Para hacer amigos, buscar pareja, o simplemente charlar un rato con alguien afin en persona/Hablamos con los creadores de siete propuestas que nacieron en Capital este 2024/¿Qué hay detrás de cada proyecto?/Un antídodoto a un un mundo híper virtual con “pandemia de soledad”/Desde mesas íntimas hasta noches que terminan en baile con un grupo random.
Vino con Chamuyo empezó hace un mes y ya convocó 310 personas en sus tres ediciones en Trova Bar.
Es tendencia: los ciclos para estar con gente y conocerla cara a cara son furor en Buenos Aires / Siete con onda para no ser más un fantasma digital / ¿Una «necesidad desesperada»?. Por Lenchu Rodríguez Traverso para MALEVA.
“¿A dónde se sale para conocer gente nueva?” Cada año que pasa escuchamos más esta pregunta y, sin embargo, seguimos sin recibir respuestas que vengan con convicción. “La cultura del boliche como lugar para conocer gente está muriendo”, confesó Mich di Bastiano (@lachicadelosplanes) a MALEVA y parece haber una adhesión general a esta teoría. Las apps con su scrolleo infinito y experiencias frustrantes lograron cansar a muchos y la post pandemia despertó una necesidad intensa de volver a tener contacto real. Estos factores, entre otros, se unieron para gestar una nueva tendencia que floreció este 2024: eventos, ciclos y planes con el propósito de generar conexiones cara a cara – y posibles relaciones de amistad, laborales o amorosas – entre las personas.
Todo empezó, como muchas veces, en Nueva York, que este año se plagó de “supper clubs”; espacios pensados para conocer gente nueva alrededor de la comida, de una manera mucho más íntima y real. Pero, como esta «pandemia de la soledad» de la que hablaron en California hace unos meses (consecuencia de lo digital) es un tema mundial, este modelo de comer con extraños se está esparciendo por el globo como un bálsamo de alivio, conexión y realidad. Así es como hoy existen apps como Timeleft generando mesas compartidas en más de 60 países.
En Buenos Aires, desde enero surgieron siete proyectos nuevos que conectan gente de manera presencial, alrededor de una comida, unas copas o una barra de filtrados. Algunos nacieron para facilitarles la búsqueda de amigos a los que vienen del interior o exterior; otros, en medio de la crisis de los “treintis” donde en los grupos se empiezan a casar y tener hijos, pero todos están atravesados por la necesidad casi desesperada de “volver a lo real, a las conexiones genuinas”, como explica Natalia Kim creadora del evento “Extraños a la Carta”. Itinerantes, en terrazas privadas, en la vereda de un café o el patio de un wine bar: acá desarrollamos de qué trata cada evento y hablamos con sus creadores para conocer la historia y la motivación detrás.
1) Pollen: un ciclo que recorre restaurantes de Buenos Aires con “banquetes platónicos” y mesas afines, armadas por sus matchmakers.
“De repente, armar cosas para extraños es mi especialidad del año”, cuenta Milagro Pereyra Iraola, mientras se ríe y explica sus dos proyectos. Clan es un coliving itinerante para trabajadores remotos, “unas ‘trabajaciones’ de una semana en lugares alucinantes del planeta que tengan piedra, agua y menos de un millón de habitantes”. Pollen lo ideó después junto a Belu Cavanagh (otra creadora de comunidades nata), ambas fanáticas de la gastronomía y de la mística que se da en los encuentros con comida en el centro. “Escuchábamos que la gente estaba harta de conocer personas a través de las apps, sólo para tener citas y que al final nada se daba”, por eso se les ocurrió facilitarles, no solo un espacio (que es itinerante y va rotando por distintos restaurantes de la ciudad cada mes), sino también una curaduría.
Es un modelo similar: para anotarse hay que completar un formulario y el “departamento de inteligencia” – ellas, las matchmakers – arman mesas de cinco o seis personas, donde nadie se conoce pero tienen algo en común que debería hacer que la pasen bien. Esa es la magia y la parte experimental que más las entusiasma. El restaurante anfitrión (este año fueron Cuadra, Rebelión e Il Bastardo, entre otros) prepara un banquete o un menú de pasos con vino, y ellas arman momentos y dinámicas para que la conversación fluya mejor. “Este año lo hicimos 5 veces en Buenos Aires y una vez en Córdoba”, cuenta Mili. “La gente se va muy feliz y es un evento que cuesta cerrar, se meten mucho en la conversación, algunos incluso se paran para circular y conocen otra gente.” Lograron su cometido: que los vínculos que tienen que seguir, sigan. Un grupo de Whatsapp para un fútbol mixto, un contacto profesional o, como el mensaje que les llegó hace poco en redes dos meses después de un encuentro, “che, sigo saliendo con la chica que conocí en la cena”.
