La canchera terraza del restaurante, en pleno barrio de Brickell
Fue a MALEVA, en el año 2014, que Martín Pittaluga – el creador de La Huella de José Ignacio, un poeta de la escena gastronómica del Río de la Plata -, le dio la primicia de que iba a abrir un segundo La Huella en el lugar más inesperado: Miami (en este link, dicha nota: http://bit.ly/1tQenaB). Un destino que poco tiene que ver con el pueblo del faro y su simpleza chic, y que además Pittaluga no conocía y sobre el que tenía cierto prejuicio.
Y así fue: el segundo La Huella al final abrió sus puertas en Miami en 2016, y logró convertirse en pocos meses – con mucha intervención de Pittaluga quien se dejó cautivar por esta ciudad en la que se encuentran las distintas Américas -, en una muy interesante propuesta gastronómica. «Esta es nuestra versión urbana, para nosotros es un oasis en el medio del concreto», es la definición que dan. Donde como en la Huella original se conjugan lo sofisticado con una esencia relajada y una gastronomía cero barroca y que siempre es rica.
«Nuestra base es comida mediterranea, lo que nos define es la cocción a leña para mantener nuestra esencia -, le explicaron a MALEVA desde el restaurante -, no quisimos desviarnos de nuestro concepto uruguayo.»
El restaurante, que está ubicado en el quinto piso del flamante, minimalista y sofisticado hotel East de Brickell -, cuenta con técnicas para cocinar a base de fuego que son una rara avis en Miami: parrillas colocadas en el centro de la cocina, hornos de madera alimentados por robles blancos y rojos. También tienen una barra de sushi que resalta la costa de Florida, así como una gran área externa que tiene una onda muy canchera.
Aunque si hubiera que recomendar un lugar para disfrutar la experiencia de comer en Quinto La Huella desde todos los planos sensoriales, la indicación es: siéntense en una banqueta en la barra de madera y contemplen toda la magia y el vértigo pulcro de la cocina abierta. Al frente de la orquesta de cocineros de Quinto La Huella está el chef Nano Crespo (con experiencia en California y Canadá), además de Alejandro Morales, Chef Ejecutivo de La Huella uruguaya y Florencia Courreges, Chef Ejecutivo de Repostería. «Nuestra base es comida mediterránea, lo que nos define es la cocción a leña para mantener nuestra esencia -, le explicaron a MALEVA desde el restaurante -, no quisimos desviarnos de nuestro concepto uruguayo.»
«De toda la carta, estos son los cinco platos estrella: Pulpo a la plancha con papas confitadas y pimentón, Pesca a la parrilla, Tarta de Cebolla, Volcan de Dulce de Leche y Papas escrachadas.»
Pittaluga está ciento por ciento involucrado en el restaurante, desde el menú y sus cambios hasta los detalles menores, también intenta viajar cada dos meses junto a sus socios. La clientela de Quinto La Huella es muy internacional (algo previsible en la Babel en la que se convirtió Miami) pero ya se volvió parada obligada para los argentinos y brasileños que se enteran de su existencia. También descubrieron el lugar celebridades de Hollywood, deportistas internacionales y celebridades de América Latina. ¿Y cómo se toman la propuesta los estadounidenses acostumbrados a la barbacoa? «¡Les encanta! Les gustan mucho los fuegos y el sabor de la comida. Les fascina el brunch a la parrilla. Aunque la comida es simple, quedan muy impresionados con los sabores de la cocción de la leña.» De toda la carta, estos son los cinco platos estrella: Pulpo a la plancha con papas confitadas y pimentón, Pesca a la parrilla, Tarta de Cebolla, Volcan de Dulce de Leche y Papas escrachadas. Sus tragos de autor vienen con nombres muy Maldonado: La Caracola, La Juanita, Ruta 10. Quinto La Huella también abre sus puertas al mediodía, para el desayuno. Sus huevos benedictinos y sus empanadas de queso son pura alegría para empezar el día. Pero ellos se enorgullecen mucho de su brunch a la parrilla. Tomen nota y preparen los paladares: Miami tiene un nuevo clásico.
