«Todos los días me levanto con algo nuevo que quiero hacer, soy muy soñadora…»: entrevista a Tefi Russo

Fue elegida Influencer Latina del año y desde hace más de una década que cambió – con un estilo muy propio y cercano -, la forma en que se comunica la cocina/¿Por qué asegura que lo más importante es no perder la autenticidad? Las influencias cruciales en su familia y sus favoritos.

A Tefi la entrevistamos en el restaurante Happening de la costanera: uno de sus lugares gastro entrañables desde que era chica. 

«Todos los días me levanto con algo nuevo que quiero hacer, soy muy soñadora…»: entrevista a Tefi Russo. Por Agustina Canaparo. Fotos: Marina González Mazza para MALEVA.

Es una mañana otoñal, para ser exacta, el primer día de la nueva estación. Hay solcito, pero la brisa del Río de La Plata hace lo suyo y enseguida refresca, como es habitual en Costanera. Tefi Russo, cocinera y creadora de contenido, llegó a la entrevista con su característica sonrisa y luciendo una pollera verde oscuro, sweater finito blanco, botas texanas y unos cancherísimos anteojos de sol negros. Enseguida, nos ubicamos en una de las cómodas mesas de la terraza del restaurante Happening, un clásico de todas las épocas que ella eligió especialmente para el encuentro.

Para Tefi tiene un significado especial ya que acá solía venir desde muy pequeña con sus padres los domingos. “Fue el primer lugar que se me vino a la cabeza. Tengo recuerdos de venir siempre: cumpleaños, Día de la madre y del Padre. Con mi vieja empezábamos con el choripan y pedíamos que nos tuesten un poquito el pan. Sale soñado: crocante por fuera y suave por dentro. Después, soy fanática de la tirita de asado con papas fritas”, confiesa Russo, quien arrancó con un pequeño blog de recetas, para preparar en casa, en el 2012, mucho antes del boom de las redes sociales. Hoy, la creadora digital cuenta con 1,1 millones de seguidores en su cuenta @inutilisimas y es una de las influencers más destacadas del rubro gastronómico. De hecho, recientemente, ganó el premio a la “Influencer Latino del año” en el People´s Choice Awards Internacional.

En esta entrevista con MALEVA, nos contó de todo: las recetas de su infancia, la influencia de sus abuelas en la cocina, sus comienzos en las redes sociales, los nuevos desafíos del mundo digital y cómo hace para mantenerse fiel a su estilo único. “No soy chef. Soy una cocinera caradura”, dice cada vez que se presenta.

«Mi papá Luis cocinaba increíble, me acuerdo que preparaba paellas, pizzas, asados y un sabayón espectacular. Cocinaba bárbaro y siempre nos juntábamos en casa con la familia y amigos. Sus encuentros eran muy concurridos, todos querían venir porque sabían que se comía rico. Papá fue la persona que me enseñó a comer…»

Cocinás desde muy pequeña ¿Cómo se despertó esa curiosidad?

Desde muy chiquita, tengo un recuerdo muy claro de despertarme temprano (soy muy madrugadora) y de escaparme a la cocina. Siempre fui muy bajita, con lo cual tengo recuerdos de treparme a la mesada y mezclar lo seco con lo húmedo. Hacía chanchadas. A los 6 años se ve que esta inquietud y ganas de cocinar estaban muy latentes y me anoto en el primer curso de cocina. Hacíamos pastas caseras, alcauciles rellenos, pan de carne, entre otros.

¿Tenés algún referente culinario en tu familia?

Si, la curiosidad creo que se me despertó por varios integrantes de mi familia. Por un lado, mi papá Luis. Sin dudas cocinaba increíble, me acuerdo que preparaba paellas, pizzas, asados y un sabayón espectacular. Cocinaba bárbaro y siempre nos juntábamos en casa con la familia y amigos. Sus encuentros eran muy concurridos, todos querían venir porque sabían que se comía rico. Papá fue la persona que me enseñó a comer. Después, están mis abuelas. Completamente distintas. Una italiana, Teresa, que amasaba pasta casera y la abuela Rosa, mi debilidad. Campechana, muy graciosa. Yo era su nieta más chica. Hacía un arroz con pollo delicioso. Era mágico. Nunca pude hacerlo igual. Por eso, siempre digo que pidan las recetas con tiempo, porque uno siempre asume que la gente está y de repente no y te quedaste sin ellas. También amasaba unos ravioles de espinaca increíbles y unos churros deliciosos. Siento que las personas que nacimos o crecimos en una casa donde se mama la importancia por la comida, te queda marcado para siempre.

