Tiene 30 años y es directora de arte de los videoclips más importantes del país/Sobre su proyecto más gigante: el universo híper estético de Hotel Miranda!/¿Cómo hace para pensar tan por fuera de los límites? ¿Qué la inspira? ¿Cómo seguir cuando ya cumpliste tus sueños más grandes?/Nuevos deseos: experimentar “el arte más puro”.
Con el impulso de decir siempre que sí y «tirarse a la pileta» terminó cumpliendo más de lo que soñaba.
“Quiero hacer todo, estoy lejos de que esto me aburra”: con Melanie Anton, la directora de arte que conquistó el mundo de los videoclips (y la rompió con Hotel Miranda!), desde su estudio en Saavedra. Por Lenchu Rodríguez Traverso. Fotos: Sophie Starzenski para MALEVA.
Un set blanco infinito y ella mirando a cámara con su presencia magnética, su pelo rosa y el delineado a tono, un traje de dos piezas verde agua y una polera en degradé multicolor. Por su mano pasaron varios “props”; desde una lámpara de lava hasta un vaso de vidrio en forma de cisne. Sophie disparaba, se daba vuelta y me confesaba, emocionada: “a esta foto no hay que hacerle nada, es perfecta así”. Y es que, desde el segundo en que Melanie Anton Defelippis nos abrió las puertas de su nuevo estudio en Saavedra, nos hizo entrar en su universo galáctico y «Wes Andersesco», donde la estética habla por sí sola.
Tiene 30 años y es la artista visual detrás del inmenso proyecto de Hotel Miranda!, donde pudo desplegar su libertad creativa al máximo. Además, dirige y hace la dirección de arte de los videoclips más importantes del momento – Cazzu, Tini, Duki, Emilia, Bizarrap, María Becerra y contando – con una impronta que respeta los estilos de cada artista, pero siempre tiene algún guiño a su sello personal, en mayor o menor medida.
«Tiene 30 años y es la artista visual detrás del inmenso proyecto de Hotel Miranda!, donde pudo desplegar su libertad creativa al máximo. Además, dirige y hace la dirección de arte de los videoclips más importantes del momento – Cazzu, Tini, Duki, Emilia, Bizarrap, María Becerra y contando – con una impronta que respeta los estilos de cada artista, pero siempre tiene algún guiño a su sello personal, en mayor o menor medida…»
Ella es un poco Susanita, le gusta vestirse, maquillarse y los colores pasteles, pero también te combina una pollera violeta con medias rojas, una bufanda multicolor y una gorra verde. Melanie es un blend kitsch, futurista, retro, femenino y onírico. Si alguna vez la cruzas en redes no te la olvidás, porque es de esas personalidades que no pasan desapercibidas. Pero cuando la conocés, la humildad te atrapa al segundo. Viene de una familia a la que no le importa nada lo que piensen los demás y, en gran medida, esa bendición es la que la hace ser tan auténtica y pensar tan por fuera de las estructuras.
Después de un shooting lúdico con tres cambios de vestuario, donde se escaparon risas y se emanaba creatividad, nos sentamos en una de las mesas del espacio para hablar sobre las circunstancias y actitudes que la llevaron a estar en un lugar altísimo.
«El mundo del videoclip es muy de universos creados, ¿viste? Me enamoró esto de que voy a un set un día y todo es futurista y al otro día es todo estética cine noir. Además eran todas bandas que estaban de moda. Los videoclips tenían 30 millones de vistas, todas mis amigas los veían y había gente del otro lado del mundo viendo lo que yo hice. No podía creer estar participando de algo tan enorme…»
Arranquemos por el principio, ¿cómo entraste al mundo de los videoclips?
Estudié diseño de imagen y sonido en la UBA y ya a mitad de la carrera me empecé a dedicar a las filmaciones. Al principio trabajaba como asistente de una dire de arte de videoclips muy de cumbia y reggaeton: hacía videos de Marama, Rombai, El Villano, La Champions Liga, El Original, todo ese plan.
