Un paisaje cinematográfico con pistas que parecen un anfiteatro natural sobre toda la extensión del azul lago Nahuel Huapi (si te abstraés, es como esquiar al costado de un fiordo noruego). La base a sólo diez minutos de Villa la Angostura de modo tal que terminás de desayunar en tu hotel y en menos de media hora ya podés estar disfrutando del primer descenso del día. Servicios que sorprenden por su sofisticación (desde la comodidad de poder subir hasta la cumbre en telecabina hasta un sector de alquiler de botas y tablas que de tan canchero – música electrónica, sillones de cuero, un hogar a leña, diseño minimalista y una atención hiper personalizada – parece un local de una marca top de ropa). Estos son los tres aspectos en los que Cerro Bayo saca ventaja: el paisaje, la cercanía del pueblo y su perfil boutique que no es un slogan vacío sino un concepto palpable que se nota en cada detalle. MALEVA estuvo esquiando allí y te cuenta cuáles son las situaciones imperdibles.
Este parador está ubicado en la cota 1500 metros del cerro, a pasos de la estación de las telecabinas que llegan de la base – . Es el punto de encuentro clave de Cerro Bayo porque en este sector están los distintos medios de elevación que llevan a las pistas altas del centro. Es una cabaña de madera con una vista gloriosa del Nahuel Huapi y de la península de Quetrihué, con la cordillera de los Andes como telón de fondo. Altitud es el lugar óptimo para la pausa del almuerzo (que el cuerpo te pide si venís quemando calorías desde la mañana). Tienen buenos sandwiches (el de pollo en baguetín con gruyer y papas rústicas es de los mejores), pizzas (hay una genial con láminas de trucha y espinaca), hamburguesas, opciones veggies como el zeppeling de vegetales (zuccinis, berenjenas, cebollas y queso brie), y cazuelas que son el fuerte de Altitud (el guisado de montaña y las lentejas con estofado son de lo más levantadores que hay). También tienen carta de vinos y cervezas artesanales de la Patagonia. Dato uno: si el día está soleado, el hit es almorzar en el deck de madera. Dato dos: hay una linda barra que es perfecta para hacer un stop sin compañía. Dato tres: hay una salamadra con una estructura metálica encima que sirve para secar guantes y otras prendas húmedas.
Desde la cima del cerro, a donde termina la telecabina «Cumbre» y al lado del refugio El Capricho empieza una de las pistas más panorámicas, largas, y relajadas para hacer que es Provinciales. Son aproximadamente veinte minutos de esquiada ininterrumpida por un estrecho camino, de dificultad intermedia (azul) que desciende haciendo zigzag por la ladera, y que no sólo te brinda una vista sublime sino que además se introduce en pleno bosque de lengas. Dato: cuando hay fuertes ráfagas de viento, el servicio de la telecabina «Cumbre» se interrumpe por seguridad.
El Capricho es un refugio – bar inaugurado en 2015 y que está ubicado en lo más alto de todo, en la cumbre del Cerro Bayo, a 1800 metros de altitud. Se llega con la telecabina «Cumbre». «El nombre es porque justamente hacer algo tan arriba fue como un capricho que tuvimos», le cuenta a MALEVA el presidente de Cerro Bayo, Pablo Torres García. Desde aquí se tiene la vista más espectacular en 360 del centro de ski, de la cordillera, del Nahuel Huapi y de Villa la Angostura. Por lo tanto, la recomendación es disfrutar la puesta del sol y contemplarla con alguna copa de vino. Cuando el día está lindo, también se organizan after skis.
Sólo pueden ingresar los que hayan comprado el pase GOLD que es un pase premium que viene con un montón de facilidades y servicios para mimar al esquiador (uno no menor es que te habilita a no hacer cola en los medios de elevación). En el Lounge la atmósfera no puede ser más chill: comodísimos sillones de cuero, un hogar con leños siempre encendidos, música acústica en vivo, una barra con espumantes, vinos, whiskies, licores, y gaseosas, chocolates regionales y alfajores, libros, revistas y diarios del día. La pasás bien o la pasás bien. Lujo.
