Ohne Titel es el pseudónimo que adoptó la artista franco-argentina Flo Drake del Castillo (38), quien por estos días (hasta el 14 de noviembre) está exhibiendo sus pinturas en el amplio lobby de la vidriada torre 1 del flamante complejo Al Río, en Vicente López, en una muestra – la primera en ese lugar – curada por Laura Batkis. Ohne Titel significa “sin título” en alemán y para esta orgullosa parisina, licenciada en publicidad y experta en el diseño de mundos virtuales informáticos y efectos especiales – es toda una declaración de principios: un alegato contra los artistas que “no se hacen cargo” de sus obras o peor aún, los artistas que se creen más importantes que sus obras. El arte de Ohne Titel es multidisciplinario y ecléctico: pinturas, dibujos, videos, collages, rompecabezas, y más. Ella, quien siempre tuvo un pie en cada continente, define su arte como un “conceptualismo romántico”. Es un arte que explora en la memoria pero a que a la vez – bella y arriesgada particularidad – es optimista.
No te encorsetaste con ninguna disciplina del arte, sos una exploradora de distintos soportes, técnicas y estilos, tu obra es variada y ecléctica ¿Por qué?
Porque tiene mucho que ver con lo que quiero transmitir y hoy un artista tiene todo a su disposición. Primero viene la idea y después el material con el que quiero trabajar. Yo me formé en informática, hacía 3D y mundos virtuales. Cuando quise mostrar transiciones de espacios vividos, lo hice con videos de treinta segundos que recolecté durante años. En la serie “chambre avec vue” que son fotos que fui sacando desde la ventana de mi casa en París, usé fotos pero también tengo videos de eso. Trabajo mucho con recolección y almacenamiento. En el proyecto «family puzzled» usé un rompecabezas de mi abuela que volví a pintar por encima. En «one too many.. List / pictures» usé anotaciones que nunca había tirado, las fui recortando, las junté y quedó algo abstracto que parece caligrafía, en “want to many pictures” utilicé fotos analógicas que nunca había encuadernado.
¿Indagar en la memoria tiene que ver con un carácter nostálgico? ¿Sos nostálgica?
No, yo vivo mucho el presente, no vivo en el pasado, pero sé que el presente está muy ligado a la experiencia anterior. Recuperar la memoria forma parte de nuestra historia. Pienso que se puede comparar con los olores, que algún día haré alguna obra con los olores, los olores te transportan a otros tiempos, a vivencias de uno.
«No soy nostálgica, vivo mucho el presente, no vivo en el pasado, pero sé que el presente está muy ligado a la experiencia anterior. Recuperar la memoria forma parte de nuestra historia. Pienso que se puede comparar con los olores, que algún día haré alguna obra con los olores, los olores te transportan a otros tiempos, a vivencias de uno.»
La ciudad, lo urbano, está muy presente en tus obras también. Hay una evocación de ellas.
Totalmente, es que yo soy muy urbana. Me gusta el campo pero prefiero caminar por la ciudad. Antes que retratar el campo como hacen e hicieron tantos otros artistas a mí me gusta mostrar el lado lindo de las ciudades.
Además lográs transmitir muy bien la esencia, el espíritu de las ciudades, por ejemplo, la elección del color fucsia en tu obra Miami Oder insinúa algo muy Miami.
Claro, es que cada ciudad tiene un color. Las ciudades tienen colores. Estuve haciendo una residencia en Oaxaca México, que es pobre pero rica culturalmente, y es una ciudad con una luz que no vi nunca en mi vida.
«Buenos Aires tiene muchos colores, pero creo que es muy azul. París es una ciudad de luz pero más oscura. Ojo que lo oscuro no es feo. El azul oscurísimo de la Noche Estrellada de Van Gogh es lindísimo.»
¿Y cuál sería el color de Buenos Aires?
Buenos Aires tiene muchos colores, pero creo que es muy azul. París es una ciudad de luz pero más oscura. Ojo que lo oscuro no es feo. El azul oscurísimo de la Noche Estrellada de Van Gogh es lindísimo.
