Surfistas, bares de samba y caipis en rooftops: MALEVA en Leme, el nuevo barrio «bonito» de Río de Janeiro / ¿Por qué se puso de moda?

«Lemi» le dicen los brasileños y si bien es pequeño, se convirtió en los últimos tiempos en un lugar cada vez más visitado (e incluso buscado para hospedarse)/En esta nota: todas las coordenadas imperdibles.

Con playa y profundamente carioca, Leme no suele figurar (aún) entre los barrios turísticos más potentes de la ciudad. 

Surfistas, bares de samba y caipis en rooftops: MALEVA en Leme, el nuevo barrio «bonito» de Río de Janeiro / ¿Por qué se puso de moda? Por Inés Moguillanes desde Brasil para MALEVA.

Como toda gran urbe, Río de Janeiro cuenta con rincones muy famosos que se aconseja a los turistas visitar: Ipanema y Copacabana con sus paisajes soñados que combinan mar cristalino, arena blanca y montaña, Lapa y sus icónicos arcos y colorida escalera de Selarón, el distrito Maracaná que aloja al mítico estadio de fútbol, Santa Teresa, el barrio bohemio por excelencia, entre otros. El que, en cambio, no suele figurar como un must en las listas de sitios a descubrir dentro de la ciudad maravillosa es Leme (o “Lemi” como lo pronuncian los brasileños). Acaso porque es un barrio pequeño eclipsado por su vecino Copacabana, es, sin embargo, un lugar muy recomendable para recorrer o incluso para considerar como opción de hospedaje. En esta nota te contamos por qué nadie que esté planeando una excursión a tierras cariocas debería perderse de conocer los encantos de Leme.

Ubicado al sur de Río, en una zona muy accesible, con buena oferta hotelera, numerosos comercios y medios de transporte, este vecindario limita, además de con Copacabana (están separados por la Avenida Princesa Isabel), con Botafogo y con Urca. Debe su nombre al morro Pedra do Leme que visto desde arriba tiene una forma que recuerda a la de un timón o “leme” en portugués.

Este imponente cerro da inicio a la playa de Leme, sin duda una de las principales atracciones del barrio que se extiende por unos 1,3 kilómetros, desde el posto (o puesto de auxilio) 1 al posto 2, donde comienza la célebre playa de Copacabana que llega hasta el posto 5 inclusive. Si bien no se prolonga demasiado, igualmente la playa de Leme resulta espaciosa: por un lado, porque es una superficie de gran profundidad que ofrece amplias extensiones de arena donde tirarse a tomar sol, caminar o hacer deportes (dato de color: por estas costas se inventó el fútbol playa); y por otro lado, porque es frecuentada principalmente por locales a diferencia de otros balnearios más concurridos por turistas. Esto la convierte en una playa muy tranquila, limpia y segura, súper recomendable para ir en plan de descanso, en pareja, solo, con amigos o en familia. 

«Las tres propuestas de Leme que recomienda MALEVA: Shirley, un restaurante de mariscos fundado por inmigrantes gallegos. Un clásico entre los lugareños; Yayá Comidaria, cocina de autor a cargo de la chef Andressa Cabral, inspirada en la cultura del nordeste brasileño; y, por último, Pasta e Pallone, con un menú auténticamente italiano y una decoración que rinde homenaje al Napoli y a su máximo ícono, Diego Maradona…»

Para los amantes de la naturaleza y el trekking, la cita obligada es el Forte Duque de Caxias, el atractivo turístico más destacado de Leme. Construida en 1776, esta fortaleza militar se encuentra en la cima del morro (recientemente declarado área de protección ambiental y que forma parte del Parque Municipal Paisagem Carioca). Para llegar allí y disfrutar de las impactantes vistas panorámicas que ofrece este mirador a 800 metros de altura, hay que adentrarse en el bosque o mata atlántica y caminar por unos treinta minutos. Igual de fascinante que el Fuerte (desde donde se pueden apreciar el Pan de Azúcar y el Cristo Redentor), resulta el trayecto por el morro durante el cual se pueden observar la flora y la fauna autóctona que incluye monos, lagartijas y aves. El Fuerte puede visitarse todos los días de 9:30 a 16 h y la entrada es gratuita.   

La Mureta do Leme es otro sitio que merece la pena visitarse. Situado junto al morro, es un paseo costero desde el cual se pueden admirar las playas de Leme y Copacabana en todo su esplendor. Una estatua en homenaje a Clarice Lispector, una de las escritoras brasileñas más influyentes, le da la bienvenida a los caminantes quienes a medida que avanzan por el paseo pueden sentarse en alguno de los kioscos o bares con música en vivo para tomar una típica caipiriña mientras contemplan el paisaje.

Al final del recorrido hay un muelle que es tan popular entre los aficionados a la pesca que el sendero también es conocido con el nombre de El Camino de los Pescadores. Si bien cualquier hora del día o de la noche amerita darse una vuelta por la Mureta, posiblemente sea la puesta de sol el momento ideal para hacerlo.

Además de sus bellos escenarios naturales y su cercanía con la playa, Leme es una opción muy conveniente a la hora de resolver dónde alojarse por su excelente ubicación que conserva la tranquilidad de un barrio residencial a la vez que dispone de una amplia oferta de propuestas gastronómicas y de ocio.

Si se está buscando un rato de relax tras un día intenso de tour, un buen plan es ir a conocer Sky Leme, un rooftop con espectaculares vistas de la ciudad, ricos cocktails, menú gourmet y música chill. También se puede optar por presenciar un show o roda de samba, el género musical que es un símbolo de la cultura carioca, en Samba Social Club, un parador sobre la emblemática rambla blanca y negra. Con respecto a lugares para comer, hay muchos y variados.

Los 3 que más me gustaron: Shirley, un restaurante de mariscos fundado por inmigrantes gallegos. Un clásico entre los lugareños; Yayá Comidaria, cocina de autor a cargo de la chef Andressa Cabral, inspirada en la cultura del nordeste brasileño; y, por último, Pasta e Pallone, con un menú auténticamente italiano y una decoración que rinde homenaje al Napoli y a su máximo ícono, Diego Maradona. 

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Fotos: las dos son gentileza de Unsplash (PH Lucas Mayer, PH Rodrigo Castro).