«Completamente alucinada»: así es una estadía en el legendario hotel Correntoso de Villa la Angostura, más de un siglo de lujo en un paisaje que te deja sin palabras

107 años de historia: MALEVA se alojó en el hotel más antiguo y top del sur argentino/¿Por qué sorprende incluso a los viajeros acostumbrados a sorprenderse?

Muy pocos hoteles de la Patagonia ofrecen una postal tan grandiosa como la del Correntoso, en la confluencia entre el breve río Correntoso y el Nahuel Huapi, con el telón de fondo, de los picos nevados de los Andes. 

«Completamente alucinada»: así es una estadía en el legendario hotel Correntoso de Villa la Angostura, más de un siglo de lujo en un paisaje que te deja sin palabras. Por Tamara Tornello para MALEVA desde Villa la Angostura.

Esto va a sonar horrible de mi parte pero por algunas casualidades y oportunidades que se me presentaron en la vida fui dos veces a China antes de visitar el sur argentino. Eso me da vergüenza y hasta culpa – es un dato que jamás confesaba – y, ahora que conocí este paraíso patagónico, los niveles de vergüenza escalaron. A decir verdad, conocí el sur a los dos años pero mis recuerdos son nulos. Así y todo, quizás ese viaje no quedó en mis recuerdos pero sí en el inconsciente y tiene algo que ver con el fanatismo que tuve siempre por el agua y por estar en contacto con ella.

No hay que irnos nada lejos para encontrar maravillas en Argentina. En el caso de la Patagonia, por ejemplo, hay opciones para todos los gustos y para los seguidores y lectores de MALEVA, el Correntoso Lake & River Hotel en Villa La Angostura es el destino ideal al momento de planificar un viaje. No por nada es miembro de Small Luxury Hotels – con puntaje 9.8 en 2023 –, una colección de hoteles boutique que funciona a nivel mundial y asegura que se cumplan ciertos estándares de calidad, servicio y gastronomía. Solo hay dos en el país y uno es él.

«Esto va a sonar horrible de mi parte pero por algunas casualidades y oportunidades que se me presentaron en la vida fui dos veces a China antes de visitar el sur argentino. Eso me da vergüenza y hasta culpa – es un dato que jamás confesaba – y, ahora que conocí este paraíso patagónico, los niveles de vergüenza escalaron…»

Con 107 años de historia, el Correntoso es el hotel más antiguo de la Patagonia y allí se alojan muchísimas historias. Visitantes europeos solían embarcarse durante dos meses para llegar a este destino y pasar allí varios meses de frío y calor, hoy en día jóvenes aseguran que sus abuelos o bisabuelos pescaron la trucha más grande de sus vidas allí, y diariamente curiosos se acercan a conocer los interiores del hotel que ya es tradición en la zona. Es decir, hace más de un siglo que este hotel ubicado en el cruce entre el Río Correntoso y el Lago Nahuel Huapi es un punto deseado en el país y ahora que lo conocí personalmente entiendo por qué.

«MALEVA se alojó en la habitación superior con vista al lago y aseguro que despertarse y darse cuenta que el cuadro que tenés al costado de tu cama en realidad es una ventana que permite ver las más turquesas aguas de la Patagonia convivir con los picos nevados, es alucinante..»

El Correntoso mantiene las características de hotel familiar. En él abundan los huéspedes argentinos, las familias numerosas y las actividades se adaptan a todos los gustos de la mano de Correntoso Adventures, la división de actividades del hotel comandada por Micaela y Magaly, quienes atienden muy cálidamente todas tus necesidades y gustos a la hora de planificar tu estadía.

Paseos en lancha, kayak, trekking, clases de yoga y pesca, recorridos históricos, degustaciones de vinos y coctelería, son algunas de las actividades que ofrecen en el verano. Nada mal para los inquietos. Para los huéspedes que buscan descansar y relajar sin presiones, basta con un buen libro, una buena playlist curada para la ocasión, una visita al spa o un chapuzón en la piscina de estilo infinito y agua cálida que alucina hasta a quien ya está acostumbrado a sorprenderse. Desde mi punto de vista, mi sector favorito del Correntoso. No hacen falta palabras. Las imágenes explican el por qué.

Cuarenta y siete son las habitaciones que aloja el hotel patagónico y se dividen en tres categorías: lago superior, suite junior y suite junior con deck. MALEVA se alojó en la habitación superior con vista al lago y aseguro que despertarse y darse cuenta que el cuadro que tenés al costado de tu cama en realidad es una ventana que permite ver las más turquesas aguas de la Patagonia convivir con los picos nevados, es alucinante.

