«Fabi (Cantilo) es pura energía y presencia, yo en cambio soy re casera y tranquila»: entrevista MALEVA a Mica Riera, la actriz que sorprendió a todos

En la íntima barra de Lima en Recoleta, la actriz que encarnó a Fabi Cantilo en la nueva serie de Netflix nos cuenta cómo vivió ese rodaje desafiante y a puro disfrute/Se absorbió en el personaje durante meses para sostener la energía de la cantante/Cómo su dificultad para estudiar la llevó de la arquitectura a la actuación /Bonus: la linda vida según Mica. Mucha comida, vino y perros. ¿Cuáles son sus lugares preferidos en Buenos Aires?

Mica en la canchera barra del restaurante Nikkei Lima en Recoleta, en una charla por los mil planos de su vida, oficio y placeres.

«Fabi (Cantilo) es pura energía y presencia, yo en cambio soy re casera y tranquila»: entrevista MALEVA a Mica Riera, la actriz que sorprendió a todos. Lenchu Rodríguez Traverso. Fotos: Carla Nastri.

Ella dice que tiene una cara olvidable, común. Tanto es así que mucha gente que la ve seguido tardó en darse cuenta de que es ella quien interpretó a Fabi Cantilo en el nuevo éxito argentino de Netflix, “El amor después del amor”. A los 31 años, Mica Riera está en la crème de la crème de su carrera, de acá para allá dando entrevistas, a la noche en el teatro, donde se sumó a la comedia “El Divorcio”, a punto de grabar la tercera temporada de “El Encargado” y sumándose a una nueva novela de Polka.

Aunque hoy tiene una de las agendas más ajustadas, recibió a MALEVA con mucha buena onda porque nos confesó que, si bien es una persona muy casera y extraña los paseos largos con sus dos perros, está disfrutando muchísimo de este momento. En la barra del restaurante Nikkei Lima, en un espacio íntimo dentro del hotel Hub Porteño, hablamos del papel más desafiante que hizo hasta el momento, de lo difícil y gratificante que es la carrera de actriz y, especialmente para la revista, nos contó cómo es la linda vida para Mica; los restaurantes que no fallan, sus destinos preferidos de Argentina y su domingo ideal. 

¿Es mucho más complicado interpretar a alguien que existe, como Fabi, que a alguien ficticio?

Re. No solo que existe sino que está vivo, vigente, que todos sabemos cómo canta, cómo habla y cómo se mueve. Es un desafío grande que tuvimos todos. Me acuerdo que me decían: “va a estar buenísimo que la gente te vea” y yo pensaba que lo único que me importaba era que le guste a Fabi. Quiero que ella se pueda ver aunque sea una vez, que se pueda encontrar en algún gesto o algo, que diga “eso te salió re bien”. Con una cosita ya estaba feliz.

Además es un personaje difícil…

Fue un personaje difícil y con muchos desafíos. Yo tenía mucho miedo de sobreactuarla. Las indicaciones eran: una mina que no para de moverse, que grita, que habla fuerte, que no para de sacar temas de conversación. Pero estaba todo muy bien hecho, el guión y las indicaciones, entonces en ese momento me dejé fluir y sucedió.

«Fabi Cantilo fue un amor conmigo, me dio su teléfono y me dijo que la llame siempre que quisiera. Entre esas cosas me acuerdo que la llamé para decirle “tengo esta escena donde estoy enojada con Fito y no quiero tratarlo de usted” y me respondió: “yo nunca lo traté de usted a Fito”. Bueno Fabi acá lo tratamos de usted (risas). Ahora el mundo va a creer que lo tratás de usted…»

Con Fabi te juntaste antes, ¿no?

Si. Fue muy gracioso porque, desde que me avisaron que quedé hasta que la vi a ella, esas dos semanas estuve en mi casa mirando un video atrás de otro, tratando de sacarle los gestos y los movimientos que hacía. Y de repente la conocí y me acuerdo que le dije: “te pido perdón porque si te duele la cabeza es mi culpa”. La mina debe tener un mal de ojo que le estoy creando porque veo sus videos sin parar. 

¿Tuviste contacto con ella durante el rodaje?

Si, fue un amor conmigo, me dio su teléfono y me dijo que la llame siempre que quisiera.
Entre esas cosas me acuerdo que la llamé para decirle “tengo esta escena donde estoy enojada con Fito y no quiero tratarlo de usted” y me respondió: “yo nunca lo traté de usted a Fito”. Bueno Fabi acá lo tratamos de usted (risas). Ahora el mundo va a creer que lo tratás de usted.

¿Eso estaba en el guión o te surgió a vos?