Ohne Titel se reconoce como «ciento por ciento parisina»: nació y se crió en la capital francesa. Amá los cafés de París, ama la vida parisina, ama tomarse un gin tonic en la vereda de un bar del arrondissement 6 o que su esposo le lea Le Figaro o Le Monde a la mañana con unas buenas brioches o pains au chocolats. Aunque su familia materna es argentina y todos los años viene a Buenos Aires. En Francia le dicen la argentina y en Argentina la francesa. Si bien asegura tener una mentalidad más europea que latinoamericana. «¡Por suerte – le cuenta a Maleva – ya encontré en Buenos Aires donde conseguir buenos pains au chocolats!» Además tiene dos talleres en Francia – en las afueras de Paris, en Vaux sur Seine, y en el arrondissement 6 – y otro, más chiquito, en Buenos Aires.
«Soy ciento por ciento parisina, nací en París, me crié en París y amo la vida parisina»
Schopenhauer dijo que a las obras de arte hay que tratarlas como a príncipes, dejar siempre que hablen primero ¿Tus obras, si las dejáramos hablar, qué dirían?
No sé qué dirían, pero sí qué transmitirían: felicidad y alegría. Antes era todo del artista triste, ermitaño e infeliz que con lo feo creó algo. Pero hay muchas buenas obras que son alegres. Lo lindo no siempre es negativo. Lo bello no sólo es decoración, que una obra traiga alegría es buenísimo. Y creo que refleja también mi forma de ser porque mi arte es mi propia vida, si ponés a las obras a hablar una con la otra, se va a notar mi recorrido, mi “parcours”.
«No sé qué dirían mis obras, pero sí que transmitirían: felicidad y alegría. Antes era todo lo del artista triste, ermitaño e infeliz que con lo feo creaba algo. Pero hay muchas buenas obras que son alegres. Lo lindo no siempre es negativo. Lo bello no sólo es decoración, que una obra traiga alegría es buenísimo.»
¿Cuánto de trabajo y cuánto de inspiración para crear? ¿Cómo resolvés esa ecuación?
Antes pensaba que en cualquier momento me iba a quedar sin inspiración, entonces todo lo que se me ocurría lo iba anotando. Pero lo cierto es que a veces se me vuelven a ocurrir ideas que ya se me habían ocurrido hace tres años y lo puedo comprobar porque las encuentro en anotaciones viejas. La verdad, nunca tuve el problema de la falta de inspiración y la hoja en blanco. Claro que también me doy una disciplina de trabajo que como creador igual necesitás. A mí me hace sentir bien porque cuando estoy pintando o dibujando, me siento como si salvara el universo.
¿Cómo te llevás con la soledad del artista?
¡Me encanta! Soy hija única y estoy acostumbrada a estar conmigo misma, siempre viví en mi mundo. No me siento sola, menos aún si estoy pintando. Puedo estar pintando y pongo música y me pongo a bailar sin darme cuenta. No hay soledad del artista en la creación, estás acompañado porque siempre hay diálogo con la obra que estás creando.
«La verdad, nunca tuve el problema de la falta de inspiración y la hoja en blanco. Claro que también me doy una disciplina de trabajo que como creador igual necesitás. A mí me hace sentir bien porque cuando estoy pintando o dibujando me siento como si salvara el universo.»
¿Qué te bloquea?
El poco tiempo, si solo tengo una hora, no me pongo a pintar, si tenés mucho que hacer no podés meterte bien en esto.
Contanos de tu formación en informática ¿Cómo es eso?
Mi papá trabajaba en informática así que yo a los 12 años ya tenía mi computadora. En los ochenta no era algo tan común. Era una commodore 64. Y siempre me gustó, supongo que era una manera inconsciente de acercarme a mi papá. Después estudié publicidad en Argentina y me gustaba desde el lado creativo, pero no tanto el ambiente. Al mismo tiempo estudié operación de sistemas multimedia porque me interesaba mucho el 3D y después trabajé en Silicon Graphics y me formé en mundos virtuales. Llegué a ser webmaster.
«Después estudié publicidad en Argentina y me gustaba desde el lado creativo, pero no tanto el ambiente. Al mismo tiempo estudié operación de sistemas multimedia porque me interesaba mucho el 3d y después trabajé en Silicon Graphics y me formé en mundos virtuales. Llegué a ser webmaster.»
Por último ¿Te interesa el destino de tus obras vendidas? ¿Pensás cada tanto dónde estarán colgadas o quién las tendrá?
Al principio me costaba vender. Siempre anoto a dónde se van. Para empezar, por si quiero hacer una retrospectiva y necesito que me las cedan por un tiempo. Lo cierto es que sí, me interesa saber a quién se le vendió, pero me da un orgullo importante pensar que soy parte de un living, de un ambiente de alguien. Me importa mucho que la gente esté disfrutando mi obra.