Arte en juego: las siete obras esenciales para ver en la última semana de la muestra en PROA

Curada por Rodrigo Alonso, la muestra indaga – con obras de grandes artistas argentinos contemporáneos -, el rol del juego y sus significados (incluso políticos) entre los argentinos/Desde una rayuela de Marta Minujín hasta un ajedrez de León Ferrari que sigue siendo polémico.

La exposición es una aproximación lúdica al arte (y al juego) de los argentinos. 

Arte en juego: las siete obras esenciales para ver en la última semana de la muestra en PROA.

En su última semana (hasta el 17 de abril de 2022) vistiendo las paredes de Fundación Proa, MALEVA te cuenta cuáles son las obras imperdibles de “Arte en Juego”, una aproximación lúdica al arte argentino, curada por Rodrigo Alonso. La muestra subraya la importancia de los juguetes, los juegos, deportes, incluso la robótica lúdica, como herramienta de creación y reflexión.

1) Daniel Joglar, “Arte en Juego”: ¿cómo se jugaba antes? ¿Cómo se juega ahora?

 

Es el primer contacto con la muestra, comienza con una instalación muralística del artista marplatense, un site specific, que crea una obra abstracta. De un lado, vemos juegos de mesa yuxtapuestos, de distintas épocas, como el Scrabble, El Estanciero y el Ludo, conviviendo, recortados. Con estas estructuras, modulares y aleatorias, Joglar compone un collage a modo de wallpaper, que remite a las construcciones geométrico – abstractas típicas de los tableros. Del otro, observamos juguetes de colección de otra época, de una materialidad distinta, y a su vez más dinámicos, que rompen con la inactividad típica del juego de mesa. ¿Cómo se jugaba antes, y cómo ahora? ¿Cómo cambió la materialidad de los juguetes? Joglar hace una introducción a los ejes viscerales de la muestra.

2) León Ferrari, “Sin título” de la serie “Ideas para Infiernos”, y Horacio Zabala, “A Sangre Fría”. / Religión y violencia

Este espacio, una sala dentro de la Sala II, se inicia con una evocación de algunos juegos históricos; Zabala y Ferrari participan de este apartado y ambos utilizan el juego ancestral del ajedrez, como fuente de inspiración. Horacio Zabala elimina la cuadrícula de sesenta y cuatro escaques que lo dividen en casillas y que nos da el sustento del juego, y crea un juego más salvaje y no-reglado. En el caso de Ferrari, la obra está mucho más vinculada a la temática de la religión, violencia y militarización. Muestra una perspectiva crítica, y pone figuras de la religión católica, cargadas de nuevos sentidos, como Cristos y Santos enfrentados a la estatuilla de un diablo.

3) Oligatega Numeric (Mateo Amaral, Maximilano Bellmann, Alfio Demestre, Mariano Giraud) “Tren Fantasma” y cómo involucrarse en el paisaje de la obra misma

Este conjunto de artistas pone en marcha un tren fantasma, que corre por las vías y en su paso, graba con una cámara el trayecto. Podemos aparecer en el paisaje de la obra misma, vernos involucrados, y eso genera cierta atracción. Además, tiene una altura ideal para la vista de los niños.

4) María Luisa Bemberg, “Juguetes” y la clásica pregunta: ¿qué quieren ser cuándo sean grandes?

Esta obra nos habla sobre el juguete y su género; es interesante que Bemberg realiza este video en 1978, sobre una feria de juguetes hecha en la Rural, donde ella fue capturando qué tipo de juegos eran inclinados a jugar los niños, y cuáles las niñas. Incluye citas de textos teóricos sobre las expectativas generadas por roles de género, y cómo estos artefactos colaboran a ello desde temprana edad. Le pregunta también a los niños, la clásica pregunta, “qué quieren ser cuando sean grandes”, y también se advierte esa fórmula.

5) Nicola Constantino: “Pelota de fútbol de anos”, de la serie “Paletería Humana”. / Una serie que trabaja sobre el dilema entre lujo, placer y muerte

Dentro del ala de los deportes, que nos permite descubrir otras metáforas en el mundo del juego, Constantino desarrolla una tela, y a través de calcos de partes del cuerpo humano reales, como anos, tetillas y ombligos, elabora objetos; muchos de ellos de lujo como carteras, zapatos, bolsos, y en este caso una pelota de fútbol. La serie trabaja sobre el dilema entre lujo, placer y muerte, y genera cierto extrañamiento, desde lo siniestro, para trasladar lo que suele estar hecho con cuero de animales, a la piel humana.

6) Marta Minujín, “Rayuela” y la posibilidad de que el espectador también juegue (además es un homenaje a Cortázar)

Es la primera instancia de la muestra que permite el juego como posibilidad; ya no como tema o materialidad. El espectador puede hacer uso de esta obra, es decir, jugar a la rayuela. Hay un video que permite reconstruir el contexto original en el que fue hecha la obra; una intervención en el especio público, homenajeando a Julio Cortázar.

7) Leo Núñez, “Lo Recuerdo” y una máquina de escribir «que recuerda»

En la última sala de la muestra, este artista presenta una instalación que consta de una máquina de escribir antigua, disponible para ser manipulada, y una línea de luces que reproduce lo que el público escribe. Su nombre alude a las primeras palabras del cuento “Funes el memorioso” de Borges. ¡La máquina tiene la particularidad de “recordar” las acciones de los espectadores del día anterior! Los textos que salen de ella, mezclan “los recordados” y “los presentes”, los del día anterior y los actuales. Ese compendio final, al final de la muestra, queda impreso. Es interesante ver cómo, según dónde esté localizada, la máquina cambia de temáticas; expuesta en el CCK, como parte de una muestra por la memoria de la dictadura, tuvo una carga mucho más densa y profunda que en un contexto lúdico, como es “Arte en Juego”.

La muestra puede visitarse de De jueves a domingo, de 12 a 19 hs, en Fundación PROA, Av. Pedro de Mendoza 1929, en La Boca, Caminito.