«Cuando íbamos a ponerle fin al proyecto ¡Se prendió la lamparita!» / El nuevo Simpleat: así fue su primera semana

Cuando su plan de negocios parecía que estaba por naufragar, Tomás Iakub y Kenneth Sly pegaron a tiempo un golpazo de timón y lograron reinventar su emprendimiento gastronómico (que hoy es un exito)/Comidas congeladas gourmet (para preparar en 15 minutos), siete mil platos por mes y un equipo que no para de crecer/Además: su alianza con Taste Made

Tomás Iakub y Kenneth Sly en la nueva sede de Martínez (donde además van a producir contenidos)

«Cuando íbamos a ponerle fin al proyecto ¡Se prendió la lamparita!» / El nuevo Simpleat: así fue su primera semana. Por Florencia Nijensohn. Fotos: Matías Quintana.

(La sección emprendedores de MALEVA está patrocinada por Hit Cowork «Amá tu forma de trabajar») 

Llegás a tu casa a la noche después de trabajar todo el día o de cursar en la facultad. El cansancio te supera pero hay algo que todavía hay que hacer: la cena. Para simplificar esta cuestión y reducir el esfuerzo y el tiempo de preparación al mínimo, Tomás Iakub y Kenneth Sly crearon Simpleat, un sistema de platos gourmet congelados y envasados al vacío para calentar así como vienen en agua caliente y tener una comida rica y sana en sólo 15 minutos.

El proyecto arrancó distinto a lo que es hoy cuando, hace dos años y medio, Iakub y Sly se asociaron para ofrecer un delivery de alimentos frescos y ayudar a resolver el tema de la comida a quienes querían cocinar pero no tenían tiempo de hacer las compras, calcular las cantidades, etc. En ese momento, ellos tenían 22 y 25 años y mucho entusiasmo de poder dejar sus trabajos full time en empresas multinacionales para dedicarse a pleno a este emprendimiento. Pero la realidad fue otra.

«El modelo de negocios no funcionó, y ya estaban listos para cerrar la empresa. Hasta que a Sly se le prendió una nueva lamparita. “Era el día que nos íbamos a reunir para ver cómo ponerle un fin al proyecto”, según Tomás, “me acuerdo que Kenneth llegó con un pollo congelado y envasado al vacío en una bolsa. ‘¿Qué pasa si vendemos esto?…»

El modelo de negocios no funcionó, y ya estaban listos para cerrar la empresa. Hasta que a Sly se le prendió una nueva lamparita. “Era el día que nos íbamos a reunir para ver cómo ponerle un fin al proyecto”, según Tomás, “me acuerdo que Kenneth llegó con un pollo congelado y envasado al vacío en una bolsa. ‘¿Qué pasa si vendemos esto?’, me dijo, y yo no quise saber nada con eso, porque ya había varias empresas que ya lo hacían”, le confiesan a MALEVA. Sin embargo, su socio había hecho bien la tarea y sabía que la clave estaba en darle una vuelta de tuerca al asunto: “Esto era ir un paso más adelante porque se trataba de alimentos cocinados al vacío y ultracongelados que, justamente por este proceso, no perdían su sabor”. Decidieron, entonces, darle para adelante a este plan B, y ahí arrancó la primera semana de lo que hoy es Simpleat tal como lo conocemos.

Siete días pasaron desde ese día en que Tomás y Kenneth iban a cerrar Simpleat y que terminó siendo el puntapié inicial del éxito que es hoy, hasta que renunciaron de sus trabajos en grandes compañías por la confianza que tenían en esta nueva fase del emprendimiento. Era a fines de enero de 2018, y ahí estaban estos dos jóvenes, reunidos en un bar, sacándose una selfie para registrar el momento de dar el salto, y compartiendo la energía desbordante pero también los miedos propios de la situación. “¿Cómo explicarles a nuestras familias ese potencial que nosotros veíamos?”, recuerdan Iakub y Sly hoy, y también agradecen que, a pesar de la incertidumbre, sus padres los hayan apoyado en esta iniciativa.

Fue una etapa clave en la que el feedback de los usuarios demostró que la idea de los ultracongelados tenía todo para romperla. Del número inicial de 170 platos, la semana cerró con 220 encargos. “Algo pasó ahí. Y nosotros ya teníamos la disponibilidad de dedicarnos full time a esto. En el medio surgió también la idea de vender los packs de comidas en vez de platos sueltos”. A partir de ahí, el crecimiento fue exponencial: la plataforma digital de ventas salió el 1° de febrero de ese año, y para fines de ese mes ya se habían vendido 800 platos. “Todo nos generaba expectativas”, recuerda Tomás, y se ríe a la distancia del fervor desmedido que tenían en ese momento: “El sólo hecho de que la página tuviera imágenes ya nos ponía contentos. Y eran fotos sacadas por nosotros en nuestras casas. Los ads de Facebook los diseñaba yo, ¡que soy daltónico! Nos creíamos la NASA y en verdad era todo un desastre. ¡Pero nosotros estábamos felices!”.

«Los números reflejan el éxito de la empresa de Iakub y Sly: hoy Simpleat entrega aproximadamente 7 mil platos por mes, con una proyección estimada de 10 mil para diciembre; cuentan con envíos a toda la ciudad de Buenos Aires, un local en el Mercado de Belgrano, distintos puntos de pick up y planes de expansión a todo el país…»

¿Qué quedaba entonces? Armar un equipo, seguir de cerca las experiencias y sugerencias de los usuarios, y poder capitalizar ese boom inicial para hacer crecer el proyecto. Kenneth revive hoy con una sonrisa ese proceso: “Al principio fue todo muy a pulmón. Arrancamos y ni siquiera teníamos a alguien produciendo full time para nosotros. Ahora, 18 meses después, somos 16 personas trabajando en la empresa y crecimos un montón”.

Con perfiles muy distintos, Iakub y Sly se complementan. Así lo ve Kenneth: “Tomás es mejor dando dirección a las cosas. A mí me gusta más meterme en los detalles, volcar todo a documentos Excel. Pero algo que tenemos en común los dos es que estamos muy seguros de hacia dónde queremos ir, y buscamos armar algo cada vez mejor”. La clave, además, según Tomás, es el resto del personal: “Supimos rodearnos de un equipo que es mejor que nosotros”.

«Siete días pasaron desde ese día en que Tomás y Kenneth iban a cerrar Simpleat y que terminó siendo el puntapié inicial del éxito que es hoy, hasta que renunciaron de sus trabajos en grandes compañías por la confianza que tenían en esta nueva fase del emprendimiento. Era a fines de enero de 2018…»

Los números reflejan el éxito de la empresa de Iakub y Sly: hoy Simpleat entrega aproximadamente 7 mil platos por mes, con una proyección estimada de 10 mil para diciembre; cuentan con envíos a toda la ciudad de Buenos Aires, un local en el Mercado de Belgrano, distintos puntos de pick up y planes de expansión a todo el país en el próximo año. Además, a partir de una alianza con Tastemade se abrió una nueva línea de negocios: la inminente inauguración de un hub de producción de contenidos audiovisuales gastronómicos en Martínez tanto para material propio de la empresa como para referentes del mundo de la cocina. Un emprendimiento que no para de crecer.

Fotos: en MALEVA para nuestras coberturas utilizamos los celulares #OneAction y #OneVision de MOTOROLA