«Me inspiran mucho el universo femenino y la naturaleza»: entrevista a Iara Kaumann Madelaire

Espontánea, auténtica, original, la artista plástica Iara Kaumann Madelaire nos abrió las puertas de su taller para una charla exclusiva con Maleva/¿Por qué le gusta desprenderse de sus obras?/Lo femenino y la naturaleza/¿Cómo es su proceso creativo?/¿Su obra se mimetiza con su persona?

Criada en la exuberante Misiones, Iara afirma que para ella el arte es una necesidad. 

«Me inspiran mucho el universo femenino y la naturaleza»: entrevista a Iara Kaumann Madelaire. Por Candelaria Penido. Fotos: Ana Pareta.

Vestida en colores tierra, con dos trencitas enmarcándole el rostro, aparece entre las plantas. Nos guía por un caminito hacía el fondo de su casa en Vicente López. Como por arte de magia y la exuberante vegetación que nos rodea, parecería que nos teletransportamos a su provincia natal, Misiones.

Al ingresar a su taller, luego de haber subido unas escaleritas de madera, se activan todos los sentidos. El olor a café recién hecho se filtra por la derecha, donde hay una pequeña cocina en colores rosa y verde. La suave música se esparce de a poquito, creando un ambiente alegre e íntimo. La naturaleza brota tanto por fuera de las ventanas, como por dentro. Potus, helechos, floreros hechos por ella en cerámica y con flores naranjas terminan de conquistar el espacio. Uno que transmite en su colorido, exuberante y extraño modo la original personalidad de esta multifacética artista que se describe principalmente como pintora.

Sos una artista que crea en distintas técnicas, formatos y materialidades. Cerámica, pinturas, esculturas, bordados… ¿Tenés alguna predilecta?

Sobre todas las cosas, soy pintora. Empecé a pintar a los 16, ahora tengo 28. Todo lo otro fue apareciendo hace relativamente poco, porque me aburro muy rápido, por eso voy probando. Pero yo me siento pintora.

¿De dónde viene tu inspiración?

Casi toda mi obra es autorreferencial. Más que nada, la inspiración va a depender de cómo estoy yo, de los distintos procesos o momentos por los que esté atravesando. Además de eso, me inspira mucho el universo femenino y la naturaleza. No creo que exista un momento en que la inspiración te llega, como un rayo mágico. Creo que uno la busca. Yo me inspiro mientras estoy haciendo otras cosas. Es el mismo proceso el que me inspira.

Tus esculturas tienen unas pequeñas reminiscencias de vos. ¿Puede ser?

Sí y no. En un principio no fue algo que busqué, me salió así. Después todos me decían que mis obras se parecían a mí y con el tiempo me hice cargo, lo acepté y lo fui deformando. Hay que tener en cuenta, también, que la cara que uno más conoce es la de uno, entonces creo que inevitablemente, al momento de crear, de alguna manera aparece.

«Sobre todas las cosas, soy pintora. Empecé a pintar a los 16, ahora tengo 28. Todo lo otro fue apareciendo hace relativamente poco, porque me aburro muy rápido, por eso voy probando. Pero yo me siento pintora…»

Encuentro en tu obra rasgos súper propios de la realidad y a la vez toda una faceta onírica.

Totalmente, me encanta eso. Busco ese lugar extraño entre lo real y lo irreal.

¿Cómo es tu proceso creativo?

Medio sobre la marcha. Cuando pinto cuadros, me baso en fotos que saco yo. No invento. En las esculturas sí, invento un montón, agarro la arcilla y me pongo a experimentar. Pero al pintar soy más metódica. Armo sesiones de fotos con amigas, con mi hermana, conmigo, con mi novio, depende de quién sea él o la modelo y armo toda una puesta en escena, con una iluminación determinada en una locación determinada. Después lo pinto y modifico algunas cosas.

¿Tenés rituales a la hora de crear? ¿O cosas que no podés dejar de hacer? (Nota de MALEVA: Iara sonríe, entorna sus ojos y niega con la cabeza.)

No, creo que no. Generalmente trabajo de día. Pero más allá de eso, nada. Soy más espontánea. Igual, me armo una rutina. Es decir, soy constante, me pongo un horario y aunque no esté con ánimo arranco. Hay días en que tengo más ganas, otros en los que no tanto, pero me propongo hacer algo siempre. Tener una rutina me parece re importante para no estancarme.

«Tengo exclusividad con mi galería, Ungallery, en Recoleta. Cada año y medio, cada artista de la gale tiene una muestra individual. Así que el año que viene me toca. La serie está en proceso de creación, todavía no tiene título. Creo que van a haber solo pinturas esta vez, va no sé, por ahora. La serie tiene que ver con la intimidad, con un poco de erotismo, algo medio voyeur…»

¿Tenés una obra tuya preferida?

Antes de contestar duda y mira a su alrededor, a las obras que habitan el espacio. Cuadros colgados, apoyados contra la pared, esculturas que surgen entre otros adornos y libros. Cerámicas que funcionan como elementos de uso cotidiano, como las tazas verdes en las que tomamos café. Tengo una obra a la que le tengo mucho cariño, no sé si es mi favorita igual, pero sí le tengo mucho cariño. Ninfas enigmáticas, me llevó un año entero pintarla. Me costó desprenderme de ella, pero al final la vendí.

¿Por qué?

Creo que es importante que el arte circule. De chica me puse ese chip en la cabeza. Siento que sino solo sos un pintor que pinta en su casa, y el arte pierde su propósito. Desprenderse es parte del juego.

Entonces, ¿no conservás ninguna obra tuya luego de crearlas y exponerlas?

