Maleva en Chapadmalal, la «praia do rosa» argentina / Siete bares y coordenadas con onda imperdibles (para la noche y el atardecer)

Con su encanto pueblerino y surfer, y su cadena de acantilados, se convirtió en uno de los hitazos de esta temporada de verano/Desde allí te contamos cuáles son las propuestas que tenés que conocer/Cervecerías artesanales, terrazas para ver la puesta del sol, fogones con música en vivo, y bares surferos/¿En qué momento del día ir y qué pedirte?/Además: data para alojarse

La Hosteria es un hostel con un bar y una carta de mar que se luce y es un imperdible absoluto de «Chapa»

 

Maleva en Chapadmalal, la «praia do rosa» argentina / Los siete bares y coordenadas con m´´as onda (para la noche y el atardecer). Por Azul Zorraquin (desde Chapadmalal).

Para muchos, “Chapa” es el Praia do Rosa argentino. Además de su encanto pueblerino, tiene costa de playa. ¡Al pie de una cadena de acantilados! Durante la pandemia, muchos porteños cambiaron sus maletines por tablas de surf, y se exiliaron en esta adorable coordenada. MALEVA viajó hasta Chapadmalal, ubicado a unos veinte kilómetros de Mar del Plata, y exploró cuáles son los bares con más onda; la mayoría de ellos, además de gastronomías y tragos de autor, ofrecen actividades como yoga y surf, el «motto» de este lugar.

1) Casa Pampa: un sueño en la naturaleza / Su spa es una experiencia holística y su gastronomía se luce con pescados y mariscos que traen pescadores de la zona y un horno de barro que hace maravillas / ¿En su bar? ¡El gin tonic! / Ruta 11 paraje siempre verde

Este restaurante y bar tiene una presencia imponente en la zona. “Fue un sueño que tuvimos y concretamos con mi marido; somos unos enamorados de la naturaleza, el mar y el bosque”, cuenta Liliana, su dueña. La propuesta de Casa Pampa es “all Inclusive”: Ofrece cabañas con vista al mar, spa premium, pileta, bar, y gastronomía cinco estrellas, con cocina de autor ¡y cava subterránea! “El Spa es una experiencia holística increíble”, cuenta el equipo, “incluye un circuito hídrico, sauna de vapor, piscina cubierta, masajes con aromaterapia, y tratamientos personalizados”. Un lujo. Y atención: no es necesario estar alojado en el complejo para disfrutar de estas ammenities. En la playa de enfrente, se pueden realizar actividades como kite surf, surf y senderismo.

Respecto a la oferta gastronómica, la carta incluye desde pescados y mariscos frescos que traen pescadores de la zona, hasta pasta, carnes y ensaladas. Las entrañas cocinadas al horno de barro con patines andinos y cherrys, por ejemplo, son uno de los platos más populares. ¿Para maridar? El gin tonic con pepino y frutos rojos, es el trago estrella del bar. ¡Que a la noche explota!

2) Las cuevas: cerveza artesanal (y un lemon pie que se parte) en una casa que es una joyita histórica / Sus paredes arty y dj sets tranqui que re van / Calle «0» y 699″

Este rinconcito oculto estuvo abandonado, hasta que el padre de Ignacio lo descubrió: “es una casa antigua, una de las primeras de la zona, que todavía conserva las paredes de barro”, cuenta, “y papá la compró para vender leña”. Hoy, su hermano, que empezó a cocinar cerveza en el garaje de la casa por hobbie, se convirtió en una marca registrada. Entre las birras artesanales que vende Las Cuevas, la más popular es la IPA, pero hay una amplia variedad. Además, comercializan cerveza traída de otros puntos del país, como Revancha.

¿El menú? Tapeos como cubos de pollo con dip de alioli y mostaza casera, bocados de falafel, empanadas de cebolla y roquefort, y platos potentes como hamburguesas, pizzas, y varias opciones vegetarianas, como las lentejas con tomate. ¿De postre? El lemon pie es imperdible.

Dato de color: las paredes, que son las protagonistas del bar, están intervenidas por la artista y muralista Luján Salomón; “Trabajó como camarera acá, y tiene un espacio donde vende sus cortezas pintadas. ¡Está decorando todo el barrio!”, le cuenta Nacho a MALEVA.

Recientemente, arrancaron con los shows y DJ sets (con onda tranqui) en vivo. Los sábados y domingos también hacen ferias artesanales: «le cedemos el espacio a artesanos del barrio que hacen manualidades”, cuentan los hermanos.

3) La hostería, bar & hostel: cervezas originales «made in home» y una carta basada en productos de mar (el golazo es la «fish chapa») / Las pizzas también son un hit / En la calle «0»

Hace un par de temporadas, Mauricio decidió invertir en este pedazo de tierra, que es lindero con su complejo de cabañas. “Chapa es tendencia, está creciendo. Esto es lo que pasó en Praia Do Rosa hace veinte años”, cuenta visionario. El lugar, funciona como hostel con habitaciones privadas, y a su vez como restaurante-bar que fabrica su propia cerveza, en el puerto; cuentan con nueve estilos, entre ellos la estrella, la Cream Ale, que es rubia y suave. La más rara, sin dudas, es la que trae coliandro y naranjas y se sirve con una rodajita.

La carta, por su parte, está basada en productos de mar: la “Fish Chapa” es un emblema del lugar, y trae cornalitos, rabas, mejillones a la provenzal y langostinos deliciosos. El escabeche de mar también es uno de los platos más populares, y las pizzas son un hit: son hechas “a la piedra”, y hay más de diez sabores para elegir. Las empanadas, tapeos y tablitas son ideales para compartir.

Con respecto a los eventos, el dueño nos cuenta: “Todos los 6 de diciembre hacemos un fiestón, y ¡regalamos todas las cervezas! Así que ya saben; atentis para el 2022″. 