En raqueta, son cinco circuitos de caminatas guiadas. Hay una que dura dos horas y se inicia en plataforma 1500. También hay una excursión que es nocturna y se combina con esquí y cena. El snow tubing es un espacio para arrojarse en gomas inflables: hay tres pistas de diferentes niveles. Adrenalina, risas y algún que otro blooper. Ideal para los que no esquían y para los los más chicos (de 4 años para arriba).
Si sos muy pro esquiando o en snowboard y te aburren un poco las pistas y la nieve pisada, Cerro Bayo es el lugar ideal para animarte a la nieve honda (con esa suavidad cremosa tan adictiva). ¿Por qué? Porque además de tener opciones «fuera de pista» en todos los paisajes (montaña pelada, rocas, bosques), es el único centro de esquí que tiene señalizados los circuitos. Eso sí: cualquier cosa que te suceda es responsabilidad tuya. Eso está bien explicitado en todo el centro.
Esta situación es el remate más inteligente que puede haber para un día de esquí. El Correntoso es, para que entiendan, el Llao Llao de Villa la Angostura. Por su historia, por su elegancia, y por su ubicación majestuosa sobre el lago, a metros del «río más corto del mundo» que conecta el Lago Correntoso con el Nahuel Huapi. El té se sirve con vista al espejo de agua y la cordillera. Tartas de frutos silvestres, tortas artesanales, cookies, crackers, scons, dulces regionales, y blends de autor que hacen hincapié en hierbas y frutos patagónicas. La vajilla de plata es bellísima. El hotel fue totalmente restaurado y su decoración interna también merece un aplauso.
El Ruca Kuyen Golf & Resort está ubicado muy cerca de donde empieza, sobre la ruta 40, el camino que lleva al Cerro Bayo. Es una propuesta exclusiva con 22 suites (todas con terraza y jacuzzi) y dos cabañas. El Spa (al que también se puede acceder sin ser huesped) es muy completo. Piscina climatizada, baño turco, ducha escocesa, hidromasaje privado y salas de masajes. El sauna finlandés merece una línea aparte por su espectacular ventanal que da a la cancha de golf de nueve hoyos (homologada por la Asociación Argentina de Golf). Este hotel, al igual que el Correntoso, tiene una historia interesante. De hecho, su sector más antiguo fue diseñado por el legendario arquitecto Alejandro Bustillo en la década del veinte y es Patrimonio Histórico de Villa la Angostura. La casa original pertenecía a un músico zarista ruso que huyó de su patria luego de la revolución rusa. / LINK: http://www.rucakuyen.com.ar/
Tero Bogani es un porteño que se enamoró de este territorio paradisíaco y que desde hace 25 está radicado en Villa la Angostura donde ofrece las mejores cabalgatas de la zona. Una que es perfecta para hacer en invierno y primavera, y si se quiere cortar un poco con el esquí, es la que llega hasta el mirador del Cerro Belvedere. Se hace por un sendero que él mismo redescubrió. Una parte del recorrido es por un bosque nevado (muy Game of Thrones). Hay un trecho de caminata breve hasta la cascada Incayán. El Tero viene equipado con mates calientes y alfajores de chocolate (clap, clap). Esta excursión se puede realizar a la mañana y dura tres horas. Dato: el Tero insiste con que nada abriga más que un poncho y le ofrece a los jinetes usar unos ponchos patagónicos que le dan mucho estilo a la excursión. Acceso Cascada Inacayal, 8407 Villa La Angostura / 0294 15-451-0559
Fotos: Santiago Eneas Casanello y gentileza Cerro Bayo y lugares mencionados.
MÁS INFO EN: http://www.cerrobayo.com.ar/