.

Ocyá abre para almuerzos de miércoles a domingo y también para cenas viernes, sábado y domingo.

4) Rúa Olegário Maciel: 750 metros de movida nocturna local. Fiestas, bares, y restaurantes para visitar post día de playa. / Av. Olegário Maciel – Barra da Tijuca.

La caipirinha no se bebe únicamente en la playa y no hay vacaciones sin un lugar a donde ir a pasear, comer y beber algo por las noches. El punto céntrico en Barra de Tijuca es la Avenida Olegário Maciel y allí la movida está centralizada. Son solo 750 metros pero eso no dice que la oferta sea escasa. Hay restaurantes, bares, cafés, heladerías, tiendas y hasta lugares para irse de fiesta. Los miércoles y domingos en Río las noches son del fútbol y la mayoría de los bares transmiten en vivo los partidos. Si decidís visitarla para fechas puntuales vas a ser testigo de la extrema pasión con la que los brasileños viven y celebran este deporte, que si bien esto es algo ya sabido, ser parte de esos momentos es una experiencia única.

5) Restaurante Ferro e Farinha: elegida una de las cien mejores pizzerías del planeta / Avenida Olegário Maciel, 555 – Barra da Tijuca, Río de Janeiro.

En la Avenida Olegário Maciel está ubicada la cuarta sede del restaurante de pizzas de Sei Shiroma, chef neoyorquino, hijo de madre china y padre japonés. Con ambiente de bar algo sofisticado y una carta amplia, Ferro e Farinha fue otra de las sorpresas del viaje. Si bien se lo conoce como pizzería, yo no lo catalagoría de forma tan hermética como una porque ese es un concepto que le queda chico. Hay doce platos en la sección “especiales a la leña” además de las pizzas.

Sus pizzas reflejan la multiculturalidad que atraviesa la historia del creador. Si bien ofrecen versiones clásicas, en otras utilizan ingredientes como salsa de soja, jengibre, pescado crudo y pimienta. En total son dieciséis las que conforman la carta. Además, es la única pizzería que ofrece ostras. Las traen de Florianópolis y son deliciosas.

Lo que probó MALEVA: pan de ajo, hongos asados a la leña con salsa de coliflor, carpaccio de pulpo con mayonesa de ostras – el favorito del chef –, sashimi de salmón sellado a la leña con queso de cabra, pizza de cordero acompañado de tamarindo y salsa de shisu, la classic new york pizza de muzzarella, y la opción cuatro quesos con miel. Todo está hecho al horno de barro. No trabajan con gas.

Ferro e Farinha abre todos los días a partir de las 18 h. Sus otras sedes están ubicadas en Botafogo, Leblon e Ipanema. En el mes de diciembre abrirá una quinta sede ubicada en el Shopping Leblon).

6) Carnaval Experience: tradición, color y detrás de escena.

El carnaval de Río de Janeiro que se lleva a cabo desde 1932 está entre los más importantes e imponentes del mundo. En la actualidad participan más de 100 escuelas de samba con alrededor de 300 integrantes que año a año buscan representar un ritual de alegorías y fantasías de la manera más creativa posible.

MALEVA visitó la fábrica del ganador del año 2022 para poder adentrarnos a la cultura del fenómeno carioca e hicimos un tour guiado en el cual no se podían sacar fotos para evitar spoilear los procesos de producción de la escuela. En los galpones pudimos ver el desarrollo de estructuras, carrozas y vestuarios para poder entender de dónde nace todo lo que vemos una vez terminado.

Los equipos trabajan todo el año para llegar a su presentación de fines de febrero/principios de marzo en el sambódromo y todos los detalles están más que cuidados. La música, su distribución en plataformas, el maquillaje, el vestuario, la escenografía y la coreografía son los aspectos más importantes. De todas formas, tal como indicaron desde la experiencia, “la samba sin una historia no es un carnaval” y es por eso que la representación de la historia/temática tiene que estar llevada a cabo a la perfección. El espectáculo dura 70 minutos pero la alegría que genera en las comunidades dura mucho más que eso.

Para completar la experiencia, nos prestaron trajes de carnavales anteriores para probarnos y así poder sentirnos en sus zapatos al menos un ratito. Además, presenciamos una breve clase de samba que dejó al descubierto por qué los brasileños son los reyes del movimiento.

6 bis) Granado: la tradicional tienda de cremas y fragancias que combina lo vintage con lo bohemio, lo botánico y lo contemporáneo. / Rua Garcia d’Avila, 108 – Ipanema, Rio de Janeiro y otras locaciones.

Antes de viajar ya me habían hablado de Granado. “Por favor visitá alguna de sus tiendas”, me dijo una amiga con muchísimo entusiasmo y bastante enamorada de una marca que había conocido hace pocos meses en un viaje a Brasil. Desde ese entonces la tuve como referencia pero no había investigado mucho al respecto.

Al llegar a mi habitación del Grand Hyatt Río de Janeiro vi cremas Granado en mi habitación, durante la recorrida por el hotel vi una tienda Granado al lado de Ataia, el spa, en una breve visita a un shopping a 5 minutos del hotel vi otra tienda y en el free shop cuando abandonaba el país vecino vi una tercera. Granado es tradición en Río y está por todas partes. Además, tal como me comentó el vendedor del local del hotel, los brasileños están muy orgullosos de ella. Aman su historia, que data de 1870, y todo lo que engloba su universo.

En los 2000 Granado se posicionó como marca de lujo accesible en lo que refiere a cosmética, cuidado de piel y aromas. Es sofisticada pero cercana. Sus tiendas son muy características porque combinan detalles de una farmacia clásica como muebles de madera con vitrinas y muebles modernos. El packaging es alucinante.

Todos sus productos parecen piezas de arte y colección que vinculan lo vintage con lo bohemio, lo botánico y lo contemporáneo. Y no todo es lo estético porque sus aromas, cremas y esencias, hechas a partir de ingredientes naturales, son de altísima calidad. Además de productos individuales ofrecen kits exclusivos que varían por temporadas y que combinan distintos productos. En resumen, el souvenir carioca perfecto acá está garantizado.

Las fotos son gentileza para prensa de los lugares mencionados.