2) Vino con Chamuyo: de unas copas en Trova Bar, a una salida con gente rándom. / Honduras 5903 – Palermo.
Llega un momento en la vida – los “treinti algo» – donde en los grupos aparecen casamientos y bebés, y se empieza a hacer difícil conseguir a alguien para ir a tomarse una cerveza un jueves. “Hice un video contando que muchos seguidores me escriben con que no saben dónde conocer gente, y que las apps de citas ya son directamente una nueva red social, solo para scrollear”, cuenta Cande Zambrana, creadora del espacio en redes, y ahora podcast, Tengo Bocha Para Decir. “Y conté que para mi lo que funciona es la vieja usanza: ir a un bar, pedirte una birra o copa de vino, mirar a tu alrededor y de repente acercarte a alguien para pedirle la hora o fuego”. Explotaron los mensajes adhiriendo a su postura pero en la mayoría se repetía la misma pregunta, “¿y dónde puedo hacer eso?”
Con Mateo Martínez, director creativo de Trova el bar de vinos, se les prendió la lamparita y de esa chispa nació, hace solo un mes, Vino con Chamuyo. Se lanzaron y pusieron una fecha a la que fueron 60 personas. La segunda edición, dos semanas después, tuvo el doble de convocatoria. Imprimieron tarjetas con “preguntas para una primera cita”, que sacó de otro de sus videos, y las pusieron sobre las mesas y la barra, pero al parecer no se necesita más que eso para que la noche fluya. “La gente viene con la mejor, hay mucha buena onda”, confiesa Cande, sorprendida también. “La primera vez, los 20 que quedamos fuimos todos a bailar. La vez pasada yo vi gente que llegó separada y se fue junta”. La idea es hacer una última edición 2024 y retomar el año que viene, repitiendo cada quince días, con algunas fechas temáticas especiales, como queer o más 50. “Se nota que la gente necesita este tipo de espacios sin esa estructura, como ir al teatro o una cerámica con no sé qué; acá lo bueno es que es bien descontracturado”.
3) Extraños a la Carta: diez desconocidos, una mesa perfecta en la terraza, velas, vinos y conexiones genuinas.
Las pasiones de Naty – cocinar, recibir, agasajar y comunicar – se unieron en “Extraños a la Carta”, su proyecto personal donde abre las puertas de su casa, una vez por mes, para recibir a diez extraños en una mesa donde ningún detalle está librado al azar. Antes de cada evento se va al mercado de flores, imprime el menú de la noche, llena la mesa de candelabros y velas y hasta elige la música especialmente, para lograr ese clima íntimo que está buscando. Cuando llegan las personas se convierte en la host de la mesa, buscando que todo se dé de manera fluida y agradable, haciendo las preguntas indicadas si hace falta. “Esto no es Tinder, es gente que quiere conectarse, lo que surja después de esa conexión (negocio, amistad, pareja) depende de cada conexión. Yo lo que busco es ser puente”, explica a MALEVA.
La primera fecha casi no la comunicó y el cupo se llenó al instante. Para la segunda, que es este viernes seis de diciembre, pasó un poco lo mismo. “A este proyecto le tengo mucha esperanza porque me doy cuenta de que la gente está deseosa de volver a lo analógico, al mano a mano, al cara a cara, a lo real”, expresa con alegría. “Con la pandemia se exacerbó la conexión virtual y la gente se va dando cuenta de que la energía que fluye cuando tenés a otra persona en frente, en carne y hueso, es distinta”. Y confiesa que si hay algo que lograron este tipo de experiencias es generar sorpresa y adrenalina en un mundo que ya está sobresaturado de información. Su próximo objetivo es trasladar el evento a algún otro lugar, sin que se pierda la esencia: desconocidos compartiendo una mesa, con rica comida y bebida y abiertos a generar conexiones genuinas.
