En Puerto Iguazú la Argentina se vuelve irreconocible. En este lugar, donde el río Iguazú desemboca en el Paraná, no existe el invierno (días de treinta grados o más en agosto y septiembre), los sabores son tropicales (¿probaron alguna vez un bife de chorizo con salsa de maracuyá y guarnición de mandiocas fritas?), la gente es distendida (los misioneros tienen la tonada más serena y amistosa del país) y se saluda con dos besos, las calles son onduladas y de tierra roja y tanto su vegetación como su fauna es exuberante y magnífica. Que hayas salido a trotar por la renovada costanera sobre el Río Iguazú y un grupo de tucanes sobrevuele tu cabeza es una situación nada improbable. Por otra parte, esta localidad en el extremo norte de Misiones, es un cruce de culturas y nacionalidades. La presencia brasileña es una constante con la ciudad de Foz de Iguazú cruzando el puente. Los brasileños llegan masivamente a Puerto Iguazú a comprar productos típicos argentinos. Es surrealista que uno de los puntos más subtropicales de Argentina se haya llenado de vinotecas como si se tratara de Mendoza. En las radios suenan melosas canciones en portugués y uno de los bares más populares es un bar de hielo (Ice Bar Iguazú, Ruta 12 km 5) que deslumbra a los brasileños con la posibilidad de sentir frío (en este caso el combo es barra libre + diez grados bajo cero).
«En Puerto Iguazú la Argentina se vuelve irreconocible. En este lugar, donde el río Iguazú desemboca en el Paraná, no existe el invierno (días de treinta grados o más en agosto y septiembre), los sabores son tropicales (¿probaron alguna vez un bife de chorizo con salsa de maracuyá y guarnición de mandiocas fritas?)…»
Puerto Iguazú es, asimismo, una meca para las compras. El imán es la vecina Ciudad del Este, en la orilla paraguaya. Donde los productos electrónicos están a un cuarto de precio de lo que cuestan en Argentina. En Puerto Iguazú otra opción soñada para hacer shopping es el Duty Free Shop, en la zona franca. Todo tipo de productos libres de impuestos. Marcas top de ropa como Dolce & Gabbana o Gucci, bebidas, perfumes, electrónica (y eso incluye Apple), cigarrillos y cosmética. El Free Shop es un moderno edificio vidriado que queda justo antes de cruzar el puente hacia Brasil (por lo tanto, hay que hacer migraciones).
«En Puerto Iguazú otra opción soñada para hacer shopping es el Duty Free Shop, en la zona franca. Todo tipo de productos libres de impuestos. Marcas top de ropa como Dolce & Gabbana o Gucci, bebidas, perfumes, electrónica (y eso incluye Apple), cigarrillos y cosmética.»
Ahora bien: el enorme argumento para viajar a Puerto Iguazú son y serán las Cataratas y la bellísima jungla misionera. El Parque Nacional Iguazú es el más organizado y el que cuenta con la infraestructura más ambiciosa de todos los parques nacionales de Argentina. Distintos circuitos de pasarelas metálicas atraviesan los cursos de agua con ubicaciones de vértigo. Los dos recorridos principales son el Circuito Superior y el Circuito Inferior. El primero es electrizante dado que sus pasarelas están dispuestas justo al filo de las caídas de agua y se llega hasta el borde del segundo salto más importante de las Cataratas: el Salto San Martín. El Circuito Inferior, por su parte, lleva al contacto directo con la rompiente de los saltos. El balcón mirador hacia la Isla San Martín tiene una vista sublime y cuando el día está soleado se forman arcoiris. Para llegar al balcón de la legendaria Garganta del Diablo, hay que tomarse el «Tren de la Selva» y luego recorrer una pasarela de 1100 metros de longitud que atraviesa el río Iguazú Superior. Las cataratas están formadas por 275 saltos, de los cuales el ochenta por ciento se encuentra del lado argentino. Son Patrimonio de la Humanidad y fueron elegidas como una de las siete maravillas naturales del mundo. Tanto se escribió sobre ellas que es difícil agregar algo. Pero sí: te cortan la respiración, te conmueven, te abruman y te dan escalofríos. De hecho, no hay foto que logre captar el asombro que provoca el espectáculo de la Garganta del Diablo y su ruido atronador. Una excursión imperdible y que te va a llevar la adrenalina a niveles altísimos es la navegada por los rápidos del Iguazú hasta enfrentar, desde abajo, la furia del Salto San Martín. Gritos de emoción y chapuzón para todos. La organiza la empresa Iguazú Jungle y tenés dos posibilidades: contratar únicamente la navegación (Aventura Náutica) o el paseo «Gran Aventura» que antes de embarcarse en el muelle de Puerto Macuco, incluye un recorrido de 5km en un vehículo todo terreno por un sendero que se interna en las profundidades de la jungla.
