Natalia Torres a pura sonrisa bruncheando en BIS, en el Pasaje del Correo
Opción cada vez más popular, el brunch comenzó a sumar variantes novedosas y originales a la par de su propagación en la gastronomía de Buenos Aires. Desde maridajes con cervezas y café de especialidad, hasta propuestas a puertas cerradas, este espacio estacionado entre el desayuno y el almuerzo se alza como el camino ideal para una comida deliciosa y abundante. Y no fue una tendencia pasajera, porque el brunch está viviendo una segunda ola de propuestas deliciosas, y cada vez más originales. En MALEVA salimos a buscar cinco que no podés perderte.
Para Gonzalo Aramburu y su mano derecha Julio Báez -el equipo detrás de Bis-, la palabra “brunch” es sinónimo de “relax”. Es por eso que la premisa de su propuesta de los domingos maximiza el placer sensorial con sabores potentes y presentaciones pulidas, con el hermoso Pasaje del Correo como cereza estética del postre. El menú siempre inicia con un plato de quesos y frutas para despertar suavemente al paladar, y huevos que pueden ser benedictinos -con un imaginativo toque de vinagre de torrontés- o revueltos con especias. Luego, la carta de brunch multiplica sus opciones para el plato principal ofreciendo a elección un corte de ternera, pesca del día o un curry de langostinos en plan “multicultural” que suma cous cous y hummus a los aires picantes de la India. Desde allí, sólo queda decidirse entre las peras en almíbar de cúrcuma el budín de pan para recibir las primeras horas de la tarde con una sonrisa satisfecha. Un consejo: anímense a brunchear en Bis con una copita de espumante.
En la primavera cervecera que determinó un florecimiento imparable de locales, lo gastronómico muchas veces quedó relegado a un espacio de poco vuelo. Sin embargo, Desarmadero constituye una de las honrosas excepciones a esa regla: Carolina Ochoa, una de sus dueñas, intentó transmitir en la carta de comidas el calor de hogar que le llegó desde los platos de su abuela. Y esa vocación se refleja en un brunch prácticamente inédito en el ámbito de las cervecerías artesanales, donde la amable rusticidad no sirve de impedimento a la calidad. La salchicha parrillera con panceta y huevos revueltos -en el punto justo de cremosidad- tiene el toque campesino ideal para maridar con una pinta de porter liviana, al igual que los huevos rotos con papas pay, panceta y palta. El brunch, que se sirve sábados y domingos desde las 13, también tiene como opciones a tener en cuenta el bagel de salmón ahumado y los croissant rellenos.
El motor detrás del brunch del restaurante a puertas cerradas Anafe es el de recrear aquella reconfortante sensación de llegar a casa con hambre y encontrar la mesa ya servida. Para armar esa atmósfera todos los domingos, Mica Najmanovich y Nico Arcucci -los chefs sub-30 que llevan adelante el proyecto- ponen a rodar platos que muchas veces deciden sobre la hora. No es extraño entonces que sus obras abarquen un arco caóticamente delicioso yendo desde ensaladas frescas o verduras orgánicas asadas hasta huevos asados y potentes guisos, y sumando también dulces caseros, budines, cookies y flanes. Casi nunca se repite una fuente luego de agotarse, ya que los cocineros aprovechan el brunch como una especie de laboratorio de improvisación y experimentación. Para beber, la carta es igualmente amplia: además de alternativas típicas como vinos, café e infusiones, hay “citricada” (bebida de cítricos múltiples infusionada con hierbas) y un imperdible vermut casero. INSTAGRAM: @anafe.ba
La carta minimalista de Wellbar se apoya en productos naturales de estación y está totalmente libre de gluten. Sábados y domingos, dos opciones le brindan oportunidad de brunchear a los que quieren un desayuno potente tardío o un almuerzo liviano: las tostadas de pan de masa madre sin gluten, con palta y huevos (poché o revueltos), y los waffles de plátano verde, banana y harina de almendras, que salen acompañados por mantequilla de almendras y chocolate, banana fresca y granada. El cuidado equilibrio de ambas propuestas está íntimamente relacionado con el trayecto de la chef y propietaria Victoria Jackson, que de niña que observaba cocinar a sus padres se convirtió primero en modelo y finalmente en health coach recibida en Estados Unidos. No sorprende, así, que el hilo que enhebra toda su vida sea el acto de comer de manera saludable y consciente.
Después de perfeccionar su enfoque sobre el café y convertirse en una de las mejores opciones que Buenos Aires puede ofrecer en relación a ese producto, LAB decidió con la apertura de su local en Belgrano avanzar sobre el terreno gastronómico. Así lanzó su opción de brunch para los sábados, donde cuatro opciones de estilo bien definido se unen bajo el paraguas de la etiqueta “new american cuisine”, que Alexis Zagdañski -uno de los cabecillas del proyecto- define como “cocina de todas las Américas”. Es por eso que en la carta pueden encontrarse, por ejemplo, una pizza al estilo Brooklyn con panceta y huevo poché, una liviana aunque sabrosa tostada con mantequilla de avellanas, o un bowl tex-mex de corned beef, esquite (maíz aderezado con crema y limón), frijoles negros y palta que borra de un plumazo hasta la peor resaca. Siempre atento, el personal está presto a recomendar el café ideal para cada opción, la cual también viene acompañada por un cóctel que en ocasiones pone el toque exótico con el sorprendente kombucha (infusión fermentada con probióticos) de café.
Las fotos de Lab, Anafe, WellBar y Desarmadero son gentileza de los lugares mencionados.