4) Vino, Vermut y Café con Extraños: los eventos que convoca Mich – la chica de los planes – donde fluye la buena onda.
Mich Di Bastiano – mejor conocida como “La chica de los planes” – ya es una generadora de comunidad. Una comunidad de gente que ama salir a disfrutar de Buenos Aires, con el manantial de propuestas culturales que ofrece de lunes a lunes. En enero de este año, abriendo un box de preguntas donde pedía recomendaciones de cold brews para hacer una ruta de verano, se encontró con que la gente quería juntarse, y le pareció una linda oportunidad para conectar de una manera simple. Convocó una juntada cafetera muy espontánea en L’Harmony un jueves y se acercaron veinte personas, la mayoría solas. “Ya conocía algunas caras y yo iba conectando a las personas que tenían algo en común. Se iban armando grupitos, estuvo muy lindo, volví re contenta me acuerdo”.
Con ese motor, en abril organizó otra juntada similar en Hobby Café, donde hizo de host para cuarenta personas. Y en septiembre, nació “Café con Extraños” en Kongo, con barra de filtrados, dj en vivo y más gente todavía. “Me pasaba que se querían quedar hasta más tarde pero con el café no se terminaba de dar el ambiente, por eso (y porque me lo pidieron) se nos ocurrió hacer Vino con Extraños y ese fue una bomba”, cuenta Mich. “La gente se quedó hasta las 12 de la noche, hubo muchos intercambios entre grupos. Algo para rescatar es que se acerca gente muy copada, predispuesta a hablar, cararrota”. De sus juntadas ya salieron novios, amigos mega íntimos y conexiones laborales.
En el último, Tarde con Extraños, quiso incorporar la dinámica del Tutti Frutti, para sumarle algo más lúdico al espacio, pero se dio cuenta de que la charla fluye mejor sin ayuda. “Tengo ganas de seguir explorando esto porque me motiva y me gusta mucho seguir conectando a la gente”, confiesa. “La cultura del boliche está muriendo, especialmente como lugar para conocer gente. En estos espacios que no te demandan tanto, ni producirte, ni bailar, conocés gente desde un lugar más profundo”. Y termina: “yo no sé si vienen tanto ‘a conocer extraños’, sino a compartir el momento social de tomar cafecito en la vereda, en modo ‘voy un rato a ver qué onda’ ”.
5) Vinito y amigos: todos los viernes (con un dj que se suma en el entrepiso) se arman mesas de extraños en Sello Austral. / Reconquista 1038 – Retiro.
Dos amigos, 30 y 33 años, cansados del anti-algoritmo de las apps de citas y con un espacio disponible para armar algo copado. Esa es la precuela de Vinito y Amigos, el ciclo de Sello Austral donde Victoria y Tomás suplieron sus propias necesidades de conocer gente de manera más asertiva y mucho más descontracturada. Cuando comprás tu ticket, que incluye una copa de vino, respondés unas preguntas. Estas pasan por un algoritmo que arma las mesas en base a puntos de interés y variables más determinantes. “Tenemos un montón de gente que vuelve. Es un espacio seguro, tranquilo, donde hay un montón de otras personas y si no te copa la gente de la mesa, después podés ir a hablar con otra mesa”, explica Victoria a MALEVA.
No solo es comer (a la carta) y charlar. Al ser un ciclo que se hace los viernes, a las 23 se habilita un DJ en el entrepiso para que, a los que les pica el bichito se puedan poner a bailar hasta las 2 am, pero sin interrumpir a los que prefieren quedarse hablando. Para que no se estanque la energía o la conversación, hay cartas con preguntas disparadoras y juegos de mesa para los que estén más para el modo lúdico.
6) Bruni: “un evento para que la gente haga amigos” (y amigos que terminan viajando juntos a San Luis o Brasil) / Av. del Libertador 3883, Palermo.
