MALEVA en San Martín de los Andes: así se vivió Walüng, la fiesta de la luna llena en la montaña

Una conexión única con la música y la naturaleza/Alegría, música electrónica con un line up de lujo, y la magia de un entorno patagónico espectacular/Los Dj’s que hicieron bailar a 1500 personas rebosantes de glitter, sombreros, botas texanas, colores flúor, pieles, y mucho más/Además: una carpa mística/¿Quiénes están detrás de este festival y cómo se les ocurrió?

La fiesta sucede en el Desafío, un complejo con una imponente cancha de polo. 

MALEVA en San Martín de los Andes: así se vivió Walüng, la fiesta de la luna llena en la montaña. Por María Paz Moltedo desde San Martín de los Andes.

En mapuche, Walüng significa verano, abundancia, tiempo de cosecha. Esa palabra los atrajo enseguida a Oliverio Sofía, Nicolás Urquiza y Leandro Fresco, cuando decidieron nombrar al festival que crearon en medio de la montaña, en una luna llena de febrero. El 16 y 17 de febrero se celebró la segunda edición, y MALEVA fue parte de este despertar para los cinco sentidos: una conexión inédita con la música y la naturaleza en San Martín de los Andes. Cuatro meses de esfuerzo y producción, para que, como siempre que llega el momento de cosechar, todos los presentes se entreguen puramente a disfrutar.

“Ahora soltá, empezá a vivir”, clama el primer cartel con el que te encontrás al llegar. En este caso, soltar no es solo un término de moda, sino algo que sucede inevitablemente: la cantidad de estímulos que se pueden admirar a cada segundo que pasa en esta celebración, llevan,  por inercia, a sumergirse en este viaje de transformación, del que nadie sale igual. 

«En mapuche, Walung significa verano, abundancia, tiempo de cosecha. Esa palabra los atrajo enseguida a Oliverio Sofía, Nicolás Urquiza y Leandro Fresco, cuando decidieron nombrar al festival que crearon en medio de la montaña, en una luna llena de febrero…»

Oliverio Sofía es músico, productor y DJ desde los trece años, según él, “por accidente”. Desde ese entonces tocó en todo el mundo, y junto con Paul Baunder, formaron Soundexile. Tocaron hasta en Tokio. Acompañan a Hernán Cattaneo en muchas de sus fechas y Oliverio produce sus discos.

Leandro Fresco tocó históricamente con Soda Stereo, además de ser el referente de música ambient en Europa, bajo el sello alemán Compact. Nicolás Urquiza es empresario gastronómico, y creó Pantera Bistró, La Torina Bar Bistró y Nickyto Chapelco en Patagonia. Muchas fiestas, festivales y eventos pasaron por sus vidas, por eso, a la hora de pensar en crear el suyo, los tres tenían claro que tenía que ser uno al que ellos mismos quisieran ir: uno que por nada del mundo querrían perderse, y que empezara de día.

Con ese espíritu nació Walüng, tras horas de mirar en un diccionario de términos mapuches, y dar en la tecla con el concepto: “Cuando cosechás,  es el resultado de haber trabajado un montón, de sembrar con mucho esfuerzo, por eso nos gustó” cuenta Oli. Cuatro meses antes ven qué día cae luna llena en febrero para organizarla. Por una cuestión energética, y para que la noche tenga una iluminación especial. 

Los Dj’s que hicieron bailar a 1500 personas rebosantes de glitter, sombreros, botas texanas, colores flúo, pieles, y mucho más, fueron: el gran Nick Warren, Dj británico, con cuarenta años de carrera, y una agenda plagada de shows en todo el mundo, que en sus inicios acompañó a Masive Attack en su época de oro; Soundexile, el dúo argentino conformado por Paul Baunder y Oliverio Sofía, que tocaron por separado en Barcelona, y en varias Creamfields, hasta que se encontraron y empezaron a hacer música juntos y tocar por todos lados; Oostil (Antü Coimbra), un Dj argentino que hoy vive en España y pertenece al sello Afterlife, uno de los más reconocidos; Paax Tulum, el dúo de Dj´s argentinos conformado por Germán Wagener y Nico Dumont, reconocidos por su house orgánico, que viven en México pero viven de gira (desde Estambul hasta Mendoza); Lisa Cerati, artista visual y Dj, que puso un toque más indie a la fiesta con sus beats; y Leandro Fresco, que deleitó con su set ambient. 

“Lo que me gusta es que a Walung va gente que en todo el año no va a ninguna fiesta electrónica, y elige venir acá”, le cuenta Oliverio a MALEVA. La fiesta sucede en El Desafío, un complejo con una cancha de polo, un resort, un golf y viviendas, un lugar rodeado de árboles y montañas. Los vecinos que viven en la zona (muchos mayores de sesenta), lejos de molestarse por el sonido, esperan todos los años para ir a la fiesta y bailar hasta el final. Si bien la capacidad del lugar es para 50 mil personas, los organizadores deciden que no sean más de 1500, por una cuestión ambiental, y porque priorizan otro tipo de eventos. “A mi no me interesa vender hamburguesas para 100 mil personas. Me gusta que la gente esté tranquila, que se siente a comer”.

«Para sumar aún más magia a este entorno, en medio de la fiesta hay una Carpa Mística, un lugar en donde las astrólogas Lorena Rizzo y Guadalupe Ciancaglini tiran el tarot a la gente y hacen consultas astrológicas. “Cuando estamos pasando por una luna llena por lo general sentimos más, estamos más disponibles para conectar con nuestras emociones…»

La propuesta gastronómica está a cargo de Pantera. En esta edición, el equipo de chefs preparó sushi, tapas y sándwiches vegetarianos. El estacionamiento del lugar, estaba a cargo de los Bomberos Voluntarios de San Martín de Los Andes, y lo recaudado se lo quedó el cuartel. “Acá no hay vallas. La cabina está bien cerca de la gente, el vip también, está todo al alcance de la gente; hay gente que paga para ser vista, acá pagás para comer, tomar y bailar, no para ser vista. El vip está detrás de la cabina, nadie te ve, es el antivip. No hay jerarquías” aclara Oliverio. 

Para sumar aún más magia a este entorno, en medio de la fiesta hay una Carpa Mística, un lugar en donde las astrólogas Lorena Rizzo y Guadalupe Ciancaglini tiran el tarot a la gente y hacen consultas astrológicas. “Cuando estamos pasando por una luna llena por lo general sentimos más, estamos más disponibles para conectar con nuestras emociones. En este evento, al estar la luna en el signo de Leo, nos lleva a conectar más con lo que queremos, a enamorarnos. Es perfecta para hacer una fiesta” contó Lorena. Sin duda sus previsiones se cumplieron: las endorfinas estallaron, y Walüng, una vez más, fue épico. 

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Fotos: son todas gentileza de la organización del festival.