Por momentos estaba en el guión y por momentos no. Vi una entrevista donde le preguntaban por qué trataba a la gente de usted. Y ella decía: “yo cuando te quiero te trato de usted”. A mí me quedó eso en la cabeza y lo incorporé al total del personaje. Pero quedó lindo, a la gente le encanta. Me mandan mensajes todo el tiempo diciendo: “quiero que me trates de usted”. Los mensajes que me llegan son muy graciosos. Me mandan muchas fotos donde aparezco de fondo.

Qué loco, es que de golpe a tu cara la conoce muchísima más gente.

Claro. Así de bizarro, desde reconocerme en el fondo de sus fotos hasta lo opuesto; en la plaza donde llevaba a mis perros a pasear todos los días no me reconocieron por dos semanas. Somos un grupo de 15 dueños que nos juntamos siempre a la misma hora mientras nuestros perros juegan. En un momento se pusieron a hablar de la serie, a los dos días de que salió y yo me quedé calladísima pensando que alguien tenía que girar y mirarme, ¡no puede ser!

¿Y ese día nadie cayó?

Nadie. A los dos días de nuevo volvió a salir el tema de conversación y una de las chicas me miró pero no me dijo nada. Ese día tenía un mensaje en Instagram de ella diciendo: “yo sabía, hoy te vi y dije, esta es Fabi, ¿cómo no nos dijiste nada?” Todos fueron cayendo de a poco, cada uno a su ritmo. 

«Una vez pensé, “che, ¿no me pasé diciendo esto?” y la verdad es que no, lo volvería a decir: creo que estuve en las dos series más importantes que tuvimos en los últimos tiempos en Argentina: “El Encargado” y “El amor después del amor”. Nada que ver la una con la otra pero a la vez dos proyectos muy zarpados, con toda la energía puesta ahí y muy cuidados…»

¿Te costó mucho separarte del personaje?

Al principio me costaba mucho entrar en personaje. Porque Fabi es una mina que está muy enérgica todo el tiempo y yo soy todo lo contrario, soy re casera y tranquila. Entonces lo que resolví era que tenía que estar todo el tiempo en esa energía. Cuando volvía a mi casa no la abandonaba del todo, también me servía para pasar las escenas.

Fue muy gracioso porque terminado el rodaje nos juntamos en el cumpleaños de una vestuarista y se me acerca una preguntándome si estaba bien, que me veía medio apagada. ¡Si!, esta soy yo en realidad, me había olvidado de la energía que mantenía todo el día. Fabi requería esa presencia. Yo soy cero así, entro a un lugar y puedo estar en una esquinita sin que nadie me mire.

La actuación es una carrera muy complicada, ¿cómo llevaste todos los altibajos?

Todo fue aprendizaje. Es una carrera para aprender a tranquilizar la ansiedad. Cuando terminé mi primer trabajo tenía 18 años, vivía en la casa de mi vieja, estaba en otro momento de mi vida y no tenía gastos. Hoy quedarme sin laburo no solo es no tener una carrera sino tampoco un sustento económico. Dejó de ser solo trabajar para divertirme, que es como empezó, y pasó a ser una necesidad. Y eso juega muy en contra en esta carrera porque pegás un laburo donde tenés un sueldo y de repente se corta y no tenés nada. 

¿Qué es lo más importante que aprendiste? 

Primero aprendí a ahorrar porque no sabés cuánto tiempo vas a estar sin trabajo. Y después a sacarle el peso. Al principio era “no, yo solo soy actriz” y después me di cuenta que puedo hacer otras cosas y disfrutarlas. Dirigí castings un tiempo, me hice la vida porque necesitaba trabajar.

¿Desde chica querías ser actriz?

Cuando era chica quería ser arquitecta pero era muy mala en la escuela. Muy pero muy mala estudiando. Siempre pasé con un pelín, de hecho el promedio con el que me recibí fue 6.25. Y claro, mi vieja cuando le dije que quería ser arquitecta me dijo: “¿vos sabés lo que tenés que estudiar para arquitectura?” Primero: no te podés llevar más matemática. 

¿A qué edad fue eso más o menos eso?

¿Primero o segundo año? Miento, de antes. Cuando era chica ya me hacía planos de casas enormes con 3 piletas y 18 pisos, flasheaba. Cuando se me cayó la arquitectura me metí con la idea fija de que quería seguir diseño de interiores. Hice un año pero me cuesta mucho el estudio, es como que no logro concentrarme, hace 3 horas estoy leyendo un párrafo que no sé de qué habla y alrededor hay mil dibujos. Mientras, me hice 3 termos de mate, todo menos leer, soy lo peor que existe en el mundo.