El mundo del videoclip es muy de universos creados, ¿viste? Me enamoró esto de que voy a un set un día y todo es futurista y al otro día es todo estética cine noir. Además eran todas bandas que estaban de moda. Los videoclips tenían 30 millones de vistas, todas mis amigas los veían y había gente del otro lado del mundo viendo lo que yo hice. No podía creer estar participando de algo tan enorme.
Terminando la carrera entré en Alternativa Teatral y le escribía a todo el mundo: “hola, soy dire de arte”. Mentira, estaba estudiando pero yo ya quería más. Fue ahí cuando pensé en dejar de asistir a otras personas y mandarme a dirigir. Combinaba los trabajos que hacía en proyectos más grandes como asistente con otros más chiquitos. Eso me re sirvió porque empecé a descubrir mi estética, lo que me gustaba a mí.
¿Y cómo nació daJaus?
En medio de eso, me pongo de novia con Agus que es diseñador industrial y hacía muebles a pedido. Ahí me llamaron como directora de arte para un video grande de Rombai y le dije a Agus: “¿por qué no investigamos un poco cómo hacer los tapones y lo hacemos nosotros?” Nos tiramos a la pileta, porque no era un proyecto para pifiarla. Pero salió muy bien. El video no trascendió pero para mí fue como un antes y un después. Entendí qué podíamos hacer cosas más grandes y las podíamos ejecutar nosotros.
Tres meses después ese director nos llevó a trabajar en “La Cobra” de Jimena Barón. Después una productora nos presentó con Facu Ballve, el que dirigió más videoclips en Argentina, y quien dirigió los videos de Cazzu, Duki, Nicki Nicole, Khea mucho trap. Ahí empecé a hacer la dirección de arte de videos de Facu y Agus hacia las realizaciones. Hay artistas que son un lienzo en blanco porque están arrancando y otros que ya tienen todo planteado y vos tenés que estudiarlo para entender qué ofrecerle.
«A los Miranda! los amo hace mucho tiempo, les había escrito en el 2017, 2018, 2019, 2020 y 2021 diciendo que me encantaría trabajar con ellos. Y claro, cuando me dicen esto fue como el sueño de mi carrera. Pensé: tengo miedo, pero lo voy a hacer. Lo pienso hoy, dos o tres años después y no lo puedo creer, hicimos mil videos, los shows, ganamos un Gardel, una locura…»
A vos te gusta más la libertad del lienzo en blanco, ¿no?
Si, y poder disparar para cualquier lado. Hace 10 años hago esto y los primeros años quería que me den un marco y yo terminar de llenar la página. Después te pica el bicho de querer tomar el cien por ciento de las decisiones y crear lo que se te venga a la cabeza. Yo siempre me hice películas medio futuristas, alienígenas, pero hasta que llegue un artista, un director o alguien que quiera esto para su imagen, es difícil mostrar lo que lo que querés hacer.
¿Y cómo lo lograste?
A mi me gustaba la imagen, los colores, los vestuarios pero no me llamaba la atención dirigir. Creo que fue justamente el querer tener un poco más de voz y voto lo que lo generó. Un día una cantante, Mechi Pieretti, me dijo, “matcheamos bien y me gusta lo que hacés ¿por qué no dirigís vos mi video?” Al mismo tiempo, Connie Isla me escribió para pedirme lo mismo.
Las primeras tres cosas que hice fueron para ellas dos y para Mery Granados, ¡y me encantó! El tema de Mechi se llamaba “Solita”, el video toca temas muy tabú y mujeres en ropa interior, por eso querían que haya un ambiente de mujeres en el rodaje y que nadie se sienta cosificada. Fue algo re lindo y terminamos diciendo, “wow, queremos hacer esto más seguido”. Ahí con Sol Schostik armamos Bebas, nuestra productora. Y con Bebas agarramos el proyecto de Hotel Miranda!, que fue como el next level de la dirección.
