Es tendencia: ¿por qué los nuevos emprendimientos gastro recuperan la identidad argentina? / Ocho que deberías conocer

Parillas contemporáneas, bodegones reversionados con mucha onda, pizzas de calidad y al molde y hasta la «primera pulpería moderna» de Buenos Aires/Con MALEVA nos pusimos la camiseta albiceleste y salimos en busca de las nuevas coordenadas que revindican (y renuevan) la tradición local/Incluso algunos se animaron a abrir sus puertas en plena pandemia/Además: el auge y retorno del ritual del vermú a la tarde/¿Por qué la escena gastronómica porteña se empieza a cansar de la inspiración de afuera?

Vermú y sándwiche de milanga en La Favorita, en Palermo

Es tendencia: ¿por qué los nuevos emprendimientos gastro recuperan la identidad argentina? / Ocho que deberías conocer. Por Agustina Canaparo.

Pizzas, empanadas, parrillas contemporáneas, nuevos bodegones porteños, panaderías de barrio con deliciosas reversiones de los clásicos y hasta el regreso de la hora del vermut como momento sagrado del día. Recetas de antaño que se reinventan con técnicas modernas. El ayer convive con el hoy, pero con una mirada renovada y sin olvidarse de sus raíces. En los últimos tiempos surgieron varios emprendimientos que le rinden homenaje a los clásicos argentinos, incluso algunos se animaron a abrir sus puertas en plena pandemia.

«Descubrimos desde una panadería que reivindica la pastelería tradicional argentina; un nuevo bodegón bien canchero con milanesas, tortillas y ranas a la provenzal; pizza al molde con masa madre; empanadas de sabores exóticos y hasta una pulpería, como las de antes, pero aggiornada a los tiempos que corren…»

Con MALEVA nos pusimos la camiseta albiceleste y salimos en busca de las nuevas coordenadas. Descubrimos desde una panadería que reivindica la pastelería tradicional argentina; un nuevo bodegón bien canchero con milanesas, tortillas y ranas a la provenzal; pizza al molde con masa madre; empanadas de sabores exóticos y hasta una pulpería, como las de antes, pero aggiornada a los tiempos que corren. En esta nota 8 lugares imperdibles con “la argentinidad al palo” ¡Y más ahora que salimos campeones de América!

1) El Octavo: una nueva apuesta con tradición bodegonera, grandes reversiones de los clásicos, vermú de elaboración propia y tragos de autor de Federico Cuco / Bulnes 1408 – Palermo

Somos el Octavo Bar, integrante de una familia de 7 bodegones porteños. Esos de toda la vida. De los que te lleva tu abuelo y conoce a los dueños porque siempre estamos ahí atendiendo. Lo llevamos en nuestro ADN. Somos la nueva generación con la esencia de la cocina genuina hecha con los mejores productos”, dice el manifiesto de un nuevo bar y rotisería en la esquina de Bulnes y Gorriti.

El Octavo llegó a Palermo para recuperar platos de antes, pero con una mirada moderna y sin olvidarse de su esencia. “Queríamos llevar adelante un emprendimiento que priorice la comida casera, la atención de los dueños, y el surgir de una nueva generación, con ADN de bodegón. Hay un auge de recuperar los clásicos argentinos como un ejercicio de revalorizar nuestra identidad porteña frente a tanta cadena de franquicias impersonales. En esto venimos trabajando hace muchos años a través de los otros bodegones porteños, de los cuales 6 fueron declarados Notables y que ya son patrimonio histórico y cultural de Buenos Aires”, explica Milagros Carro, gerente y socia.

“Nosotros, la nueva generación, pusimos nuestra impronta transformando los platos tradicionales a un concepto de raciones que junto con la rotisería, a nuestro parecer, se complementa a la perfección”, agrega. Berenjenas al escabeche, matambre casero (con una receta de antaño), lechón (con una cocción de seis horas) y hasta conejo arrollado con mojo picón, son algunas de las raciones frías que pisan cada vez más fuerte en la carta. Otro imperdible son los buñuelos de acelga que les harán recordar al sabor de las abuelas.

