ES TENDENCIA: CUSTOMIZAR LAS MOTOS DE COLECCIÓN / POR MARÍA PAZ MOLTEDO

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El taller de California Customs en el Tigre
ES TENDENCIA: EL FENÓMENO DE CUSTOMIZAR LAS MOTOS DE COLECCIÓN. POR MARÍA PAZ MOLTEDO. 

Un festival de sonidos  y colores deambula por la eterna Avenida Libertador: son las elegantes motos que salen a lucirse, casi como si estuvieran en un desfile, todos los fines de semana. Desde hace tres o cuatro años el mundo de las dos ruedas se sumergió en una nueva exploración estética. Desde la pintura, los manillares, los asientos, los espejos, los cascos; cada elemento puede transformarse y componer, en conjunto, una obra artística que va mucho más allá del vehículo. Cada vez son más los que se suben a estas motos de ensueño y salen a desfilar por las calles porteñas y juntarse con quienes comparten esta especie de club de amantes de la customización, la elegancia, la adrenalina y el look motorizados. MALEVA también se puso en marcha y charló con los principales customizadores  y referentes de este movimiento.
 

1) RGM BIKES: EL CLUB DE HARLEY DAVIDSON EN ARGENTINA

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En 1903 Los Harley se juntaron con un tal Davidson y crearon la primera bicicleta motorizada. Desde aquel tiempo hasta hoy, esa pequeña fábrica se convirtió en la marca de motos más icónica y con mayor simbología del mundo: películas, tatuajes, ropa, todo un mundo baila alrededor de Harley Davidson, y Leandro Torrontegui  también. Desde el año 2003 volcó su pasión y dedicación por la customización de motos a esta marca, con tanta intensidad que llegó a Sturgis (EEUU) al Campeonato Mundial de Harley gracias a una de sus creaciones y tuvo tanto éxito que se convirtió en uno de los miembros del jurado que evalúa minuciosamente motos customizadas de todo el mundo. Un poco más cerca, sobre Libertador, montó su Taller-Club RGM Bikes, un espacio que parece robado de una película norteamericana de los ’90 protagonizada por Arnold Schwarzenegger.
¿Por qué creés que se puso de moda customizar motos?
Yo creo que hoy la moda pasa mucho por la personalización, por tratar de agregar algo propio, entonces, con las motos también pasó. Y justamente Harley tiene un mundo muy grande para aplicarle a las motos, porque acá se realizan desde modificaciones hasta salidas; todos los años vamos al Encuentro de Harley Davidson en Mendoza, que es como un casamiento de día y de noche. Y después hay una movida de club: acá tenemos parque y pileta y en verano los sábados nos juntamos todos, es como un club, con la única distinción de que tenés una moto. Acá hay gente de todo tipo, políticos, empresarios, administrativos, artistas, músicos, gente que en la semana se viste de una forma, es de una forma y en el fin de semana se calza la ropa que le gusta y se va a andar en moto con la gente que le gusta. El rango medio de edad es de entre treinta y pico a cuarenta y pico, por una cuestión de que Harley tiene una onda más tranquila, son motos grandes pero no van tan rápido, tienen esa paz que te la da la edad. Es más bajar un poco el ritmo, decir, salgo a disfrutar, me desestreso de la semana, no es tan eufórico.
¿Y tienen lugares en Buenos Aires a los que van siempre también, no?
Sí, todos se mueven por acá, que está la sede de Harley, está mi taller, Pepino, Libertador en sí, Las Cañitas y después las salidas a lugares más lejanos como Pilar, San Antonio de Areco, San Andrés de Giles.
Y en cuanto a la customización, ¿cómo es ese proceso?
Básicamente es un trabajo artístico porque tiene que ver con combinar y crear piezas, y la mayoría son exclusivas, después tenés el trabajo mecánico de hacerla funcionar. Cuanto más estética es, la funcionalidad se ve más afectada; pero es como la mujer con un zapato aguja de diez centímetros: no es cómodo pero es lindo. Y acá tenés desde la persona que busca algo estético priorizando la funcionalidad porque la usa mucho, hasta el tipo que no le importa nada porque la usa para ir a Pepino o al encuentro de Mendoza, la lleva en un trailer y la usa allá. Y después tenemos las motos que hacemos de cero para participar en campeonatos mundiales como el de Sturgis, que es el más antiguo.
¿Y qué es lo que se le cambia a una moto?
Absolutamente todo. Desde el motor  hasta el chasis, las ruedas, la posición de manejo, el manillar, el asiento, los escapes. Los escapes de Harley no hacen ruido y nada más triste que una Harley que no haga ruido, por eso todos les cambian los escapes. Y después la pintura, que es lo que la hace más personal. Imaginate que las motos cambian de dueño normalmente, y si no la pintás, te dicen, «ah, esa es la moto de tal o cual», hasta que no la pintes de nuevo. Son muy personales.
Claro, entonces hay cierta competencia…
Mal, es así, como las mujeres en una fiesta que no se visten para el marido, sino para competir con las demás; acá es, mi amigo le puso esto, yo le voy a poner algo mejor. Es un hobby, y todo el tiempo la estás cambiando. La mayoría de la gente la cambia hasta que llega un punto en que no la puede cambiar más y ahí normalmente la vende y se pasa al modelo siguiente , al más nuevo o al más grande. Tiene que ver más con el juego de cambiar que con llegar a verla terminada. Muy poca gente se queda con la misma moto mucho tiempo. Es el juego de armar, de decidir, y una vez que ya no le podés hacer más nada, te dura tres meses más y la vendés, porque el chiste está en este juego.
 

