«Chacarita es una fiesta, estos son los hallazgos que hice de un barrio lleno de nuevas joyitas gastronómicas»

Alegra, un restaurante con corazón, buenos platos caseros y gran carta de vinos

«Chacarita es una fiesta, estos son los hallazgos que hice de un barrio lleno de nuevas joyitas gastronómicas ¡vayan con hambre y ganas de instagramear!» Por Vicky Guazzone di Passalacqua

Tengo que admitirlo: esta nota se gestó mientras armaba otra. Al tiempo que buscaba aperturas recientes y hallazgos bien malevenses para un artículo sobre Colegiales, me fui cruzando cada vez más con joyitas de Chacarita. Pegados y en una gran comunión de estilos y espíritu gourmet, con emprendedores y chefs cansados de Palermo y a la búsqueda de territorios menos saturados (y más desprejuiciados) en los que desplegar su creatividad, ambos barrios rebosaron en el último año de novedades muy interesantes.

«La efervescencia de sus calles es tal que llegué a contar 15 aperturas solo en el lapso de 12 meses. Pero como la tarea de MALEVA es poner el foco en lo más especial y único (aquello en lo que -nos jactamos- realmente vale pena que inviertas tu tiempo y atención), la selección final quedó en ocho…»

Pero en el conteo final, Chacarita le ganó a Colegiales. La efervescencia de sus calles es tal que llegué a contar 15 aperturas solo en el lapso de 12 meses. Pero como la tarea de MALEVA es poner el foco en lo más especial y único (aquello en lo que -nos jactamos- realmente vale pena que inviertas tu tiempo y atención), la selección final quedó en ocho.

A continuación, un listado para recorrer este barrio burbujeante con tanta hambre como ganas de instagramear.

1) GARCÍA CASTRO: NO CUALQUIER TAKE AWAY / AV.DORREGO 1311


Sí, es un espacio de take away, pero difiere mucho de los clásicos de este rubro. Es que la propuesta de García Castro se formó por la unión de dos talentos con esos apellidos: Lucas García y Rodolfo Castro. Cocineros, administradores y sommeliers, trabajaron juntos durante 10 años en institutos de gastronomía (y por separado antes en hotelería, restaurantes y catering), hasta que llegaron al sueño del local propio y compartido. “Quisimos plasmar ideas libremente”, ilustran. El resultado es un espacio en el que llevarse a casa bellezas como el wrap Roast, de res asada, hummus, ensalada y tomate asado, o la ensalada Jöel, de salmón curado, pepinos, eneldo, frijoles colorados, cebolla confitada, crema huancaína, olivas negras y pollo deshilachado, entre otras delicias originales. Proponiendo comfort food que se encuentra a medio camino con la tendencia de la alimentación consciente, su variante es tan sencilla como fresca y sabrosa.

2) ALEGRA: SIN APURO, COCINA CASERA Y UNA CAVA CON 120 ETIQUETAS / OLLEROS 3891 


Los habitués del barrio seguro conocieron Rita, un bistró súper cálido de sabores nobles y buen servicio. Pues bien, en la misma esquina donde supo emplazarse se ubica desde hace poco más de un año Alegra, un restaurante que se enorgullece de ser simple y relajado, alejado de los “circuitos apurados de Buenos Aires”. Creado por Mariana Achaval y Lorena Papasergio, ambas con larga trayectoria gastronómica, su propuesta es de influencia mediterránea, con pastas 100% caseras y platos que respetan el producto y la estacionalidad, pero asimismo lugar para los “alegrones”, suerte de wraps hechos con pan de miga y originales rellenos. Todo se enmarca en un ambiente con aire vintage y maderas nobles, donde también hay un patio pleno de plantas y flores. Aunque la protagonista es una cava con más de 120 etiquetas nacionales, augurando un buen maridaje de las comidas. “Es un espacio para sentirse como en casa”, invitan sus dueñas. Es decir, un lugar en el que la sobremesa será un enorme placer.

3) ULÚA: COCINA MEXICANA DE VERDAD POR MEXICANOS REALES / AV.JORGE NEWBERY 3791


Pequeño y relajado, pero sobre todo sabroso. Así podría descibirse Ulúa, que vino a instalarse en Chacarita porque sus dueños confían en el potencial del barrio a la vez que aprecian su espíritu tradicional y bien porteño. Bajo la premisa de dar a conocer lo mejor de la cocina mexicana y su cultura pero haciéndolo con productos nacionales de temporada, la carta bulle de preparaciones genuinas, que dejan en evidencia lo poco que sabemos realmente de esta cocina -o lo mal representada que estuvo siempre en nuestro país-. Sus creadores, oriundos de Veracruz, proponen platos como mole, tacos (recomendamso apostar por los de carnitas), tetelas, chilaquiles, quesadillas, sopa azteca, gorditas y una muy recomendada torta tres leches. Un festín de sabores típicos que servirá tanto para deleitarse como para aprender de cocina mexicana real.