«Empecé a estudiar teatro a los 6 años, porque era una sacadita en casa, estaba todo el día con mucha intensidad queriendo mostrar “mis gracias”. Me mandaron a clases de teatro y me acuerdo que la profesora me decía: “decí NO”. Más fuerte, más fuerte, más fuerte y yo pensaba: “ah, ¿acá puedo gritar todo lo que yo quiera?” Este es mi momento de libre expresión. Y creo que eso fue lo que me marcó con la actuación, era el espacio donde tenía permitido hacer de todo…»

¿Cómo hacés entonces para aprenderte el diálogo de una serie donde sos protagonista?

Y, es que eso lo disfruto. No me acuerdo de nada de todo lo que estudié en mi vida, de nada. ¡Ni ninguna escena! No recuerdo escenas que hice en “El amor después del amor”. Pero tengo una memoria a corto plazo que funciona todavía y es esto de repetir. Lo leo varias veces hasta que más o menos me sale. Necesito liberar la memoria ram para dejar espacio para lo nuevo (risas).

Entonces desde chica tenías el chip de ser actriz, porque esta forma de estudio funciona.

Empecé a estudiar teatro a los 6 años, porque era una sacadita en casa, estaba todo el día con mucha intensidad queriendo mostrar “mis gracias”. Me mandaron a clases de teatro y me acuerdo que la profesora me decía: “decí NO”. Más fuerte, más fuerte, más fuerte y yo pensaba: “ah, ¿acá puedo gritar todo lo que yo quiera?” Este es mi momento de libre expresión. Y creo que eso fue lo que me marcó con la actuación, era el espacio donde tenía permitido hacer de todo. Como en casa no se podía, actuando sí. Haciendo de Fabi le rompí el taxi a un chabón y lo recontra disfruté. 

Y cuando definiste que querías ser actriz, ¿había alguna persona a la que te quisieras parecer?

No, siento que no lo tuve nunca. Si me preguntás un referente te voy a decir Meryl Streep porque es mi referente como actriz. Me parece súper versátil, puede meterse en mil personajes y todos los hace con la misma dedicación. Eso es algo que yo admiro mucho. Lo que nos pasó siempre a los actores argentinos es que te encasillan en un lugar. Yo tenía mucho miedo de que me encasillen con Fabi, por eso ahora estoy haciendo comedia, para salir de ahí. Porque realmente siento que tengo – no al nivel de Meryl Streep – una gama de emociones mucho más amplia que solo Fabi. De repente también puedo hacer reír.

Leí que vas a estar en una nueva novela de Polka.

Si, yo paso a hacer una participación. Entro a romper una pareja y me voy (risas). No lo voy a contar porque me matan pero es un personaje muy buena onda, muy luminoso también – digo también porque Fabi es muy luminosa -, pero no es nada que ver a Fabi. Me gustó eso, de repente hacer un personaje que no hice todavía.

Hiciste televisión, serie, teatro… ¿qué formato te gusta más?

Es muy difícil porque cada cosa tiene lo suyo. El mundo del teatro es el mundo para el actor, no hay nadie ahí, sos vos con el público y eso está buenísimo. Pero a mi me gusta mucho más lo audiovisual. Entre la novela y la serie prefiero la serie porque tiene más calidad, respetan los silencios y las miradas. Una vez dije, “che, ¿no me pasé diciendo esto?” y la verdad es que no, lo volvería a decir: creo que estuve en las dos series más importantes que tuvimos en los últimos tiempos en Argentina: “El Encargado” y “El amor después del amor”. Nada que ver la una con la otra pero a la vez dos proyectos muy zarpados, con toda la energía puesta ahí y muy cuidados. 

La linda vida según Mica Riera.

«Amo Argentina, amo la gente de acá, siento que somos un rejunte de las mejores cosas que tenemos los seres humanos: una calidad hermosa, un desarrollo de inteligencia envidiable para otros países – de golpe los argentinos se van afuera y arrasan -, y somos muy cálidos. El argentino buena leche digo, el que quiere lo mejor para el otro y sabe vivir en sociedad. Ese es lo mejor del mundo…»

¿Cocinás?

No, cocina cero. Siempre que cocino sale todo mal. Una sola vez tuve un buen resultado cuando hice una lasaña vegetariana. Pero me llevó 5 horas, fue una locura, y de repente lo puse en la mesa y se comió en dos minutos y medio. ¡Me frustré! Dije: no voy a cocinar nunca más. Con los años me puse más sibarita y me empezó a gustar más comer afuera, disfrutar de la comida, de los pasos, todo eso. 

¿Cuáles son tus lugares preferidos para salir a comer?

El Preferido es mi lugar preferido. La milanesa es todo lo que sí. La acompaño con tortilla de papa, papas fritas o los espárragos que son lo más. Todo es comida muy simple pero muy bien hecha.

Otro que me gusta mucho, y que me salvó muchísimas veces porque comés rápido y rico, es Orei. Yo vivo en Zona Norte así que siempre que vuelvo a casa desde Capital paso por ahí y vuelvo con mi ramen comiendo tranquila. Eso es un planazo para mí.

