Junto a su hermana, Almendra, están al frente de una de las marcas de indumentaria más relevantes, auténticas y seductoras del momento en Argentina/¿Quién es Anastasia? Desde un monoambiente de 22 m2 a un flamante local en uno de los centros comerciales más top de Buenos Aires/Campañas jugadas y controversiales, el movimiento feminista, y por qué la marca no aspira a ser una marca snob/Además: las situaciones y coordenadas preferidas de Anastasia en Buenos Aires.
Anastasia Mónaco acaba de abrir su segundo local en Alcorta Shopping.
«No me siento identificada con los caprichos de la moda…»: con Anastasia Mónaco desde su local pionero de calle Honduras, en pleno Palermo. Por Tamara Tornello. Fotos: Delfina Sevitz para MALEVA.
Antes de hacer esta nota conocía el universo Anastasia Mónaco desde afuera. Es imposible ser heavy user de redes sociales y no haberse topado con las imágenes provocadoras y seductoras de la marca que comenzó hace nueve años haciendo lencería en pocas cantidades y que hoy en día conquista nuevas tipologías como jeans, vestidos y sastrería, y acaba de abrir su segundo local en Alcorta Shopping.
Anastasia, creadora de la firma que lleva su nombre, es tal cual se la ve en las fotos: de belleza natural, atractiva, simple e impecable, y tan fresca y auténtica como se la ve en los videos de TikTok de la marca que en muy poco tiempo sumó más de 660.000 likes. Recibió a MALEVA en su local de Palermo, ubicado en la calle Honduras, para hablar, no solo de sus inicios y de su camino en este rubro desafiante, sino también de las claves para generar una audiencia fiel.
Estudió diseño de indumentaria en la UBA, después de – como muchas personas creativas –, haber atravesado más de un año en una carrera tradicional. En su caso, odontología. “Mi mamá fue primera generación profesional y fue muy pesada con lo académico. Siempre tuve mucha facilidad para el estudio entonces le parecía un desperdicio que estudiara algo creativo… El pabellón de medicina, donde estudiaba, está pegado al de indumentaria. Yo salía con mis libros de química y las veía a ellas con los maniquíes y pensaba: ‘tengo que estar ahí’. A veces entraba a ese pabellón para comerme un tostado de pan árabe y ver a esa gente…”, confesó.
Después de un año y medio, Anastasia decidió serle fiel a su instinto para apostar al camino que tanto la convocaba. Además de terminar la carrera Diseño de Indumentaria, dar clases particulares de matemática para conseguir trabajar con una costurera y hacer de su monoambiente de 22 metros cuadrados su primer showroom, con los años se especializó en otras áreas como moldería, marketing y comunicación. También trabajó como modelo desde los 16 hasta los 20 años y como pasante en una importante marca local en donde acumuló una colección de buenas y malas experiencias pero muchos de aquellos aprendizajes hicieron que la marca que lidera junto a su hermana, Almendra –analista de ventas de moda –, se luzca en el mercado hoy en día.
«El pabellón de medicina, donde estudiaba, está pegado al de indumentaria. Yo salía con mis libros de química y las veía a ellas con los maniquíes y pensaba: ‘tengo que estar ahí’. A veces entraba a ese pabellón para comerme un tostado de pan árabe y ver a esa gente…”, le confesó a MALEVA.
En Anastasia Mónaco trabajan veintiséis personas divididas en los departamentos de comercial, diseño, marketing y depósito. Las pasantías son remuneradas y apuestan mucho a chicas jóvenes recién recibidas. Muchas de ellas han hecho carrera dentro de la marca.
Si hablamos de un ambiente laboral amigable tenemos que mencionar la cercanía que la marca logró con su audiencia. En los videos de Anastasia Monaco en TikTok, por ejemplo, la diseñadora y su equipo muestran los distintos procesos por los que atraviesan internamente.
“La marca no es snob y no aspira a serlo. Esto no es el club de las divinas de ‘vos si y vos no’. La comunicación es totalmente opuesta a todo esto porque el abanico de clientes de la marca es muy amplio. Hay gente que ahorra meses para comprar un body y para mí eso es lo máximo. Es muy valorable que una persona me elija con el dedo para decir «me doy ese gustito y compro acá», confiesa Anastasia.
Como si hubiese estado guionado, mientras hacíamos las fotos que se ven en esta nota en la puerta del local, pasó una chica y al notar que era Anastasia quien posaba dijo algo así como “Un honor. Igual de hermosa en vivo”.