«Una excursión imperdible y que te va a llevar la adrenalina a niveles altísimos es la navegada por los rápidos del Iguazú hasta enfrentar, desde abajo, la furia del Salto San Martín. Gritos de emoción y chapuzón para todos. La organiza la empresa Iguazú Jungle…»
Está bueno tomar conciencia de lo que significa este rincón verde de nuestro país: es el último refugio intacto del «Bosque Atlántico» que hasta hace tres siglos era la segunda formación vegetal más extensa de América del Sur y se extendía desde la región de Bahía hasta el litoral argentino. En el Parque Nacional Iguazú hay más de noventa especies de árboles y plantas (palmito, palos rosa, ceibo, cedro paranense, entre otros). El yaguareté (se calcula que hay cuarenta ejemplares) es el rey de esta selva y el coatí está por todas partes. Donde hay turistas, hay pandillas de coatíes intentando robarles la comida. El ruido de las bolsas plásticas los atrae y no le tienen ningún tipo de miedo al hombre. Una parada perfecta para recomponer energías es el restaurante Fortín Cataratas. Está ubicado a metros del hotel Sheraton, es autoservicio y sorprende por la calidad de sus platos (cortes de parrilla súper tiernos y en su punto justo, pastas, y una docena de variedades de ensaladas).
«A diez minutos del centro, surgieron en los últimos años varios lodges de selva de primer nivel que conjugan contacto directo con la naturaleza y sofisticación. Uno de ellos es La Cantera Jungle Lodge (Ruta 12, km 5). Con una onda rústica – chic…»
La gastronomía de Puerto Iguazú es de lo más interesante para un paladar de latitudes más australes porque está llena de ingredientes tropicales. Uno de las propuestas más logradas es la del restaurante El Nido que se encuentra en el lodge La Aldea (Selva Iriapú 3370). Su carta tiene un fuerte elemento local en muchos de sus platos. Por ejemplo, sus entradas: ceviche al estilo misionero con brunoise tropical; tartar de surubí o Torre de nuestra tierra (tomates, palmito, palta y papaya). Como plato principal no fallan el bife de chorizo relleno de pimientos y queso de yerba mate sobre risotto de maracuyá y salsa criolla misionera y el surubí al horno con mandiocas al romero. De postre, se merece un aplauso la mouse de maracuyá con reducción de moras y frutillas maceradas con licor regional. Uno de los restaurantes más famosos de la ciudad y que adoran los brasileños por su onda folkórica (en un escenario tocan zambas, chacareras, chamamés) y su parrillada es El Quincho del Tío Querido (Avenida Perón y Caraguatá). Es una buena coordenada para probar pescados de río que es uno de los rasgos más potentes de la gastronomía misionera. Acá deberían pedirse surubí grillado o meuniere, dorado o pacú con guarnición. El restaurante Doña María (Av.Córdoba 148) es otra de las buenas opciones foodies. Los raviolones misioneros, la parrillada de río, la boga despinada, el dorado, pacú, son los platos recomendados. Asimismo, anímense a probar sus empanadas de surubí. Tampoco dejen de disfrutar en Puerto Iguazú de sus jugos o licuados. De maracuyá, de mango, de papaya, de moras, de ananá. El licuado de Maracuyá y Mango del bar del hotel Amerian es un golazo y es súper natural.