Dentro de los platos de la infancia, no pueden faltar las milanesas de peceto con espaguetis de espinaca a la crema. “Es una de las estrellas de la casa. Una de las dueñas del local lo comía cuando era pequeña en uno de los bodegones de su familia y quiso brindar un pequeño homenaje”, cuenta Carra. Otro clásico, que ha marcado generaciones, son las salchichas con puré. Aquí son caseras y tienen muchos fanáticos. Como en todo bodegón, las milanesas nunca fallan: la napolitana viene acompañada con papas al horno. Este invierno, el rabo de toro es otro de los grandes protagonistas de la carta. ¿Ranas a la provenzal? Sí, leíste bien y hay que aprovecharlo porque cada vez cuesta más encontrarlo en Buenos Aires. Para el momento dulce no andes con vueltas, encará directo al flan mixto o los zapallos en almíbar con queso brie.

La hora del vermut (que pisa fuerte y traspasa generaciones) acá es sagrada. Tienen uno de su propia elaboración que ya conquistó el corazón de sus clientes. En la barra, el barman y referente de la coctelería porteña, Fede Cuco, los deleitará con sus cócteles de autor y variedad de aperitivos argentinos. Un imperdible es el “Porteña” con Hesperidina, Ginebra, licor de sauco, almíbar y limón o el clásico “Coloradito” con Vermouth seco, Campari, gin y limón. ¿Con ganas de probar una reversión de mojito? El de la casa trae Bagley con Hesperidina, almíbar, menta, limón con bitter de cardamomo.
Como su nombre lo anticipa, la rotisería es una de las grandes protagonistas. Podés encontrar lechón , pollo al spiedo, rabas, croquetas (de papa y mozzarella o bacalao), tortillas (española, papa o zucchini); fiambres y quesos al peso, entre ellos, jamón crudo español, mortadela con pistachos y embutidos caseros y variedad de conservas.
Sin olvidarse de sus orígenes y con una mirada renovada, El Octavo, brilla con su vermut de grifo y suculentos platos clásicos.

2) Pulpería Norte o “La pulpe” de Zorte: con vermú, platitos y una esquina que promete ser histórica / Consejo: arranquen pidiendo el «Popurrí dale que va» / Av.Libertador 14199 – Martínez 

Pulpería Norte o “La Pulpe”, como ya le dicen cariñosamente, es una de las grandes novedades de Zona Norte. Está ubicada en una lindísima esquina en Av. Del Libertador y aseguran que se trata de la “la primera pulpería moderna de Buenos Aires”. “Nace con el propósito de rememorar el significado y los valores de aquellas históricas pulperías: buena comida, bebidas espirituosas, música y cultura para disfrutar junto a los seres queridos. Jugamos con lo hogareño, lo clásico y lo producido, conectándonos con la verdadera comida que se comía en las antiguas pulperías”, le cuenta a MALEVA, Barbara Oatrovsky, una de las socias del emprendimiento.

Para arrancar te recomendamos probar el “Popurrí dale que va”, que combina platitos para compartir como las jugosas empanadas de carne, buñuelos de verdura, croquetas de jamón crudo, coliflor gratinado y variedad de salsitas. Pueden continuar con la suculenta milanesa de ojo de bife rebozada con semillas que viene acompañada con ensalada y papas rotas. Además, hay tortilla de papa y variedad de las tablas de picadas con quesos y chacinados artesanales.

Como en las históricas pulperías, se le rinde honor al ritual del vermut con el “El Copetín de La Pulpe” de miércoles a sábado entre las 17 y 19 horas. “Tal como lo hacían los gauchos de antaño en todo el país, recreamos ese lugar de encuentro para que los amigos y la gente del barrio, puedan encontrarse terminando los quehaceres laborales, copa en mano, con la diaria charla que distiende y anima”, asegura Oatrovsky.