Y así es como, mostrándose real y abriendo las puertas a todas, desde el principio fue creando una audiencia fuerte: “Tenemos clientas de hace 8 años. Hay chicas que me mandan fotos de bolsitas que cosía con mi abuela cuando recién empezaba y no puedo creer que tengan eso. Ni yo lo tengo. Siento que todo ese amor que le pusimos al proyecto trasciende lo que son las redes y el producto”.
«La marca no es snob y no aspira a serlo. Esto no es el club de las divinas de ‘vos si y vos no’. La comunicación es totalmente opuesta a todo esto porque el abanico de clientes de la marca es muy amplio. Hay gente que ahorra meses para comprar un body y para mí eso es lo máximo. Es muy valorable que una persona me elija con el dedo para decir «me doy ese gustito y compro acá…»
Al hablar sobre las dificultades que atraviesa la industria, Anastasia confesó que estuvo obsesionada durante mucho tiempo con los desperdicios y eso la llevó a trabajar junto a su equipo en una filosofía de merma cero. Todos los años Anastasia Monaco hace un Black Friday con grandes descuentos para intentar reducir los desperdicios lo más posible y darle posibilidad de compra a nuevas clientas. Para llegar a eso, existe un estudio que analiza la real oportunidad de venta de cada producto. Además, la diseñadora, confesó que muchas veces pierden ventas porque prefieren agotar productos antes de tener sobreproducción.
“La industria de la moda no está entendiendo que está habiendo un cambio de paradigma y que la mente del consumidor está cambiando. Ya no pasa por el nivel económico, por si se va de vacaciones a Punta del Este, Mar del Plata o si no se va de vacaciones. Pasa por una cuestión identitaria, de si comparten o no comparten los valores de la marca. Un body blanco de morley lo podés comprar acá o en cualquier otro lado. Vos elegís comprarlo acá ”, detalla fervientemente.
“Yo prefiero ver a una clienta recontra mega feliz, yéndose chocha con una bolsa de la marca para usar su prenda el fin de semana que meterla en una caja durante seis años donde se llene de polvo y polillas y tener que tirarla. Prefiero que la prenda tenga una oportunidad de uso porque, ¿para qué fue creada si no fue para ser usada?”, agregó.
“Cuando hacemos cambios de packaging, por ejemplo, esperamos a que se agote la última bolsita. No me siento identificada con los caprichos de la industria de la moda… En París hasta las marcas más grandes de lujo queman las carteras. Francia tuvo que sacar una ley en contra de lo que es la quema que producen aquellas marcas. Prefieren quemar los productos antes de que lleguen a manos de lo que consideran ‘clientes indeseados’ para la marca”, comentó con notable desagrado.
Y como una de las mayores discusiones que radica hace décadas en la industria es la diversidad de talles, Anastasia no esquiva este debate. Hoy trabaja talles XS, S, M, L, XL y XXL en algunos casos.
Una dicotomía que se presentó en su camino, en lo que respecta a inclusión de cuerpos, fue la manera de comunicar sin perder la coherencia. Desde la marca tuvieron que hacer estudios minuciosos para entender cuántas prendas por talle y tipología se vendían para traducirlo en la promoción de esas piezas.
“A veces veo marcas que dicen ser muy inclusivas y después veo las prendas y digo: ‘esta prenda no está específicamente pensada para este cuerpo. No es cómodo y no va a durar’. Si no hay congruencia, hay lavado de imagen”, razonó.
«¿Cómo va a ser un hombre el director creativo de una marca que vende lencería para mujeres si no entiende? En su vida se puso una bombacha. No sabe lo que se siente ponerse un conjunto, mirarse al espejo y sentirte una femme fatale. No conoce el sentimiento que tenemos, el empoderamiento, la seguridad y el placer que eso genera. ¿Cómo va a poder transmitirlo? Ellos lo ven desde una cuestión más sexual y no desde el poder que sentimos nosotras…»
Las campañas de Anastasia Mónaco suelen ser jugadas y controversiales. La última, Get Wet, dirigida por Iván Resnik, reconocido fotógrafo de moda, adquirió un perfil más sexy y hot aún. Acá el hilo conductor es el agua y el manifiesto trata sobre lo que sucede antes de la lluvia “… como el agua que se acumula en las nubes, hasta que ya no puede contenerse más…”, narra una voz en off mientras vemos a las modelos con trajes de baño de la marca dentro de una pecera o debajo de la lluvia.
“Hay veces que hemos hecho campañas bastante controversiales que requieren cierta empatía y sensibilidad. hemos trabajado con chicas con limitación motriz y para esos casos quiero trabajar con equipos que entiendan, respeten y empaticen con lo que estamos haciendo”, afirmó Anastasia.