Justamente quería que me cuentes de eso porque, por lo que veo, fue (y es) el momento más gigante de tu carrera.
A raíz de tanto videoclip conocí a la gente de Sony Music, entre ellos a Niko Sedano que me contó de este proyecto. Me dijo que era “muy de dirección de arte” y me propuso dirigir el primer video que era “Don” con Catriel. Obvio que en el momento yo sentí que me quedaba gigante el proyecto. A los Miranda! los amo hace mucho tiempo, les había escrito en el 2017, 2018, 2019, 2020 y 2021 diciendo que me encantaría trabajar con ellos. Y claro, cuando me dicen esto fue como el sueño de mi carrera. Pensé: tengo miedo, pero lo voy a hacer.
Lo pienso hoy, dos o tres años después y no lo puedo creer, hicimos mil videos, los shows, ganamos un Gardel, una locura. El proyecto fue un desafío constante, siento que me terminó de dar las herramientas que no tenía y terminé de soltarme. ¡Y sigue!
Todo surgió de tirarse un poco a la pileta. Es un laburo que se hace entre un montón de personas. Muchas veces uno se imagina que lo tiene que hacer sola pero es más un: conocí a este director, conocí a este ejecutivo, que te van abriendo puertas y es por cómo te ven laburar o por cómo te ven que te moves.
«Fue como: “¿qué hago yendo a Madrid por primera vez a grabar mi primera película con un tipo que no vi nunca?” Fuimos con Agus porque el 80% de la película está construida con decorados en estudio. La película ganó el festival Karlovy Vary, fuimos a presentarla a un festival de Corea del Sur y quedamos nominados con Agus a un Goya en España…»
¿Qué hacías si no era esto?
Antes de estudiar animaba fiestas infantiles, y me encantaba también. En ese momento hacía de Violetta, tenía el look, me había mandado a hacer un banner, un fondo tipo cortina, un cuaderno peludito con una lapicera. Me compré un parlante y un micrófono inalámbrico y así iba a los cumpleaños.
No puedo creer, ¡esa faceta no la conocía!
Primero trabajaba para una empresa de animaciones infantiles que me mandaban a cumpleaños, me vestía del sapo Pepe en ese momento. Después cuando le vi la veta dije “che, esto lo re puedo hacer yo”, me mandé a hacer con una modista el disfraz de Violetta y me abrí por mi cuenta. Puse un aviso en Mercado Libre.
¿Cuántos años tenías?
Dieciocho.
Tenés una personalidad muy para adelante y muy de, ante la duda, SI.
Si, me gusta probar, jugar.
Y después dirigiste videos de Tini. ¿No se lo contaste?
No, nunca me animé. Codirigí el último de Tini y Miranda y después hice la dire de arte en muchos otros; el que tiene con la Joaqui, con María Becerra, “Fantasi” que lo fuimos a grabar a las Cataratas de Iguazú. Hay uno puntual que también fue una apertura de puertas muy rara. Para dirigir “Duele” llaman a Eduardo Casanova, un director español y él lo hace vía Zoom porque era pandemia. Él es muy director de arte, o sea, le encanta la escenografía y somos muy parecidos. Pegó onda conmigo en el rodaje porque yo era la que le daba más bola. Salió muy bien ese proyecto pero todo quedó ahí. Un año después estaba en una filmación y me llama de golpe. Me dice: quiero que vengas a Madrid a hacer la dirección de arte de mi próxima película. Yo nunca había hecho cine.
Es “La Piedad”, ¿no?
Si, grabamos en 2021, se estrenó en 2022, me quedé cuatro meses en Madrid. Fue como: “¿qué hago yendo a Madrid por primera vez a grabar mi primera película con un tipo que no vi nunca?” Fuimos con Agus porque el 80% de la película está construida con decorados en estudio. La película ganó el festival Karlovy Vary, fuimos a presentarla a un festival de Corea del Sur y quedamos nominados con Agus a un Goya en España. Fuimos a los premios, ¡es una locura!
