El momento ideal: siete restaurantes sensación de Buenos Aires para visitar tranqui durante el verano

Son íconos y propuestas de moda para los foodies que recorren la Ciudad de Buenos Aires (y para los que disfrutan de darse un gusto cada tanto)/Una nueva entrega del newsletter «La Ecuación del Disfrute» entre MALEVA y elDiarioAr/Desde un rooftop elegido entre los mejores del planeta hasta el restaurante de Colegiales de una dupla joven de cocineros que viene dando (mucho) que hablar.

Trade fue elegido como uno de los 25 mejores rooftops del mundo por la revista Time Out. 

El momento ideal: siete restaurantes sensación de Buenos Aires para visitar – con mayor tranquilidad -, durante el verano. Por Camila Barreiro.

Son íconos y propuestas de moda para los foodies que recorren la Ciudad de Buenos Aires (y para los que disfrutan de darse un gusto cada tanto). Desde nombres consolidados durante más de 20 años hasta propuestas novedosas con poco tiempo de vida: bares, parrillas, cafés y restaurantes que son un must en cualquier época del año, pero pueden visitarse más tranqui en el verano porteño (sin tanta cola, ni listas de espera, ni reservas con muchos días de anticipación). En esta nueva entrega de «La Ecuación del Disfrute», el newsletter conjunto entre MALEVA y elDiarioAr, nos acercamos a siete de los lugares más exitosos de la escena gastronómica actual y les pedimos sus recomendaciones para escapar del calor y pasar un momento inolvidable entre sus mesas.

1) Anafe: platos frescos en el restaurante del momento / Virrey Avilés 3216 – Colegiales.

Como su carta es estacional, visitar Anafe siempre es una nueva experiencia. Por eso, para escapar de la calurosa Buenos Aires, recomiendan probar el carpaccio vietnamita (de bife de chorizo tipo tataki con sandía, nuoc cham, maní y cilantro) y el chauchalaj (una ensalada de farfalaj, chauchas, menta, pasas de uva y queso de cabra). De postre el “Postrecito” (pannacota de yoghurt de búfala y lima, syrup de hibiscus y rosas, crocante de maíz y frutos rojos). Todo, siempre, acompañado de algún vinito de los seleccionados por Celi Bartolomé – el favorito es el sauvignon blanc de Altar Uco Edad Media -.

Somos un proyecto chico de gente joven, disfrutamos de pasar tiempo entre nosotros y eso se siente en el servicio final. El trabajo en equipo es lo más importante para nosotros y eso se traduce en nuestros sabores y la identidad del servicio”, dice Mica Najmanovich, una de las dueñas, quien también recomienda visitarlos los viernes al mediodía o domingos en la noche.

2) Don Julio: el momento ideal para una primera visita a la parrilla ícono de Buenos Aires / Guatemala 4691 – Palermo Viejo.

Don Julio se reinventa constantemente a través de su carta y propuesta. En verano, sus diferentes variedades de tomates agroecológicos de producción propia son la joyita del chef. “Tenemos un tomate ananá que es amarillo, muy lindo y muy grande. Son muy frescos y más dulces que los rojos. Además, el tomate marida perfecto con cualquier tipo de carne por la acidez característica que aporta y el agua”, recomienda Pablo Rivero, cabeza del proyecto. Para cerrar una buena parrillada, es infaltable su propia versión del almendrado que tiene charlotte.

Si es la primera vez que venís, reservá en el salón principal así podés ver la parrilla. Don Julio es un lugar que tiene 22 años y hemos logrado crecer manteniendo a los clientes de la primera hora. Es una gran familia y una comunidad, la gente se siente parte de nuestra historia y se genera un vínculo más allá de ir a comer”, esboza Rivero que recomienda visitarlos los domingos, lunes y martes.

3) La Valiente: el nuevo local del fenómeno pastelero y panadero de San Isidro / Juan Bautista Lasalle 433 (San Isidro) y Avenida Cabildo 4300 (Saavedra).

El éxito de su local de San Isidro solo fue un motor para seguir apostando, y hace pocas semanas; Christian Petersen, Germán Torres y Ezequiel Mendonça Paz inauguraron el segundo “La Valiente”, esta vez con el foco puesto en la pastelería. Tortas clásicas con una vuelta de rosca desde las harinas: la masa de frola tiene sarraceno, el brownie es de centeno y la carrot cake integral.

La nueva apertura está ubicada en un lugar extraño para una panadería de especialidad: la Avenida Cabildo, donde son históricos los cafés que también funcionan como pizzería, minutas y mozos de camisa blanca. “Es un desafío abrir acá. De afuera se ve como una cafetería porteña de avenida, la gente pide café con tres medialunas y hace home office, tiene reuniones de trabajo o se junta con la familia. En San Isidro estamos en un oasis cerca del río, los runners y ciclistas nos incluyen en el recorrido y funcionamos más para llevar”, analiza Germán Torres mientras mira las paredes y señala dónde pronto habrá un cuadro de Pink Floyd, un dibujo de su prima -la artista Mariana Sissia- y el tocadiscos que trajo de su casa junto a su selección personal de vinilos (es como abrir un poco las puertas de su hogar).

