¿Qué hacer cuando ya no te entusiasma un proyecto en el que te embarcaste?

CC- VERO VILLA
Apenas unos grados de diferencia en el rumbo que elegimos pueden hacer que nuestro destino sea muy diferente

 
 
¿No te pasó que alguna vez te encontraste en un barco que se dirigía a un puerto en el cual no estabas muy interesado? Metafóricamente hablando, claro: en medio de un proyecto, un hábito, un trabajo o una idea que alguna vez te atrapó, pero ya no tanto…
Es más habitual de lo que puede parecer: decidimos algo (o, peor, en vez de decidir nos dejamos llevar) y un tiempo después descubrimos que los resultados no son exactamente los previstos, o que ya somos personas diferentes y queremos otras cosas.

«Un cambio de rumbo siempre es posible. La cuestión es cómo vencer la inercia, que indefectiblemente nos conduce en la dirección que en algún momento preestablecimos. Como un piloto automático que permanece encendido mientras buscamos con desesperación el botoncito rojo que lo apaga.»
 

Un cambio de rumbo siempre es posible. La cuestión es cómo vencer la inercia, que indefectiblemente nos conduce en la dirección que en algún momento preestablecimos. Como un piloto automático que permanece encendido mientras buscamos con desesperación el botoncito rojo que lo apaga.
Hay herramientas para vencer esa fuerza que nos arrastra hacia donde no queremos ir. Sin ánimo de ponderar unas sobre otras, las que yo tengo a mano (y uso cuando es necesario) son: voluntad, disciplina y constancia. Mi «arma secreta» es la práctica cotidiana del Método DeRose, integrada por técnicas de fuerza, flexibilidad y respiratorias, entre otras. Imagino que habrá tantas armas secretas como personas en el mundo, sólo es cuestión de descubrir qué es lo que te ayuda a generar el superávit de energía necesario para virar el timón.

«Hay herramientas para vencer esa fuerza que nos arrastra hacia donde no queremos ir. Sin ánimo de ponderar unas sobre otras, las que yo tengo a mano (y uso cuando es necesario) son: voluntad, disciplina y constancia. Mi «arma secreta» es la práctica cotidiana del Método DeRose, integrada por técnicas de fuerza, flexibilidad y respiratorias.»

Un recurso muy útil es empezar con cambios pequeños, para sentir que somos capaces de modificar aspectos más significativos de la vida. En serio: casi todo puede ser diferente.
Es cuestión de parar y otear el horizonte con mirada crítica, para descubrir cuál es el puerto que se ajusta mejor a quien queremos ser. Apenas unos grados de diferencia en el rumbo pueden hacer que el destino de nuestro barco sea completamente nuevo. Y, para mí, no hay nada como sorprenderse a uno mismo descubriendo las infinitas posibilidades que coexisten en nuestro interior.
foto: CC – Vero Villa