Paraíso patagónico: siete habitaciones, el río Hermoso, y un paisaje sublime
El hotel Río Hermoso está ubicado en el Parque Nacional Lanín, en un recodo del río con el mismo nombre, que es un curso de agua transparente y cauce de piedras, que nace en el lago Hermoso y desemboca en el Lago Meliquina, y que atraviesa un paisaje de una belleza mágica. Bien de la Patagonia andina, tan perfecta, que todo parece haber sido dispuesto por la naturaleza para asombrar: montañas con laderas cubiertas con bosques de ñires, lengas, cipreses; formaciones rocosas caprichosas y misteriosas; el agua que fluye tranquila produciendo un sonido directamente zen. Una brisa suave y de noche, un cielo oscuro y tan estrellado que dispara preguntas existenciales.
En el valle del río está escondido este elegante hotel boutique, al que se accede en el km 67 de la ruta 63, de tan sólo siete habitaciones. Al instalarte en alguna de ellas, y después de desplomarte en sus enormes camas; los primeros minutos son de incredulidad: ¿en serio existe este lugar tan maravilloso en medio de la montaña?; ¿en serio sólo voy a escuchar el sonido del río, de algunos pájaros y nada más?; ¿en serio voy a despertarme con esta vista tan bucólica? Afuera, un parque con el césped impecable; un canchero mobiliario, y unas reposeras de madera que son una invitación insistente a terminar ese libro que hace tiempo querés terminar. Y junto al parque un sendero entre arbustos y flores, para recorrer en diez minutos, y – como les pasó a quien les escribe y a su novia -; tal vez cruzarte al atardecer con una yegua y un potrillo, libres de montura, que vadean el río desde la otra orilla, y cruzan a dos metros tuyos como si nada. Para ellos como si nada, porque la escena es tan surrealista (mucho más para alguien de la ciudad, seguro) que de nuevo aparece la sensación de incredulidad: ¿en dónde estoy?.
«Este es un hotel para desconectarse, y si bien es un hotel escondido, lo que le da una impronta de exclusividad genuina, no es un hotel aislado: está a un minuto de la ruta de los Siete Lagos, a veinte minutos de San Martín de los Andes; a nada del poblado en nacimiento «Río Hermoso»; y a diez minutos de la cada vez más interesante Villa Meliquina, donde hay varias coordenadas gastronómicas.»
Este es un hotel para desconectarse, y si bien es un hotel escondido, lo que le da una impronta de exclusividad genuina, no es un hotel aislado: está a un minuto de la ruta de los Siete Lagos, a veinte minutos de San Martín de los Andes; a nada del poblado en nacimiento «Río Hermoso»; y a diez minutos de la cada vez más interesante Villa Meliquina, donde hay varias coordenadas gastronómicas. Y es un hotel chic, pero relajado, no desde la ostentación sino desde el buen gusto. Una arquitectura que combina madera nativa con piedras milenarias (incluso con restos fósiles); una genial selección de libros de fotografías patagónicas; una biblioteca en el segundo piso con una linda terraza; un mobiliario agradable y de diseño contemporáneo; y un personal bien dispuesto, pero no omnipresente, que está, pero no está, como dispone el manual de la buena hotelería.
Río Hermoso se fundó hace poco más de una década, en 2007; y detrás hay un grupo de amigos que cumplieron su sueño. «Somos un pequeño hotel de montaña dedicado a satisfacer la expectativa del huésped que requiere exclusividad, atención personalizada y el más alto nivel de servicio», es la síntesis de la propuesta. «Apuntamos a un público ABC1 a partir sobre todo de 35 años de edad; básicamente parejas pero también tenemos muchas familias que viene con sus niños – explica una de las fundadoras, y manager del hotel Giselle Kaplan -, también realizamos reuniones empresariales y familiares con mucho éxito».
«Un capítulo aparte es su restaurante, que, sin exagerar, es excelente. De verdad: no es que sus platos están bien, y ya. Te sorprenden fuerte. A cargo está el chef Cristian Carello y algunos de sus platos estrella (aunque ellos aseguran que todos los son) son el cordero patagónico con salsa de rosa mosqueta acompañado con papas noisettes; la Reina de Rio Hermoso que es una trucha salmonada grillada con puré de zanahorias; o las pastas con crema de hongos.»
Además de descansar o encarar una casi inevitable rutina hedonista (que empieza con un super desayuno con huevos revueltos y frutas de estación y prosigue a lo largo del día con rituales como una copa de vino cuando cae el sol); en Río Hermoso hay un montón de actividades para hacer, que tienen que ver con la estación del año.
En los meses cálidos y templados algunas de ellas son: trekking (¿hay algún lugar de la Argentina más óptimo para el trekking que el sur?); MTB, canotaje, kayak, cabalgatas, flyfishing (de noviembre a mayo). Y en invierno, con Chapelco ahí nomás; el plan del día tiene que ver con las actividades relacionadas con la nieve como el esquí, caminata sobre raquetas; cabalgatas blancas, entre otras. También, cuentan desde el hotel, suelen recibir a aficionados al golf para jugar en la cancha del Chapelco Golf, diseñada por Jack Nicklaus.
Un capítulo aparte es su restaurante, que, sin exagerar, es excelente. De verdad: no es que sus platos están bien, y ya. Te sorprenden fuerte. A cargo está el chef Cristian Carello y algunos de sus platos estrella (aunque ellos aseguran que todos los son) son el cordero patagónico con salsa de rosa mosqueta acompañado con papas noisettes; la Reina de Rio Hermoso que es una trucha salmonada grillada con puré de zanahorias; o las pastas con crema de hongos. Para maridar con algún Pinot Noir patagónico, desde ya.
Todas las habitaciones del hotel tienen vista al río y las de la planta superior cuentan con terrazas privadas (lo top de lo top en este lugar). A su vez, el complejo cuenta con una casa contigua que funciona como «Family Room» con capacidad para cuatro personas. También existe una opción original para quienes quieran no solo sentirse en casa (que es la promesa del hotel) sino convetir al hotel en su propia casa por unos días y es alquilar todo Río Hermoso con la opción «full house», y disfrutar del hotel como una sofisticada casa de montaña, con todos los servicios del hotel a disposición. Un plus de Río Hermoso es que al estar ubicado sobre el circuito de Siete Lagos, no sólo San Martín de los Andes sino localidades como Villa La Angostura, Villa Traful y hasta Bariloche, están todas a menos de dos horas en auto. Algo parecido al paraíso patagónico.
ALGUNOS CONSEJOS MALEVA EN PRIMERA PERSONA:
1) Si van para Villa Meliquina, sigan unos minutos más hasta el Lago Filo Hua Hum. Es un lago solitario fuera del circuito de los siete lagos, y tiene la magia de ser poco frecuentado por turistas. Llama la atención el castillo con dos torres que se construyó en la cara este del lago un noble europeo.
2) En San Martín de los Andes, el bar con más onda del momento es Piedra Buena, en una antigua casa de madera, y a una cuadra del lago, sus hamburguesas (increíble la mexicana con Guacamole) y sus cervezas artesanales sorprenden.
3) Si quieren trekking fuerte, no terrible pero sí fuerte, suban al volcán colorado. Cinco mil metros de un sendero empinado, que empieza en la ruta que va al paso internacional Hua Hum; y van a atravesar bosques centenarios, y en la cumbre los espera una vista sublime a la cordillera, a la estepa argentina y a los volcanes chilenos. Les va a llevar de cinco a seis horas.
Fotos: gentileza Río Hermoso.
MÁS INFO EN ESTE LINK: http://www.riohermoso.com/