Dependiendo del día hay promos con cerveza, aperitivos, tónicos o vermú. Además, hay una amplia variedad de cócteles para disfrutar acodados en la barra. Algunos clásicos se encuentran en la categoría de “Los que tomaba tu abuelo” y podés encontrar desde un Ferroviario (Fernet, Carpano Rosso, soda y limón) hasta un Negroni. Otros imperdibles “El biri biri” con ginebra, carpano rosso, higos en almíbar, limas y tomillo o el llamado “Malambo en la pulpe” con caña ombú, cayote, limón, guarapo menta y canela”.

Para culminar hay postres históricos como el flan de dulce de leche o el queso y dulce con membrillos en almíbar (que elaboran artesanalmente). “La riqueza de los platos porteños, nutridos de sabores heredados de la cultura autóctona y de la inmigración, es hoy re-impulsada por una nueva generación de cocineros, con nuevas curiosidades, más recursos tecnológicos y técnicas más elaboradas, que permiten redefinir y profundizar la historia”, concluye Oatrovsky. Un mural del “Beso Tanguero” del Polaco Goyeneche y Pugliese, realizado por el artista Martin Ron, custodia el salón e invita a la charla distendida. En “la Pulpe” siempre es momento de encuentro. La esquina promete convertirse en un clásico.

3) Picsa: pizza al molde con ADN argento e ingredientes de calidad (las empanadas fritas, y la selección de vinos de pequeños productores también son una fiesta)/ Nicaragua 4896 – Palermo Viejo

En medio de la pandemia la pizza resurgió: abrieron nuevos locales con una mirada fresca, descontracturada y que priorizan la calidad de la materia prima. En estos tiempos de cambios, la querida pizza al molde porteña no se quedó atrás. “La idea de Picsa es ofrecer la experiencia de la auténtica pizza argenta al molde, esa en la que uno piensa al recorrer los tradicionales barrios porteños, pero puesta en valor: con una masa de larga fermentación para que resulte muy aireada y ligera, cocida en horno 100% a leña para que aporte en sabor y brinde una cocción pareja, y con productos seleccionados de productores locales. La vuelta de tuerca está en la calidad y la experiencia: es una pizza medio alta y de masa suave, pero de fácil digestión, con una base crocante y mucho sabor”, cuenta a MALEVA, el chef Leo Azulay.

Leo, junto a Estanislao Carenzo, Pablo Giudice y Mariano Gargiulo, abrieron su primer local en 2014 en Madrid y fue tal el éxito de la propuesta que no dudaron en traerla al país. Aquí le presentaron el proyecto al sommelier Aldo Graziani y a Lucila Zeballos y juntos comenzaron a amasar su desembarco en Palermo. El local abrió a fines de abril de 2021 en la esquina de Thames y Nicaragua y desde su lindísima fachada ya le rinde tributo a la bandera argentina con los colores albicelestes y gigantesco sol.

En pocos meses lograron llevar la pizza porteña a otro nivel. “Nuestra masa parte de un poolish con masa madre y reposa por al menos 24 horas en frío, esto es importante para alcanzar una fermentación completa y así conseguir una pizza muy alveolada, ligera y fácil de digerir”, explica Azulay. Para su elaboración utilizan tres harinas molidas a piedra e ingredientes frescos como los tomates San Marzano para la salsa, una mezcla propia de quesos de tres mozzarellas de distintos productores del país (Luján, Tandil y del sur de Santa Fe) y algo de Parmesano, jamón artesanal de César Sagario, Nduja de Las Dinas, especias del noroeste argentino y conservas que ellos elaboran artesanalmente.
Una de las vedettes es la “Napo”, con salsa de tomates, su mezcla especial de quesos, tomates cherry maduros asados, ajo arrebatado y hojas de albahaca fresca. Pero no se quedan atrás otras clásicas como la de Jamón y Morrones (con jamón cocido, Parmiggiano y morrones asados) y Fugazza con queso (con su mezcla de quesos con Parmesano, cebolla blanca, cebolla morada, verdeo, toque de ajo, orégano del norte, flor de sal y aceite de oliva extra virgen). Un dato: se pueden pedir enteras, mitad y mitad e incluso por porción.