Fuiste pionera, hace más de 12 años, con un blog de recetas de cocina simple y hecha en casa. ¿Cómo se te ocurrió la idea?

A lo largo de mi vida hice un montón de cursos de cocina y cuando me fui a vivir afuera seguí capacitándome. Me había llenado de recetas. En paralelo muchos amigos y familiares me pedían algunas para cocinar en su casa. Llegó un momento que dije bueno, todo este material hay que ordenarlo y las pasé todas en computadora, me armé una carpeta (todavía la sigo teniendo). De repente, se me ocurrió digitalizarlo. Veía que en España y en Estados Unidos funcionaban un montón los blogs de cocina y acá todavía no. Me armé el blog y en el 2012 empecé a subirlas ahí. Creo que fue más para un orden mío y si alguien me pedía una receta poder compartirla desde ahí. Era más práctico y más fácil. Estuve mucho tiempo cocinando sola en casa y sacando fotos con mi hija chiquitita. Yo justo en ese momento me estaba divorciando y la cocina fue mi cable a tierra. Me ayudó un montón. Era una linda distracción. Al principio éramos mi familia y unos pocos seguidores.

«Haber sido elegida Influencer Latina del Año fue realmente increíble, lo que más te sorprendió fue estar ahí. Gané gracias a los argentinos, que se coparon y me votaron. Fueron muy manijas (risas). Cuando me llamaron del canal E! Entertainment no entendía nada. Pensé que me convocaban para cubrir la alfombra roja desde el sillón de casa. Pero me explicaron que había una categoría de influencer latinoamericano y que estaba nominada…»

¿Cómo surgió el nombre Inutilísimas? Hace referencia al error, a equivocarse, pero seguir para adelante…

Le tenía que poner un nombre y cuando llegó el momento dije: desde los 6 años que hice 800 cursos de cocina, pero no soy chef profesional. Obviamente tenía la referencia de toda mi vida de los programas de gastronomía de El gourmet y Utilísimas así que nada se me disparó la idea de ponerle Inutilísimas. Uno puede equivocarse con una receta y siempre volver a intentarlo. De eso se trata un poco la cocina.

¿Y cómo fueron esas primeras recetas que publicaste en tu blog?

Las primeras eran de mi viejo y de mis abuelas. También recetas que hacía de siempre, un poco siempre tuve esa caradurez en la cocina. Por eso no me gusta tanto la pastelería porque es mucho más perfecta con las cantidades. Subía recetas mías que había ido anotando, de algún restaurante que me la había compartido. Las complementaba con fotos propias.

¿Cuánto tiempo te llevó, aproximadamente, posicionarse en el mundo de las redes?

El primer año era una comunidad muy chiquita. Familiares, amigos y algún que otro boca a boca. Después del blog abrí Twitter, para traccionar a los seguidores a mi página. Tenía solo 300 seguidores. Un día, por esas casualidades o suertes de la vida, Dalma Maradona recomienda mi blog en Twitter. La segunda suerte acumulada fue que el diario deportivo Olé eligió ese Tweet para una de sus contratapas. Yo ese día estaba de vacaciones y en esa época uno no estaba con el celular en la mano todo el tiempo. De hecho, lo había dejado en el hotel. Cuando lo agarro y entro a la aplicación, tenía casi mil seguidores. Dije wow ¿qué pasó acá? Con los años, el público fue aumentando.

Poco a poco empezaron a llegar las primeras marcas que se fijaron en su comunidad. ¿Cómo fue en los inicios?

De a poco, las marcas empezaron a prestarle atención a quienes de repente teníamos un público bien definido. Les llamaba la atención la manera de comunicarnos de forma directa con esa “comunidad”. Era un nicho mucho más chico en ese momento. Ahora estamos hablando de cuentas de millones de seguidores. Algunas marcas dijeron “che acá hay algo”. Por supuesto, al principio era ad honorem, de mucha solidaridad, pero bueno, era una apuesta mutua. Ahora está mucho más profesionalizado. En el medio surgieron oportunidades que jamás imaginé: libros o alguna serie. Todo fue a raíz de esas primeras marcas que dijeron bueno, acá hay algo por explorar.

Instagram fue la última red social que te sumaste. ¿Qué te sucede con Tik Tok?

