Barragán, la «la primera loncheria» de Buenos Aires suma cada vez más locales y hasta una cantina.
Burritos de pollo con palta, pastrón en pletzalej, sándwiches de ternera: ¡Lo bien que se almuerza ahora en los nuevos cafés de Buenos Aires! / Ocho para probar. Por Benjamín García para MALEVA.
En Buenos Aires, el ritual del almuerzo está cambiando. Lo que antes se resolvía con un menú acotado, hoy encuentra en los cafés de especialidad una propuesta mucho más diversa: desde panes fermentados con palta hasta tartas caseras, focaccias rellenas o shakshukas que se acercan al formato de restaurante.
«La tendencia responde a una mezcla de factores: la agilidad del servicio, la calidez del ambiente, un ticket más accesible que el de un restaurante tradicional y la posibilidad de combinar la pausa laboral con un plato cuidado. Así, desde Villa Devoto hasta Retiro, los cafés de especialidad están redibujando la pausa más importante del día…»
Cada vez más porteños eligen almorzar en estos espacios, y los cafés lo notan: por eso ampliaron sus cartas, ofreciendo opciones que se mueven en la frontera difusa entre desayuno, brunch y almuerzo. Lo que hace unos años era territorio exclusivo del espreso y la pastelería, hoy se transformó en un punto de encuentro para quienes buscan comer fresco y con identidad, sin necesidad de una mesa formal.
La tendencia responde a una mezcla de factores: la agilidad del servicio, la calidez del ambiente, un ticket más accesible que el de un restaurante tradicional y la posibilidad de combinar la pausa laboral con un plato cuidado. Así, desde Villa Devoto hasta Retiro, los cafés de especialidad están redibujando la pausa más importante del día.
1) Café Mishiguene: entre deliciosos sándwiches de pastrón y demás platos de la cultura judía. / Cabello 3181 – Palermo.
“Quizás al límite entre un desayuno y un almuerzo lo marca un tostado de pastrón en pan de miga: cuando dejás el café, las tostadas o los huevos revueltos y empezás a querer otra cosa. Ese momento que no es ni una comida ni la otra, pero sí un ritual”, nos cuenta Tomás Kalika, prestigioso dueño y chef del premiado restaurante Mishiguene, y sus nuevos locales (café y rotisería) que proponen un recorrido por los sabores de la cocina judía desde un enfoque cotidiano y relajado.
Café Mishiguene fusiona tradición y modernidad en un ambiente vibrante y accesible, ideal para encuentros informales. Su propuesta celebra la cocina judía con desayunos y meriendas que van de medialunas y bagels a rolls de canela, avocado toast y huevos revueltos con lox de trucha, acompañados por café de especialidad o soda con limón. Al mediodía, la carta suma raciones para compartir como falafels, tabule, latkes, varenikes y hummus, además de sándwiches de pan horneado en el día como el emblemático pastrón en pletzalej y preparaciones al horno de piedra como manakish y burekas. El espacio ofrece mesas interiores, un gran mesón-barra y terraza en la vereda para disfrutar al aire libre.
“Creo que la tendencia de elegir los cafés para almorzar tiene que ver con el precio, la facilidad y la cercanía: son propuestas más frescas y livianas que un restaurante formal, con un servicio ágil y valores más accesibles”, concluye Kalika.
2) Cora Café: bajo el Kavanagh, las tartas son las protagonistas (desde pollo con damasco hasta brócoli con panceta). / Florida 1.045 – Retiro.
En la planta baja del Kavanagh, ese ícono que durante casi 90 años no permitió una cafetería en su reglamento, abrió Cora: un espacio neo porteño que dialoga con la arquitectura del edificio a través del travertino y el hormigón martelinado. El proyecto está a cargo de Facundo Olabarrieta (con trayectoria en Freud & Fahler y Anchoíta), quien encontró acá la manera de unir tradición y contemporaneidad. Con café de Puerto Blest y una carta breve de clásicos argentinos elaborados con materia prima regional, este lugar es uno de los tantos proyectos actuales del barrio, que volvió a devolverle a Retiro su aire cosmopolita.
“Creo que la gente elige cada vez más los cafés para almorzar por el ambiente descontracturado, los precios más bajos y el menor tiempo que demandan. No se busca una experiencia sofisticada, sino un alimento diario y de calidad”, explica Olabarrieta.