Alrededor de las 21 hs, cuando la noche comienza a caer, las primeras estrellas a asomar y las montañas pasan a ser siluetas, el paisaje cambia totalmente y un clima esperanzador te recuerda, por un lado, que todo es posible, y por otro, que ya es hora de prepararse para ir a comer. Imposible no pensar en una trucha patagónica.

«Eso es lo lindo del Correntoso. Al igual que una casa, tiene su historia y su historia se recorre entre fotos, muebles y detalles históricos que representan a todos los que alguna vez pasaron por allí. Llegar, recorrer, descubrir y alucinarse por la inmensidad de la Patagonia en un entorno que combina lago, río, bosque y montaña es una experiencia que vale la pena vivir…»

Los restaurantes del hotel, Puerto Correntoso y Restaurante Belluno, son dos propuestas diferentes y satisfactorias. Uno para el mediodía, uno para la noche. En Puerto Correntoso, ubicado a orillas del Lago, las especialidades son la parrilla y el horno de barro. El menú se divide en entradas, carnes, guarniciones, ensaladas, platos veganos, para compartir y postres.

Probamos la degustación de empanadas que incluía tres abundantes opciones: una de carne cortada a cuchillo, una de trucha y otra de queso y cebolla. También nos rendimos ante la especialidad de la casa, la trucha salmonada para compartir, acompañada de hojas verdes, tomates asados y puré de papas con hierbas. ¿Y un helado de chocolate de postre? Claro que sí. Todo esto lo disfrutamos en un ambiente fresco y pacífico bajo los árboles, mientras veíamos, a pocos metros, a chicos saltar desde el muelle hacia el agua. Los sábados por la noche son temáticos. Se prepara un cordero al asador y hay música en vivo – generalmente folklore – y, por supuesto, pueden venir quienes no se alojen en el hotel. Sí o sí con reserva previa.

Por otro lado, Belluno es el restaurante nocturno alojado en el interior del hotel. Romántico, cálido y formal. Ofrece un menú de dos o tres pasos a la carta y nuestros elegidos fueron: sopa de arvejas, trucha acompañada con cous cous y maíz, pesca blanca con papas y un lingote de chocolate de postre. Poco a poco van descubriendo que soy más amiga de los postres clásicos y dulceros que de los frutales. Sí siento orgullo argentino por eso.

Como dije en una nota que escribí hace unos meses sobre un hotel fabuloso en Río de Janeiro, el desayuno siempre (léase con tono acentuado) es una motivación para despertar en vacaciones. Ese no deja de ser el caso en el Hotel Correntoso que cada mañana te recibe, no solo con la espléndida vista al lago que hace que despertar no sea un acto traumático sino con un gran desayuno buffet que incluye variedad de frutas de estación, compotas de manzana, ciruela y peras, variedad de yogures, frutos secos, budines, laminados, panes, fiambres, chipá, panceta, huevos, jugos, infusiones y más.

«El desayuno siempre (léase con tono acentuado) es una motivación para despertar en vacaciones. Ese no deja de ser el caso en el Hotel Correntoso que cada mañana te recibe, no solo con la espléndida vista al lago que hace que despertar no sea un acto traumático sino con un gran desayuno buffet…»

La luminosidad del hotel es atractiva y magnética. En todos sus rincones, desde las habitaciones, hasta los livings, restaurantes y recepción, hay grandes ventanales que permiten fusionar el lujo del hotel con la naturaleza. Eso es lo lindo del Correntoso. Al igual que una casa, tiene su historia y su historia se recorre entre fotos, muebles y detalles históricos que representan a todos los que alguna vez pasaron por allí. Llegar, recorrer, descubrir y alucinarse por la inmensidad de la Patagonia en un entorno que combina lago, río, bosque y montaña es una experiencia que vale la pena vivir.

Así que, lo que sí sé ahora es que el sur argentino es un destino que se visita mucho más que una vez. Según nos comentaron desde el Hotel Correntoso, el promedio de estadía actual es de cuatro noches pero ahora, escribiendo esto desde mi escritorio en una cada vez más calurosa Buenos Aires, desearía volver el tiempo atrás y hacer que, como hacían los antepasados europeos, mi promedio en el paraíso de aguas turquesas y vientos frescos escale a unos cuantos meses de duración.

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Fotos: son todas gentileza para Prensa del hotel Correntoso.