Buenos Aires Photo 2021: ¿cuáles son los ocho fotógrafos que más nos impactaron?

Con la vuelta a la presencialidad en una espectacular mansión de Retiro, una de las ferias de fotografía más importantes de la región es plan obligado (del 13 al 17 de octubre) para los amantes del arte de la imagen/En esta selección MALEVA: los ocho fotógrafos (y espacios) que más nos movilizaron/Obras contemporáneas y otras que entraron en la historia.

Las imágenes «barrocas» e irónicas de Romina Ressia. 

Buenos Aires Photo 2021: ¿cuáles son los ocho fotógrafos que más nos impactaron? Por Azul Zorraquin (texto y fotos).

La feria internacional BA Photo, una de las más importantes de Latinoamérica, lanza su décimo séptima edición en un evento trascendental: la vuelta a la presencialidad. Casa Basavilbaso, una mansión en Retiro, es el hábitat elegido para este colectivo de imágenes. El espacio incluye tanto imágenes que denotan el inicio de este arte, con daguerrotipos y cianotipos, fotografía patrimonial e histórica, como fotografías modernas, aéreas, incluso tomas directas de teléfono celular. MALEVA recorrió la muestra y te cuenta cuáles son las obras más impactantes.

1) Los retratos anacrónicos de Romina Ressia (Galería El Infinito): una obra minuciosa irónica que rompe estructuras clásicas. 

Su obra es muy interesante porque trabaja sobe la noción del anacronismo; la disrupción de un tiempo, dentro de otro tiempo; la historia del arte canónico siempre le huyó a esta idea, porque consideraba que la historia debía ser lineal y progresiva. Ressia trabaja con imágenes muy minuciosas que hacen alusión a una época barroca, y les agrega un elemento disruptivo que tiene que ver con nuestra contemporaneidad, como el cubo rubik, los guantes de goma y la sopapa. Algunos elementos, también, claramente, portan una clave de humor. De esta manera, Ressia trabaja con dos tiempos, abre la línea de un tercer tiempo y genera interrogantes. Su obra, a su vez, es irónica y rompe estructuras clásicas.

2) La obra de Annemarie Heinrich (Galería Vasari): una sensibilidad única.

No podemos pasarla por alto. Fue una fotógrafa alemana, radicada en Argentina, muy influyente en nuestro país. En la década del ‘40, trascendió por sus retratos a estrellas del cine, teatro y radio argentina: se especializó tanto en ese género, como en el desnudo. Esta labor profesional, sin embargo, tuvo como contracara un desarrollo de obra personal (de hecho fue pionera en el trabajo con la fotografía como arte), donde se aprecia un trabajo particular con la luz, una utilización poética de claroscuro y exposiciones múltiples, como el caso de “La Oruga”, expuesta en Vasari. Heinrich portaba una sensibilidad única sobre el cuerpo humano, y sus imágenes lo denotan. Además, fue la única mujer en formar parte de “La Carpeta de los Diez”, un colectivo de fotógrafos prestigiosos que se reunía en clínicas artísticas autogestionadas, para discutir acerca de sus imágenes. Su forma de trabajo fue un hito para la fotografía nacional.

3) La artista homenajeada: la foto reportera Lucrecia Plat (y sus sensacionales fotos de las boîtes porteñas o sus retratos a Alejandra Pizarnik). 

Es la primera vez que el artista es homenajeado en vida, en una edición de BA Photo (generalmente se hacía post mortem). Plat trabajó como fotorreportera en diferentes medios y se dedicó a fotografiar la noche de las “boîtes” porteñas de los ’70, pero lo más interesante me parece su serie de retrataos a Alejandra Pizarnik, una poetisa visceral, sumamente parca, a quien Lucrecia logró sacarle una sonrisa a través de su lente. Esas expresiones quedaron plasmadas en sus imágenes, para siempre. También hay una serie de fotografías tipo “inventario” con los elementos que uno puede encontrar en la cartera de una mujer. Fascinante.

4) Los objetos “memorables” e “inútiles” de Viviana Zargón (Galería C-Art).

