Así nos ven: la mirada de cinco extranjeros (que viven en el país) sobre la locura del dólar

Un belga, una panameña, un japonés y dos colombianos/Todos decidieron radicarse en Argentina/Desde un artista hasta un chef y una emprendedora/En esta nueva entrega de «así nos ven» les preguntamos qué sienten al vivir en un país con fluctuaciones cambiarias que son un delirio (y un estrés absoluto)/Desde la sorpresa – «nunca viví algo así» – hasta la necesidad de ser creativos y resilientes/Además: ¿qué es lo que – pese a todo – los sigue cautivando de Argentina?

De la sorpresa a la creatividad (obligada): ninguno de los protagonistas de esta nota había vivido en su país saltos tan bruscos de la moneda 

Así nos ven: la mirada de cinco extranjeros (que viven en el país) sobre la locura del dólar. Por Azul Zorraquin.

Despegaron desde tierras lejanas como Japón o Bélgica, o de distintos puntos latinoamericanos como Panamá y Colombia, pero todos tienen algo en común: se enamoraron de nuestro país y se instalaron. MALEVA los reunió en una nueva entrega de «Así nos ven» para preguntarles cómo viven nuestra loca realidad económica, y la de la moneda estadounidense que, en nuestro país, tiene tantos nombres como valores: el oficial, el blue, el solidario, el tarjeta, el de carnes, granos, y la lista, obviamente, es infinita. 

“Nunca había vivido algo así –  le cuenta a MALEVA la emprendedora panameña María José Guerrero -, habla de una gran inestabilidad; ahora que estoy comenzando una vida acá, no sé en qué cabeza ponerme para emprender; el sistema te obliga a ser extremadamente creativo…»

1) MARÍA JOSÉ GUERRERO, EMPRENDEDORA PANAMEÑA: «NUNCA HABÍA VIVIDO ALGO ASÍ, ME RESULTA INSÓLITO Y TE OBLIGA A SER EXTREMADAMENTE CREATIVO» 

Majo es empresaria, productora de eventos y editora de la revista “Prime Life and Style”. Es panameña, pero en distintos puntos de su vida vivió en Ecuador, Estados Unidos y ahora hace uno, en Argentina. “Nunca había vivido algo así”, cuenta, “habla de una gran inestabilidad. Ahora que estoy comenzando una vida acá, no sé en qué cabeza ponerme para emprender; el sistema te obliga a ser extremadamente creativo”. Con creatividad, Majo se refiere a poder cranear una estructura en la que su emprendimiento sea rentable, y a su vez, que tenga sentido y co-relación con su estilo de vida: “una cosa es ganar en pesos y vivir en pesos y otra muy diferente, ganar en pesos y viajar y vivir en dólares. En Argentina, hay ciertas cosas que están valuadas en dólares, como las propiedades; me resulta insólito que ciertas cosas de la vida diaria se vivan en pesos y otras, en dólares.” Panamá es un país dolarizado, mucho más estable y no requiere de conversiones interminables: “acá siento que estoy viviendo dos vidas”, explica, “todavía me toma mucho tiempo entenderlo. Obviamente estoy en mi cabeza convirtiendo todo el tiempo todo, al dólar oficial, y luego al de acá, y me obliga a ser más rápida”. En Panamá, el dólar es el dólar y punto. Incluso, Majo al hablar de creatividad, también se pregunta: ¿si no es el dólar “oficial”, entonces no está del todo avalado ni bien visto? Y por ende, se siente constantemente “en el border line”. Hoy, le toca pensar como argentina y desarrollar una capacidad de conversión constante.