Sus empanadas fritas también son una fiesta. Hay que probar la de carne asada y la de jamón y queso (con tres tipos diferentes). Para beber hay una cuidada selección de vinos de pequeños productores nacionales (con la curaduría de Graziani), cerveza mendocina artesanal tirada y también cócteles de autor bien clásicos como el “Tónico Porteño” con gin Argentina Wild, yerba mate, peperina y tónica y el Ferrocarril con fernet Branca, Amargo Obrero, jugo de pomelo y soda). Cuando se avecina el momento dulce, nuestro preferido es el “Flan fuerte”. Tiene una cocción a baja temperatura y lo sirven con crema chantilly y dulce de leche. Otro clásico que encontró su reversión es el delicioso postre Balcarce. Es helado y está buenísimo. Picsa promete conquistar a todos, incluso a los tradicionalistas, al compás de la canción “Moscato, pizza y fainá” de Memphis la Blusera.

4) Lumbre – Fuegos Argentinos: embutidos caseros, horno de barro y deliciosas carnes a la parrilla (también los vegetales tienen un gran protagonismo) / En breve anuncian su nueva sede en Las Cañitas 

El chef Juan Carlino vivió durante varios años en España y una de las tradiciones que más añoraba era el ritual de los asados. Recordaba sus veranos e inviernos en el campo argentino, cuando andaba a caballo y prendía el fuego en familia para disfrutar de unas deliciosas carnes a las brasas. Trabajó en muchísimos restaurantes y poco a poco comenzó a pensar en el proyecto propio. “Soy Argentino, en nuestro ADN tenemos el fuego y la carne. Me di cuenta lo que extrañaba y disfrutaba hacer asados. Este sentimiento me hizo reflexionar y notar que casi todo el tiempo damos por sentado el hecho de poder hacer un asado. El proyecto nació en plena pandemia y la búsqueda es la puesta en valor de la parrilla, la estacionalidad y recuperar los viejos sabores y el respeto por el tiempo que demandan las cosas bien realizadas”, le cuenta a MALEVA Carlino sobre Lumbre Fuegos Argentinos, una parrilla contemporánea.

Aquí la parrilla y el horno de barro son los grandes protagonistas de la cocina y donde el fuego hace su magia. “Hacemos carnes a la minuta, buena raza con buena alimentación. No maduramos, por lo menos no como para modificar el sabor de la carne. Somos estacionales y nos valemos de técnicas ancestrales para tratar los vegetales y frutas. Los vegetales tienen un protagonismo súper importante en nuestra parrilla: hacemos fermentación laticas, los cocinamos al rescoldo/curanto, cocinamos lento o rápido, a fuego fuerte o suave. Realizamos fiambres que respetan los tiempos de maduración, los cuales son realizados con recetas clásicas y algún que otro adaptado a nuestro lugar en el mundo”, resume el chef su propuesta.

Para comenzar hay empanadas de carne a cuchillo al horno de barro acompañadas con salsa criolla o la provoleta Natalio Alba, con ají vinagre asado, chimi de ají molido, ají vinagre encurtido y orégano fresco. Luego ofrecen carnes: picaña, vacío del fino y matambrito de cerdo. Todos acompañados con su chimichurri fresco. Y como guarnición podés elegir desde un puré de boniato asado hasta un coliflor asado con romesco de pan, chips de kale y aceite de coriandro.

