Ni obras digitales ni inteligencia artificial: la pintura volvió a conquistar arteba en su edición 2023 ¿Por qué se da esta «revancha» de los cuadros?

Si alguien suponía que este mega evento que ofrece un pantallazo del arte local iba a estar colmado de pantallas, NFTs y arte digital, se equivocó: la gran protagonista volvió a ser la pintuta, desde la sección principal hasta las nuevas galerías/¿Cuál es la explicación? ¿Qué obras no podés perderte?

La cronista de MALEVA Candelaria Penido y la obra El músculo de todo, de Alberto Passolini (galería Constitución). 

Ni obras digitales ni inteligencia artificial: la pintura volvió a conquistar arteba en su edición 2023 ¿Por qué se da esta «revancha» de los cuadros? Por Candelaria Penido. Fotos: Carla Nastri para MALEVA.

Vivimos en una sociedad signada por la tecnología donde el Chat GPT es la nueva súper herramienta y la IA no hace más que adueñarse de los debates, ya sean morales, sociales, culturales o económicos. Por eso, adentrarse en la 32° edición de arteba fue una sorpresa. Suponía que este mega evento que ofrece un pantallazo del arte local iba a estar colmado de pantallas, NFTs y arte digital. No fue así. 

Entre los cincuenta y ocho stands de las galerías consagradas, emergentes, porteñas, del Gran Buenos Aires, del interior y exterior del país, las pinturas dijeron presente en plano protagonista. Brillaron en grandes y pequeños formatos. Ocuparon paredes enteras como en el caso de Constitución con la obra El músculo de todo de Alberto Passolini o en pequeñas salitas coloridas con un montaje propio como sucedió en Miranda Bosch con los óleos de Juan Andrés Videla.

“Hay como una vuelta a los formas más tradicionales”, nos explicaba Francisco Aquino, director de Atocha Galería. De hecho, dos de los tres artistas presentados por Atocha trabajan la pintura: Elisa O´Farrell desde un lugar más clásico, con trabajos de óleo sobre tela, “ella se reconoce pintora”, nos confesó Aquino…»

Se lucen amplios pasillos coronados por galerías que solo expusieron pinturas. Tal fue el caso de Sur, galería de Montevideo que exhibió piezas de Antonio Berni —algunas que estuvieron fuera del mercado por 30 años—. Otra que siguió este camino fue Galería Sendros con su solo show de Mauro Agustín Cruz. Ocho óleos en blanco y negro, piezas en donde la tranquilidad de la noche se expande como onditas en la superficie de una laguna estática. 

En la sección Utopía, espacio experimental, de producciones más recientes y gestionadas generalmente por artistas; se lució en muchos de los stands, una misma fórmula: la presentación de muchas pinturas, obras en acrílico, óleo o tinta, expuestas en diferentes tamaños, seriadas o individuales; acompañadas de alguna escultura llamativa y una, dos o tres pantallas ofreciendo videoarte, extracto de alguna performance o una pieza de arte digital. 

«En la sección Utopía, espacio experimental, de producciones más recientes y gestionadas generalmente por artistas; se lució en muchos de los stands, una misma fórmula: la presentación de muchas pinturas, obras en acrílico, óleo o tinta, expuestas en diferentes tamaños, seriadas o individuales…»

Hay como una vuelta a los formas más tradicionales”, nos explicaba Francisco Aquino, director de Atocha Galería. De hecho, dos de los tres artistas presentados por Atocha trabajan la pintura: Elisa O´Farrell desde un lugar más clásico, con trabajos de óleo sobre tela, “ella se reconoce pintora”, nos confesó Aquino y Francisco Monten. En este caso, el artista pinta sobre distintos soportes, papeles vegetales o poliéster, según la serie.

La galería mendocina Valerie´s Factory también eligió seguir la lógica en donde priman las pinturas. En su stand, lo abstracto se entremezcla con lo figurativo, dando lugar a elementos propios de la cultura actual dentro de las obras. 

Pintura como técnica, pintura como tema. Así fue el caso de El Mirador con una pieza de Tobías Mao en donde se ven unos pinceles que parece haber pintado un billete, por no decir el billete protagonista de otro de los pequeños cuadros del artista. 

«Volviendo a la Sección Principal, lo que en ediciones previas había sido el hot spot de selfies, como el labial gigante de Daniel Basso que presentó Calvaresi por primera vez en 2021, hoy se encontraba en una sala aledaña, mientras que los dípticos de Paola Vega o los cuadros en pequeño y gran formato de Germaine Derbecq estaban en un lugar protagónico…»

Volviendo a la Sección Principal, lo que en ediciones previas había sido el hot spot de selfies, como el labial gigante de Daniel Basso que presentó Calvaresi por primera vez en 2021, hoy se encontraba en una sala aledaña, mientras que los dípticos de Paola Vega o los cuadros en pequeño y gran formato de Germaine Derbecq estaban en un lugar protagónico, llamando la atención sin siquiera tener que ingresar al puesto de la galería. 

Más allá de la popularidad de las monas NFT de Eduardo Giménez, anfitrionas del stand de MC Galería. O proyectos interesantes como Aura VTV, galería creada en pos del vínculo entre el arte y la tecnología, desde donde proponen “la investigación y la producción de obras de arte digitales llevadas al mundo físico”, confiaban desde el espacio. Este tipo de arte no se encuentra en el centro de la experiencia hoy en la feria. Sino que de a poco, la pintura volvió a conquistarla.