 

2) JULIÁN LEÓN CAMARGO, ARTISTA Y DOCENTE COLOMBIANO: «ES MOLESTO NO SABER CUÁNTO VALEN LAS COSAS, PERO ARGENTINA ES UN PAÍS QUE RESISTE, LO QUE PASA CON EL DÓLAR ME HACE ACORDAR A GOETHE Y LA IDEA DE TRANSAR CON EL DIABLO…»

Julián es artista plástico, historiador del arte, investigador y docente. Nació en Colombia y estudió allí, pero se radicó en Argentina hace más de una década. Para él, pensar en la particular relación de Argentina con el dólar, le recuerda a Fausto: “Si, Fausto, el personaje de la leyenda alemana inmortalizado por Goethe ¿viste? El tipo que le vende su alma al diablo con el fin de encontrar el sentido de la vida, el propósito ulterior de la existencia”. Para él, esa lucha, el intercambio, y venderle el alma al diablo se relacionan con esta temática. “Argentina es un país fáustico, cargado de esas contradicciones, y el tema del dólar es un resultado inevitable de esa lucha, de ese intento por construir país, por sostener un proyecto, por buscar la utopía de encontrar lo propio y no someterse una lógica externa, al diablo, pero al mismo tiempo tener que transar con él”.

Julián, de igual manera, elige vivir en Argentina: “¿como no viviría aquí? Un país que lucha es un país que sufre, es cierto, pero es un país que vive y yo prefiero eso siempre, Argentina está viva. En Colombia el dólar es más o menos estable, qué importa, no hay país, solo muerte. ¿Qué te puedo decir? Me gusta este país y su lucha fáustica, no saber cuánto valen bien las cosas es molesto, pero me gusta saber que vivo en un país que resiste, que busca esa llave de lo auténtico, para mí eso asegura más el futuro que un montón de plata guardada en una cuenta de ahorros en dólares, un propósito, un proyecto de futuro es más valioso que el dinero, es algo por lo que uno hasta le vende el alma al diablo”. 

¿Qué se le puede decir? Chapeau, Julian.

3) GASPARD HAMBÜCKERS-JACQUEMIN, EMPRENDEDOR BELGA: «´ES ALGO TOTALMENTE NOVEDOSO PARA MÍ, SI PENSÁS EN DOLAR BLUE EN EUROPA TE QUERÉS MATAR, AÚN ASÍ ARGENTINA ME PARECE EL PAÍS MÁS FABULOSO DEL MUNDO Y AÚN HAY MUCHO POR HACER.»

Gaspard nació en Bélgica, vivió en Bruselas y también en Inglaterra, y se mudó recientemente a la Argentina. No sólo vive en nuestro país, sino que decidió lanzar su emprendimiento Kitchenita en él: “emprender en Argentina hoy es muy desafiante y no es fácil. El tema del dólar nos pega mucho, porque trabajamos trayendo inversores de afuera”, explica. “La locura del dólar acá, si la comparo con nuestras economías europeas más estables, y con sistemas financieros consolidados, es algo totalmente novedoso para mí. Nunca me había pasado de ver tantas variaciones”, reconoce. Una de las anécdotas más tragicómicas que recuerda al respecto, es la del reencuentro con su padre, en Bruselas, después de haberse mudado: “¡me gasté fácilmente un mes de sueldo para invitarlo un café a mi viejo! Si convertís lo que estás gastando, al blue, cuando estás en Europa, te querés matar”. Sin embargo, así y todo, es un enamorado de nuestras tierras: “Yo elijo vivir en Argentina porque me parece que es el país más fabuloso del mundo, tanto a nivel social como cultural, y estoy todavía convencido de que hay mucho para hacer. A nivel económico es un país complicado para emprender, pero hay un capital humano fantástico; gente bien formada, buenas universidades públicas, y la verdad es que a la hora de lanzar un proyecto, lo hace 50% la gente y la otra mitad, los procesos.

Gaspard, además, reconoce y admira la capacidad de resiliencia del argentino: “Lo que me impresiona es su manera de adaptarse, aún en situaciones complicadas; me fascina la capacidad de adaptación y la flexibilidad”. Después de todo, está acá para aprender. 

