Aunque lo sea, Hola Chola, no se define ni como vegetariano ni vegano porque buscan que lo que se destaque sea el sabor, no el tipo de cocina
Así es Hola Chola, el «garage» vegetariano de Núñez que la rompe con su propuesta deliciosa y callejera. Por Belén Prieto.
En una calle cortada, al lado de la vía, en frente a una plaza. Eso es Hola Chola. Un lugar atemporal, relajado. Al que no tenés que ir si estás apurado. Es un espacio para disfrutar del ambiente y la comida. “Es un concepto, además de ser un lugar para comer. Una cocina de garaje vegetariana”, le dice Lucía, su dueña y fundadora, a MALEVA. Lucía Comenzó sus pasos en la gastronomía vegetariana en el mundo de la pastelería. Ella dejó de comer animales hace más de quince años, y es cocinera hace mucho también.
En ese entonces, no veía la manera de cocinar salado y vegetariano, porque no existía el mundo y la variedad de productos veganos y vegetarianos que hay hoy. Pero, después de un tiempo dedicándose a la pastelería, se dijo a sí misma “esto no puede ser”. Trabajó entonces en un restaurante llamado Bio Orgánico y ahí se le abrió la mente: empezó a cocinar vegetariano y vegano, y a fines de 2020 abrió Hola Chola.
“Es un concepto, además de ser un lugar para comer. Una cocina de garaje vegetariana”, le dice Lucía, su dueña y fundadora, a MALEVA. Lucía Comenzó sus pasos en la gastronomía vegetariana en el mundo de la pastelería. Ella dejó de comer animales hace más de quince años, y es cocinera hace mucho también…»
Su local, ubicado en Nuñez, es vegetariano pero no estrictamente vegano. Aunque sí ofrece varios platos de ese estilo y tienen la costumbre de adaptarlos en caso de que el cliente no esté conforme con las opciones. Pero Hola Chola no se define como un lugar vegetariano o vegano, porque hay gente que va y no tiene ese estilo de vida y no se dan cuenta de que lo que comen no tiene productos derivados de animales. Y se van fascinados igual. Ese es su objetivo más allá de todo: transmitir que comer vegetariano o vegano no es aburrido, y serlo es mucho más que comer una hamburguesa de lenteja o un queso de semilla.
«Pero Hola Chola no se define como un lugar vegetariano o vegano, porque hay gente que va y no tiene ese estilo de vida y no se dan cuenta de que lo que comen no tiene productos derivados de animales. Y se van fascinados igual…el recomendado, una de las “vedettes” del menú, es el sándwich de girgola…»
«Defino a la comunidad cholera como muy relajada y que nos hace el aguante, una comunidad de fierro que siempre está al pie del cañón”, nos cuenta Lucía. Los otros dos puntos clave, además del relax y la atemporalidad, son el crecimiento con emprendedores y tener detrás un equipo conformado solo por mujeres. Lo primero implica que, si vas a Hola Chola, no te vas a poder comprar una gaseosa conocida o una cerveza industrial. En cambio, todos los productos ofrecidos y utilizados para cocinar son de emprendedores y van de la mano con la propuesta del restaurante.
Lo segundo parte del hecho de que las mujeres tienen muy poco lugar en las cocinas y, al haber tenido malas experiencias en otras cocinas, Lucía tomó esta decisión para poder conformar un equipo donde “la gente sea feliz y pueda dar lo mejor de sí en un ambiente placentero”. El recomendado, una de las “vedettes” del menú, es el sándwich de girgola: una milanesa de girgola, rúcula, straciatella y pickles de pepino, manzana, rábano y cebolla morada, todo entre dos panes de papa hecho por las cocineras del local. Imperdible.
///
No dejes de leer la nota completa de Belén Prieto con las otras propuestas imperdibles de cocina callejera plant based en Buenos Aires.
///
Fotos: son todas gentileza de Hola Chola.