En Lumbre crean sus propios embutidos: salame chacarero, mortadella, Ndija y Bull Blanc, que los van madurando en su propia cava. “En parte fue intentar llegar a productos que estuvieran al nivel de aquellos que comí en mi paso por España, Italia y Francia. Por otro lado, recordar esos salamínes que comía cuando era chico. Esos embutidos profundos de sabor, con buena mordida. Respetando los tiempos de maduración, la buena técnica y materia prima”, detalla. Hay que probar la Nduja con miel del delta, membrillo confitado y ajo carbón.

“El fuego, las brasas, la lumbre, el calor del hogar: eso es lo que replicamos en Lumbre”, aseguran. Una nueva coordenada con fuegos bien argentinos que estuvo durante unos meses abierta en Belgrano y próximamente desembarcará en Las Cañitas.

5) Arde Brasas & Co: cómo romper la idea clásica de parrilla (y que salga bien) / Un gran plan para ir con amigos / Ignacio Rivera 4999 – Villa Urquiza.

En la esquina de Pedro Ignacio Rivera y Colodrero en el pintoresco barrio de Villa Urquiza (en los últimos meses este nuevo polo gastronomico no para de crecer) las brasas arden con la llegada de una nueva parrilla. “Quisimos hacer algo rico, simple, sencillo, pero bien logrado, con productos y materia prima de primera calidad. Romper con la idea clásica de parrilla, incorporando la posibilidad de comer durante todo el dia, desde sándwich, una tremenda hamburguesa hasta un ojo de bife con hueso de 800g con papas rotas salteadas con manteca de chimichurri”, dice Damián Bartfeld, socio de Arde. Federico Nudelman, de La Carnicería, Niño Gordo y Revuelta, está a cargo de la cocina y aquí la premisa es sencilla: utilizan carnes de animales de pastura y materia prima de primera calidad. Para arrancar hay que probar el chorizo 100% de cerdo con chimichurri y criolla y las mollejas de corazón (que salen enteras) con ensalada de espinaca, verdeo y tomate. Y de las carnes, tanto el ojo de bife con hueso de 800g con papas rotas salteadas con manteca de chimichurri y asado del centro con papas fritas son un must. La milanesa de bodegón aquí encontró su reversión y está super bien lograda. Es de bife de chorizo y viene acompañada con papas fritas a caballo. ¿Y de postre? Si hablamos de clásicos no pueden faltar el budín de pan mixto y el vigilante.

La cocina porteña posee una fusión muy interesante entre platos simples pero estéticos, sabrosos y abundantes, lo que logra que sea un estilo muy atractivo y con una gran cantidad de opciones para todos los comensales, por lo que el desafío, desde este lado, pasa por dar una vuelta de tuerca a lo conocido y ofrecerle al comensal algo diferente dentro de ese clásico”, concluye Bartfeld. Es un buen plan ir con amigos cuando cae la tarde y picar algo entre todos.

6) La Valiente: un flamante hitazo sanisidrense con panadería y pastelería clásica, pero con toques modernos / Detrás, un trío poderoso: Christian Petersen, Germán Torres y Ezequiel Mendonça Paz / Sus medialunas (elaboradas por tres días) se están haciendo famosas / Lasalle 433 – Bajo de San Isidro

Medialunas, pepas, pasta frola, alfajores, sándwiches de miga y una deliciosa reversión del postre Balcarce, entre otros clásicos argentinos, lucen en el gigantesco mostrador de la panadería y confitería de San Isidro: La Valiente, el nuevo emprendimiento del chef Christian Petersen, Germán Torres y Ezequiel Mendonça Paz.

