Desde el 2007 que junto a César Silveyra, vienen innovando fuerte las típicas clases de baile/En verdad son tantísimo más: circo, expresión corporal libre, canto y más/Además: se volvieron un fenómeno tanto entre mujeres como entre hombres/¿Por qué ahora aseguran que en cuarentena se puede experimentar y desinhibirse mucho más?
Decilo creció como un fenómeno boca en boca y hoy tienen desde acuerdos con marcas internacionales, hasta dos sedes
Decilo: las clases de baile y arte corporal que, con «insolencia creativa», son un hit durante el confinamiento / Entrevista a su co-creadora Tini Barcelo. Por Esmeralda Avellaneda. Fotos: son todas gentileza de Decilo (PH: Maca de Noia).
“Es incómodo bailar en un departamento, no hay lugar”, “son raras las reuniones por Zoom”, “esto no termina más” y otros pensamientos del estilo son «classic cuarentena». Retomar algo similar a la vida que teníamos es tan lejano que irrita. Pero en MALEVA buscamos propuestas que dan vuelta este círculo vicioso y nos ponen a mover. Tini Barceló, bailarina y co-fundadora (junto a César Silveyra) de la escuela y compañía de baile, circo, canto y más “Decilo” nos cuenta la suya. Preparate porque es un camino de ida.
¿Cómo nació Decilo?
Nace en el 2007 de muchas ganas mías de guiar espacios. Yo tenía 25 años y un deseo de enseñar y dedicar mi vida a eso. Al principio era “clases de baile Tini Barceló” punto, fin, hasta que conocí a César, mi actual socio. Yo traía una formación más técnica, de bailarina y él, que el arte le sale por todos lados, con sus herramientas de danzaterapia y psicología, empezó a meter este componente de “y qué si en vez de hacer solo clase metemos dinámicas para abrir la imaginación”.
Al principio me dio cagazo. La gente está acostumbrada a la coreo, bailar bien, y él venía con estas cosas, pero dije dale, démosle para adelante. Creo que ahí empezó Decilo. Una propuesta donde el arte potencia a la persona y no al revés, y lo hicimos a base de hormigas en el culo (se ríe), boca en boca, acercábamos flyers a los diarieros, salíamos a repetir folletos en bici, éramos muy caraduras. No había Instagram, no se usaba Facebook, creo que tampoco youtube, nada.
Pie: “Yo me acuerdo de estudiar marketing, gestión empresarial, que tenías que tener antes la estrategia, objetivos …. y no, es desde la experiencia descubrimos lo que nos prende fuego”
¿El nombre de dónde salió?
Surge en el 2010. Empezamos con César “che, ¿y si le ponemos nombre a los shows? ¿Y si les damos un sentido? ¿Y si trabajamos un concepto todo el año que atraviese a toda la escuela y ese es el show?” así el primer año se llamó “Decilo Bailando”, el querer expresar con el cuerpo cosas que nos pasaban, y ahí nace el nombre. Ahora es Decilo, pero en ese momento solo bailábamos.
«La insolencia creativa es un re desafío y me encanta. Me lleva a un lugar de anímate a flashear, ir lejos, romper todo y después vemos como se ordena. Hoy me siento cómoda bailando así, pero si te ponés a bailar como un gusano pueden salir cosas buenísimas, rarísimas, que después se acomodan en una coreo, en una poesía, en lo que sea…»
Cuando arrancaron era muy complicado que se sume un varón ¿cómo rompieron con eso?
Ahí hubo mucho de César, él era popular, conocía gente, tenía mucha personalidad y no le importaba nada terminar de jugar al rugby y venirse directo a baile, estaba muy bien plantado. Los amigos le preguntaban “uh qué onda, ¿bailás?”.
Hoy es un tema que trascendió, pero en ese momento el prejuicio sobre la homosexualidad estaba muy atada a ser bailarín. Cuando tenía 20 años si bailabas, sí o sí eras gay, más en nuestro entorno. Si bien nadie nunca lo dijo en voz alta y es lamentable el prejuicio, era así. Hoy es impensado cualquier prejuicio. Un pibe quiere bailar y ni lo duda.
