Del partido de Polo a un Penicillin sin escalas: el Campo Argentino de Polo se armó para recibir a todo el que quiera vivir el “full plan” esta temporada/Quedan cuatro fechas hasta la final/Un restaurante de campo – con parrilla y vinos -, un bar de época o platos al paso/ Para elegir a medida cómo complementar los partidos los próximos fines de semana.
El palco de Imperial Beerhouse, para ver el partido mientras tomás una cerveza.
El Polo después del mejor Polo del mundo: recorrido entre copas de vino y todas las situaciones de alegría durante los partidos de Palermo. Por Lenchu Rodríguez Traverso. Fotos: Sophie Starzenski.
En noviembre, el Campo Argentino de Polo se enciende como nunca y se convierte en anfitrión de uno de los eventos deportivos más importantes del año: el Abierto de Palermo. Pero en el predio no hay solo Polo. Al disfrute de ver un partido al aire libre, se le suman otros condimentos que lo convierten en un plan de fin de semana con todas las letras; cervezas y pizzas sobre la cancha, una flamante propuesta de vinos y parrilla, un barcito de whisky estilo speakeasy y varios locales gastro al paso para todos los gustos.
Con MALEVA recorrimos el espacio – uno de los oasis mejor ubicados dentro de la ciudad – capturando la esencia del plan completo y algunas joyitas que se destacan este año entre todas sus propuestas.
Los próximos partidos
El 130 Abierto Argentino de Polo está en plena acción, y quedan solo cinco fechas para ir a ver alguno de sus partidos: el próximo sábado 18 y lunes 20 de noviembre; el sábado 25 y domingo 26 – donde se va a hacer el primer Sunset Polo con música en vivo – y la final, el sábado 2 de diciembre que dará fin al torneo con un gran After Polo.
1. Estación 83: Bodega Trapiche trae un pedacito de Mendoza a Palermo.
Trapiche está celebrando sus 140 años y se sumó nuevamente a esta temporada de polo, con uno de los espacios más destacados dentro del Campo. Su fachada de ladrillos y una vía del tren en la entrada, junto con otros detalles en la decoración, recrean la propuesta más informal que tienen en su bodega en Mendoza: Estación 83, ambientada en la vida de campo y donde las brasas y sus vinos son los protagonistas indiscutidos.
Las carnes, a cargo de la parrilla Todo Brasas de Pablo Antoyan, se preparan a la vista de todos y las acompañan una selección de los mejores vinos de la bodega que hizo el enólogo Sergio Casé, a los que se le suman opciones de Costa & Pampa, su bodega hija en Chapadmalal. Hay botellas, copas y un carrito de vino tirado, con tres opciones frescas para la temporada de calor: un tinto de verano, un Pure Rose y un reserva chardonnay. ¿Un plus? Todo se disfruta con servicio de mesa, mientras ves de cerca los partidos que se juegan en la cancha 2.
2. Johnnie Walker House: un viaje en el tiempo a una barra de los años 30, ¡y whisky en todas sus formas!
Johnnie Walker hace presencia en el Campo Argentino de Polo por quinto año consecutivo con una puesta en escena que roba las miradas de cualquiera que lo pase por al lado. Y es que su “JW House” te teletransporta en el tiempo a la época dorada del art decó; con una barra semicircular de mármol, bancos dorados con asientos de pana rosa, lámparas bajas, estanterías que exhiben sus botellas y su inconfundible logo replicado, como si fueran estatuillas de los Oscars.
En el menú tienen más de diez tragos con whisky que te preparan a la vista – además de algunas opciones on the rocks – desde el clásico Penicillin hasta un “Gold & Apple” que combina el Gold Label Reserve con jugo de manzana verde, jugo de limón y syrup. Para disfrutar sobre la barra, o en alguna de las mesitas del lugar, ofrecen un menú de comida distinto al resto de los lugares con tapeo, pastas – como los gnocchetti de espinaca con crema de hongos y cherrys confitados -, tabla de picada, ensaladas y postres.
3. LAKY: el pollo frito se reinventa en un fast food de calidad.
Laky es la opción más joven del patio de Bocha Polo y centra toda, toda su propuesta en un ingrediente protagonista: el pollo frito. A pesar de ser un fast food, con una imagen bien propia de ese estilo, hay un gran trabajo de calidad y de ingredientes caseros. Y es que detrás de este proyecto están Cynthia Helueni y Carla Zanni, creadoras de Moisha Bakery, junto a Juan Carlino, chef ejecutivo de Cochinchina bar.