Instagram fue el último que tuve y hoy es mi principal fuente de trabajo. En el orden fue blog, Twitter, Facebook e Instagram y creo que me quedo ahí. Con Tik Tok y Youtube me siento rara, no me sale y creo que lo peor que puede haber en una red es cuando a alguien no le sale naturalmente.

«Todos los días me levanto con algo nuevo que quiero hacer. Soy muy inquieta y soñadora mentalmente. A veces, me cuesta un poco ejecutar y me termino inclinando hacia los terrenos seguros como la producción de contenido. Pero me encantaría abrir una productora digital que realice contenidos “llave en mano”. Hoy, me identifico como productora y comunicadora…»

¿En qué considerás que radica el éxito de tus recetas? (Son simples, con ingredientes que están al alcance de todos)

Para mí, al menos lo que me dice la gente, y cuando no pasa me pongo muy triste, es que son recetas salen y que funcionan. Siempre las pruebo antes de publicarlas. Cuando intenté buscarle la vuelta a Inutilísimas dije: falta alguien que te pase recetas de una manera que vos lo entiendas, sin tanta técnica y que use palabras simples como “desde cortar en tiritas o cuadraditos. O en vez de decirte blanquear, diga hervirlo por unos minutos”. Que te explique la receta como si fuera una amiga. Al fin y al cabo la idea era que la gente se anime a cocinar y que le salieran. Lo primero que fui recibiendo fue “tus recetas salen” o “por primera vez me animé porque me lo explicaste de una manera simple y me animó”.

Siempre afirmás que sos una “cocinera caradura” ¿Por qué?

Intento siempre ser muy respetuosa con el oficio. El oficio del cocinero es otra cosa: el que hace un despacho, el que hace una producción, el que está horas en la cocina, el que tiene la carrera o no, pero que tiene la técnica. Y después estamos los caraduras, los que nos gusta comer rico, los que bueno, si nos salteamos un paso no va a salir perfecto, pero va a ser muy rico igual y la que te dice “che se me hizo pelota la tortilla”, se me desarmó todo, pero bueno, más o menos la podés pilotear.

¿Alguna vez le tuviste miedo al fracaso entre las ollas?

No, la verdad que no. Pero si soy culposa con esto de no ser profesional y a la vez trabajar en gastronomía, claro, por eso siempre cuando me presentan en un lugar como chef, lo primero aclaro es “no soy chef”. Si me llaman para cocinar para un evento de 300 personas, no lo sé hacer. Si puedo diseñar el menú, difundirlo, promocionarlo, ayudar en la producción, en la organización, pero no puedo estar en la cocina. Para eso hay que formar un equipo.

¿Para vos cuáles son las claves de una buena influencer? En varias oportunidades hablaste de la “autenticidad” y la “credibilidad”. Le das mucha importancia a la calidad del contenido.

Difundimos, comunicamos, damos mucho trabajo, trabajamos para grandes marcas. Aunque el término influencer está recontra bastardeado y está mal usado. Intento, con mucho esfuerzo, seguir el trabajo en las redes y en el mundo digital con producciones prolijas y conscientes. Para mí el punto donde no podés dar el brazo a torcer es la autenticidad y la credibilidad porque eso es directamente tu vínculo con la gente y si lo arruinás perdiste. Es imprescindible el tema de un buen contenido y ser lo más real posible

¿Cuál crees que es tu fuerte?

La credibilidad y la autenticidad. Eso fue también una construcción. En el camino tuve que decirle que no a un montón de marcas que no me gustaban.

¿Cuál es tu límite para aceptar trabajar con una marca?

Nunca trabajo con marcas que no me gustan o que yo no usaría. Además, no laburo con marcas que no sean gastronómicas. Yo necesito contextualizarlo y justificarlo, no voy a ser nunca la persona que recibe cosas en su casa y se la pasa mostrando paquetes y regalos de cualquier cosa y de 800 marcas. Eso me parece muy cortoplacista y no tiene ningún sentido.

¿Estás mucho tiempo con el celular? ¿Cómo manejás la dependencia que generan las redes?

Me odio con el tema del teléfono porque estoy todo el día con el teléfono, pero más que nada, porque trabajo con el teléfono. Hoy en día el algoritmo cambia todo el tiempo y las reglas de las redes sociales también. Por ejemplo, ahora se usan videos muy rápidos, a una velocidad extrema ( tienen que durar 0.5 segundos). Yo no me subo a esa. Voy muy a mi manera, intentando siempre construir mi propio camino y no estar atada a hacer lo que es tendencia.