¿Todo eso era al mismo tiempo que Hotel Miranda!?
Fue antes. En 2022 ya estábamos empezando a grabar los videos que salieron en 2023.
«Yo soy muy Susanita, me gusta vestirme, me gusta usar taquitos, me gusta maquillarme, me gusta peinarme, me gusta todo el estereotipo femenino. Me gusta también darle una vuelta de tuerca a las cosas. Quizás esto que decís se lo da el lado más “bizarro”, de mis universos más oníricos, surrealistas, como de trasladarlo a un plano donde no se queda en algo banal…»
Por eso, un nivel de proyectos inmensos non stop. Y vos con 27 años…
Si, mucha data. Y por eso este lugar en el que estamos ahora, el estudio de daJaus, es el resultado de un montón de laburo que se convierte en algo tangible. Tenemos un espacio, tenemos nuestras cosas, la estética que nos gusta. Hay mucho que queda en lo virtual y ni hablar de los videos que pasan de moda, la gente se olvida de lo que hiciste. Lo armamos con Agus, Guido y Mateo con mucho esfuerzo, ¡es un sueño hecho realidad! Aprovecho para agradecer al equipo que trabajó con nosotros para lograr que quede así: Dani, Flor, Kevin, Martu, Santi, Naza, mi hermano Agus, Guille, Jose y Franco. Trasladamos nuestro ex depo para acá y ahora estamos haciendo un inventario de todo, ¡un lío! (Risas)
«Dios te encuentre trabajando», siempre estás haciendo algo.
Yo soy workaholic, amo mi trabajo, me apasiona mi trabajo. Obvio que colapso, todo el mundo colapsa y todo no se puede, pero siempre tengo ganas de más y quiero hacer más cosas y más grandes.
Hay algo en tu estética que me parece súper interesante y es esto bien femenino – el rosa, los colores pasteles, los elementos “cute” – que en un momento parecía que el feminismo lo luchaba, pero vos lo traés como algo híper empoderado.
Yo soy muy Susanita, me gusta vestirme, me gusta usar taquitos, me gusta maquillarme, me gusta peinarme, me gusta todo el estereotipo femenino. Me gusta también darle una vuelta de tuerca a las cosas. Quizás esto que decís se lo da el lado más “bizarro”, de mis universos más oníricos, surrealistas, como de trasladarlo a un plano donde no se queda en algo banal. Siento que me representa, no solamente el rosa, sino las cosas fuera de contexto, universos más maravillosos, como de fantasía.
Yo te conozco desde que hacías los tutoriales de edición de fotos donde flotabas con una nube en la cabeza y siempre me sorprendió tu capacidad de pensar muy por fuera de los límites racionales. ¿Cómo lo hacés? ¿Siempre fuiste así, de que no te importe lo que piensen los demás o salirte de las estructuras sociales?
Mis viejos me permitieron desarrollarme en el arte y nunca vieron eso como un problema. Mi mamá es muy kitsch, muchas cosas de mi ropa las heredé de ella. No compartimos gustos, pero siempre fue alguien a quien no le importaba en absoluto lo que piensen de ella. O sea mi mamá es de esa gente que combina animal print con fucsia y se pone un sombrero y de golpe tiene plumas y brillo; es mucho más cargada que yo incluso. Creo que heredé de ella el hecho de que no le importe nada: yo voy a salir así a la calle y si me quieren mirar que me miren.
Mi papá es ingeniero, nada que ver, pero tengo fotos de él en el crucero de recién casados con un tutú y una banda, siendo el rey del barco. A papá siempre le gustó usar pelucas, vestirse, te lo encontrás a las dos de la mañana haciendo karaoke solo. Son muy personajes, esa es la palabra.
