Pintando Chacarita: un recorrido junto a los creadores de Galería Grasa por sus secretos bien guardados del barrio

Los artistas y galeristas Carolina Martinez Pedemonte y Torcuato Gonzalez Agote construyeron su rutina diaria en un radio de seis cuadras/La cara íntima de Chacarita: el complejo de natación, sus estudios de yoga y la fiambrería donde compraron todas las picadas del mundial (y salimos campeones)/Bonus: su “bar de Moe” y el restaurante que nunca falla.

La pareja de artistas abrió la galería en plena pandemia, en el garage de su casa, y hoy inauguran exposiciones cada tres meses.

Pintando Chacarita: un recorrido junto a los creadores de Galería Grasa por sus secretos bien guardados del barrio. Por Lenchu Rodríguez Traverso. Fotos: Denis Polansky.

La esquina de Roseti y Santos Dumont es sede del arte, del encuentro libre y de todo lo que se generó a partir de una pasión compartida por Carolina y Torcuato. En esa casa color terracota hoy se aloja Galería Grasa, el proyecto que dio a luz la pareja de artistas en plena pandemia. Y, a su vez, es su casa; el lugar donde duermen, donde cocinan y donde descansan. Lograron condensar su hogar y el trabajo en un mismo multi-espacio, y construyeron su diaria en el radio de seis cuadras, apropiándose de los secretos escondidos de Chacarita.

Carolina Martínez Pedemonte y Torcuato González Acote tienen un inicio como de película: él compró una pintura de ella, la invitó a exponer en una muestra, y al tiempo ella lo invitó a salir. Su casa es una disputa constante de atención a los ojos de cualquier visitante; con cuadros propios, y de otros artistas, sobre las paredes del living; su colección personal de arte en la cocina, pequeños objetos de cerámica en su mesa ratona, una escultura de caracoles junto a la ventana y exposiciones en las distintas salas de la planta baja.

La pareja de galeristas guió a MALEVA por sus lugares preferidos del barrio, los que hoy forman parte de la vida que ellos eligen (y disfrutan) tener. Desde un complejo de piletas de natación, pasando por sus respectivos estudios de yoga, hasta el delicatessen donde compraron todas las picadas del mundial, o ese restaurante que no falla cuando quieren comer con las tres B: bueno, bonito y barato. Les compartimos los 10 elegidos de los creadores de Galería Grasa por Chacarita.

1) Galería Grasa: Abriendo su casa a la comunidad de artistas / Santos Dumont 3703.

Por los cuartos de la casa donde vive Torcuato hace diez años pasaron decenas de amigos, hasta que en el 2017 llegó Caro y en la pandemia quedaron solos con Carnaval, su gato. Ahí, fantaseando y experimentando nació Grasa, la galería de arte que armaron en el garage – era el único espacio libre de la casa – y que arrancaron con ese malabarismo físico-virtual hasta que volvieron a habilitar las visitas a galerías. Desde ese entonces, y sin jamás haberlo imaginado (al menos así fue para Caro), se convirtieron en galeristas. 

Fueron aceitando su trabajo durante la marcha, hasta llegar al esquema que hoy más les cierra: inauguran dos exposiciones a la vez cada tres meses (están preparando la próxima el 5 de agosto) y el día de la inauguración hay choris y bebidas en la vereda, para amigos y colegas.

¿Por qué el nombre “Grasa”?

Quisieron apropiarse de un término peyorativo para mostrar que no son de la “aristocracia del arte”, sino que están reclamando un espacio desde cero. Su idea siempre fue que todos puedan sentirse partícipes, y abrirla en su casa es otro componente que potencia esta búsqueda. “Esto hace que uno entre a un espacio en donde sabe moverse”, explica Torcuato. “No es un local aséptico donde el cuerpo está de más; en una casa el cuerpo pertenece y el arte juega con esa dinámica de lo cotidiano, de lo hogareño. 

2) Complejo Splash: “Es nuestro momento de paz mental” /  Teodoro García 3550.

“Nadar cansa pero a la vez también te energiza”. Hay algo de ese cambio de elementos, del estar parado a flotar en el agua, que le genera fascinación a Torcuato y que lo tiene fiel en la puerta del complejo “Splash” tres veces por semana. Caro se copó también el año pasado y cuenta que, si bien entrar al agua a las ocho de la mañana en invierno es de las movidas más difíciles que existen, al salir estás como: «¡si! ¡Viva la vida! Es un momento de paz mental”.

Con tres piletas de distintas profundidades, y agua climatizada todo el año, el complejo tiene clases de natación, aquagym, nado libre y colonia para chicos, además de estar completamente techado, con una parte desmontable en verano. 

3) Don Cosme: “Acá compré las picadas del mundial y salimos campeones” / Av. Córdoba 6317.

En Don Cosme compré la picada de todos los partidos y salimos campeones”, cuenta Torcuato con esa sonrisa de quien recuerda una vez más ese glorioso 18 de diciembre del 2022. En las picadas que acompañaron a los galeristas durante el mundial no podían faltar: la trenza de muzzarella ahumada (que se va volando), el queso sardo de la casa, aceitunas negras con carozo y porchetta.

Don Cosme está en la esquina de Córdoba y Jorge Newbery hace más de 50 años, y explota especialmente los fines de semana, con gente que viene a buscar quesos, fiambres, panes frescos y productos de “delicatessen” para esas juntadas eternas con amigos o familia.

4) Su verdulería (sin nombre): “Tienen buenos productos y buenos precios” / Charlone 145. 