4) Swell: un bed and breakfast lleno de planazos / El planazo: sus clases de surf seguidas de yoga en los acantilados / ¿De qué se trata su terapia «temazcal»? / Dato: su cocina mexicana 

Esta pintoresca casona amarilla, funciona como hostel, bed and breakfast y “surf house”. Además, cuenta con rampa de skate, parrilla y fogonero, y escenario para artistas, como el gran Zenón Pereyra. “El surf trip que ofrecemos es de cuatro días y noches, que incluyen clases de surf y yoga”, explica uno de sus dueños, “las clases de surf por ejemplo, son para todos los niveles. Al tercer día, salimos con las tablas al amanecer y nos metemos al agua en el momento en el que asoma ¡la pelota de fuego! Después tomamos café y hacemos yoga en la playa”. Es un programón que pueden hacer, también, quienes no se hospeden ni sean parte del surf trip. Algunas clases de yoga se toman en los acantilados, durante la anaranjada golden hour.

En la pata gastronómica, Swell ofrece comida mexicana con vegetales de huerta, asados vegetarianos y las imperdibles Berro burgers caseras, hechas a la parrilla.

La casa de Swell, además de todas estas actividades, cuenta con la increíble opción de practicar el “Temazcal”: “Es un ritual ancestral, unos baños de vapor que empleaban los mexicanos para limpiar sus pecados. Nosotros le echamos hierbas medicinales a las piedras al rojo vivo, y realizamos una ceremonia, y disfrutamos del sauna”, explican sus dueños. ¡Planazo!

5) Cachalote: un punto de encuentro post playa para ver el atardecer en el mar (con fogonero incluido) / También se pone «Rufus», un bar y surf shop con mucha onda ¡y martes de chacarera! / Ruta Provincial 11 km 542 

Este spot, pegado al Geko Apart, es una joyita: “es el punto de encuentro post playa, un restaurante y bar ideal para ver el atardecer y el mar”, lo resumen sus dueños. Tiene un sector amplio afuera, con un fogonero, que recibe guitarreadas, reuniones y hasta DJs. La cocina cuenta con un tremendo horno de barro, y por ende…¡Unas pizzas épicas! Hay clásicas como muzza, napo o 4 quesos, y después hay algunas más exóticas como la de jamón y ananá; una de las mejores es la de champis con jamón crudo. La de queso azul, cebolla glaseada y rúcula también es imperdible y hasta hay una opción vegana. Los fines de semana, por lo general, hay especiales como el “cevichito de mar” y hamburguesas vegetarianas de quinoa, queso azul, lentejas y cebolla caramelizada, acompañadas de mayonesa de zanahoria, sandwich de cuadril braseado al malbec y papas rústicas. Para tomar, hay tragos típicos como Fernet y Campari pero lo distintivo, es el tamaño: el gin tonic viene en un vaso XXL.

Al lado del bar, hay un surf shop, Rufus, que también tiene mucha onda. Los días ideales para visitar el bar son: Jueves, viernes y sábado, porque siempre hay música en vivo, y como opción más tranquila, el domingo. Todas las noches pasan videos de surf en el proyector, y los martes hay día de “folclore”; ¡Con bailes espontáneos de chacarera!

6) Aft – «amantes de fin de tarde»: un hospedaje frente al mar con espíritu sustentable y una faceta culinaria que sorprende con materia prima de huertas orgánicas y pescas del día / En la calle «0»

Este rancho, que funciona como hospedaje frente al mar y productora audiovisual, ofrece una gran experiencia que se divide en varias actividades: Clases de surf, yoga, caminatas por los acantilados, cabalgatas a caballo, y comidas al fuego. Sus dueños, practican el turismo sustentable: “educamos a nuestros clientes a que lo practiquen en casa; recientemente agregamos una compostera comunitaria para que los vecinos del barrio y nuestros clientes hagan uso de ella, y a su vez, estamos proyectando plantar quinientos árboles en la región” explica Pepe, uno de los dueños.

El mundo culinario de AFT también merece una mención: ofrecen experiencias que provienen de los productos regionales, huertas orgánicas del barrio o de las pescas del día, siempre cerca del fuego y acompañado por músicos que representan la cultura de playa.

7) Bai Bai: para escaparte a surfear, relajar, hacer vida sana, disfrutar del arte y ser feliz / Calle 0 (ex caracolas) 3069 – entre 64 y 719 – 

Esta casita frente al mar de Luna Roja, nació como propuesta de escapada, para quienes viven en ciudades, “y quieren integrar el mar y el surf en sus vidas”, cuenta Luis, uno de los dueños, “para ello diseñamos una experiencia sana y feliz: yoga, arte, gastronomía, fogón, arte y música”. Todos estos elementos se conjugaron, para crear Bai Bai, que tiene varias sedes en puntos surferos, como Santa Teresa, en Costa Rica. “Lo más copado es Chapadmalal; se trata de un lugar increíble, lleno de magia y olas que nos inspira… somos de los fogones interminables, yoga en los acantilados, caballos en las calles y ¡arte en cada esquina!”, lo resume el equipo.

Gastronómicamente, es una joya, porque allí nunca se come igual, pero se come increíble: “Conectamos con las huertas y pescadores locales, y cada cocinero tiene su magia: las empanadas al disco de Elio, las ensaladas con queso de cabra de Buby, Franco siempre sorprende con una combinación con frutas salteadas nunca hecha en la historia, y Lucho y su ceviche con frutilla y mango”, le explica Luis a esta revista. Además, funciona como surf house, y por supuesto, como comunidad playera. Los fogones y la música también son un must de esta coordenada.

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Fotos: son todas gentileza de los locales, bares y hoteles mencionados.