 

4) ONHO TAKEHIRO 大野剛浩,  CHEF JAPONÉS: «LO DEL DÓLAR NO ES UNA LOCURA, ES ALGO LÓGICO PORQUE EN ARGENTINA NO SE PRODUCEN PRODUCTOS COMPETITIVOS A NIVELES INTERNACIONALES Y EL DINERO SE VA DEL PAÍS…YO PREFIERO NO PENSAR, Y NO AHORRO…»

Onho u “Ono”, como se pronuncia, es chef, nutricionista, asesor gastronómico, y speaker. Nació en la isla de Hokkaido, Japón, (¡es tataranieto de samuráis!), vivió cinco años en el País Vasco y hace dos décadas que reside en Argentina. Según él, la locura del dólar “no es locura; es normal lo que está pasando en Argentina, porque un país que no puede producir los productos competitivos a niveles internacionales los tiene que comprar de otro país y el dinero se va del país. Para estabilizar el peso hay que negociar con pesos pero el gran dilema de aquí es que no hay buenos productos”. En Japón, a diferencia de acá, no se mueven los dólares “solo Yenes”. Ante la pregunta ¿Cómo influye en tu vida y en tu trabajo la problemática del dólar? El japonés, con la calma que lo caracteriza, contesta: “No pienso y no ahorro”. Elige vivir en nuestro país porque encontró “su libertad humana” y aclara que la libertad, va de la mano de la responsabilidad. Tiene un cariño enorme por el país e incluso lo lleva en la sangre: “¡Quiero ser argentino!”, pregona. 

 

5) WILLIAM KANO, FOTÓGRAFO COLOMBIANO: «NO SABER SI PUEDO PROYECTARME ME GENERA UN POCO DE ANGUSTIA, PERO MI AMOR POR ARGENTINA ES ENORME Y PREFIERO SEGUIR APOSTANDO…»

William es colombiano y lleva quince años en Argentina. Es un reconocido fotógrafo de moda, docente y hasta montó su propio estudio en Palermo, el exitoso “Study Store”. Por el tiempo que lleva acá, vive la locura del dólar con un poco más de naturalidad, pero “cuando lo contrasto con mis colegas y los amigos de mi país me doy cuenta de que esto es una lucha constante”, se lamenta. Para William, ya se volvió normal – pero no por eso, menos molesto – “tantear” a los clientes, colegas, trabajadores todo el tiempo, a medida que el dólar escala, para actualizar los honorarios. “Me genera un poco de angustia el hecho de no saber si puedo proyectarme”, explica “pero mi amor por la Argentina es enorme y por ahora prefiero seguir apostando, trabajando y creyendo que las cosas van a funcionar. Trato de que los temas económicos no me afecten, por más de que lo hacen”, (paradójicamente). Siendo una situación compleja, William hoy en día prefiere preocuparse por “mantener” su estructura y no por ahorrar. Ama el país y las posibilidades que le dio: “estoy eternamente agradecido y aquí se abrieron un montón de puertas para mí; estoy anclado fuertemente. Me encantan los paisajes, la comida, ¡la gente! ¡Cómo piensa la gente!”. 

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Indistinto a sus orígenes, creo que lo que tienen en común este grupo de extranjeros es el amor pasional por nuestro país. Si bien todos coinciden en lo difícil que es emprender en un lugar tan inestable donde el dólar, de diferentes nombres y valores, escala, y el peso se devalúa y hay que reinventarse, también es un lugar que se ha hecho fuerte, históricamente, por su resiliencia. La bandera de todo aquel que quiera aterrizar en la República Argentina debería enunciar, en mayúsculas, – parafraseando a Julián -, “vivo en un país que resiste y para mí eso asegura más el futuro que un montón de plata guardada en una cuenta de ahorros en dólares”.

Fotos: son todas gentileza de los entrevistados en la nota. Foto dólar: gentileza Unsplash (Sahand Hoseini)