«Cuando intenté buscarle la vuelta a Inutilísimas dije: falta alguien que te pase recetas de una manera que vos lo entiendas, sin tanta técnica y que use palabras simples como “desde cortar en tiritas o cuadraditos. O en vez de decirte blanquear, diga hervirlo por unos minutos”. Que te explique la receta como si fuera una amiga. Al fin al cabo la idea era que la gente se anime a cocinar…»

Los preferidos de Tefi Russo. 

¿En tu casa sos de cocinar siempre vos? ¿Si le toca a tu marido “El Pollo” Álvarez con qué te sorprende?

Si, generalmente siempre cocino yo. Y acá se aplica la frase “Dios le da pan al que no tiene dientes” porque a mi hija y al Pollo le gustan las comidas bien clásicas: hamburguesas, milanesa, papas fritas y fideos. Yo me aburro, no quiero comer eso todo el tiempo, entonces termino haciendo, a veces, dos comidas distintas. El Pollo suele preparar milanesas, que ya están congeladas en el frezzer (risas) o pedir algún delivery.

¿Sos más de bodegones, bares de vinitos y platitos o fine dining?

Me gusta todo. Para que me guste mucho lo clásico tengo que también probar lo moderno. Para que me guste un lugar súper exclusivo tengo que a disfrutar también del puestito en la calle o en la playa. Me parece que es clave el equilibrio siempre.

¿Cuándo vas de viaje siempre tenés anotados los “must” de cada destino?

Si, siempre viajo con listita de lugares que quiero ir a comer. Desde un puesto en la calle hasta un muy buen restaurante que hay que reservar con tiempo.

Hace poquito, ganaste el premio “Influencer Latina del año” en el People´s Choice Awards Internacional. ¿Cómo fue esa experiencia de viajar y estar cerca de figuras internacionales como Lenny Kravitz?

Fue realmente increíble, lo que más te sorprendió fue estar ahí. Gané gracias a los argentinos, que se coparon y me votaron. Fueron muy manijas (risas). Cuando me llamaron del canal E! Entertainment no entendía nada. Pensé que me convocaban para cubrir la alfombra roja desde el sillón de casa. Pero me explicaron que había una categoría de influencer latinoamericano y que estaba nominada. A los meses, pasamos a la instancia de votación y ahí estaba en manos de los argentinos. La gente se recontra comprometió y se prendió a votar. Mi hija, que se había estudiado a todos los otros candidatos nominados, me dijo: mamá vos salís segunda o tercera. Pero gracias a la votación del público terminé saliendo primera. Me parece que nunca caí porque fue tan irreal. En la ceremonia de Hollywood yo miraba para un lado y para el otro y decía: ¿Qué hago acá?. Lo que viví fue espectacular. Nunca lo hubiera imaginado.

¿Hubo alguna comida de Los Ángeles que te haya encantado?

La que más disfruté fue después de la ceremonia. Se me habían ido todos los nervios. Fue una hamburguesa de In & Out. Todavía la recuerdo.

¿Comida favorita?

Los guisos, soy muy guisera, es una comida simple y reconfortante. Un guisito de lentejas en el sillón de mi casa. También me encanta el asado y las pastas.

¿Un cóctel?

Tomo poquito alcohol, pero si tengo que elegir, un Martini Bianco con tónica, limón y hielo

¿Tus postres de cabecera?

Soy muy simple. Queso y dulce, banana con dulce de leche y frutillas con crema.

¿Un sueño por cumplir?

Todos los días me levanto con algo nuevo que quiero hacer. Soy muy inquieta y soñadora mentalmente. A veces, me cuesta un poco ejecutar y me termino inclinando hacia los terrenos seguros como la producción de contenido. Pero me encantaría abrir una productora digital que realice contenidos “llave en mano”. Hoy, me identifico como productora y comunicadora, pero la cocina es un lugar que me permite desarrollar todas estas cosas.

«A la cocina la amo. Me encanta porque desde que tengo uso de razón ahí me sentí cómoda”, concluye Tefi y se acerca a la huerta del jardín del restaurante que visitaba todos los domingos con sus padres. Está repleta de aromáticas: tomillo, albahaca, orégano, romero, salvia, entre otros. Con la misma ilusión de aquella niña de seis años se imagina nuevas recetas.