“Probamos muchas veces cada plato y seguimos yendo todos los fines de semana a ver cómo sale todo”, explica Cynthia – también creadora de Hola Jacoba – a MALEVA. Uno de los imperdibles: su chicken hot dog, un nugget con forma de salchicha empanado igual que el pollo frito, con panceta cortante, cebolla crispy, cheddar, alioli y barbacoa. Otros bestsellers son los nuggets y el sándwich de pollo americano, con cheddar y panceta. Las salsas son todas caseras y uno de sus destacados del lugar.
4. Williamsburg: las hamburguesas que la gente sigue eligiendo.
Una de las mejores hamburgueserías de la ciudad – literalmente, la “Dylan” fue elegida como la favorita de Buenos Aires hace unos años – tiene su cuarto local emplazado en Bocha Polo. Y, según nos cuentan quienes trabajan en el espacio, siguen siendo de las opciones más elegidas por la gente.
El formato invita a personalizar tu hamburguesa y armarla como más te guste. Hay bases – simple, doble, triple o lisa – y adicionales para quienes quieran meterle más magia, como palta, lechuga y tomate o cebolla caramelizada. Aunque una buena carne no necesariamente tiene que llevar mucho acompañamiento. Lo que sí no puede faltar en este dúo dinámico: las papas fritas.
5. Entre breaks: más opciones dentro del patio de comidas de Bocha Polo.
Los entretiempos y el break entre partidos, son el momento ideal para darse un gustito y picar algo. Con este concepto en mente, la propuesta foodie de Bocha Polo es al paso. Hay opciones para todos los gustos y el plan es simple: hacés tu pedido en el mostrador, pasás a retirar y te juntás con el resto en alguna de las mesas bajo techo o al aire libre, sobre la cancha 2 del Campo. A los puestos de Laky y Williamsburg se le suman Pizza Madre, la street food israelí de Benaim, Ribs al Río y los helados de Volta.
6. Imperial Beerhouse: el palco ideal para ver los partidos con una cerveza fría en mano.
Si hay un espacio al que muchos asocian al instante con el Campo Argentino de Polo, ese es el Beerhouse de Imperial, con quien te encontrás ni bien entrás al predio. Siempre al pie del cañón, la gran casona vidriada con techo a dos aguas propone planes distintos y mucho disfrute, durante y después de los partidos.
Como toda casa, el Beerhouse tiene varios ambientes: una zona al aire libre en la entrada, otra sobre la cancha, un espacio adentro y, lo más destacado, su “palco” elevado sobre la cancha principal del Campo, para los que quieran ver el partido mientras toman una cerveza y van comiendo algo. A sus variedades de cerveza tirada, se les suma un menú que tiene de todo: para picar, pizzas, sándwiches, hamburguesas, ensaladas y carnes. Tan protagonista es Imperial en el polo que organiza sus propios afters, para lo que hay que estar atento a lo que comparten en Instagram.
7. No todo es alcohol, también hay café (y un lindo mostrador dulce).
Llegando al final de la calle central del predio, una casita color rosa viene a ofrecer un break más tranquilo, de media tarde, con cafés y algo de pastelería. En el mostrador se exhiben tortas en formato cuadrado dulce – chocotorta, crumble de manzana, brownie con crema – budines, medialunas, alfajores y dos opciones saladas que no fallan: chipá y un tostado en pan árabe. Para los días más calurosos tienen licuados, que pueden tomar sentados en alguna de las mesas que rodean la casilla, con vistas privilegiadas de la cancha dos y el verde de los árboles que te hace sentir, durante un ratito, en los bosques de Cariló.
8. AAP by Anushka: la nueva colección de Anushka Elliot que rinde homenaje a nuestra herencia gaucha con su sello estético.
Remeras, buzos tipo hoodie y gorras genderless cuelgan de las perchas que exhiben al aire libre esta colaboración donde se fusiona la esencia del mundo de polo y la estética del universo de Anushka Elliot. Con colores terrosos y naturales, en las estampas destacan los caballos, las herraduras, las montañas y parte de este mundo gaucho combinado con la sutileza de la diseñadora que tiene locales en Buenos Aires y en Uruguay. Esta cápsula es parte de la nueva colección primavera-verano de AE – “Life in Tropilla” – donde rinde homenaje al caballo y a nuestra tradición gaucha.
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