Ahora que la masa madre no es novedad, los cocineros buscan proponer cosas nuevas que sorprendan, y anuncian que en breve tendrán un pan con harina de teff. Los ventanales de vidrio son ideales para huir del ruido de la avenida y disfrutar del sol escuchando vinilos a cualquier hora (¡y tomando un rico café de especialidad helado!).

4) Trade Sky Bar: placer en el piso 19 en uno de los rooftops más impactantes del mundo / Av.Corrientes 222 – Centro.

Ya es casi un ritual disfrutar del atardecer porteño en un rooftop, por eso recomendamos vivir una experiencia diferente en Trade. Reservar una mesita para comer en el piso 19 pero antes (o después, según cómo sea la noche) tomar un cóctel en la terraza. El combo ideal sería: un Black Friday (Havana especial de lima, soda y espuma de jengibre) acompañado por un plato bien fresco que surfee la ola de calor (ensalada de brie empanado, palta, cebolla encurtida, rúcula, manzana y salsa de vino).

En Trade hay tres claves para gozar: la arquitectura (art decó), la ubicación (con vista 360° a los puntos más icónicos de la Ciudad) y los tragos de autor. A partir de las 20 h está disponible la cena y los jueves, viernes y sábado hay DJ sets que completan un plan ideal para salir con amigos.

5) Niño Gordo: la experiencia asiática de un éxito imperdible (la clave es dejarse guiar por el mozo y pedir platitos para compartir). / Thames 1810 – Palermo Viejo.

Sin proponérselo, Germán Sitz y Pedro Peña no solo crearon un restaurante, sino un corredor gastronómico que subraya la calle Thames. Con un inflable gigante que anuncia al “Niño Gordo”, el local que le da una vuelta de rosca argenta a platos asiáticos, es un éxito imperdible que invita a viajar. “Lo importante es el impacto visual y cómo el ambiente te incluye, no sos ajeno al medio sino que podés interactuar”, cuenta Germán.

Si bien para vivir la experiencia la clave es dejarse guiar por el mozo y pedir platitos para compartir al centro de la mesa, las estrellas de la carta son el katsu sando (pan brioche, bife a punto, tonkatsu y mayo) y la pesca plancha (pickles y puré de zanahoria). ¿Para refrescarse? Recomendamos el trago con matcha que idearon los chicos de 3 Monos.

Te sugerimos ir los sábados y domingos a las 13 hs o los martes y miércoles a las 20 h.

6) Sarkis: el ritual armenio que es sensación y un clásico de multitudes / Thames 1101 – Villa Crespo.

Mozos de traje que recomiendan cómo conocer la cocina armenia a través de sus platos y una propuesta que nunca pierde vigencia. Porque son frescos y porque no se pueden dejar pasar; hay que probar el puré de garbanzos, el tabule y el jambra (que es puré de morrones con ajo y nuez). Sarkis fue uno de los impulsores del, ahora clásico, “muchos platitos al centro de la mesa”. Por eso, recomendamos sumar el mante con madzun (esos mini raviolitos abiertos rellenos de carne, que se cocinan al horno y sirven con yogur).

Si querés evitar las filas, lo mejor es ir a almorzar en semana y pedir una mesita en el deck de la vereda. Si llegas, animate a la Copa Sarkis de postre que se lleva todas las miradas.

7) Chuí: un oasis verde trendy y delicioso (consejo: disfrutar las tardes con menú especial y vinilos). / Loyola 1250 – Villa Crespo.

“La carta de Chuí está pensada para que todos los platos vayan al centro, y poder compartir. Por lo que si viene un grupo grande, posiblemente, puedan probar todo el menú. Algunos imperdibles, en mi opinión, son la polenta blanca con chimi de achicoria y parmesano; y el plato de hongos, holandesa, lima y eneldo”, cuenta Ivo Lepes, uno de los dueños de Chuí. Por otro lado, para estas tardes de calor hay una torta de mandarina y chocolate blanco que es imperdible.

Chuí abre de corrido desde las 12 del mediodía, por lo que cada comensal puede elegir si prefiere vivir plenamente el jardín o una iluminación más tenue con el fuego de la cocina como protagonista. Las tardes no solo tienen un menú especial, sino que además hay un ciclo durante la semana que se llama Tardes en Bandeja, donde distintos DJ’s y amantes de la música comparten sus vinilos (es el momento en que más fácil se consiguen mesas).

“Algunas particularidades de Chuí son la cocina totalmente abierta, donde la materia prima y las manos que la trabajan están a la vista. Por otro lado, la gran vista a un jardín que no para de crecer y que, al atravesarlo, te sacude el polvo profano y la rutina”, analiza Ivo sobre su éxito.

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Fotos: son todas gentileza de los locales mencionados.