Hay algo de recuperar cosas auténticas, la nostalgia puede ser un punta pie inicial y también la revalorización de lo que es argentino y redefinirlo. La juventud misma, me incluyo, redefinimos qué es lo que hacemos, cómo y sobre todo por qué se hace así una medialuna o una figacita, por ejemplo. Hay ganas de interpretar y de renovarlo. Por ahí hay recetas que tienen miles de años y ahora las empezamos a preparar con harina orgánica, con materia prima de verdad, sin margarina o azúcar blanca. Viene por ahí el cambio”,

En esa búsqueda lograron unas medialunas increíbles de masa madre (de centeno y algarroba) que como toque final lleva un almíbar con azúcar mascabo y naranja. Para su elaboración tardan tres días. Otra de las recetas con sello bien argentino y con sello de la casa son los “Martín Fierro”, con masa hojaldrada y rellenos con membrillo y queso.
Aquí las tortas clásicas de la pastelería argentina están muy bien reversionadas. Hay Rogel, postre Balcarce con durazno, bizcochuelo, merengue, dulce de leche y almíbar; Pasta Frola de membrillo y duraznos; y hasta torta de ricota con un relleno esponjoso similar a una cheesecake. “Bucamos lo tradicional y le damos una impronta joven, reinterpretada. Otra propuesta moderna”, afirma Torres.

Todos sus panes son de masa madre de centeno y elaborados con harinas orgánicas. Una de las estrellas es un pan de campo llamado “Gaucho”. Pero no se quedan atrás las baguettes, el de maíz morado y nuez y los irregulares. El pebete, ese que nos encantaba disfrutar en la colonia de verano, también pica en punta como los preferidos. Y qué decirles del triple de jamón y queso, un verdadero elixir.

En esta casona centenaria de San Isidro siempre es un buen momento para disfrutar de sus deliciosas medialunas y confituras. Sobre todo, cuando cae el sol de la tarde.

7) La favorita: una cantina con muchísima onda que se le rinde culto al vermú y a los platos de bodegón reversionados / Atentos a su certamen que honra el sándwich de miga y a sus torneos de ajedrez / Honduras 5288- Palermo Viejo.

“La Favorita» se centra en la nostalgia popular de los años ’80 y ’90 de la Argentina. Es probable que, si naciste o viviste en esos años, cuándo entres al local encuentres muchísimas referencias y elementos que te lleven a tu niñez o adolescencia. Nos gusta jugar con la idea de que te sientas cómo si ya hubieras estado o conocieras el lugar de antes. Para desarrollar el concepto del bar investigamos a fondo la historia detrás de los almacenes. Comenzamos a averiguar su historia y qué rol ocupa en la vida rural de la gente, ya que era un punto de encuentro importante. Encontrabas desde alimentos hasta gasolina, te encontrabas con otros vecinos y hasta podías tomar algo ahí mismo. Hoy son lugares emblemáticos e incluso muchos siguen funcionando de esa manera”, nos cuenta Juan José Ortiz, dueño de este lindísimo bar de Palermo que está firme desde agosto de 2019.

El bar tiene el pintoresco espíritu de viejo almacén de barrio: estanterías con productos de marcas nacionales e icónicas que han marcado la adolescencia de muchos (como las mielcitas); yerba, cajones con sifones de soda, un piano antiguo y piso damero. De fondo siempre suena música nacional: a veces toca rock y otras cumbia. Mientras que los domingos suelen organizar eventos con sello bien argentino como el Festival Regional del sándwich de miga (en donde se eligió el preferido entre las principales confiterías de Buenos Aires), el reinado de la medialuna e incluso torneos de ajedrez. “Se genera un punto de encuentro con públicos de diferentes edades que vuelven a disfrutar de esos rituales en familia o con amigos”, asegura Ortiz.

Los platos son al mejor estilo de bodegón, pero reversionados. “Jugamos con insumos de estación, diferentes técnicas y dándole una nueva vida a los clásicos conocidos que te dan esa nostalgia de sentirte en casa”, afirma Juan. Todos se sirven en pequeños platitos ideales para acompañar con vermú. Entre ellos se destacan los buñuelos de espinaca, las croquetas de cerdo y la tortilla de papa con Nduja. Los sándwiches también son las grandes estrellas de la carta. El de milanga es una verdadera fiesta. Es que para que la carne quede bien tierna tiene una cocción lenta por medio del sous vide.