Llegar a una mega ciudad como Buenos Aires desde el interior u otro país puede ser muy abrumador y solitario. No es coincidencia que Nueva York sea una de las ciudades pioneras (si no la primera) en generar estas cenas con extraños. Alejo sintió ese vacío cuando llegó de Neuquén hace tres años y se encontró con lo difícil que es hacer amigos sin este tipo de eventos. Así que este año se juntó con otro amigo extranjero y armaron Bruni: un evento para que la gente haga amigos. Así de simple. “No es un Tinder presencial, no es un evento para ir a chamuyar. Cuidamos mucho eso y lo repetimos porque queremos que todos se sientan cómodos y lo pasen bien”, cuenta su creador a MALEVA. Empezaron los miércoles en un bar chiquito en Palermo y pronto le sumaron los viernes. Creció tanto que al tiempo se asociaron a una productora que les dio un espacio exclusivo en La Mala, donde hacen dos fechas: los viernes entre 18 y 30 años y los sábados para +30.
“Todos llegan solos pero te diría que el 99% sale con amigos. Hay mucha buena onda y se han armado grupos de amigos reales, que se juntan todos los fines de semana, ¡y hasta viajan juntos!”, confiesa, él mismo sorprendido. Y cuenta una historia increíble que ilustra esto. Una chica de San Luis vino por un fin de semana a Capital y estuvo en Bruni. Ahí conoció a un chico, pegaron muy buena onda pero ella volvió a la provincia. Al fin de semana siguiente, este chico vuelve a Bruni y le empieza a preguntarle a desconocidos quién estaba para hacerle el aguante y acompañarlo a visitar a esta chica. Así fue como once personas que no se conocían viajaron juntos a San Luis y volvieron siendo un grupo muy unido. “La gente necesita conexiones reales. Ahora veo que hay un montón de eventos así y me encanta que se haya abierto esta puerta”.
7) Muy Nuestra: una gran mesa, como en el comedor de tu casa, donde se comparten platos y charlas.
Si hay otra tendencia que vimos este año es la vuelta a lo casero, a “los platos de la abuela”, a lo que nos toca esa fibra familiar y emotiva. Matías y Melanie buscan generar eso cuando reciben a la gente en su PH en Belgrano, en su gran mesa cuadrada, repleta de platos “family style” para ir pasándose y sirviéndose como en la comida de navidad. No es coincidencia entonces que el proyecto se llame “Muy Nuestra”. Además de abrir su espacio para eventos privados, una vez por mes arman una mesa compartida que incluye el banquete de entrada, un plato y postre por persona, y un vaso de vermut. “No lo proponemos necesariamente como para que vengan a conocer gente, pero nos re divierte que se dé”, cuenta Melanie a MALEVA. Se anotan personas solas, en pareja o grupos y la dinámica es pausada, tiene sus tiempos y descansos, para que se puedan parar y acercarse a la cocina a la vista e intercambiar también con sus creadores y chefs.
El estilo de lo que cocinan va variando. “No nos atamos a ningún estilo de comida, lo que sí hay es mucha influencia asiática o de Medio Oriente porque nos gusta”, explica. Dumplings, baos, ensalada de cavatellis asiática, tortellinis, tiradito de mero, repollitos con ricota casera…se divierten jugando con creaciones que de solo ver fotos se hace agua la boca. También incorporaron pop ups donde invitan a cocineros a sumarse a sus mesas, como Maiu Augman, que fue a cocinar con ellos para una mesa de brunch compartida.
8) Timeleft: el gigante que junta desconocidos con afinidad, en mesas alrededor del mundo todos los miércoles.
Si hay un gigante que esparció por el mundo esta nueva movida de comer con extraños, es Timeleft. El tres de mayo del 2023 se estaba armando la primera mesa en Lisboa y hoy, ya opera en más de 250 ciudades de 60 países alrededor del globo. Es una app, como las de citas a ciegas, pero para conocer amigos. Su estructura inspiró a muchos otros proyectos por una simple razón: hay un algoritmo que junta gente que tenga cierta afinidad. Empezás respondiendo preguntas en un test de personalidad, te anotás un miércoles que tengas disponible (las comidas se organizan los miércoles, en todo el mundo) y la app te resuelve todo: los cinco desconocidos con los que vas a comer y reserva el restaurante donde se van a juntar. La idea es que vos caigas ahí simplemente a interactuar. “Sumergite en las posibilidades sociales sin pantallas digitales”. Ahora también tiene un modelo de suscripción para los que quieran usarla cotidianamente.
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Las fotos son todas gentileza de prensa de los lugares mencionados.