Una casita frente al mar con una única mesa, 22 lugares y un día dedicado completamente a sus comensales; así es “Amar Algas”, en Camarones/Sobre el interés de Carola Puracchio por las algas y su doble trabajo: culinario y medioambiental.
Carola se interesó por las algas cuando conoció a una bióloga marina en uno de sus trabajos.
“La experiencia en ‘la casita’ es sentarte frente a un mar azul inmenso en el que te perdés…”: entrevista a Carola Puracchio, de Amar Algas (Chubut), finalista del Prix Baron B – Edition Cuisine 2024. Por Lenchu Rodríguez Traverso.
Pacú, gírgolas y algas marinas: los tres restaurantes que llegaron a la final de la sexta edición del Prix Baron B – Edition Cuisine dan fe de la diversidad increíble que tenemos en Argentina. Desde el centro de la selva misionera, atravesando las sierras cordobesas hasta llegar al aire fresco e inmaculado de la costa de Chubut. “Margay”, “La Matilde” y “Amar Algas” son los proyectos seleccionados por el jurado – presidido una vez más por Mauro Colagreco, con Pablo Rivero, Pedro Bargero y Marsia Taha – para competir por el corcho de oro, el próximo 28 de agosto en el Faena Art Center.
Para llegar hasta acá, los restaurantes presentaron un plato de autoría que representa su esencia con una pizca innovadora, aprovechando lo que tiene para ofrecerles su tierra local y, como el premio reconoce proyectos integrales; su compromiso activo con el cuidado del medio ambiente. Con MALEVA conversamos con los chefs finalistas – Gunther Moros, Juan Cruz Galetto y Carola Puracchio – para conocer sus historias, la identidad detrás de sus proyectos y el poder gastronómico de cada una de sus provincias.
Carola Puracchio estaba trabajando en un restaurante cuando conoció a una bióloga marina que le contagió su interés por las algas. Así, trabajando para retirar algas exóticas e invasoras que amenazan la biodiversidad marina en Camarones, su pueblo chubutense, empezó a gestar “Amar Algas”. Hoy, esa casita gastronómica frente al mar, tiene una sola mesa con capacidad para 22 personas y se sirven platos preparados con algas que recolecta personalmente, pesca fresca y productos de huertas locales, además de sal marina que recolecta todos los días en el que llama “el patio de su casa”.
El plato que la llevó a la final son los “Sorrentinos de Escrófalo y Algas Marinas”, una pasta con masa de wakame y relleno de escrófalo, pescado de la región. Lo maridó con Baron B Brut Nature.
«Creo que llegamos a la final por presentarnos con un producto innovador como las algas. Con el plus de tratarse de un alga exótica e invasora que se encuentra entre las 10 más peligrosas para el ecosistema marino, pero con un valioso aporte de nutrientes. Y haciendo uso de ella aportamos un poquito, dando espacio para que nuestros bosques de algas autóctonos recuperen su lugar…»
¿Cuáles son los productos estrella de Chubut y particularmente de Camarones?
Chubut se divide en dos grandes áreas donde los productos de cada región tienen excelente calidad. Por un lado la Cordillera, con sus hongos y su fruta fina y, por el otro, el mar, con una increíble variedad de ingredientes. Camarones particularmente se destaca por tener un mar muy limpio de aguas cristalinas donde las algas, el pescado y los mariscos son los principales ingredientes de nuestros platos.
¿Cómo es la experiencia de comer en tu “casita gastronómica”, en una gran mesa compartida frente al mar?
La casita es todo en su conjunto. Es sentarte frente a un mar azul inmenso en el que te pierdes y no te dan ganas de irte. Son atardeceres y amaneceres maravillosos que acompañan cada plato que servimos. Ese día está pensado totalmente para quien nos reserva. Si la marea nos lo permite, bajamos a la costa y cosechamos algas o sino, simplemente disfrutamos del día.
¿Por qué crees que tu proyecto se destacó y llegó a la final?
Creo que llegamos a la final por presentarnos con un producto innovador como las algas. Con el plus de tratarse de un alga exótica e invasora que se encuentra entre las 10 más peligrosas para el ecosistema marino, pero con un valioso aporte de nutrientes. Y haciendo uso de ella aportamos un poquito, dando espacio para que nuestros bosques de algas autóctonos recuperen su lugar.
Si Amar Algas fuera una persona, ¿cómo sería?
Sería sin dudas alguien comprometido con el medio ambiente, con un profundo amor por el mar, con ganas de recuperar el valor de los productos que nos aporta la naturaleza.
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Galería:
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Las fotos son todas gentileza de prensa de Baron B.