MALEVA en París: «¿Cómo es el amor sin el histeriqueo porteño y donde el romanticismo es una filosofía de vida»?

Desde la ciudad luz, la cronista nos cuenta cómo se viven las relaciones (y por qué es tan diferente a lo que estamos acostumbrados)/¿Por qué al principio le sorprendió que todo fuera tan directo y sin vueltas?/Además: ¿por qué a los parisinos les encanta el cortejo y la libertad en las parejas?

Para los franceses el amor es una filosofía de vida

MALEVA en París: «¿Cómo es el amor sin el histeriqueo porteño y donde el romanticismo es una filosofía de vida? Por Florencia Siviero (@livemy paris, desde París para MALEVA).

Siempre estuve extrañamente fascinada por París.  Antes de conocerla la idealizaba y la imaginaba como el lugar perfecto para vivir una historia de amor. Serían los cuadros de los pintores impresionistas, las películas de la Nouvelle Vague o los libros de Julio Cortazar. Para mí, como para otra tanta otra gente, París era sinónimo de amor.

Cuando la visité por primera vez sentí que ese amor se respiraba en todos lados: en sus paisajes, su gente, su cultura. La idealicé sin imaginar que algún día sería también la ciudad donde me iba a enamorar. Pero, ¿por qué asociamos París con el amor? En un principio creía que era por las cenas frente a la torre Eiffel y el savoir faire francés. 

Cuando vine a vivir a París me di cuenta de que había mucho más que lindos paseos por la Seine y fotos románticas en la torre. Para los franceses, el amor y el romanticismo son una filosofía de vida. Supera ampliamente el estereotipo: son muy románticos, les encanta el cortejo y le rinden culto al amor. A diferencia de lo que vivía en Buenos Aires, ver parejas de más de 80 años de la mano por la ciudad y gente de 50 o 60 besándose en el medio de la calle es algo cotidiano. En París el amor no distingue edades y rompe con las ideas que tuve alguna vez.

«Para los franceses, el amor y el romanticismo son una filosofía de vida. Supera ampliamente el estereotipo: son muy románticos, les encanta el cortejo y le rinden culto al amor. A diferencia de lo que vivía en Buenos Aires, ver parejas de más de 80 años de la mano por la ciudad y gente de 50 o 60 besándose en el medio de la calle es algo cotidiano…»

El amor es tan importante para ellos que, aunque son fervientes defensores de su cultura y tienen muy pocos vestigios de costumbres estadounidenses, festejan de una manera muy apasionada San Valentín. Para esta fecha, miles de enamorados pasean con ramos de flores, las reservas en los restaurantes se agotan y las parejas se sorprenden con regalos.

En esta ciudad se vive y se respira el amor, pero no solo a través de los parisinos. Infinidad de turistas viene a celebrarlo a París. Las muestras de romanticismo son tantas que hasta el Pont des arts se vio afectado. Además de ser el célebre lugar de Rayuela donde Oliveira esperaba a encontrar a La Maga, eran tantas las parejas que venían a dejar un símbolo de su amor a partir de un candado, que tuvo que ser vidriado porque el puente corría peligro de derrumbe.

Pero no todo es romanticismo: «Ser directo y no dar vueltas es la que va en París. Para mí, que crecí en los 2000 y sufrí el histeriqueo como parte de la vida cotidana, fue todo un cambio. Acá las relaciones son directas y sinceras. Es normal conocer a alguien que te encante y recibir un mensaje al otro día para volverse a ver sin tener que esperar semanas. Además acá las mujeres siempre van al frente. No es raro estar en una fiesta o en un boliche y ver chicas encarando varones. 

«Ser directo y no dar vueltas es la que va en París. Para mí, que crecí en los 2000 y sufrí el histeriqueo como parte de la vida cotidana, fue todo un cambio. Acá las relaciones son directas y sinceras. Es normal conocer a alguien que te encante y recibir un mensaje al otro día para volverse a ver sin tener que esperar semanas. Además acá las mujeres siempre van al frente…»

Mudarme a Francia implicó a aprender una nueva manera de relacionarme. La libertad es otro pilar fundamental de las relaciones, tal como el lema de la república francesa. Es que ellos son vanguardistas del amor y la libertad, no existe uno sin el otro. En la ciudad también se disfruta el amor a través del arte. Más allá de las clásicas imágenes románticas, París está intervenida por obras de artistas que rinden tributo al amor. Corazones, imágenes de enamorados y frases románticas revisten veredas, murales, edificios y puentes. Miles de artistas eligen esta temática para sus obras urbanas. 

En París me volví bastante romántica y descubrí que el amor, más que una idealización y un cliché, se vive como un culto. 

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Fotos: son todas gentileza Unsplash (PH foto destacada Kirill Vasilev, PH Saeed Mhmdi)