«Mi mamá es muy kitsch, muchas cosas de mi ropa las heredé de ella. No compartimos gustos, pero siempre fue alguien a quien no le importaba en absoluto lo que piensen de ella. O sea mi mamá es de esa gente que combina animal print con fucsia y se pone un sombrero y de golpe tiene plumas y brillo; es mucho más cargada que yo incluso. Creo que heredé de ella el hecho de que no le importe nada: yo voy a salir así a la calle y si me quieren mirar que me miren…»
Wow, claro, ya desde chica lo que vos veías era distinto.
Eso me ayudó mucho a que no me importe cómo me visto, qué me pongo, qué hago, si está de moda o no está de moda. Y a no tener prejuicio, ¿viste? De hecho, la gente siempre nos recuerda como la familia que hace fiestas por cualquier cosa. O sea, mis viejos festejan un cumple que no es ningún número redondo y lo hacen en el salón de fiesta de mi mamá, con luces, con show, con karaoke, con disfraces.
Me encanta, muy performáticos y muy desde el disfrute…
Y para mí eso es lo normal. Mi novio que me dice: “el cumpleaños de tu papá dura como lo que dura una fiesta de 15” y yo estoy acostumbrada a eso, estoy acostumbrada al festejo a la fiesta, a los colores, a los disfraces, a los bailes. Heredé eso.
Lo vi recién cuando te sacabas las fotos, pasaba gente y vos cero drama. Creo que eso también debe tener que ver con que tu cabeza pueda volar más.
No sé cómo es la línea directa a lo que hago hoy en día, pero sí sé que eso es parte y que un poco me hizo abrir la cabeza. Todo mientras me guste y me llene lo voy a hacer y no me va a importar lo que digan. Tengo luna en Leo, soy muy querer llamar la atención, aunque sea de manera inconsciente.
Y tenés sol en Libra, ¿no?
Soy de Libra, tengo ascendente en Piscis y luna en Leo. Soy recontra Libra, en la manualidad y el arte; Piscis también porque soy mega sensible a un punto que ya es una fiaca, lloro por cualquier cosa (risas), me pongo mal, de golpe estoy feliz y triste en 5 minutos de diferencia. Y toda la parte de Leo también la tengo, esto de vestirte diferente.
No pasás desapercibida.
Pero te juro que lo hago re inconsciente porque me pasa que a veces me visto y llego acá y me dicen: “ah, ¿y hoy qué pasó?” Y yo no entiendo, porque para mí es normal. Todos mis amigos se mueren de risa cuando mi viejo se clava una peluca y para mí mi papá es normal, ¿entendés? Entonces hay como todo un mundito que yo lo desarrollé como normal y no sé si es lo común. Creo que todo eso un poco mezclado en una batidora saca lo que hago. Y otra cosa es que soy muy ansiosa, muy proactiva, me aburro rápido y todo el tiempo me gusta estar haciendo cosas diferentes.
«Tengo muchas ganas de empezar a hacer instalaciones de arte, pero más como yo, Melanie artista y una pieza. Hasta ahora no lo había pensado o me parecía que a quién le va a interesar lo que hago. Pero cada vez tengo más ganas de experimentar eso donde no estás haciendo arte para alguien, no lo estás haciendo con un deadline, ni con un monto de gastos. El arte en su esencia es eso, hacer algo sin que nadie te lo pida, simplemente porque te sale de adentro…»
Eso te iba a preguntar también, me llama mucho la atención que a los 28 años ya estabas a full con proyectos inmensos, llegando a hacer cosas que uno tiene como el último sueño de su carrera quizás. ¿Cómo seguís ahora?
Para mí es un flash eso de idealizar algo y que después pase. Cuando pasa decís, “bueno, ¿y ahora qué?” Con los Miranda! me re pasó pero el sueño se convirtió en otro sueño, fue escalando a lugares que yo ni siquiera había soñado. Lo de Eduardo, el director de España, lo mismo. Me pasó también con una artista plástica española que me encanta, un referente más allá de Wes Anderson; Miranda Makaroff. Yo dejándole un regalito como en modo fan se convirtió en yo yéndome de vacaciones con ella a Brasil y siendo amigas y pegando onda porque nos gusta lo mismo y yendo a visitarla a su casa en Ibiza. Nunca soñé esto, excedió el sueño.