Primero por cercanía y después se le sumó el precio, la calidad y la buena onda con ellos (especialmente con Mario, el encargado histórico); no se necesitan más razones que estas para elegir una verdulería de cabecera. “Tienen su propio camión y van lunes, miércoles y viernes al mercado”, explica Torcuato. “Por eso el diferencial de precio con respecto a otras verdulerías”. Ahí se abastecen para tirar unas verduras a la parrilla o para las recetas que a él le gusta cocinar que, si bien no siempre son vegetarianas, usan mucha verdura variada. 

5) Escuela de Ashtanga Yoga Buenos Aires: “Viene gente de todos lados porque Andre es muy capa” / Charlone 155, PB.

Andrea Martínez fundó la Escuela de Ashtanga Yoga en el 2009 con su maestro Lino Miele, full comprometida a difundir el Ashtanga en la capital del país y en otras provincias, mientras, a su vez, se capacitaba en distintas ciudades del mundo. Torcuato, y la mayoría de los que hacen yoga con ella, son plenamente conscientes de que no es una profesora cualquiera. “Viene gente de todos lados porque Andre es muy capa”, nos cuenta él.

El espacio refleja su misma energía; es un oasis de calma y calidez en el medio de la ciudad, con vistas a un jardincito verde donde descansa una huerta. Ahí dan clases para principiantes y para avanzados, con muchas clases en el horario de la mañana.

Caro, por su parte, hace clases con Inés Rampoldi en la cuadra frente a su casa.

6) Cuervo Café: “Es el café que tomamos todos los días en casa y, cuando salimos, también vamos ahí” / Guevara 393.

Los dueños y creadores de Cuervo, Agustín Caro y Pablo Tokatlian, son amigos de Torcuato desde primaria. Pero, ellos no van ahí para hacerles la gamba ni mucho menos, eligen Cuervo porque están convencidos de que “hacen un producto increíble” y se enamoraron del sabor de sus granos. “Es el café que tomamos todos los días en casa, y cuando salimos, también vamos ahí”, reconoce Torcuato. “Somos fans del café de Cuervo”. Su pedido infalible: dos lattes, con leche de almendras para él, y el avocado toast

7) Galería Atocha: “Los directores son apasionados por el arte pero también tienen una vocación de gestión” / Juan Ramírez de Velasco 1408.

No podían dejar de incluir arte en su recorrido. Y para eso, eligieron a sus recientes compañeros de barrio, que vinieron desde Villa Crespo a sumarse a la movida arty de Chacarita. “Los directores de Galería Atocha, Francisco y Federico, son apasionados por el arte, pero también tienen una vocación de gestión”, nos explicó Torcuato.

Representada por Meridiano, la galería está exhibiendo actualmente “Sedimentación Autoportante o 180000 hipótesis por segundo”, una muestra individual de Francisco Montes con curaduría y texto de Javier Villa. Sus horarios de visita son miércoles a viernes de 16 a 20 horas, o con cita previa vía DM en Instagram.

8. Piaf: “Son nuestro sponsor de choris en las inauguraciones de las muestras” / Av. Dorrego 1605.

Caro y Torcuato entran a PIAF y ya están saludando a la mayoría de los que trabajan ahí. Y es que la proveeduría es su sponsor de choris, el menú infalible en las inauguraciones de las muestras. Pero, además, hace poco el galerista llevó a Chimbo, el carnicero, a conocer la cancha de Boca: ese es el nivel de relación y buena onda de las que estamos hablando.

A las 19:30 un jueves, a media hora de su cierre, la esquina de Dorrego y Niceto Vega todavía estalla de gente que saca número para llevarse algo de carne, algún queso o fiambres. La proveeduría integral de alimentos frescos (por eso PIAF) también vende vinos interesantes, cervezas, conservas y “delicatessen” con marcas importadas, especias y todo ese tipo de joyitas para los amantes de lo gourmet. “Un típico asado mío tiene chorizo especial, rosca de morcilla, molleja, chinchulines, matambrito de cerdo y asado banderita”, nos cuenta Torcuato.

9. Cantina Rondinella: “Es una caricia al estómago y al alma” / Av. Álvarez Thomas 12.

Todos tenemos un lugar que nunca falla. Ese restaurante de “comfort food”, de platos abundantes y sabores conocidos, donde te sentís un poquito como en casa. Para los galeristas de Grasa, ese lugar es Cantina Rondinella. “Es muy bueno para un domingo o un día que no querés cocinar”, explica Caro. “O cuando salis de una feria, como ArteBA, muerto de hambre; ya cerca de casa y es una caricia al estómago y al alma”, agrega Torcuato.

Para ellos todo es rico en Rondinella; las rabas, las milanesas y el filet de merluza a la romana con puré, el clásico pedido de Torcua. Hacen los mismos platos hace más de 30 años, atienden los mismos mozos de siempre, despachan rápido y “no defraudan”. “¿Viste el concepto BBB: bueno, bonito y barato? Bueno, no es barato pero está bien de precio. Es abundante, rico y a buen precio”.

10) Gris Gris Bar: “Es mi Bar de Moe” / José A. Cabrera 5918.

Desde que abrió Gris Gris hace ya un año, se ganó el corazón de los galeristas y hoy torcuato afirma, “es mi bar de Moe”. El encargado le bar de escucha es su amigo Gastón Reboreda, que va exponer el 5 agosto en Grasa con su muestra «Cemento», y los recibe siempre con calidez y unos Negronis en mano, para pasar una noche escuchando vinilos como en el living de su casa. Es que hay semanas que van hasta tres veces, alternando su cocktail base con algunos vinitos y espumantes. Para picar: los taquitos de falafel con salsa de maní y criolla fresca o el plato de quesos con fruta conserva y pan. 

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En MALEVA hacemos fotos y videos para nuestras coberturas y notas con los equipos de MOTOROLA Edge 30, Moto g200 5G, Moto g52 y moto g41.

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