“En los últimos 2 años Decilo creció exponencialmente. Nos llamó Reebok, gobierno de la ciudad, Nesquik, La bomba del tiempo, abrimos dos sedes. Hoy el foco está en mantener nuestra esencia…»
Antes armábamos duplas de trabajo mujer/varón para atraer público mixto. Hoy no hace falta, es indistinto y la gente viene igual más allá de la sexualidad. El 90% de los grupos son mixtos. Hace mucho no hablaba de esto, me parece espectacular que hayamos evolucionado como especie en ese sentido.
Hay un “valor Decilo” que es insolencia creativa y me encantó ¿cómo lo viven?
La insolencia creativa es un re desafío y me encanta. Me lleva a un lugar de anímate a flashear, ir lejos, romper todo y después vemos como se ordena. Hoy me siento cómoda bailando así, pero si te ponés a bailar como un gusano pueden salir cosas buenísimas, rarísimas, que después se acomodan en una coreo, en una poesía, en lo que sea.
La primera pregunta que nos hicimos en esta etapa que nos toca vivir fue ¿una clase presencial, es igual a una clase virtual? ¿vamos a hacer lo mismo? ¿o vamos a inventar una nueva forma de dar clases?
¿Cómo es Decilo online?
El espacio en las artes escénicas es algo que le doy mucho valor. A veces es un teatro, a veces un salón con espejos y a veces es tu casa, tu habitación, el living, la cocina, hay gente que mandó videos en un baño. Muy loco. Uno piensa que necesita 10×10 metros para moverse y hay gente que manda videos moviéndose en un circulito mínimo. Hay que trabajar con el espacio. ¿Qué me brinda el espacio? La arquitectura, la forma, los objetos, un cuadro que me provoca algo.
Lo pensamos al revés, no es un bajón que ahora no haya espacio, hay que transformar el espacio disponible en una herramienta para investigar. Las dinámicas que damos son para que compongan desde su casa. Es algo positivo que tuvo esta nueva forma de dar clases: cambió el formato, no nos concentramos tanto en coreografía sino en explorar el espacio, y tuvo muchísimas devoluciones positivas porque la gente se desinhibe más al no tener a 20 personas al lado.
«Uno piensa que necesita 10×10 metros para moverse y hay gente que manda videos moviéndose en un circulito mínimo. Hay que trabajar con el espacio. ¿Qué me brinda el espacio? La arquitectura, la forma, los objetos, un cuadro que me provoca algo. Lo pensamos al revés, no es un bajón que ahora no haya espacio, hay que transformar el espacio disponible en una herramienta para investigar…»
Cuando arrancó la cuarentena hacían vivos abiertos
Sí. Nos juntamos antes de la cuarentena Lucha, César, Cata y yo a hacer brainstorming. Nada se decide sin debatirlo primero, pero ese día ni lo dudamos. Dijimos demos clases gratis, generemos un espacio para que la gente se conecte bailando. Trajo mucha gente nueva y estuvo buenísimo, pero no lo hicimos pensando en eso. Tenemos pensado volver a hacerlo una vez cada 15 días para regalarle eso a la gente. Hoy que estamos más acomodados, queremos retomarlo.
¿Y qué onda las movidas como el Decilo fest?
Lo de la fiesta fue una idea de César. La publicamos por Instagram y la gente se copó. Es algo que hacemos para pasarla bien, no importa si se suman 5 personas o 50. Tenemos esa mentalidad de si a nosotros nos divierte, hagámoslo. No es para vendernos, ni nada. Es una iniciativa que surge de che, estamos re aburridos en nuestras casas, ¿qué hacemos? El sábado seguro hacemos la próxima.
«Antes armábamos duplas de trabajo mujer/varón para atraer público mixto. Hoy no hace falta, es indistinto y la gente viene igual más allá de la sexualidad. El 90% de los grupos son mixtos. Hace mucho no hablaba de esto, me parece espectacular que hayamos evolucionado como especie en ese sentido…»
¿Un momento en Decilo?
El equipo. A veces lo doy por sentado, pero si no es lo más valioso que tiene hoy Decilo da en el poste. Hay mucha generosidad, ni hablar ahora con el corona tenemos gente diciendo che, yo no necesito hoy la guita, si alguien la necesita que la cobre. Cero egos, profesores aprendiendo uno del otro, regalándonos información. No es un momento el equipo, pero es él momento, ¿viste?