En un especie de inventario archivístico, Zargón destaca herramientas y elementos de talabartería, que están en desuso. Hija de un orfebre y criada en el marco de un trabajo manual, Viviana enaltece estos objetos, los muestra casi como si fuesen joyas, en un intento desesperado por revalorizarlos. Los objetos “inútiles” son las partes de una ex fábrica de radiadores que cerró; testigos de una época, pensados específicamente para un oficio, post-“progreso”, quedan obsoletos. Zargón hace un intento acertado y hermoso de frenar el tiempo.

5) Las tomas aéreas de Mariana Alexander (Galería OdA): imágenes únicas y sorprendentes de la naturaleza.


Parecen una pintura, fotos intervenidas, incluso abstractas, pero las imágenes de Alexander, tomadas desde una avioneta, son tomas directas de la naturaleza. Lo interesante es que ella refuerza la intención de darle a la imagen un carácter auténtico, sin manipulación, pero a la misma vez el resultado es casi sospechoso, tiende a que nos preguntemos, ¿Realmente no son artificiales? Acostumbrados a dudar y desconfiar, Mariana nos viene a sorprender con la magia de la naturaleza. A través de colores y texturas únicas, la artista trabaja con la desconfianza, para devolvernos una imagen auténtica y única.

6) Los rayogramas de Ángela Copello (Galería OdA): imágenes sin revelado y una obra casi pictórica. 


Esta técnica experimental es interesante porque juega con la foto sin cámara; es una impresión que se realiza directamente sobre el papel fotosensible, sin revelado. Es una técnica que utilizó el icónico Man Ray a principios del siglo XX. Copello digitaliza y amplía flores, en su serie “Hablar con los dioses”; obviamente notamos que la escala fue alterada de su tamaño original. El resultado es una obra casi pictórica. Intrigante.

7) Paulina Scheitlin (Galería Subsuelo): contra la agotadora imagen instagrameable. 


En el espacio “Fuera de Foco”, constituido por Fulana (Tucumán), Subsuelo (Rosario), e Intemperie (Córdoba), hay una curaduría dedicada a artistas emergentes, y es muy interesante ver que esta selección, va, de algún modo, en contra de la “imagen instagrameable” que fluye en nuestros dispositivos todo el tiempo. Y es agotadora. Estas imágenes nos llaman a detener, a observar. Paulina, por ejemplo, hace un trabajo espontáneo vinculado al recorrido fotográfico por las calles, y su cámara es la del celular. Vemos la presencia de ella a través de reflejos y sombras, y nos hace pensar que del entorno también somos parte nosotros y además, hay varios guiños a la historia de la fotografía; algunos de sus autorretratos conversan con los de Vivian Maier, así como la de “la sombra en la campera”, es un claro homenaje a Lee Friedlander. Si bien ella lo hace adrede, la foto funciona igual, pero conocer la historia del arte y la foto, se puede usar para darle otra vuelta de tuerca; son como las capas de una cebolla, uno puede quedarse con la imagen superficial o ahondar un poco más.

8) Las casas y los retratos de mujeres por Fabiana Barreda (Galería OdA).


Barreda trabaja sobre la noción de hábitat, y cómo se construye y se deconstruye el cuerpo humano. El cuerpo es nuestro hábitat, y en su obra se yuxtapone a través de imágenes lenticulares, que unen en un mismo plano, arquitecturas modernistas icónicas y cuerpos de mujeres. Además, el desarrollo del cuerpo está en relación a una lectura erótica y feminista sobre un nuevo arquetipo de habitante contemporáneo.
Si bien sus “casitas” en acrílico son pre-pandémicas, creo que en los últimos años se resignificaron y cobraron un valor mucho más potente; la casa como hábitat, la casa como único espacio, el encierro y el hogar, combinados. En la pandemia, la casa se volvió una “cárcel”, y estas casas, paradójicamente, están contenidas en cajas de acrílico que potencian esta idea. No podemos ignorar esta nueva realidad.

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Fotos: gentileza de las galerías mencionadas.