"CUANDO EL SABOR Y LA SEDUCCIÓN VAN JUNTOS, ES TREMENDO": CAMILA VALDEZ

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Camila Valdez

 

 «Cuando el sabor, la seducción, y la belleza, van juntos, es tremendo»: entrevista a Camila Valdez. Por Santiago Eneas Casanello. Fotos: Paula Eleod.

Camila Valdez (30) es alta, alegre y efusiva. Tiene una carpeta en donde guarda los casi mil quinientos envoltorios de golosinas que coleccionó a lo largo de los años. Todas las semanas va al kiosco y busca novedades, las prueba, se fija si le llaman la atención, los colores, las tipografías, las analiza. También es todo un plan para ella ir al supermercado: la moviliza el esplendor marketinero de las góndolas con sus productos. La inspiran, le cuenta a Maleva, todos los lugares en donde haya actividad humana. Rasgos de una artista joven que se identifica con el arte pop y que viene creando una obra con mucha actitud y un perfil bien definido. Una obra que fusiona lo dulce con lo femenino. En la que los postres y productos de repostería más tentadores y atractivos “cobran vida” y les salen piernas largas y sexys de mujer: palitos helados de chocolate, cupcakes, y hasta tazas de café. Arte que termina siendo objeto de deseo en varios planos.
Camila, quien estudió diseño industrial, arte en caramelo y efectos especiales, acaba de ser elegida – al igual que el año pasado – para exponer en el Salón Nacional de Artes Visuales en el segmento Esculturas, fue destacada por la Secretaría de Cultura de Nación y sus esculturas, sus “bombonitas (porque son bombones y lindas)” siempre dan que hablar en donde sean expuestas. Para el salón nacional está preparando la más hiperrealista que jamás haya hecho, va a medir lo mismo que ella, va a tener piernas que van a parecer reales. Ahora le está pintando las uñas.
Tus obras son como objetos de deseo, desde distintos planos, el del antojo por lo dulce, el de lo erótico, sensual, y sexy. ¡Son esculturas que dan ganas de morder! ¿Cómo se te ocurrió esta fusión explosiva?
Todo en mi universo tiene un porqué, desde los colores hasta las formas. Lo primero que hice fue la Bombonita, y la historia cuenta que había un nene comiendo un Snicker último modelo con triple capa de chocolate, y el chico lo muerde y viene un amiguito y le dice: «¿Che, no conocés el nuevo Snicker triple 8?». Entonces la moraleja es que los objetos industriales como este dulce tienen dos funcionalidades: ser consumidos y disfrutados, y después mueren. ¡Pero la bombonita no murió! Se preguntó quién era, por qué existe, y en esa búsqueda filosófica de la existencia le salieron piernitas para recorrer el mundo y buscar su porqué. Y todo esto de lo dulce yo creo tiene que ver con una representación de lo industrial.Siempre me gustaron los objetos y en la carrera (diseño industrial) se me dispararon un montón de cosas interesantes como que lo industrial va a ser consumido y en lo dulce particularmente, vos tenés que tentar al humano. Cuando ves un cupcake con el peinadito del merengue para acá, la cerecita recién bañada y el licor para allá y las pintitas de chocolate, te gusta, y hay alguien atrás que hizo algo de determinado manera para llegar a vos. Si te doy un cupcake estallado contra el plato, tal vez lo ves y el gusto es el mismo pero no es atractivo y por eso no te gusta. ¡Por eso cuando el sabor, la seducción y la belleza van juntos es algo tremendo!

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Camila está creando su «bombonita» más hiperrealista para el Salón Nacional

 «Si te doy un cupcake estallado contra el plato, tal vez lo ves y el gusto es el mismo pero no es atractivo y por eso no te gusta. ¡Por eso cuando el sabor, la seducción y la belleza van juntos es algo tremendo!»

 
Pero la vuelta que vos le diste es que lo llevaste al plano del arte, nadie lo va a consumir, pero si se va a observar ¿Qué creíste que ibas a generar?
Me pareció lindo, interesante, un concepto bello y fuerte, y lo hice. No fui dueña de pensar lo que iba a generar.
¿Cuáles son las reacciones de la gente frente a tu obra? Porque es un arte que le puede llegar muy distinto dependiendo de las personas.
 
Total. Lo más lindo es que tienen reacciones de todo tipo, de todas las edades. Un señor grande puede decir que le trae recuerdos de la infancia, de cuando le regalaban golosinas. Otros te dicen “che, mirá estas piernas”, más por el lado de lo sexy, que es algo que yo no busqué. Los niños lo quieren abrazar y es cariño, una nenita me pregunta ¨¿Por qué no tienen zapatillas?¨. Lo toman como si fuera un universo plausible.
¿Cómo fue eso de estudiar arte en caramelo? Vi videos de caramelo estirado y noté que se comporta como el vidrio. Acá no existe la carrera de arte en caramelo pero sí es una materia de la escuela de pastelería maestra. Me metí y estaban todas las chicas de blanco para ser chefs y yo llegaba toda pintada con mis pulseritas, aprendí un montón de la plasticidad, de cómo se mueven las cosas, fue divertido y me sirvió como conocimiento.