Para beber hay cócteles clásicos reversionados y hechos con bebidas nacionales. “Como el caso de nuestro Old Fashioned Porteño, el cual preserva la técnica del cóctel clásico pero en vez de utilizar bourbon americano, elegimos como base una bebida nacional como es la caña Legui, la cual la dejamos en cocción con maíz y luego reposamos en barrica de roble para que te recuerden esas notas características del whisky pero sin perder la impronta del Legui”, expresa Ortiz. Además, podes encontrar bebidas caseras sin alcohol como la gaseosa de Yerba Mate o el falso tinto, un vinito de la casa. El vermú es una de las grandes especialidades de la casa y lo podés pedir en botella de 500ml. De postre infalible la torta de queso o el panqueque con dulce de leche. Cuando cae la tarde, La Favorita, es ideal para disfrutar de un sabroso vermú con platitos entre amigos.

8) Mil y Pico: pizzas a la parrilla y empanadas del mundo / Av.de Los Incas 5499 – Villa Ortúzar y Av.Dorrego 1194 – Chacarita

“La gastronomía está – a pesar del contexto económico -, en un buen momento a nivel del interés del público e inquietudes y los clásicos no fallan, sobre todo con una vuelta de tuerca”, opina el reconocido chef Danilo Ferraz, quien junto a los empresarios gastronómicos Matías Cabrera y Juan Martín Ferraro, acaban de abrir “Mil y Pico” un nuevo spot especializado en dos comidas bien argentas: pizzas y empanadas.

Danilo es todo un experto en la materia: allá por la década del noventa fue pionero en la elaboración de pizza a la parrilla. No es casualidad que en este nuevo emprendimiento ella sea la gran protagonista. Todas sus deliciosas pizzas (finitas y súper crocantes) salen de una alargada parrilla que alimentan con madera de quebracho. Según detalla Ferraz, “la masa de fermentación lenta lleva poca levadura y eso la hace más liviana y digerible”.

La levadura está 12 horas fermentando y más de 24hs madurando. Actualmente tienen 14 variedades, pero van a ir sumando nuevas opciones con productos de temporada. “Mi ingrediente estrella es el estacional. Tengo mis preferidos obvio, y me gusta esperarlos con ganas: higos, espárragos y alcauciles”, dice. No duden en probar la “Mil 6-Sorba El Tano” con pomodoro italiano, mozzarella Fior Di Latte, nduja de Pietro, albahaca, pimientos y cebolla morada. “Es un hit la pizza de Nduja, un embutido italiano de cerdo un poco picante, muy clásico pero desconocido en nuestro país con el plus que la que usamos está desarrollada por Pietro Sorba para la salumeria Pueblo Escondido”, explica.

Los fanáticos de la de fugazzeta, van a estar felices con la reversión de la casa. Trae
mozzarella, queso de cabra cremoso, cebolla confitada y ají molido de cachi. Otra de las novedades es la “Mil 7-Vegano del ´98” con hummus de zanahoria, vegetales de estación frescos, asados y encurtidos.

Las empanadas también son protagonistas en esta propuesta descontracturada. Todas son originales e inspiradas en cocinas del mundo. Una de las novedades es que tienen masas con tintes de color hechas a base de diferentes vegetales como remolacha o cabutia, por tan solo mencionar algunas. Las más aclamadas son las de pollo al curry y la clásica boliviana. Un must: probar la de pastrami inspirada en KATZ, el reconocido restaurante de Nueva York. Para acompañarlas: vinos de productores locales, cerveza tirada y vermú.

Vale la pena darse una vuelta por algunas de sus pintorescas esquinas y disfrutar de una rica pizza a la parrilla y empanadas exóticas.