La vida: un trabajo full time de reinvención

Una nueva «crónica de pandemia» en MALEVA/Con un estilo afilado, reflexivo e íntimo a la vez, la autora de la nota hilvana y revela pensamientos profundos y cotidianos sobre estos meses tan extraños/La peste de Camus (ese libro que no piensa leer por ahora), la falta de respeto hacia la vida, el cambio como costumbre, Parasite y la cómica ironía de la perdida del olfato durante el Covid19

«Hubo una falta de respeto hacia la vida, y hace falta recapitular con cuánto y qué necesitamos para (sobre) vivir…», señala la autora del texto

 

#CrónicasDePandemia en #MALEVA

La vida: un trabajo´ full time de reinvención. Por Clara Lanusse.

En todo momento a lo largo de la vida, en diferentes etapas y circunstancia, me vi frente a la pregunta de si había leído a tal autor o tal libro. Siempre hay alguien que nos pregunta si vimos tal película o leímos tal libro, pero especialmente el que nos interpela de antemano, ya anticipando nuestra respuesta: “¿Nunca leíste el Facundo?”. Aunque lo cierto es que no haber leído el Ulisses para nuestras generaciones es todavía peor, convengamos que la mayoría preferiría, como el amigo Bartleby, no hacerlo.

«Incluso la vida puede pensarse como un trabajo full time de reinvención y, como muchas veces lo sentí así, quizás por eso también ahora que veo la prueba puesta en la colectividad, en cierta forma me siento “comprendida”. Hubo una falta de respeto hacia la vida, y hace falta recapitular con cuánto y qué necesitamos para (sobre) vivir. Mejor aún, de qué manera pensamos hacerlo…»

Durante la eterna cuarentena que estamos viviendo en la Argentina, sobre todo el primer mes, me pareció que la pregunta interrogadora se dirigió hacia la literatura filosófica, y que el libro destacado para la pregunta “¿lo leíste?” fue La peste de Albert Camus. Me gusta leer filosofía, así que estoy acostumbrada mientras hago scroll en la pantalla a ver pasar artículos sobre aquellos pensadores que en su época nadie leyó ni escuchó –o sí –y que hoy en día igualmente los medios de comunicación globalizados elijen revindicar. El libro boom de la pandemia es La peste, aunque ya han pasado tantos días en cuarentena que, aunque no lo leí, no me resulta tan novedoso como al principio. Ni hablar de lo que no entra en el canon de los clásicos, hay de todo interesantísimo para leer.

Creo que a esta altura de la pandemia los miedos se desplazan, ya no es el pánico de contagiarse el covid19 como el del oportunismo de los políticos para conducirnos en silencio y obedientes hacia un régimen totalitario, aunque personalmente prefiero no emborracharme con predicciones catastróficas. Lo que sí se siente es la falta de libertad, de contacto, me da curiosidad pensar de qué manera re-territorializaremos nuestros espacios.

Esta potencia mutágena que representa el virus, a mí particularmente que soy más bien introvertida, me ha dado el clima propicio para que mi mundo interior florezca sin por eso sentir que soy de otro planeta. La psicodeflación de la que habla el filósofo Bifo Berardi en este aspecto no parece tan mala. Despertó la consciencia con respecto a este planeta que es el nuestro.

Además, las personas acostumbradas a vivir en un país que exige adaptabilidad a los cambios constantes en lo político y económico, así como a tener visión más allá de la catástrofe que afecte el momento actual, estamos preparados para, una vez más, mutar. Incluso la vida puede pensarse como un trabajo full time de reinvención y, como muchas veces lo sentí así, quizás por eso también ahora que veo la prueba puesta en la colectividad, en cierta forma me siento “comprendida”. Hubo una falta de respeto hacia la vida, y hace falta recapitular con cuánto y qué necesitamos para (sobre) vivir. Mejor aún, de qué manera pensamos hacerlo.

«Esta potencia mutágena que representa el virus, a mí particularmente que soy más bien introvertida, me ha dado el clima propicio para que mi mundo interior florezca sin por eso sentir que soy de otro planeta. La psicodeflación de la que habla el filósofo Bifo Berardi en este aspecto no parece tan mala. Despertó la consciencia con respecto a este planeta que es el nuestro…»

Creo que la lectura ayuda, la buena literatura aún más. La última vez que fui al cine fue justo unos días antes de que se decretara la cuarentena. Fuimos con una amiga a ver Parasite al Arte Multiplex de la avenida Cabildo. Además de lo trágico en la película; la diferencia de clases, la lucha por la supervivencia, hay algo de cómico y está puesto en escena específicamente en relación al sentido del olfato. En efecto, la familia Park levanta la nariz ante “la gente que viaja en subte”, justamente por el desagrado al olor que tiene este tipo de gente, un olor particular. Así es como huelen los Kim, que son la antítesis social de los Park, pero más unidos y astutos.

Pensándolo bien, me resulta todavía más cómico que uno de los síntomas principales del covid19 (sino el que mejor lo diferencia de una gripe), sea la inhibición del olfato.
Y mientras miro videos de mis sobrinos esquiando en el otro lado del mundo, me sonrío ante casualidades como ésta. Si la cuarentena en Argentina se prolonga un poco más, seguramente llegue a leer la novela de Camus.

Fotos: la destacada es gentileza Unsplash (Jonathan Cooper)