«Uno de las propuestas más logradas es la del restaurante El Nido que se encuentra en el lodge La Aldea. Su carta tiene un fuerte elemento local en muchos de sus platos. Por ejemplo, sus entradas: ceviche al estilo misionero con brunoise tropical; tartar de surubí o Torre de nuestra tierra (tomates, palmito, palta y papaya).»
Para alojarse, a grandes rasgos, hay dos posibilidades: o hacerlo en el casco urbano o hacerlo en la selva. A diez minutos del centro, surgieron en los últimos años varios lodges de selva de primer nivel que conjugan contacto directo con la naturaleza y sofisticación. Uno de ellos es La Cantera Jungle Lodge (Ruta 12, km 5). Con una onda rústica – chic (mucha madera, hamacas paraguayas, reposeras de mimbre), las habitaciones (62 suites) están distribuidas en módulos que se conectan por pasarelas de madera entre los árboles. Las habitaciones tienen una decoración interior muy lograda y todas las comodidades: camas king size, televisores plasma, bañeras con jaccuzi, wi fi que funciona a buena velocidad, mini bar y sector exterior con balcones protegidos de insectos por mosquiteros. El predio del lodge es de tres hectáreas y en él existen árboles de más de cuatro siglos de antiguedad como la caña fístola. Cuenta con una amplia piscina y solarium con servicio de bar y el restaurante el Boyero que se destaca por sus sabores locales. El desayuno, del 1 al 10, es un 8,5 (huevos revueltos, frutas tropicales, jugos, repostería cereales). La Aldea (Selva Iriapú 3370) es otro lodge de selva (de hecho, fue el pionero en la zona) con una propuesta muy bien trabajada en todos los planos. Sus habitaciones, también conectadas por pasarelas en plena vegetación, son puro confort (incluso yacuzzis en las terrazas). También suma muchos puntos su piscina con tres desniveles y cascada. Su biblioteca con literatura de la selva paranense y su sector de relax («opy») completan la experiencia. Loi Suites y el Sheraton son también dos excelentes hoteles en plena selva misionera, pero con formatos más clásicos.
«Una excursión que le fue muy recomendada a MALEVA es la de animarse a un recorrido por la selva guíado por indígenas guaraníes, los habitantes nativos y conocedores como nadie de los secretos de este nirvana verde.»
Alojarse en el perímetro urbano es una alternativa inteligente cuando no estamos en sintonía tan agreste y necesitamos algunas luces. En ese caso, hay que tener en el radar al Amerian Portal del Iguazú (Av. Tres Fronteras 780). Para empezar, tiene una ubicación envidiable, a metros del hito argentino y con vista a la triple frontera. Desde la piscina ves ahí nomás a la costa brasileña y paraguaya y la confluencia del río Iguazú y Paraná. 102 habitaciones, dos bares y dos restaurantes, salones para eventos y una atención que le valió excelentes calificaciones de TripAdvisor. En su último piso, con una panorámica sublime, se encuentra el spa Ivy Mara. Lo que ofrece es una variedad de tratamientos basados en materias primas autóctonas de la selva misionera, además de sauna seco y finlandés, spa con jacuzzi, y un sector donde se puede vivenciar la experiencia de una lluvia tropical y otro de cantos rodados que brindan una experiencia placentera para los pies. En la última planta también se ubica el gimnasio. Entre todas las actividades que se pueden hacer en Puerto Iguazú y sus inmediaciones, una que le fue muy recomendada a MALEVA y que se puede contratar en el hotel La Aldea pero sobre la que también te pueden dar información en la secretaría de turismo, es la de animarse a un recorrido por la selva guíado por indígenas guaraníes, los habitantes nativos y conocedores como nadie de los secretos de este nirvana verde.
Fotos: gentileza lugares mencionados / Santiago Eneas Casanello / Flick R Ian Gampon Creative Commons