En los almuerzos de Cora, las tartas con ensalada son el plato más buscado: de pollo especiado con damascos, de brócoli con panceta crocante o de verduras asadas, siempre con una ensalada fresca de verdes, tomate y pickles en vinagreta de miel picante y lima.
3) Barragán: una carta exquisita con influencia mexicana que saca de la monotonía al paladar porteño. / Por favor, prueben sus distintos huevos. / Cabrera 3697 – Palermo, y otros locales.
“Es común que por la mañana se elijan opciones más tradicionales, como chipá o huevos revueltos, y que al mediodía salgan más tacos, burritos y quesadillas. Pero lo cierto es que acá se come de todo a cualquier hora: no es raro que alguien pida un burrito a las diez y huevos a las trece”, le cuentan a MALEVA Sebastián Popritkin y Agustina Lanteri, socios fundadores de este local que toma su nombre del arquitecto e ingeniero guadalajarense Luis Barragán.
Barragán – ya con varios locales e incluso una flamante Cantina -, se presenta como la primera lonchería de Buenos Aires. En su carta destacan clásicos que ya son favoritos: huevos divorciados en tortillas de maíz, burrito de pollo con palta y pico de gallo de mango, tacos de alambre con carne y chimi mexicano, además de quesadillas de hongos que combinan quesos, portobellos y criolla de mango en un bocado memorable.
“Cada vez más cafeterías ofrecen propuestas de comida tentadoras y de calidad que, junto con buenas bebidas y una atención cuidada, se vuelven una alternativa atractiva también para el almuerzo, ya sea por resultar más accesibles que un restaurante o por su mejor relación calidad-precio”, reconocen sus dueños.
4) Ada Café: platos sabrosos en una esquina que es sensación y una rareza en un barrio agitado. / Tucumán 2300 – Once.
En una esquina ubicada en pleno Once, los bocinazos, las puteadas callejeras y el bullicio de los vendedores se detienen por un instante. A la hora del almuerzo, las mesas de Ada Café se llenan de oficinistas, vecinos y estudiantes que buscan un respiro: un sándwich abundante, una ensalada fresca o una tarta casera. Las medialunas completan la postal y recuerdan que, incluso en el corazón del caos porteño, siempre hay lugar para una pausa.
“Creo que la creciente costumbre de almorzar en los cafés está ligada a la búsqueda de un servicio rápido y ágil. En un café uno espera un producto fresco, quizás más pequeño y sin tanto protocolo, lo que contribuye a que el almuerzo no se encarezca”, le reconoce a MALEVA Pocho Álvarez, dueño del local.
En Ada Café, el plato más pedido es la tarta del día con ensalada. Le sigue de cerca el balanceado macrobiótico, pensado para quienes trabajan en la zona y buscan un almuerzo nutritivo: arroz yamaní cocido bajo técnica macrobiótica, verduras, ensalada, fermentos y proteína vegetal, que puede reemplazarse por pollo, huevo o carne.
Otra opción muy buscada (y que según su dueño agotarse rápido) es la pesca del día, servida con arroz y una salsa que ya se ganó fama entre los clientes.
5) Ávito Bistró & Café: sabores reconfortantes (como los «huevos turcos» con trucha curada) que remiten a lo hogareño. / En un ex convento con 120 años de historia. / Pareja 3670 – Devoto.
“En Ávito no hay horarios: la carta está pensada para que cada cliente pueda comer lo que quiera, cuando quiera”, afirma Julio Figueroa, chef y socio del proyecto. El local abrió a fines de agosto de 2024 en un ex convento de monjas de Villa Devoto, un espacio con más de 120 años de historia que aún conserva sus pisos originales y una atmósfera cargada de mística. Con una propuesta 100% artesanal y enfocada en el producto de temporada, Ávito se posiciona como una de las apuestas gastronómicas más interesantes del barrio.
“Creo que muchos eligen las cafeterías para almorzar porque resultan más accesibles que un restaurante y, al mismo tiempo, más relajadas, ágiles y sencillas, con una gran entrega de valor en calidad”, reconoce Figueroa, quien, inspirado en el convento y en los buenos hábitos de vida, diseñó una cocina de sabores confortables que remiten a lo hogareño.
Ávito ofrece una amplia variedad de pastelería y laminados caseros, junto con panes, huevos en distintas cocciones y preparaciones con frutas frescas. Entre los imperdibles se destacan el hojaldre de jamón y queso —una reversión del clásico fosforito—, los huevos turcos en versión propia con huevo mollet, trucha curada y yogur cítrico, y el tostadito de pan de chipá relleno de jamón, queso y huevos revueltos. “Sugerimos que el cliente se anime a una degustación lúdica de distintos platos del menú”, concluye.
6) RVR Café: una cocina breve que no falla. / Malabia 1150 (Villa Crespo) y también en Las Lomitas.
“Hoy la gente busca cafés donde pueda desayunar tarde o almorzar temprano sin que nadie le diga ´ya no servimos eso´”, nos cuenta Ana Tolomei, dueña de RVR Café, el local gastronómico de Ropa Revolver, que hace un par de meses abrió su segunda sucursal en Las Lomitas, Lomas de Zamora. “Armamos una carta 100% enfocada en opciones para comer en cualquier momento del día”, agrega.
En RVR Café, la propuesta es concisa pero contundente: café de especialidad y una cocina breve que nunca falla. Entre los clásicos se destacan la tostada de palta con huevo, el burrito breakfast, el bowl de yogur de búfala con granola y frutas frescas, y los huevos turcos con medialuna prensada. El sándwich brioche prensado con queso, panceta y manzana es de esos que no se olvidan, mientras que los abocados, servidos con una yema que se derrama lentamente sobre el pan y el plato, se disfrutan tanto con la vista como con el paladar.
Para Tolomei, la apuesta no es casual, responde a un cambio de hábito en los consumidores. “Las cafeterías dejaron de ser solo un lugar para tomar un café rápido y pasaron a ser espacios para quedarse, trabajar, reunirse o simplemente disfrutar”, concluye.
7) Korto: un ritual relajado. / Pareja 4089 – Devoto.
«El límite entre desayuno y almuerzo se desdibuja cada vez más: hoy la gente adopta el hábito de brunchear, un espacio intermedio donde pueden convivir una cookie y un sándwich de atún. No es un desayuno temprano ni un almuerzo tardío, sino un momento propio», reconoce Martina Link, una de las fundadoras de Korto, café ubicado a pocos metros de Plaza Arenales, en el corazón de Villa Devoto.
En Korto, el café llega a la mesa en su punto justo para tomarse al instante, resaltando lo mejor de la materia prima y sin necesidad de esperar. Siempre hay alguien dispuesto a orientar y acompañar en la elección del café ideal, el que mejor se adapta al gusto de cada cliente.
La carta combina pastelería casera recién horneada con propuestas originales como el dirty chai latte o el hibiscus pink latte. También ofrece opciones más contundentes: desde el sándwich XXL de jamón y queso en pan brioche hasta la tostada con ricota de búfala, pasando por un chipá XL reinventado con rellenos inesperados (incluso de asado). Una propuesta que transforma el almuerzo en un ritual relajado, entre lo clásico y lo novedoso. “Los cafés maduraron muy rápido a la demanda del consumidor con respecto al producto proporcionado”, agrega Link.
8) Continuo: un café con vinilos donde también se almuerza rico (desde sándwiches de ternera braseada hasta tartas gourmet). / Machain 3632 – Saavedra.
Una de las propuestas más frescas de Saavedra es este café con foco en la escucha. En Continuo se puede disfrutar un cold brew con chipá relleno de jamón y queso (o en su versión vegetariana) mientras de fondo suenan discos completos de Cocteau Twins, David Gilmour o el Polaco Goyeneche.
“Cuando la oferta de cafeterías es abundante, ya no alcanza con tener un buen café. Se volvió indispensable sumar opciones de almuerzo desde que el home office creció y los cafés se adoptaron como segunda oficina y espacio de trabajo”, explica Julián Gatti, dueño del local.
Además del mencionado chipá, en los almuerzos de Continuo se pueden encontrar sándwiches, como el de ternera braseada y el de focaccia, tartas caseras, especialmente la de hongos y queso azul, entre otras opciones que van variando de acuerdo a la temporada.
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Fotos: son todas gentileza para prensa de los locales mencionados.