2) CALIFORNIA CUSTOM GARAGE: UN GALPÓN DONDE CONVIVEN MUCHAS PASIONES

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En este galpón de Tigre la creación es constante: mientras un customizador interviene motos de la década del ’70 o del ’80 como Cafe Racer, Tracker, Scrambler y Brat, otro desarrolla una nueva línea de motos de baja cilindrada. Todos  los proyectos están curados y supervisados con el ojo artístico de Rodrigo Díaz Varela, arquitecto ligado al mundo de las artes plásticas y creador de California Customs, el espacio en que conviven motos customizadas, un bar, un estudio de tatuajes y otro de arquitectura.
¿Cómo llega un arquitecto a meterse en el mundo de las motos?
Como a muchos hombres, supongo que los motores llamaron mi atención desde chiquito. Pero es particularmente con el diseño que estoy identificado desde siempre. Hace algunos años, comencé a ver por internet motos personalizadas, de marcas reconocidas como Triumph, BMW y japonesas de las décadas del ’70 y ’80. Buscando a alguien que se dedicara a esta actividad en la Argentina di por casualidad con quien luego se convertiría en mi socio y amigo, Juan Manuel Fernández. Él había armado como pasatiempo una moto con estas características y la publicó en un portal de ventas online. Lo llamé por teléfono y resultó vivir a pocas cuadras de mi casa. Fui a ver la moto y la compré en el acto. Le pregunté si se dedicaba profesionalmente a esta actividad y me dijo que no, que era su primera moto. Le propuse entonces trabajar juntos en el desarrollo de una marca ligada a la personalización de motos y así nació CALIFORNIA CUSTOMS en 2013.
¿Cómo definirías al cliente de CC?
Es una persona que disfruta del buen vivir. Que valora el diseño y un producto de calidad. Que no siempre usa su moto para ir a trabajar, sino principalmente para pasear los fines de semana cuando el clima lo permite. Es alguien que se regala una experiencia: La posibilidad de armar junto a nosotros una moto a su medida. Ellos participan en la elección de los colores, los tapizados y las formas de su nueva conquista. De a poco, se está formando una gran familia internacional con encuentros a lo largo del año, que son las distintas ferias y shows especializados donde se exhiben los trabajos realizados por cada constructor. La compra de una moto personalizada ofrece la posibilidad de pertenecer a este mundo. Y nuestro galpón de a poco se está convirtiendo en un «club de amigos». Ahí diseñamos las motos, las armamos, pero además tenemos salón de exposición, una extensa y concurrida barra y una parrilla que se usa a diario. Es el lugar elegido por nosotros y nuestras familias para estar gran parte del día.

3) ROCK N’ DRIVE: LA FIESTA QUE CELEBRA LAS MOTOS

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Así como algunos las crean, otros las celebran. Por eso Mariano Balcarce desde hace dos años lleva adelante el Rock N´ Drive, el evento que nuclea a amantes de las motos y la música.
¿Cómo fue que se te ocurrió organizar el Rock N Drive?
​Fue junto a Pablo, mi amigo y socio.​ Queríamos armar un evento anti domingo para amigos y familia donde juntásemos nuestras pasiones: los fierros motorizados y el rock. La primera edición conseguimos un galpón, alquilamos un semi de camión como escenario, invitamos amigos músicos a tocar, amigos con motos y autos… ¡y una cervecera que nos mandara unos packs de latas! Vinieron 300 personas aproximadamente. Con la respuesta positiva de la gente, más la motivación propia, logramos llevar 10 mil personas a la quinta edición, que se hizo este marzo pasado. Es el día ideal para el amante de este lifestyle: bandas en vivo, motos y customs, talleres, artistas, stands, familia, juegos, tatuajes, foodtrucks.
 
Y vos que también amás las motos, ¿ya encontraste a la moto de tus sueños?
 
¡​Uf! Son tantas que no sé por dónde empezar (RISAS). Acabo de comprarme una Moto Guzzi 1000 que es una bomba, va a estar lista en quince días porque le mandé a hacer algunas modificaciones: así que en este momento solo sueño con disfrutar esta.​
 
Así pasan, ruedan y vuelan motos y customizadores que saben explotar toda la magia que estos vehículos encierran y transmiten.  Un placer sobre ruedas apto para andar, admirar y soñar.
Fotos: gentileza talleres mencionados