¿Construiste algún nuevo sueño así como en su momento era trabajar con los Miranda!?
Si, hacer más arte como tal. No hacerlo para un artista o para una discográfica. Tengo muchas ganas de empezar a hacer instalaciones de arte, pero más como yo, Melanie artista y una pieza. Hasta ahora no lo había pensado o me parecía que a quién le va a interesar lo que hago. Pero cada vez tengo más ganas de experimentar eso donde no estás haciendo arte para alguien, no lo estás haciendo con un deadline, ni con un monto de gastos. El arte en su esencia es eso, hacer algo sin que nadie te lo pida, simplemente porque te sale de adentro. Y yo siento que mucho de lo que hago, aunque me salga de adentro, está condicionado por un montón de factores y todavía no experimenté ese arte más puro.
Me gusta, no me imaginaba ese camino pero tiene un montón de sentido. Con respecto a eso de que “¿a quién le va a interesar lo que hago?”, cada persona que le contaba que te iba a entrevistar me respondía que te sigue y ama lo que hacés.
Para mí eso es una locura. Que haya gente que me mande por Instagram; “estudié Diseño de Imagen y Sonido porque vos estudiaste eso y me gusta lo que hacés” es como… ¡¿qué?!
Pero es que se palpa una autenticidad muy pura que, a mi me pasa, me genera un: “yo quiero sentirme así de libre y vestirme con todos esos colores”.
Para mí eso es un flash. Veremos cómo sigue todo esto, pero sí tengo muchas ganas de darle más bola a esas cosas y un poco menos al trabajo puro y duro. En el plano de los videoclips dirigidos ya lo hago bastante, sobre todo con artistas como los Miranda!, que son increíbles y que les encantan las ideas flasheras, es un placer. Pero bueno, siempre hay un poquito más, como que quiero más libertad creativa todavía.
«En un punto es mejor creer eso porque significa que seguís motivado para hacer cosas. Por suerte hasta ahora no me agarró esto de: ya está, me tiro, no trabajo más. Cero, al contrario. Yo si puedo quiero tener el estudio, la dirección de arte, rentar los props, y al mismo tiempo hacer instalaciones artísticas. Estoy cero cerca de que todo esto me aburra…»
Me encantaría saber cómo sería un videoclip diseñado por vos para vos, como si vos fueras la artista que aparece ahí.
Es un poco lo que digo. No sé si es un videoclip, pero tengo mucha ganas de armar algo acá en el medio, que la gente lo pueda venir a ver y que tenga un mensaje, algo que me nazca a mí contar y que no venga de otra cosa. Me pasa que a veces mi ansiedad hace que piense que estoy tarde, que ya lo tendría que haber hecho. Pero después digo no, cuando tenga que ser va a ser.
Estás re adelantada en realidad, ¡todo lo que hiciste a los 30 años!
Parece absurdo, pero. Pienso en cómo lo bardearon a Duki cuando hizo el River y dijo “hago un River, me encanta hacerlo pero a la vez no sé qué viene después”. Todo el mundo le decía “ponete feliz que hacés un River, ¿justo vos vas a estar depresivo?” Pero hay algo muy loco de cuando vas concretando cosas que es ese, ¿y ahora qué viene, qué sigue? Y siempre creés que estás tarde porque siempre creés que te falta una nueva meta. En un punto es mejor creer eso porque significa que seguís motivado para hacer cosas. Por suerte hasta ahora no me agarró esto de: ya está, me tiro, no trabajo más. Cero, al contrario. Yo si puedo quiero tener el estudio, la dirección de arte, rentar los props, y al mismo tiempo hacer instalaciones artísticas. Estoy cero cerca de que todo esto me aburra.
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