4) LUTERO BAR: EN UNA MOVIDA CULTURAL Y GOURMET / AV.JORGE NEWBERY 3801


En el fragor de las tapas, Lutero es un gran exponente a tener en cuenta. Con sillones en la vereda, luces tenues, obras de arte circundantes y la música como pilar de la experiencia, el clima es de living íntimo, casi refugio. Nacido de la unión de Juan y Vanda, la idea fue enraizar la gastronomía en el pasado de sus familias, mezcla entonces de costumbres culinarias judías y piamontesas. Así, en sus platos que incitan a compartirse y probar de todo, pueden llegar papas crocantes, bruschettas tanas, knishes, bohios, provoletas, hummus y berenjenas en escabeche, aunque también hay lugar para pizzas a la piedra y mucha preponderancia de los aperitivos. “Elegimos Chacarita porque creemos que se identifica con la esencia misma del bar: un barrio que sigue siendo barrio, que no perdió su identidad, pero al mismo tiempo viene gestando una movida cultural interesantísima, innovadora y de una cierta resistencia”, explican sus dueños. En el aura que describen se destaca el concepto de la personalidad de cada espacio. Lutero sin duda deja bien en claro el suyo.

5) SEDE: WHISKY SIN TANTO FORMALISMO / GUEVARA 421


En las antípodas del boom de las cervecerías, Sede se especializa en whiskies. Y lo hace de tal forma que permite guardar la botella que se eligió en un locker para reabrirla en la próxima visita. Y es que la idea tiene mucho de club social, en tanto espacio de intercambio y camaradería. “Quisimos generar un espacio distinto donde explorar el whisky, más apuntado a gente joven, donde no haya pudor en no saber y se rompan los estereotipos”, describe Juan Manuel Bidegain, uno de los creadores. En ese sentido, proponen coctelería de varias intensidades y catas relajadas, que se tradujeron en un público de entre 25 y 45 años (y con una sorprendente mayoría de seguidoras mujeres en Instagram, tal vez debido a su alianza con Red de Mujeres, nuevamente en plan de hacer más inclusivo el programa). Pero además de beber muy bien, en Sede es posible comer tapeos como provoleta empanada en panko, variedad de escabeches, burrata y buñuelos, además de algunos platos más contundentes.

6) DONNET: REDEFINIENDO CONCEPTOS / UN RESTAURANTE VEGANO (Y ADEMÁS CON PREDILECCIÓN POR LOS HONGOS) / AV.JORGE NEWBERY 4081


El concepto es sin duda original: no solo son veganos, sino que cocinan casi exclusivamente a partir de hongos. Manuela Donnet y su equipo también hacen yoga antes de cada servicio y le prestan gran atención a la música que ambienta su trabajo. Funcionan en sintonía con la naturaleza, adaptándose a los productos de estación y haciendo casero cada paso del menú, incluyendo las bebidas y los condimentos. En ese espíritu único y muy fiel a los propios instintos, se llevan aplausos los hongos Donnet, de portobellos salteados con crema fermentada de castañas, galletitas de semillas y vegetales secados. Otros hongos estrella son las gírgolas y los shitake, aunque también hay lugar para una tremenda fainá hecha 100% de garbanzos orgánicos fermentados y acompañada por tomate y pesto. Encantadoramente imposible de definir, en Donnet florecen los veganos, pero se sorprenden con mucha gratitud todos los paladares.

7) SIFÓN: DEVOLVER LA SODA A LA MESA ¡NO DEJEN DE PROBAR SU BRUNCH!/ AV.JORGE NEWBERY 3881


De los mismos dueños de Sede, convencidos de que Chacarita tiene chispa pero aún mantiene su intimidad y de que mezcla identidad de barrio con conceptos jóvenes, Sifón abrió hace pocos meses en lo que supo ser un antiguo local de ramos generales. En busca de traer de nuevo la soda a la mesa argentina, ofrecen una cocina que va desde un tostado a la plancha y una provoleta hasta un risotto crocante o un matambre con puré de papas y coliflor. Todo, acompañado por cocktails “sodeados”, tanto de autor (diseñados por Ani Varela) como aperitivos más clásicos. El ambiente acompaña con espíritu de otra época y rinde homenaje a lo tradicional: muebles vintage, sillas con aires ochentosos y paredes despintadas con gracia se combinan para hacerte sentir en un túnel del tiempo en el que el sodero sigue tocando a la puerta y entregando sifones para acompañar cada comida. Dato extra: vale la pena probar su brunch, con platitos de lo más originales para compartir.

8) GEORGIE´S: TORTILLAS CASERAS PARA UN GRAN SABOR MEXICANO / CHARLONE 499


Una rareza maravillosa sucede en Chacarita: confluyen dos lugares en los que la cocina mexicana está verdaderamente bien representada, una rara avis en la ciudad. En este segundo caso, Georgie’s, una versión muy sabrosa de los gustos mexicanos se conjuran sin parafernalia de banderas, sombreros o guirnaldas. Autodefinido como una taquería y curiosamente creado por un neozelandés (que previamente pasó por Proper), ofrecen versiones carnívoras, veggie y hasta para celíacos, ya que su harina no posee gluten, todas hechas a partir de una receta propia y muy lograda de tortillas -se nixtamalizan, lo que indica la receta original de México- con más o menos picante. Sencillo y pequeño pero muy promocionado por el boca en boca del barrio y no tanto, en Georgie’s la espera de la no-reserva vale la pena con creces para dar el primer bocado y, aún con la boca llena, dejar escapar un suspiro de felicidad.