Después de ver las imágenes de la campaña no podía parar de pensar en cómo hicieron para no pasarse de la línea y que lo hot no llegara a ser burdo. La clave, según la diseñadora, está en quién dirige a las marcas de lencería.
“Marcas como Victoria’s Secret, por ejemplo… ¿Por quién están dirigidas? ¿Por mujeres u hombres? Por hombres. Nosotras somos mujeres, diseñando para mujeres, comunicando para mujeres y siendo mujeres. ¿Cómo va a ser un hombre el director creativo de una marca que vende lencería para mujeres si no entiende? En su vida se puso una bombacha. No sabe lo que se siente ponerse un conjunto, mirarse al espejo y sentirte una femme fatale. No conoce el sentimiento que tenemos, el empoderamiento, la seguridad y el placer que eso genera. ¿Cómo va a poder transmitirlo? Ellos lo ven desde una cuestión más sexual y no desde el poder que sentimos nosotras”.
Y acá es donde el círculo se cierra y los valores que la mamá de Anastasia le forjó a lo largo de su vida hoy se ven reflejados en su identidad: el crear su propio camino, ser independiente y tener educación financiera. Además, Anastasia le confiesa a MALEVA que tiene una conexión muy fuerte con la oleada feminista y eso nos ayuda a terminar de entender el carácter de la marca. “Fue un momento en el que se destaparon situaciones familiares muy fuertes que habían pasado. El movimiento me atravesó de verdad. Hubo un cambio de paradigma muy grande en la manera de pensar y vivir la sexualidad. No quiero que a nadie más le pase lo que le pasó a este familiar mío. Que ninguna otra mujer en el mundo se sienta culpable”, sentenció.
Lo que viene: vestirse «de pies a cabeza» con Anastasia Mónaco.
Hace pocos días Anastasia Mónaco desbloqueó un nuevo nivel en su camino como empresaria y diseñadora de indumentaria: abrió un segundo local ubicado en Paseo Alcorta. Si hablamos de futuro, Anastasia le confesó a MALEVA que después de los desafíos que implicaron los jeans y la sastrería está fascinada con hacer ropa y ponerse a pruebas en otras áreas. Además, si bien hace 4 años la marca tiene presencia en Chile, destacó que le interesa ponerse a prueba en otros mercados.
“Me encantaría en unos años poder vestirme de pies a cabeza de Anastasia Mónaco. Hacer carteras, zapatos, anteojos, entre otras cosas, pero tener un crecimiento controlado y de buena calidad. No hacer por hacer. La colección de ropa para este verano fue enorme pero no es un capricho. Somos diseñadores, no somos artistas plásticos, entonces todo tiene que cumplir una función”, concluyó.
«Un plan perfecto es para mí cocinar en casa tranquila y tomar vino. Soy bastante solitaria y necesito llegar a mi casa, no hablar con nadie, ponerme música y cocinar. En lo que es indumentaria todo tiene que cumplir una funcionalidad y estoy regida por el mercado. Tengo que cumplir con la venta y con la demanda pero en mi cocina hago lo que quiero, cómo quiero, en las cantidades que quiero y lo condimento como quiero…»
Rápido al pie. MALEVA con Anastasia Mónaco.
«En lo que es indumentaria todo tiene que cumplir una funcionalidad y estoy regida por el mercado pero en mi cocina hago lo que quiero…»
Un plato: el pastel de papas. Lo hago con carne desmechada. Si tengo que elegir otro, una buena polenta. Soy mega foodie y mi profesión frustrada es chef, todos los días de mi vida cocino.
Un restaurante: Julia. Él (Julio Báez) es lo máximo y el lugar es lo más. Me siento muy identificada con la manera que tiene Julio para laburar, con su energía.
Una banda argentina: mi hermana se llama Almendra por Spinetta. Me es difícil elegir pero Divididos y Babasónicos me encantan.
Un plan perfecto: cocinar en casa tranquila y tomar vino. Soy bastante solitaria y necesito llegar a mi casa, no hablar con nadie, ponerme música y cocinar. En lo que es indumentaria todo tiene que cumplir una funcionalidad y estoy regida por el mercado. Tengo que cumplir con la venta y con la demanda pero en mi cocina hago lo que quiero, cómo quiero, en las cantidades que quiero y lo condimento como quiero. Tengo una libertad creativa que a veces en la marca ya no tengo. Lo vivo como mi desconexión o conexión con mi creatividad.
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