Lo que estoy haciendo ahora es que, cuando termino alguna muestra o serie, me quedo con dos obras. No porque sean las favoritas, sino que son las que quedaron, las que no se vendieron, y me las traigo. Creo que en el día de mañana, me gustaría tener una de cada época — mientras habla, Iara señala la ventana —. Esas son de mis primeras creaciones. Ya pasaron tantos años desde que las hice, que me acostumbré a tenerlas ahí, no las quiero vender.

«Me inspira mucho el universo femenino y la naturaleza. No creo que exista un momento en que la inspiración te llega, como un rayo mágico. Creo que uno la busca. Yo me inspiro mientras estoy haciendo otras cosas. Es el mismo proceso el que me inspira…»

Si vemos tus primeras obras y luego pensamos en tus últimas creaciones, hay un lenguaje en común. ¿Intentás generar un universo en particular a la hora de crear?

Sí, me parece re importante la repetición. Quizás en teoría, puede parecer un poco aburrido, pero me parece significativo como artista que la propia obra sea identificable. Después, obvio que con los años se va modificando. Tampoco me quiero quedar en hacer siempre lo mismo pero, me interesa hacer etapas reconocibles.

Antes charlábamos de obras preferidas… ¿Tenés alguna obra favorita de otro artista?

No, tengo muchas obras preferidas de muchos artistas. Me gusta mucho Bernini, el escultor. También Lucian Freud. O varios fotógrafos como Helmut Newton. Si hablamos de etapas dentro de la historia del arte, me encanta el Arte Barroco, en general. Me inspiro mucho en él y en los prerrafaelitas.

Iara nació en 1993 y creció en un ambiente artístico. Su madre es la modelo y diseñadora Miuki Madelaire. Su padre, David Kaumann, músico. Las clases de ballet y canto fueron parte de su infancia. Sabía que el arte iba a ser parte de su ser desde muy pequeña.

«Todos me decían que mis obras se parecían a mí y con el tiempo me hice cargo, lo acepté y lo fui deformando. Hay que tener en cuenta, también, que la cara que uno más conoce es la de uno, entonces creo que inevitablemente, al momento de crear, de alguna manera aparece…»

¿Qué es el arte para vos?

Es una necesidad, porque no podría hacer otra cosa.

¿Cómo te describirías? Es decir, sin adentrarnos en tu camino artístico. ¿Cómo es la Iara que se despierta a la mañana?

Soy artista y otro montón de cosas. Mayoritariamente me percibo como artista, es un estilo de vida, encontrar el arte en todos lados. Pero también soy una persona normal, soy amiga, hermana, hija, mujer, qué se yo.

Viste que hay artistas cuya personalidad o estilo, son parte de, o acompañan, la obra. Por nombrar algunos de los grandes: Dalí, o pensando en artistas nacionales Marta Minujín…¿Considerás que tu persona acompaña tu obra, tiene injerencia en ella?

Yo creo que mi obra se mimetiza bastante con mi persona. Sí, vamos de la mano. Porque, es mucho poner el cuerpo. Qué se yo, mi obra soy yo.

¿Podés definir tus obras en pocas palabras?

En verdad, no me gusta definir. Personal, podría decir, pero no sé.

Hace unas semanas atrás, la artista se casó con el artista visual Juan Jiant. Un casamiento en donde no solo brilló el amor, sino la originalidad de su festejo con aromas y plantas selváticas, adornos de flores, rituales y mucho arte. Kaumann y Jiant, no solo comparten casa y taller, sino a su vez, la profesión.

¿Cómo es estar en una relación con otro artista?

Muy motivador. Nos acompañamos re bien. No sé, por ejemplo, si él se viene al taller a laburar, me engancho, me dan ganas de ir a mí también. Nos ayudamos mutuamente, para nuestras muestras, para el montaje o con ideas.

Encuentro una conexión entre la obra de los dos. La naturaleza suele estar muy presente, la elección de colores es parecida… ¿esto es adrede?

La verdad es que cuando lo conocí, fue por Facebook. Me apareció en gente que tal vez conozcas. Y me pareció un chico re lindo, que pintaba re zarpado y que tenía una onda parecida a la mía. En ese momento, él estaba haciendo unas iluminaciones medio iridiscentes y yo estaba con unas pieles que lucían brillos. Estábamos usando la misma técnica. Entonces le escribí para invitarlo a mi exposición de ese momento. Así fue que nos conocimos. Después con los años, viviendo juntos y todo, nos fuimos mimetizando más adrede. Él era muralista, no pintaba cuadros y después empezó a hacerlo y a pintar cosas más realistas, con pincel y óleo como yo. Y yo comencé a pintar cosas más de noche, por ejemplo. Mis series anteriores eran de día y con él, me empezó a interesar mucho la iluminación nocturna. Las paletas, más que nada, se fueron mimetizando.

Al recorrer el taller, se puede apreciar cómo las obras de ambos combinan a la perfección. Muchas se encuentran dispersas, llamando la atención por sí solas a la vez que entablan un diálogo entre ellas, por la casita en las alturas. Para cerrar le preguntamos sobre sus próximos planes.

¿Tenés alguna exposición u otro proyecto en mira?

Sí. Yo tengo exclusividad con mi galería, Ungallery, en Recoleta. Cada año y medio, cada artista de la gale tiene una muestra individual. Así que el año que viene me toca. La serie está en proceso de creación, todavía no tiene título. Creo que van a haber solo pinturas esta vez, va no sé, por ahora. La serie tiene que ver con la intimidad, con un poco de erotismo, algo medio voyeur. Pero lo estoy trabajando, está muy verde todavía.

Ya sean sus esculturas, sus mega pinturas, sus fotos o sus adornos, todo lo que Kaumann crea viene con un sello muy personal. Una esencia difícil de ocultar, ya que brota, como los potus que cuelgan del techo en su taller.