Arte, ecología y provocación: ¿por qué la muestra que reúne obras de Nicolás G Uriburu y Luis F Benedit es una de las imperdibles en lo que va del año?

En la galería MC hasta fines de mayo/Dos artistas que expandieron los límites del arte argentino y fueron pioneros en indagar sobre la ecología y la naturaleza/Buenos Aires y Nueva York/Su vínculo desde la Universidad/¿Fueron autodidactas?/¿Por qué es una de las muestras imperdibles en lo que va de 2024 en Buenos Aires?

Una obra inconfundible de García Uriburu durante sus años neoyorkinos. 

Arte, ecología y provocación: ¿por qué la muestra que reúne obras de Nicolás G Uriburu y Luis F Benedit es una de las imperdibles en lo que va del año? Por Lucía Vázquez Ger. Fotos: Ana Pareta para MALEVA. 

Una vaca superpuesta en un primer plano entre las emblemáticas torres gemelas y un cielo nublado, captura con su mirada hipnótica a quienes entran en esta galería blanca de techos altos. A su lado, dos gauchos en óleo sobre madera y un esqueleto equino en chapa esmaltada, conducen al espectador desde las calles de Nueva York hasta la tranquilidad del campo pampeano. Un diálogo entre ciudad, naturaleza, cultura y hábitat, se teje en esta muestra que presenta algo de la cartografía visual y geográfica de dos referentes del arte argentino, Nicolás García Uriburu (1937-2016) y Luis Fernando Benedit (1937-2011). La exposición, que MALEVA visitó en su apertura, estará abierta al público hasta fines de mayo en MC Galería. 

«Uriburu y Benedit se conocieron durante sus años de estudio en arquitectura en la Universidad de Buenos Aires; se formaron de manera autodidacta, y los dos se lanzaron al mundo del arte en los años sesenta, un período en el cual los límites del arte se desdibujaban y se expandían…Las obras aquí expuestas carecen de cédulas; nada a la vista indica su autoría ni datos. Deberá el visitante participar activamente en su visita y mirar detenidamente para descubrir quién es el autor de cada obra…»

El itinerario continúa en París, con unas fotografías intervenidas con pastel de García Uriburu, que documentan dos de las muchísimas obras que realizó en fuentes, ríos y puertos de distintas ciudades alrededor del mundo, tiñendo de verde las aguas de los lugares que elegía, siempre con colorante inocuo y orgánico.

La primera de estas intervenciones fue el 19 de junio de 1968, cuando pintó de verde los canales de Venecia, en el marco de la edición número 34 de la bienal. Esta acción desató una alerta en toda la ciudad, en tanto que la gente desconocía la naturaleza inocua de la sustancia derramada y temía que fuera tóxica.

Con este gesto performático y de gran impacto mediático, García Uriburu planteó desde el campo artístico varias conversaciones. Manifestó su preocupación por el medio ambiente a la vez que expresó su intención de sacar a la obra de arte del cuadro y del museo para integrarla con la naturaleza y el entorno, haciendo del espacio público su soporte y materialidad. Puso también un signo de pregunta al rol de la institución del arte; sin haber sido invitado a participar de esta bienal, escribió uno de sus capítulos. Adentrándose en el arte conceptual, con esta obra y las siguientes, el artista acercó su arte e ideas a la gente; un pionero en su tiempo. La muestra sigue en Buenos Aires, con el emblemático edificio Kavanagh.

«El itinerario continúa en París, con unas fotografías intervenidas con pastel de García Uriburu, que documentan dos de las muchísimas obras que realizó en fuentes, ríos y puertos de distintas ciudades alrededor del mundo, tiñendo de verde las aguas de los lugares que elegía, siempre con colorante inocuo y orgánico…»

Luego, el espectador se desplazará por los intrincados y precisos dibujos y objetos laberínticos de Benedit. Mientras que una Jirafa de García Uriburu recorre otros rascacielos de Manhattan, una araña viva pasea en uno de los mini biotrones de Benedit. Es que este artista, además de abordar en su obra temáticas sobre historia nacional y reflexionar sobre la identidad cultural, se embarcó en una búsqueda antropológica, biológica y científica y la materializó en expresiones artísticas que incluyeron organismos vivos dentro de sus obras.

Diseñó, proyectó y construyó hábitats artificiales donde pueden coexistir hormigas, lagartijas, arañas, caracoles, peces u otros seres. En 1970, representó a la Argentina en la Bienal de Venecia con su conocida obra «Biotrón», una jaula para abejas con las condiciones necesarias para la vida del insecto. En esta y otras obras suyas, arte, ciencia y concepto convergen, y sitúan al espectador como un observador ante un sistema de organismos vivos. 

«El espectador se desplazará por los intrincados y precisos dibujos y objetos laberínticos de Benedit. Mientras que una Jirafa de García Uriburu recorre otros rascacielos de Manhattan, una araña viva pasea en uno de los mini biotrones de Benedit. Es que este artista, además de abordar en su obra temáticas sobre historia nacional y reflexionar sobre la identidad cultural, se embarcó en una búsqueda antropológica, biológica y científica…»

Más allá de los resultados visualmente distintos que se ven en las obras de estos dos artistas, es interesante identificar los puntos en común y descubrir cómo conversan. Ambos “abordaron con sus obras una preocupación por la naturaleza, acercando de forma pionera arte y ecología, con la intervención o incorporación de elementos naturales en sus producciones”, explican Jesu Antuña y Mercedes Claus en el texto curatorial de la exposición.

Se conocieron durante sus años de estudio en arquitectura en la Universidad de Buenos Aires; se formaron de manera autodidacta, y los dos se lanzaron al mundo del arte en los años sesenta, un período en el cual los límites del arte se desdibujaban y se expandían. Ambos abordaron la pintura figurativa y el arte conceptual. Las obras aquí expuestas carecen de cédulas; nada a la vista indica su autoría ni datos. Deberá el visitante participar activamente en su visita y mirar detenidamente para descubrir quién es el autor de cada obra. 

///

La muestra puede visitarse de lunes a viernes de 10 a 19, en MC Galería, en Pagano 2649, hasta el 24 de mayo. 

/// Galería: