Es tendencia: el boom del tarot en Argentina como arma terapeútica

Una práctica milenaria que está viviendo un auge y una aceptación social como nunca/¿Por qué ya no se la concibe tanto como un medio de adivinación sino de autoconocimiento y sanación?/¿Cómo «funcionan» las cartas?/Hablan con MALEVA tres expertas/Además: el primer café «mágico» de la ciudad y ¿cuál es la tienda esotérica más cool de Buenos Aires?

78 cartas que son un boom de energía. 

Es tendencia: el boom del tarot en Argentina como arma terapeútica. Por Azul Zorraquin. 

Si bien el tarot es una práctica milenaria, en los últimos años y sobre todo durante y después de la pandemia, este instrumento mágico floreció en nuestro país. Es un juego y también una herramienta de autoconocimiento muy poderosa; las cartas son un puente entre el consultante y el tarotista, que va sobre ríos de entendimiento y sanación.

Pero, concretamente, ¿porqué hay un boom ahora? En gran parte, tiene que ver con una búsqueda existencial que llega teñida por una pandemia y muchos cambios estructurales. “Los «centennials» y los «millenials» estamos yendo a deconstruir todo aquello que estaba construído y lo estamos reconstruyendo de otra; la manera que encontramos es ir hacia adentro, y por eso tanto la astrología como el yoga y el tarot, son herramientas de autoconocimiento, que hacen que uno aprenda de uno, en vez de echar culpas hacia afuera”, explica María Punta Raffo, una artista, entusiasta del tarot y creadora de “Altar”, un café que combina infusión y cartas.

También hay un tema de que la exigencia, la productividad y los logros generan estrés y agobian, “estos recursos internos son opciones para encontrar la tranquilidad y la paz, basada en la consciencia”, explica Macarena Godoy, tarotista terapéutica. Dalia Walker, la “Bruja Moderna”, escritora, tarotista y creadora de “Fe”, también arma un nexo entre cuarentena y auge de las cartas: “durante la cuarentena enseñé muchísimo tarot. No sabíamos de dónde agarrarnos, y cuando empezamos a tomar estas herramientas nos damos cuenta de que hay algo mucho más profundo que lo que es tangible y conocido. El tarot nos puede dar respuestas, consuelo y contención”.

«Dalia Walker, la “Bruja Moderna”, escritora, tarotista y creadora de “Fe”, también arma un nexo entre cuarentena y auge de las cartas: “Durante la cuarentena enseñé muchísimo tarot. No sabíamos de dónde agarrarnos, y cuando empezamos a tomar estas herramientas nos damos cuenta de que hay algo mucho más profundo que lo que es tangible y conocido…»

Si bien el tarot es una práctica súper antigua, fue evolucionando y reconfigurándose a lo largo del tiempo. En sus orígenes, se trató de una herramienta y futurista y predictiva; “se aparece un chico rubio, que será tu marido”, decían las brujas, por ejemplo. Hoy, eso ya no existe. No se trata de adivinar el futuro sino más de una terapia o catarsis: “Tiene que ver con aportar cosas más lindas y constructivas ya que las cartas no te dicen lo que te va a pasar, sino que trabajan más con el consciente”, explica Dalia. Además, de esta manera, llevamos un rol activo en la historia de nuestras vidas. Incluso se abre una beta más luminosa de esta práctica, que solía tener un tinte más oscuro o incluso “trucho”, vinculado a falsos videntes y esta teoría de adivinar lo que va a pasar.

Y, ¿cómo funciona el tarot? Es muy sencillo. El consultante hace una pregunta, el tarotista tira las cartas e interpreta los simbolismos que hay detrás. El mazo se divide en 22 Arcanos Mayores y el resto, menores. Son 78 cartas en total. Arcano significa “secreto”, justamente porque el tarot es un misterio que se devela a través de las cartas. Si pensamos el mazo de forma orgánica, podríamos decir que la primera docena es más terrenal y la segunda, nos habla de procesos mas elevados y complejos. La primera carta, “Le Mat”, es donde todo empieza. Es el big bang de energía que explota y le da vida al resto. Se llama así porque comete un acto de demencia y por ende, es “El Loco”.

Hay que entender que las cartas nos hablan de inicios, de finales, de procesos, de arquetipos. No son literales. Una carta que asusta, por ejemplo, es “La Muerte”, porque uno podría pensar que es una predicción de una muerte literal, pero en el tarot actual, nos habla de un proceso de transformación, renacimiento y tránsito. Es una carta hermosa, pero hay que interpretarla desde el simbolismo.

Macarena Godoy, una de las pioneras del tarot terapéutico, resume de forma poética cómo entender esta práctica: “Las cartas nos muestran, a forma de espejo, un reflejo muy claro de nosotros. A veces es mucho más fácil verlo en una carta, que reconocer la propia emoción o traba”.

Para tomar un café y tirarse las cartas, vayan a “Altar”, un café muy especial que mecha infusión y magia en Colegiales. Si quieren aprender más sobre el tarot como herramienta de autoconocimiento, lean “El Tarot como llave”, de Dalia Walker, o anótense en los cursos de “Fe”, la tienda esotérica más cool del momento. Para cursos online y tiradas, @macarenagodoy y su tarot terapéutico es un mimo al alma.