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Aunque vive llevando lo dulce al terreno del arte, Camila asegura que le gustan más los platos salados

 

«Una vez una curadora de un lugar mira mi obra y dice que las obras habían sido hechas por alguien muy sexista porque había objetificado a la mujer. Estaba ofendidísima y pensaba que lo había hecho un tipo y decía que era producto de un misógino, cuando se entera que en verdad los hacía yo, una mujer, terminó dándose vuelta y empezó a considerarlo interesante. ¡O sea que todo dependía de mi sexo!»

¿Te acordás de alguna interpretación de tu obra que hayas dicho “nada que ver”?
¡Sí! Una vez una curadora de un lugar mira mi obra y dice que las obras habían sido hechas por alguien muy sexista porque había objetificado a la mujer. Estaba ofendidísima y pensaba que lo había hecho un tipo y decía que era producto de un misógino, cuando se entera que en verdad los hacía yo, una mujer, terminó dándose vuelta y empezó a considerarlo interesante. ¡O sea que todo dependía de mi sexo! ¿Cómo uno interpreta a una mujer? Sensibilidad diferente por todas nuestras cosas hormonales, pero hasta ahí y listo. Después no somos muy diferentes a los hombres, después es todo social. ¡Yo tengo un torno ahí que me ven y dicen ¨éste es Rambo¨! Mi obra, volviendo un poco a lo de antes, creo que también puede ser una analogía con los primeros amores que se llevan una parte tuya. ¡Mis obras dan para mil historias, buenísimo, qué más puedo pedir que eso!
¿Pensás en hacer algo con un estilo distinto?
¡Oh yeah! A mí la cabeza me funciona sin stop, está siempre llenándose de información, es un castigo lindo. Si a mí se me ocurrió hacer miss popcorn de video es porque tuve una idea, hay muchos planos y según como me sienta y vea que quiero, voy eligiendo. Me gusta jugar mucho con el sentido de las palabras y puede que haga algo que tenga que ver con eso y la interpretación que las palabras tienen en nuestra mente.
¿Y hacer obras saladas y no dulces?
Un bife es riquísimo pero no es algo bello. Lo dulce como no existe en la naturaleza se lo elabora de modo tal que sea estético, lindo.

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Una de las señoritas cupcakes de Camila Valdez

 

«Amo la comida y, chicas no escuchen ¡Me gusta más lo salado que lo dulce (risas)! No hago arte con lo salado porque un bife es riquísimo pero no es algo bello. Lo dulce como no existe en la naturaleza se lo elabora de modo tal que sea estético, lindo.»

¿Cómo es tu relación con la comida?
Amo la comida y, chicas no escuchen ¡Me gusta más lo salado que lo dulce (risas)!
¿Qué proyectos tenés?
Tengo ganas de expandir mi arte mundialmente. Yo me nutro mucho de las culturas que analizo. Me recibí de diseñadora industrial en 2010 y me fui a visitar a mi mejor amiga que vive en Londres y estaba lleno de cupcakes que acá todavía no habían llegado con este furor, y yo sentía que todo me hablaba.
¿Expusiste afuera ya?
Sí, en Uruguay y en San Diego, California.

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Camila es muy buena onda y una genial anfitriona durante todo lo que duró la entrevista

«Tengo ganas de expandir mi arte mundialmente. Yo me nutro mucho de las culturas que analizo.»

¿En qué lugar sos muy feliz?
Andando en rollers en Vicente López, en su camino costero que está aquí nomás y es re lindo.
¿Y andás bien en rollers?
¡Sí, re! De chiquita hacía hockey sobre patines además.
¿Qué opinás del circuito del arte en Buenos Aires?
Me gusta que se mueva, que haya cosas. No lo veo mal, tampoco te voy a decir qué bueno porque hay cada cosa que…algunos tienen un garage y quieren ser galeristas. ¡Tener un garage no te hace galerista, la formación intelectual te hace galerista! Pero me alegra que haya cada vez más movimiento, estamos bien.
¿Cuál es tu lugar soñado para exponer?
Me gusta mucho la Saatchi Gallery de Londres. ¡También sueño con exponer en el Tate Modern! Esos lugares grandes, donde a la obra le dan la libertad de ser y no está todo pegadito.
¿Cómo es un lunes tuyo antes del mediodía?
¡Yo feliz! Si el día está lindo, está todo  bien. Tipo diez de la mañana me despierto, y hago algo de ejercicio. Igual generalmente depende de lo que tenga que hacer con el taller. Con esta última bombona, Bombona Prima, estuve dos semanas literalmente sin ver el sol porque la hice en el sótano.
¡Contanos más de la bombona que vas a exponer en el Salón Nacional!
Se me ocurrió después de ver al Ron Mueck maldito, a mí me gustó siempre el hiperrealismo  mezclado con la fantasía, y de pronto quiero hacer unas piernas hiperrealistas, y me mandé y me puse a hacerlas.
¿Por qué tres cosas decís que suerte que haya podido dedicarme al arte?
Ser libre creacionalmente, que esto me da felicidad, y poder seguir haciendo esto toda mi vida.
¿Algo que no te guste?
¡Creo que nada!

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