Hay un lugar de comida italiana que se llama Girardi y voy mucho a la salida del teatro. La comida es espectacular, parece que estás en Italia real. La pizza italiana me encanta. Siamo nel Forno tiene para mí la mejor pizza de acá o sino una opción cerca de casa que me gusta mucho es Orno. Esa me salva la noche.

Y cuando vas a un bar, ¿qué elegís para tomar?

No soy muy de los tragos. Soy más del vino y me gusta mucho el espumante. Soy embajadora de Chandon y cuando me contactaron dije: ¡qué es este mundo tan increíble! No somos muy del espumante acá. El Apéritif de Chandon es todo lo que sí. Y la versión del delice para el verano. ¡Te resuelven! Porque ya está todo hecho. 

¿Tenés algún vino preferido?

Me gusta mucho el Terrazas Malbec. Porque es un vinazo que siempre te va a dejar bien parado, le gusta a todos los paladares y a mi me encanta. Y ahora estoy muy a full con su Rosé, que aparte me gusta porque no te mancha los labios y no parecés una borracha por ahí. Yo aparte me tomo dos copas de vino tinto y ya estoy con los labios… tomo con los labios, no sé qué hago.

¿Tu top 3 de Mendoza?

Muy difícil. No es chivo pero me gustó mucho la bodega de Chandon. Siento que la gente que va a Mendoza va a ver bodegas de vinos, no de espumantes. También me gustó mucho la de Zuccardi, ahí por primera vez en mi vida fui a degustar aceite. Fue muy gracioso porque me dieron 3 vasitos y es muy raro hacer un fondo blanco de aceite. Además la bodega está espectacular. El atardecer en Andeluna me encantó, fue un planazo.

«El Preferido es mi lugar preferido. La milanesa es todo lo que sí. La acompaño con tortilla de papa, papas fritas o los espárragos que son lo más. Todo es comida muy simple pero muy bien hecha. Otro que me gusta mucho, y que me salvó muchísimas veces porque comés rápido y rico, es Orei. Yo vivo en Zona Norte así que siempre que vuelvo a casa desde Capital paso por ahí y vuelvo con mi ramen comiendo tranquila. Eso es un planazo para mí…»

De Argentina, ¿un destino al que volverías todos los años?

El Chaltén. Cuando lo conocí no podía creer lo que estaba viendo. Pasé una noche acampando y fue la primera vez que vi un cielo realmente cielo.

¿Te ves viviendo en Buenos Aires siempre?

Cada vez le voy huyendo un poco más a la Capital. Trato de venir lo menos posible, lo sufro. El barullo, el ruido, la gente caminando rápido, sin mirarse ni saludarse… yo vengo de Santa Fe, vengo de otro mood y me gusta mucho saludar a los vecinos. Acá la gente está muy en una todo el tiempo. Pero tampoco podría vivir en El Chaltén porque es demasiada paz para mi cerebro hoy.

Entonces quizás no en Capital pero sí en Argentina.

Amo Argentina, amo la gente de acá, siento que somos un rejunte de las mejores cosas que tenemos los seres humanos: una calidad hermosa, un desarrollo de inteligencia envidiable para otros países – de golpe los argentinos se van afuera y arrasan -, y somos muy cálidos. El argentino buena leche digo, el que quiere lo mejor para el otro y sabe vivir en sociedad. Ese es lo mejor del mundo.

¿Pensaste en algún momento en irte afuera?

Siempre pensé que mi lugar en el mundo para vivir era Roma. Siempre tuve algo muy fuerte con Italia. La primera vez que fui a Roma sabía cómo ubicarme, sabía a dónde ir. ¡Para mí era una locura! Yo lo naturalicé y un italiano me lo hizo notar. Siempre pensé que tenía algo de alguna vida pasada con esa ciudad. También me pasaba que había lugares históricos que me hacían llorar. 

¿Cómo es un domingo ideal en la vida de Mica?

Perritos (risas). Despertarme muy tarde, tipo un brunch – huevo poché con tostada, una ensaladita tranqui y unas papas -, ir a la placita con el mate, soltar a los perros que jueguen y yo quedarme tomando mates acompañada de mi pareja o de amigos. Después a la noche me gustaría idealmente ver amigos. Que vengan a casa y tomar vino, algo muy tranca. Soy muy casera. Si el plan es estar en una casa genial. Si el plan es estar en una cosa con mis perros, mejor. Y si el plan es estar en mi casa con mis perros, increíble, ni loca te puedo decir que no.

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Especial agradecimiento de MALEVA al restaurante Lima en el Hub Porteño de Recoleta.

En MALEVA hacemos fotos y videos para nuestras coberturas y notas con los equipos de MOTOROLA Edge 30, Moto g200 5G, Moto g52 y moto g41.